06/11/2020

Los conceptos de estándares de aprendizaje y rúbricas de calificación

 

Ourense (XI-2020) ©SVM

Una aclaración acerca de Estándares de Aprendizaje y Rúbricas de Calificación

La reciente entrada en vigor de la LOMCE ha obligado a muchos maestros y profesores a familiarizarse con conceptos pedagógicos nuevos o poco manejados. La propia ley educativa obvia la explicación completa de estos términos que, sin embargo, son importantes para la actividad pedagógica.

Con el ánimo de contribuir a su clarificación, presentamos una reflexión sobre los conceptos de “estándar de aprendizaje” y “rúbrica de educación”. El lineamiento general de nuestra exposición procede del magnífico libro de  Richard I. Arens: Aprender a enseñar, México, Mc Graw Hill, 2007 (7ª ed.) (traducido de la 7ª ed. en inglés, Learning to teach, 2007). Hay que advertir que estamos ante un voluminoso texto (516 páginas en formato A4) que recoge una parte de lo que el graduado universitario en educación infantil y primaria en el sistema universitario estadounidense debe dominar en la materia “Métodos generales de enseñanza”. Pueden ser útiles las siguientes descripciones para los docentes españoles y para los alumnos del Máster de educación para ejercer en Secundaria. 

ESTÁNDARES DE APRENDIZAJE O ESTÁNDARES DE DESEMPEÑO

En el glosario del citado libro se define el estándar (p. G-4): “es una afirmación acerca de aquello que los alumnos deberían saber y ser capaces de hacer. Con frecuencia se utiliza en lugar de “metas” y “objetivos”.

En la p. 103 se define con las mismas exactas palabras. Se añade que surgieron hacia la década de 1980 dentro del movimiento más amplio de rendición de cuentas de la comunidad educativa sobre sus actividades. En concreto, el nacimiento de este concepto se asocia a una respuesta a la bajada del rendimiento escolar en EEUU, así como un nivel de horizonte para los docentes que tenían un bajo nivel de expectativa para alumnos procedentes de minorías o de familias con bajos ingresos económicos.

Los estándares se enuncian de modo generalista y amplio, para que abarque a todo el alumnado; en consecuencia, son susceptibles de una concreción más detallada y mensurables.

Los estándares de desempeño, suministrados por la Administración educativa o por asociaciones profesionales devienen así en “recomendaciones” o descripciones de las capacidades que un alumno debe desarrollar en una materia y curso determinados, dentro de una “estructura curricular”, como se denomina en EEUU.

Arends realiza dos advertencias muy pertinentes: la primera, los valores comunitarios (creencias de amplio espectro de una comunidad, sea estado o país) se ven reflejados en los estándares de educación. La segunda, la influencia y repercusión directa de la Administración educativa sobre la educación es muy elevada, puesto que sus estándares han de aplicarse obligatoriamente en el aula.

Se espera del docente que concrete esos estándares, los interprete y los enseñe “de manera efectiva” a un grupo de alumnos. Y esa tarea implica una selección de contenidos muy cuidadosa. La selección debe hacerse bajo los principios de economía (sólo se recoge lo esencial), poder (claridad y coherencia en la organización del tema), estructuras de conocimiento (organización lógica de las ideas básicas de un tema) y preguntas esenciales (sólo interesan las grandes ideas de una materia).

Los fines, propósitos, metas o resultados son los objetivos que el docente se plantea alcanzar en un tema o bloque de contenido, o una materia a lo largo de un curso. El Sr. Arends los denomina “objetivos instruccionales”, que es una adaptación de los “objetivos conductales”, muy usados en las escuelas norteamericanas; en ellos se medía la conducta del alumno, la situación de la prueba y los criterios de desempeño.

Los objetivos instruccionales de un tema se pueden presentar en una disposición taxonómica, es decir, un conjunto de elementos interconectados y jerarquizados, y relaciones que los unen o les hacen divergir. La taxonomía más utilizada, desde los años cincuenta, ha sido la de B. S. Bloom y sus discípulos (Anderson, L. W y Krathwohl, D.R. (eds.) (2001): A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revisión of Bloom´s taxonoy of educational objetives. Nueva York, Longman). Muy brevemente, conviene recordar que la taxonomía de Bloom posee una dimensión de conocimiento (tipos de conocimiento), organizados en cuatro categorías (factual, conceptual, procedimental y metacognitivo); la otra dimensión  es la del proceso cognitivo: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear). Esta taxonomía son muy útiles para una programación (o planeamiento, como prefieren los traductores) de una materia.

RÚBRICAS DE CALIFICACIÓN

Una rúbrica de calificación es “una descripción detallada de algún tipo de desempeño y de los criterios que se emplearán para juzgarlo” (p. G-8).  La ventaja mayor de las rúbricas es que comunican a los alumnos los criterios antes del desempeño. Es decir, el examinando conoce de antemano qué se espera que conteste en cada apartado y cómo será puntuado.

Existen dos tipos de rúbricas: la holística y la analítica. La rúbrica holística analiza el todo, la generalidad del desempeño. Suele llevar asociadas una puntación (de 0 a 5; el cero corresponde a “No responde/no intenta llevar a cabo la tarea”; el 5 “Demuestra una comprensión total del problema. Se incluyen todos los requisitos de la tarea en la respuesta”).

La rúbrica analítica juzga componentes separados o tareas individuales asociadas a un desempeño. En la plantilla correspondiente, se colocan en columna los cuatro o cinco criterios; en una fila los distintos niveles de desempeño, con una puntuación asociada; la descripción utiliza cuantificadores (“completamente, bastante, suficientemente, escaso…”) para reflejar el nivel de destreza. Arends ofrece materiales y ejemplos en el CD-ROM que acompaña al libro. En la página web de la editorial también se proporcionan herramientas útiles.

La lectura del texto de Arends nos permite extraer dos conclusiones:

-La pedagogía académica de EEUU presenta un alto grado de desarrollo en múltiples aspectos, lo que facilita la formación de docentes cualificados.

-Las autoridades educativas españolas responsables de la LOMCE se inspiraron al menos parcialmente, en cuanto a conceptos, modelos y estructuras de aprendizaje, en el esquema intelectual del Sr. Arends, que responde al de EEUU.

 

No hay comentarios: