06/11/2020

Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): excelente metodología educativa

 EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS (ABP)

Un camino pedagógico todavía poco frecuente en las aulas y muy productivo es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Sus defensores acérrimos piensan que es la gran solución a todos los problemas de aprendizaje; sus detractores consideran que es una pérdida de tiempo más o menos entretenida; y que, aun admitiendo que este procedimiento podía ser productivo, es inviable por la organización de los espacios y los horarios de los centros docentes. Lo  evidente, pensamos, es que el ABP encierra elementos muy positivos y aprovechables. No es la única solución a las fuertes tensiones por las que está pasando el sistema educativo, pero tiene elementos de gran potencial didáctico y pedagógicamente fructíferos.

Oportunidades de formación sobre el ABP para profesores interesados no faltan. A través de google se puede acceder a bastante información sobre los rudimentos. La Fundación Trilema posee un amplio material, de gran calidad y perfectamente estructurado; coloca al profesor en condiciones de uso directo y real en el aula. Algunas  consejerías de educación también ofrecen un curso on-line sobre el ABP.  En cuanto a fuentes escritas, el libro de Juan José Vergara Ramírez: Aprendo porque quiero. El aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), paso a paso, prólogo de Ángel IgnacioPérez Gómez (Madrid: SM, Biblioteca de Innovación Educativa, 2015) es un magnífico compendio que recoge, actualiza y practica (con casos reales) la pedagogía ABP. Remitimos a esas fuentes para adquirir unos conocimientos consistentes.

No es éste el lugar para entrar en una exposición pormenorizada, aunque sí conviene insistir en ciertas ventajas que sólo ofrece el ABP:

  • Potencia el trabajo colaborativo, en pequeño o gran grupo.
  • Posee una gran practicidad, rompiendo la barrera de lo teórico y abstracto.
  • Conecta con la vida real, con las preocupaciones concretas y reales de alumnos y profesores.
  • Su aplicabilidad a la vida cotidiana es un valor añadido muy relevante. El producto final, de un modo u otro, conecta con la vida cotidiana y eso aumenta la implicación de los alumnos.
  • El uso de las TIC es continuo y variado, lo que contribuye a su atractivo ante los alumnos (y quizá ante cierto porcentaje de profesores).
  • Es aplicable a cualquier nivel o etapa educativa.
  • A modo de resumen: el APB posee un enorme potencial pedagógico que el profesor debe explorar y explotar para sus clases. Rompe con la rutina y el aprendizaje mecánico e incentiva un aprendizaje más creativo, colaborativo y constructivo.

Los escollos o dificultades para su aplicación están ahí, y los resumo:

  1. Desconocimiento del ABP por parte de un porcentaje elevado del profesorado. Echo de menos un compendio esquemático, práctico y aplicable de la APB para su aplicación más o menos inmediata en el aula. Los docentes deben contar con una guía práctica que les marque las pautas claramente. No hace falta un libro sesudo ni un manual extenso.
  2. Las distorsiones en su aplicación a todo un centro, o a todo un grupo, son muy elevadas (aunque no imposibles de superar). En realidad, supone paralizar la rutina académica para embarcarse en otro tipo de dinámica de aprendizaje que afecta a horarios, espacios, etc.

Como corolario de todo lo dicho, mi propuesta es:

Que cada profesor, en su clase, o en coordinación con otros profesores u otras clases, realice dos ABP por curso, uno en el primer trimestre y otro en el segundo. El tercero conviene dejarlo libre para exámenes y pruebas de final de etapa. No es necesario embarcarse en proyectos deslumbrantes o aparatosos. Trabajar un aspecto de la literatura, o del (mal)  uso real de la lengua, o la reflexión sobre valores según se muestran en las obras literarias son posibles vías para dar con “hilos conductores” que hilvanen un proyecto. Se puede practicar el ABP con formato sencillo, adaptado a una clase normal y obtener resultados maravillosos. Mi experiencia así me lo muestra. Los alumnos se entusiasman y aprenden mucho. No conviene olvidar que la planificación debe ser realista (en lo relativo a tiempos, espacios, profundidad del tema, etc.), practicable y flexible.

Seguro que el profesor acabará satisfecho con los resultados pedagógicos y los integrará en sus actividades normales de cada curso. Más adelante, ofreceré en este blog algunos ejemplos concretos de aplicación.

 

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