24/05/2022

Cristina Peri Rossi: once poemas seleccionados; análisis y propuesta didáctica

 Cristina Peri Rossi: selección de poemas; análisis y propuesta didáctica


Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 1941) es una importante y original escritora en lengua española. También ha realizado traducciones literarias y ha participado en movimientos políticos y sociales, sobre todo contra la dictadura uruguaya (1973-1985). Se exilió en España en 1972; desde entonces, vive en Barcelona. En 2022 ha sido galardonada con el Premio Miguel de Cervantes.

Peri Rossi ha cultivado distintos géneros literarios con notable acierto. Sus colecciones de cuentos han adquirido prestigio; Los museos abandonados (1968), o Habitaciones privadas (2012) son un ejemplo de ello. La novela La nave de los locos (1984) aborda el exilio forzado y contrapone el caos frente al orden, el dolor frente a la felicidad, la pérdida angustiosa frente al hallazgo feliz. Asimismo, se consideran de alta calidad muchos de sus poemarios, como Estado del Exilio (2003), o Playstation (2009). También ha elaborado ensayos perspicaces, como su autobiografía ficticia La insumisa (2020)

Parte de su éxito procede del hecho de haber sido la primera mujer escritora en los años del “boom” de la novela hispanoamericana, dominado por hombres y nombres tan importantes como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes. Peri Rossi fue una avanzada en el terreno literario en momentos poco favorables para una mujer. También son estimadas sus colaboraciones periodísticas en diversos medios de comunicación españoles.


  1. “Amanece”


Amanece. Como una gata,                                                              1

entre las sábanas se despereza y se despide de la almohada,

bosteza, llena de blanduras

y de cosas indolentes como brazos

y piernas extendidos.                                                                     5

Yo le voy dando palabras con que se vista,

le arrojo una letra como un vestido,

le largo una sílaba como sandalia

y así cubierta

de las palabras con que la he ceñido,                                           10

sale a la calle, a engañar amigos.

(Del poemario Detente, instante, eres tan bello)


Exégesis: el tema de este poema parece referirse al disfraz con que se oculta el verdadero amor gracias a la complicidad de los amantes. Descubrimos en el texto una celebración del amor localizado en un momento muy preciso: la hora de dejar el lecho y prepararse para iniciar un nuevo día. Los cuatro primeros versos se resuelven en un símil sobre el acto perezoso de despertar y la reincorporación a la conciencia y a las actividades diarias. “Como una gata” nos pone sobre aviso acerca de la molicie con que la persona que despierta inicia su día; las “piernas” y “brazos” aluden metonímicamente al mismo significado. En el verso 5 se incorpora el yo poético de un modo activo. Le da a la mujer que despierta “palabras”, “letras” y “sílabas”; se trata de una metáfora triple, casi alegoría, sobre la conversación que mantienen ambas personas. Estos tres componentes constituyen el vestido de la amada. Posemos sospechar que son palabras de amor y confianza, pero no lo sabemos a ciencia cierta. La mujer amada puede lanzarse al mundo exterior así protegida, o vestida. Y lo hace con el fin de “engañar amigos” (v. 11). Se trata de una metáfora ambigua que puede referirse a que la amada oculta su amor a los demás, o ama a otros velando su verdadera pasión, etc. El poema está compuesto en verso libre; su cadencia es firme y lenta, para acabar con un cierre de sorpresa. 

 

  1. La pasión


Salimos del amor                                1

como de una catástrofe aérea

Habíamos perdido la ropa

los papeles

a mí me faltaba un diente                   5

y a ti la noción del tiempo

¿Era un año largo como un siglo

o un siglo corto como un día?

Por los muebles

por la casa                                         10

despojos rotos:

vasos fotos libros deshojados

Éramos los sobrevivientes

de un derrumbe

de un volcán                                      15

de las aguas arrebatadas

Y nos despedimos con la vaga sensación

de haber sobrevivido

aunque no sabíamos para qué.  


(Del poemario Detente, instante, eres tan bello)


Exégesis: el tema del poema se concentra en la contemplación reflexiva sobre una pasión amorosa ya terminada. En los dos primeros versos establece el carácter caótico y turbulento de la vivencia amorosa, pues se compara a una “catástrofe aérea” (v. 2). En esa experiencia, se pierden elementos físicos y también psicológicos, lo que apunta a su naturaleza algo violenta. Su esencia paradójica se refleja en la interrogación retórica de los versos 7-8: “¿Era un año largo como un siglo / o un siglo corto como un día? No es posible medir el tiempo de la vivencia amorosa, pues todo fluye caóticamente, como confirma la metáfora contenida en “despojos rotos” (v. 11), es decir, los restos inservibles de la batalla amorosa, que es destructora en sí misma. El yo poético se expresa en primera persona del plural, hablándole a la amada; se califica de “sobrevivientes” (v. 13), insistiendo en la naturaleza agitada del amor. El paralelismo con anáfora de los tres versos siguientes, metafóricos en sí mismos (“derrumbe”, “volcán” y “aguas arrebatadas”), pues aluden al carácter agitado de la experiencia amorosa, indican cierto tono destructor del amor. A pesar de esa furia consustancial a la vivencia amorosa, el yo poético sobrevive, junto con la amada, aunque no sabe la finalidad de ello. Tal es el grado de aturdimiento provocado por la pasión amorosa, pues deja a las personas exhaustas, vacías y desnortadas. Los verbos en primera persona del plural que se repiten a lo largo de todo el poema insisten en la experiencia compartida de la vivencia amorosa. Es bien visible el tono dialógico que enmarca el poema; el yo poético habla con la persona amada. La ausencia de los signos de puntuación producen una sensación de acumulación caótica, siendo una metáfora en sí misma. Este poema en verso libre expresa muy bien cómo el amor puede arrasar a las personas involucradas, pues es una fuerza difícil de gobernar.


  1. Babel bárbara


Altiva como la A (anaconda)                            1

Balbuceante como la B (Babel bárbara)

Colérica como la C (carismática)

Dorada como la D (ditirámbica)

Elemental como la E (elegíaca)                       5

Furibunda como la F (fáustica)

Gutural como la G (gárgola)

Hipnótica como la H (hendida)

Íntima como la I (imantada)

Jupiteriana como la J (jónica)                          10

Lúbrica como la L (loba)

Mórbida como la M (marmórea)

Nocturna noctiluca (nacarada noche)

Opulenta como la O (ombligo y ópalo)

Quejumbrosa como la Q (quimera y quejido)  15

Rúnica como la R (rondadora)

Sardónica como la S (soez, soñadora)

Turbadora como la T (tañido y tambor)

Ungida como la U (umbría, ungulada)

Visceral como la V (vientre, voluta)                  20

Yuxtapuesta como la Y (yoica)

te maldigo y te bendigo

te nombro y te fundo.


(De Babel bárbara)


Exégesis: Este original y bello poema posee una densa significación. Se trata de un intento por asediar la verdadera naturaleza de algo o de alguien que no conocemos. El yo poético se siente atraído por ese ser misterioso, seguramente una persona amada que no puede controlar del todo, pues escapa a su control. Trata de definirlo o aprehenderlo a través de palabras dispuestas según un orden alfabético. Son veintiún símiles que comienzan por adjetivo y sigue como término de la comparación la letra correspondiente. Acto seguido, entre paréntesis, aparece otra palabra (en la parte final del poema, dos palabras, yuxtapuestas o coordinadas) que tratan de resaltar una cualidad de ese misterioso ente asediado a través de la palabra. Las características son paradójicas en sí mismas, pues cada verso es contrario en cada una de las partes del símil; y entre los versos también se aprecian rasgos opuestos. Ese algo o alguien es suave, blando, comprensivo y alegre, pero a la vez es duro, áspero, ególatra y triste. Por eso el yo poético, en los versos finales, se siente atraído y repelido por ese ser; lo afirma con la paradoja “te maldigo y te bendigo” (v. 22). El último verso ofrece una clave de lectura interesante, pues al afirmar “ te nombro y te fundo” (v. 23), nos declara el deseo del yo poético de conocer a fondo a ese ser que desea crearlo con su acto poético, pues eso parece expresar el “te fundo” final. La relación entre el yo poético y el ser definido es tensa y contradictoria, dinámica y peligrosa, pues puede romperse en cualquier momento. El tono diálogo (existe como un diálogo soterrado entre el yo poético y la persona amada) es evidente y nuclear en la construcción del texto. El poema está construido en verso libre, pero predomina el verso dodecasílabo; si añadimos el paralelismo que se respeta entre todos los versos, nos ofrece una cadencia repetida y envolvente que marca el ritmo de todo el poema.


