León (XI-2020) © SVM |
PABLO NERUDA: “NIÑA MORENA Y ÁGIL…”
Poema 19
Niña
morena y ágil, el sol que hace las frutas, 1
el
que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo
tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y
tu boca que tiene la sonrisa del agua.
Un
sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras 5
de
la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú
juegas con el sol como con un estero
y
él te deja en los ojos dos oscuros remansos.
Niña
morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo
de ti me aleja, como del mediodía. 10
Eres
la delirante juventud de la abeja,
la
embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi
corazón sombrío te busca, sin embargo,
y
amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa
morena dulce y definitiva, 15
como
el trigal y el sol, la amapola y el agua.
- ANÁLISIS
1)
Resumen
Pablo Neruda (Parral,
Chile, 1904 – Santiago de Chile, 1973) es uno de los poetas más influyentes de
la poesía española del siglo XX por su originalidad temática y estilística. El
poema que vamos a comentar es el número 19 del poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924); fue su
segundo libro publicado, a la edad de veinte años; podemos deducir su vocación
literaria muy temprana y el asombroso dominio del lenguaje poético a una edad
precoz.
El poema encierra un
contenido amoroso evidente. Como muchos de ellos, celebra el amor en un tono
exaltado, pero sin ocultar una leve visión sombría que, finalmente, es
rechazada en los versos finales; muchos de estos poemas funcionan así:
celebración inicial de la belleza de la amada y del amor y exposición detallada
a base de potentes imágenes naturales de las razones de su arrobamiento (dos
primeras estrofas); deslizamiento de una sombra de duda sobre su continuidad
(tercera estrofa); y, finalmente, cierre optimista del poema con una
reivindicación del amor y la belleza (cuarta estrofa).
2)
Comentario estilístico
En la primera estrofa el yo
poético asevera que la belleza de la mujer amada es de origen natural; de
hecho, es el sol quien la ha dotado de hermosura. Y señala tres aspectos de su
belleza: cuerpo, ojos y boca; estamos, pues, ante una belleza sensitiva y
sensorial, nada platónica o espiritual. La adjetivación alude a colores
(“morena”, “luminosos”, “del agua”, es decir, transparentes) y a una
característica dinámica: “ágil”, referido a “niña”, primera palabra del poema y
su verdadero núcleo temático. Veremos que el movimiento es parte importante del
contenido del poema.
En la segunda estrofa el
protagonista secundario es el sol, que se rinde a la belleza de la “niña”. En
su primera aparición, el sol “se arrolla en las hebras” de su cabello, pero
sólo para que el poeta se extasíe ante ella, mientras se estira indolentemente
los brazos. El propio sol no es sino un trasunto del poeta, lo que captamos muy
bien cuando califica al sol de “negro” (obsérvese la paradoja, explicable por
su exaltación) y “ansioso”, que no es más que un velo de la impaciencia del yo
poético.
Cuando afirma en el verso 7
“Tú juegas con el sol como con un estero” es algo enigmática; ¿se refiere a
“riachuelo”, o a “estuario”?; las dos imágenes son potentes y es probable que
el propio poeta juegue con la polisemia del vocablo. Sea de ello lo que fuere,
lo que queda claro es que la mujer es más poderosa que el sol, que maneja a su
antojo. Se ha producido un proceso de endiosamiento. Los “dos oscuros remansos”
(v. 8) que permanecen en los ojos de ella muestran su misterio, su secreto
atractivo y temible a partes iguales, parece querer decirnos.
La tercera estrofa comienza
como la primera: “Niña morena y ágil”. Parecería que el mensaje sería
redundante y enfático, pero ocurre todo lo contrario: el yo poético admite que
nada lo acerca a ella y todo lo aleja (obsérvese la doble antítesis, de gran
fuerza expresiva). Luego le aplica a la mujer tres sustantivos que no reflejan
sino su estado emocional: delirio de juventud, embriaguez y fuerza. Lo que el
poeta percibe son impresiones de su arrobamiento provocadas por la
contemplación de la muchacha, sumado a su ansiedad porque ella se aleja a ojos
vista. ¿Por qué? Prefiere omitir la causa; acaso su desinterés, acaso el
hastío.
En la cuarta estrofa
aparece un “sin embargo” que nos permite comprender el movimiento de las
emociones del yo poético: sabe que ella se aleja, pero no se resigna. Confiesa
que “mi corazón sombrío te busca” (v. 13) y “amo tu cuerpo… y tu voz…” (V.14),
lo que reafirma nuestra percepción de su estado de arrobamiento antes
arrebatado, ahora cauteloso. Los dos últimos versos forman un enunciado sin
verbo. Es un modo de expresar la esencia de la belleza de esa “niña”, que se compara
o identifica con “mariposa”, “trigal”, “sol”, “amapola” y “agua”. El trigo, el
sol y el agua son términos metafóricos que ya habían aparecido previamente,
pero no así “mariposa” y “amapola”: el primero alude al movimiento, al
tránsito, acaso efímero, de un lugar a otro; ahora adquiere sentido el adjetivo
“ágil” aplicado a la mujer; el segundo, nos remite a imágenes cromáticas y
visuales de gran profundidad; el rojo intenso de esa flor, su modo de destacar
en el campo verde o amarillo, la hacen singular. Los dos últimos versos es un
modo de decir, por parte del yo poético: justamente te amo porque eres así,
aunque sé que acaso sea una quimera.
Como suele verificarse en
la poesía nerudiana, las imágenes naturales son deslumbrantes e intensas; crean
asombro a un lector más acostumbrado a una poesía más conceptual y, en cierto
modo, artificial. Es un modo de comunicarnos que todo lo que pasa en nuestro
corazón y nuestra mente tienen un correlato exterior; si bien observamos el
mundo, existe como “correspondencias” (Baudelaire, al fondo) entre la realidad
interior, emocional, y la exterior, natural, sensitiva.
3)
Métrica, rima y estrofa
Neruda emplea estrofas de
cuatro versos alejandrinos con rima asonantada en los pares. Esta fórmula, de
versos extensos, permite describir minuciosamente una “niña morena y ágil” y
explicar razonadamente un estado de ánimo, el de enamoramiento arrebatado, que
de otro modo sería muy difícil, sin perder la concentración poética que impone
el límite de las cuatro estrofas. Brevedad estrófica y bastante longitud versal
forman una combinación perfecta y rigurosa de gran eficacia comunicativa.
4)
Interpretación y valoración
Los ecos postrománticos y
modernistas se manifiestan con frecuencia: subjetivismo intenso, aunque
refrenado (los verbos en primera persona no aparecen hasta la tercera estrofa);
exaltación del amor como fuerza arrebatadora superior; y, en fin, correlato de
los sentimientos con elementos naturales que, en cierto modo, se conduelen del
penar poético, aparentemente incomprendido por la amada. El conjunto ofrece una
bella y original composición poética de celebración de la belleza, de la vida y
del amor, aunque acabe en frustración.
- PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las actividades que se proponen se pueden
realizar de modo oral o escrito, individual o en pequeño grupo, en clase o en
tarea de casa. Los medios TIC pueden ayudar).
2.1.
Actividades de comprensión
-
Resuma el poema con cierta brevedad. Indique su tema en un
enunciado compendioso e indique sus apartados temáticos.
-
Analice los aspectos métricos, de rima y estróficos del mismo.
-
Interprete algunos recursos estilísticos y cómo aportan
significación al poema.
-
Por la fecha de escritura, muestre por qué se podría afirmar que
el poema es postromántico y tardo modernista.
2.2.
Actividades de interpretación
-
El amor y la pasión se suelen fusionar o confundir. ¿Ocurre eso en
este poema?
-
Enumere todos los elementos naturales que aparecen en el poema e
identificar la imagen que producen, según el recurso estilístico empleado
(personificación, símil, metáfora, metonimia, etc.). Valore su originalidad.
- Este poema, ¿es realista o idealista? De otro modo, ¿existe un amor verdadero y duradero así?
2.3.
Fomento de la creatividad
-
El recitado del poema es un ejercicio muy significativo; puede
acompañarse de música e imagen, a modo de diaporama.
- Realizar una presentación sobre Pablo Neruda y su producción literaria, con cartel o por medios digitales, supone un aprendizaje significativo duradero.
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