  1. Sálvese quien pueda


Si fui amarga fue por la pena.                                               1

El capitán gritó “Sálvese quien pueda”

y yo, sin pensarlo más, me lancé al agua,

como ávida nadadora

como si siempre hubiera estado esperando ese momento,  5

el momento supremo de soledad

en que nada pesa

nada queda ya

sino el deseo impostergable de vivir;

me lancé al agua, es cierto, sin mirar atrás.                         10

De mirar quizás no me lanzara

habría vacilado mirando tus grandes ojos tristes

siniestros remordimientos me hubieran impedido ya

saltar al espacio

tocar la fría humedad del aire                                              15

el nocturno relente

y caer

como recién nacida

en la flotante superficie del bote                                         20

donde todo habría de continuar,

no se sabe adónde.

Si hubiera mirado atrás,

tus grandes ojos tristes

la vela suspendida                                                            25

los cabos sueltos

las cámaras anegadas

como los recuerdos salados del mar.

Si hubiera mirado atrás,

tus grandes ojos tristes,                                                    30

la vela mística suspendida

los cabos sueltos

las cámaras anegadas

como los recuerdos salados del mar.

Si hubiera mirado atrás.                                                   35

“Sálvese quien pueda” gritaba el capitán

De haber mirado

de haber vuelto los ojos

como Eurídice

ya no podría saltar                                                            40

pertenecería al pasado

anclada entre las redes del barco, tu capitán, el moho de las sillas

los versos que consumíamos en las noches de vigilia

tu pereza de saltar,

tu vergüenza de correr,

atrapada entre las hermosas lianas de los versos preferidos,  45

acaso no hubiera respirado más el aire salino

ni visto aparecer el sol;

era un caso de vida o muerte

“Sálvese quien pueda”

había gritado el capitán,                                                     50

la vida era una hipótesis de salto,

quedarse, una muerte segura.


Exégesis: ahora estamos ante un poema alegórico y reflexivo sobre las decisiones que el yo poético tomó en el pasado; identifica la experiencia amorosa como un salto al vacío desde un barco a la deriva; las posibilidades de perder la vida son altas, pero no hacerlo supone la muerte del amor y, por tanto, de toda esperanza de una vida plena. Se repite tres veces la expresión “Sálvese quien pueda”, hecho revelador de los peligros de la tormenta amorosa y de los peligros que pueden hacer zozobrar la vida de la persona. El poema posee un tono retrospectivo, como si el yo poético analizara la validez de sus decisiones en el pasado; se justifica a sí mismo afirmando que no haberse lanzado a la aventura del amor hubiera sido “una muerte segura” (v. 52), es decir, un fracaso existencial. Conviene insistir en que el yo poético le habla a la persona amada, por quien se lanzó al mar del amor. No se arrepiente y piensa que acertó con su apuesta amorosa, aunque no todo ha sido tan fácil. El poema es muy alegórico e incluso parabólico: la vivencia amorosa es como un periplo marítimo que acarrea serios peligros; en un momento dado, la elección puede ser vital y angustiosa, pues también el amor es como un barco que zozobra y el amante es un náfrago cuya vida está en peligro por los peligros del amor.


  1. Proyectos


Podríamos hacer un niño                                1

y llevarlo al zoo los domingos.

Podríamos esperarlo

a la salida del colegio.

Él iría descubriendo                                          5

en la procesión de nubes

toda la prehistoria.

Podríamos cumplir con él los años.


Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad

un fascista de mierda le pegara un tiro.          10


(De Diáspora)


Exégesis: en este poema el yo poético se plantea la posibilidad de formar una familia y tener un hijo. Pinta un cuadro favorable y bonito. Sin embargo, el marco de felicidad salta por los aires en los dos últimos versos del poema; el yo poético imagina que un “fascista de mierda” matara a su hijo al llegar a la juventud. El contenido político del poema es bien visible al identificar al posible asesino de su hijo. El poema expresa mucho más de lo que dice con sus palabras. Alude a la lucha política de los jóvenes en su país, Uruguay, contra la dictadura militar de 1973 a 1985. Vemos que esta situación afecta al proyecto vital del yo poético, hasta el punto de renunciar a la maternidad para no sufrir en el futuro la embestida de la violencia de una dictadura descontrolada. Los ocho primeros versos de este poema en verso libre son breve, de arte menor; los dos últimos versos, sin embargo, son largos. Es una metáfora en sí mismo de la premonición de un sueño roto: mejor no tener hijos para que no los maten. Estamos ante un poema amargo y sombrío que expresa temores de horror que asolan el alma del yo poético.


  1. Fidelidad


A los veinte años, en Montevideo, escuchaba a Mina   1

cantando Margherita de Cocciante

en la pantalla blanca y negra de la Rai

junto a la mujer que amaba

y me emocionaba                                                           5


A los cuarenta años escuchaba a Mina

cantando Margherita de Cocciante

en el reproductor de cassettes

junto a la mujer que amaba,

en Estocolmo                                                                  10

y me emocionaba


A los sesenta años, escucho a Mina

cantando Margherita de Cocciante

en Youtube, junto a la mujer que amo,

ciudad de Barcelona                                                      15

y me emociono


Luego dicen que no soy una persona fiel.


(De Playstation)


Exégesis: “Margherita” es el título de una célebre canción romántica italiana compuesta y cantada, originalmente, por el artista Riccardo Cocciante (Saigón, 1946) en 1976. Mina (Anna María Mazzini, 1940) es una cantante italiana, con fama de rebelde y rompedora de prejuicios, popular por los setenta y ochenta. El yo poético toma esta canción y esta cantante para reflexionar sobre su vida y su trayectoria. Toma tres fechas de su biografía: los veinte años, los cuarenta y los sesenta, en tres ciudades: Montevideo, Estocolmo y Barcelona. Contextualiza el medio como escuchaba la canción: televisión en blanco y negro, casette y youtube, respectivamente. Es evidente que al yo poético, trasunto de Peri Rossi, le encanta esta canción y la ha escuchado a lo largo de su vida. La última estrofa está compuesta por un solo verso, de naturaleza irónica y humorística, a partes iguales. Ahí confiesa que ha sido fiel a esa canción, por lo que no tienen razón los que la acusan de infiel. Juega con la ambigüedad del lenguaje porque no aclara a qué o a quién ha sido fiel, o infiel, en algún momento de su vida. El mensaje subliminal es que a lo esencial, sus gustos musicales, por ejemplo, sí se ha mantenido firme. El poema, en verso libre, resulta melodioso y extrañamente musical, como si imitara la propia canción que toma como pretexto, “Margherita”. La ausencia de puntuación crea una sensación de extrañamiento y ruptura de la lógica, exigiendo al lector la reposición de los nexos que dotan de sentido completo al texto. Las tres estrofas iniciales son muy paralelísticas en el fondo y en la forma; la última rompe con esa repetición cadenciosa para introducir una conclusión algo sarcástica hacia sí misma, pues el tono de broma es bien visible.

 

 

  1. Montevideo

 

Nací en una ciudad triste                                1

de barcos y emigrantes

una ciudad fuera del espacio

suspendida de un malentendido:

un río grande como mar                                 5

una llanura desierta como pampa

una pampa gris como cielo.

 

Nací en una ciudad triste

fuera del mapa

lejana de su continente natural                      10

desplazada del tiempo

como una vieja fotografía

virada al sepia.

 

Nací en una ciudad triste

de patios con helechos                                 15

claraboyas verdes

y el envolvente olor de las glicinas

flores borrachas

flores lilas

 

Una ciudad                                                   20

de tangos tristes

viejas prostitutas de dos por cuatro

marineros extraviados

y bares que se llaman City Park.

 

Y sin embargo                                               25

la quise

con un amor desesperado

la ciudad de los imposibles

de los barcos encallados

de las prostitutas que no cobran

de los mendigos que recitan a Baudelaire.    30

 

La ciudad que aparece en mis sueños

accesible y lejana al mismo tiempo

la ciudad de los poetas franceses

y los tenderos polacos

los ebanistas gallegos                                    35

y los carniceros italianos

 

Nací en una ciudad triste

suspendida del tiempo

como un sueño inacabado

que se repite siempre.                                    40

 

Exégesis: este poema en verso libre es de naturaleza autobiográfica. El yo lírico evoca la ciudad de Montevideo, donde Peri Rossi nació en 1941, hace 81 años, visto desde nuestro presente. Trata de entender la ciudad muchos años después de haberse alejado de ella. Las tres primeras estrofas y la última repiten el verso inicial, “Nací en una ciudad triste”; la tristeza, pues, es la nota esencial de la capital uruguaya. En la primera estrofa sitúa y describe geográficamente Montevideo: río muy caudaloso, barcos, emigrantes, llanura y pampa son sus rasgos esenciales. Introduce un elemento de ruptura, casi surrealista, cuando afirma que está “suspendida de un malentendido” (v. 4); indica que todo es erróneo y está descoyuntado. En la segunda estrofa introduce una localización espacio-temporal más abstracta y genérica; parece indicar que Montevideo debería estar en Europa, por su ambiente; también sugiere su naturaleza algo anacrónica, pasada. La tercera estrofa es más intimista y se centra en percepciones visuales y olfativas, pues describe las plantas y flores que se pueden contemplar en un patio de una casa cualquiera; el tono ahora se hace más intimista. La cuarta estrofa se abre de nuevo al ambiente portuario: tangos, prostitutas, marineros y bares de nombre anglosajón y ambiente provinciano. No es ni mejor ni peor que otra cualquiera, solo extraña. La quinta estrofa rompe con la línea discursiva previa. “Y sin embargo / la quise” anuncia dos novedades: el cambio de la observación externa al de la confesión interna y la irrupción del yo lírico con toda su intensidad. Este ha amado a esa ciudad, Montevideo, a pesar de sus miserias. En la sexta estrofa la ciudad aparece como una visión en un estado onírico, no del todo aprensible; enumera cuatro profesiones y cuatro nacionalidades que pueblan Montevideo; son oficios menestrales, humildes, excepto el primero, “poetas franceses” (v. 33). La última estrofa posee un tono sentencioso y sincrético. La ciudad está “suspendida en el tiempo” (v. 38), es decir, como carente de una materialidad bien definida. Esta naturaleza fantasmagórica de la ciudad se refuerza con el símil final: “como un sueño inacabado / que se repite siempre” (vv. 39-40). Esta visión fantasmal casi bordea la pesadilla, pero se detiene ahí. Queda claro que, a pesar de las miserias de la ciudad, el yo lírico la ama y no puede, ni quiere, olvidarse o desprenderse de ella. Se trata, pues, de un homenaje a Montevideo, aunque en un tono crítico y melancólico al mismo tiempo.


  1. Bitácora

 

No conoce el arte de la navegación             1

quien no ha bogado en el vientre

de una mujer, remado en ella,

naufragado

y sobrevivido en una de sus playas.            5

 

Exégesis: este poema es un aforismo; está compuesto por una sola oración que recoge un pensamiento sentencioso y de alcance permanente. Para entender la vida entera, viene a afirmar, se debe haber amado a una mujer, lo que equivale a una travesía marítima incierta con un naufragio seguro, pero al que se puede sobrevivir. Lo que queda es la dulce sensación de la vivencia amorosa, con su correspondiente carga erótica. El elemento semántico central es “el vientre / de una mujer” (vv. 2-3), metáfora del mar atractivo y traicionero al mismo tiempo. Este breve poema en verso libre es un canto a la sensualidad femenina y a la dicha amorosa.



  1. Erótica

 

Tu placer es lento y duro                                 1

viene de lejos

retumba en las entrañas

como las sordas

sacudidas de un volcán                                   5

dormido hace siglos bajo la tierra

y sonámbulo todavía

 

Como las lentas evoluciones de una esfera

en perpetuo e imperceptible movimiento

Ruge al despertar                                            10

despide espuma

arranca a los animales de sus cuevas

arrastra un lodo antiguo

y sacude las raíces

 

Tu placer

lentamente asciende                                       15

envuelto en el vaho del magma primigenio

y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo

y muge la garganta de un terrón

extraído del fondo

como una piedra.                                            20

 

Tu placer, animal escaso.

 

Exégesis: este poema es una descripción reflexiva, casi analítica, sobre el “placer” de la mujer amada. Tres estrofas de las cuatro que componen el texto, excepto la segunda, comienzan con la expresión “Tu placer”; señalan bien el foco temático principal. El título, “Erótica”, señala perfectamente la intención del yo lírico: se fija en la sensualidad amatoria de la compañera. Compara el amor de esa mujer con un volcán furioso, antiguo y telúrico. Igual que el “magma primigenio” (v. 16) de un volcán sube a la superficie, así surge el “placer” de la persona amada. La última estrofa la conforma un solo verso; es muy sintética, carece de verbo e identifica el amor de esa amada con un “animal escaso”, es decir, raro, infrecuente. El poema está impregnado de un contenido erótico bastante fuerte; el yo lírico hace un poco de voyeur porque observa a la amada en su experiencia amorosa. El carácter alegórico del poema también es evidente. Se arrastra la misma metáfora a lo largo de las tres primeras estrofas, en distintas imágenes, para señalar el carácter primitivo e intempestuoso del amor.



  1.  De aquí a la eternidad

 

Descubrir a Dios entre las sábanas                 1

—no en el templo fariseo

ni en la altiva mezquita—

sábanas blancas

sudario del amor que te cubría                        5

manto sagrado

iniciar la bienaventurada ascensión

de tu piel a la eternidad

de tu vientre al círculo celestial

sentir a Dios en tus húmedas cavidades       10

en el grito vertiginoso

de la jauría de tus vísceras

saber

que Dios está escondido entre las sábanas

sudoroso                                                         15

consagrando tu sangre menstrual

elevando el cáliz de tu vientre

descubrir de pronto que Dios

era una diosa,

última ascesis,                                                 20

de aquí a la eternidad.

 

Exégesis: estamos ante otro poema erótico, pero de tono espiritualizado. Desde el petrarquismo, se identifica al amor con una religión en la que la amada es un dios al que se le debe pleitesía y oraciones para que se se apiade del “creyente”, el enamorado. Este poema en verso libre incide en esta temática, llevada al extremo en la poesía romántica, de ahí los excesos y trivialidades en que ha caído este tópico, bastante manoseado. Para escapar a esa tradición, Peri Rossi se fija en los aspectos más sensoriales y sensitivos de la experiencia amorosa, hasta tocar en la “sangre menstrual” (v. 16), ejemplo de los aspectos más fisiológicos de la anatomía de la mujer, acaso metonimia de la visceralidad telúrica que envuelve el acto amoroso. El poema resulta, pues, extremada e intencionadamente anatómico. El comienzo y el final repiten el marco en el que el amor es un camino de “ascesis” o limpieza y purificación de las creencias y sentimientos, que eleva al amado a un mundo celestial donde la amada es la diosa, digna de toda alabanza; por el camino, se evoca toda la liturgia cristiana de la consagración en la misa. Para el yo poético, esto redunda en la dicha total, como expresa su último verso, “de aquí a la eternidad” (v. 21).



  1. Las palabras son espectros

 

Las palabras son espectros                            1

piedras abracadabras

que saltan los sellos

de la memoria antigua

 

Y los poetas celebran la fiesta                         5

del lenguaje

bajo el peso de la invocación

 

Los poetas inflaman las hogueras

que iluminan los rostros eternos

de los viejos ídolos                                          10

 

Cuando los sellos saltan

el hombre descubre

la huella de sus antepasados

 

El futuro es la sombra del pasado

en los rojos rescoldos de un fuego                  15

venido de lejos,

no se sabe de dónde.


Exégesis: este último poema en verso libre que ahora comentamos posee cierta naturaleza metapoética, es decir, el yo lírico utiliza el texto para reflexionar sobre la poesía y el acto poético; su profundidad y carácter reflexivo son evidentes. El poeta es el encargado de rescatar el pasado y vislumbrar el futuro, que resultan ser la misma cosa, pues “El futuro es la sombra del pasado” (v. 14). La clave se halla en las palabras, según se explica en la primera estrofa; los vocablos son como “espectros”, fantasmas, y poseen poderes mágicos, como cualquier “abracadabra”; el poeta solo es el encargado de ponerlas en marcha. Se repite dos veces la metáfora “los sellos saltan” (vv. 3 y 11). Aunque de interpretación ambigua, parece referirse a la apertura de los secretos más arcanos guardados en cofres bien sellados. La poesía es la responsable de traer el pasado al presente para iluminar el futuro, pues existe una clara conexión en las tres dimensiones temporales. La carga filosófica, casi metafísica, del poema lo dota de gravedad y hondura. El yo lírico se está preguntando por el sentido de la actividad poética, y lo que halla es un significado transcendente: para entender nuestras vidas y el mundo todo necesitamos el ejercicio poético como llave que abre el baúl de los secretos existenciales más escondidos.



2. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Estas actividades se pueden desarrollar y realizar de modo oral o escrito, en el aula o en casa, de modo individual o en grupo. Algunas de ellas, sobre todo las creativas, requieren material o herramientas complementarias, como las TIC).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (aproximadamente, 120 palabras).

2) Señala su tema y sus apartados temáticos. Para ello, contesta a la cuestión ¿de qué se habla y cómo se expresa?

3) Establece la métrica, la rima y la forma estrófica utilizada.

4) Distingue y aclara los núcleos semánticos del poema.

5) Localiza una docena de recursos estilísticos y explica su eficacia significativa y estética.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) Explica cómo se percibe el tono conversacional, confesional y familiar del poema. 

2) Indica cómo se percibe el tono reflexivo del poema.

3) Aparte del yo poético, ¿qué personas aparecen en el poema? ¿Qué sentido posee?

4)  ¿Estamos ante una poesía alegre o triste? Razona la respuesta.

2.3. Fomento de la creatividad

1) Documéntate sobre Cristina Peri Rossi, Premio Cervantes 2022, y realiza una exposición en la clase con ayuda de medios TIC, creando un póster, etc., sobre su vida y obra literaria. 

2) Transforma el poema en un relato en prosa, o teatral, con cierto matiz reflexivo y existencial, como en el poema de Peri Rossi.

3) Imagina un encuentro de Cristina Peri Rossi con tu grupo de clase. Idea preguntas sobre su poesía; otros compañeros pueden dar las respuestas que podrían ser acordes con las de Peri Rossi.

4) Se puede realizar un recital poético o una declamación de poemas de Peri Rossi, acompañado de imágenes alusivas y música, ante la clase o la comunidad educativa. Ahí se pondrá de manifiesto la enorme hondura expresiva y la gran musicalidad de los poemas de nuestra poeta.