04/11/2020

Ana María Matute: "El incendio" (de "Historias de la Artámila"); análisis y propuesta didáctica

 

León (XI-2020) © SVM

Ana María Matute: “El incendio”

  1. Análisis
1) Resumen    
    Este cuento es el primero de Historias de la Artámila (1961). Nos presenta un contenido en apariencia sencillo, pero de hondo calado reflexivo. El protagonista es “el maestrín”, un muchacho adolescente hijo del maestro de Pedrerías, un lugar inhóspito e irredento que parece destruir a las personas. Es un muchacho inadaptado al rudo ambiente rural, mas leído y sensible. Ha padecido una enfermedad que lo dejó algo tullido, lo que provoca el desprecio de los demás.Todo cambia para él cuando conoce a una chica de una compañía de cómicos que visita el pueblo. Con ella descubre el amor apasionado, accediendo a un estado de felicidad superior. Cuando se entera que los cómicos abandonarán el pueblo al día siguiente, prende fuego a su carromato para que ella no se pudiera ir. Ante el estupor de ella, que sólo quería pasar un rato, el chico muestra una determinación que nadie le suponía. Pero ella, obsérvese que ni siquiera tiene nombre, lo delata. La guardia civil lo lleva detenido, a pesar de que él no entiende qué delito ha cometido.
2) Comentario estilístico y narratológico
    Estamos ante un bello relato acertadamente construido. El ritmo narrativo, la dosificación de la intriga y el dibujo de los caracteres son perfectos. El ambiente y los personajes reflejan la España pobre, humilde, violenta y auténtica de las décadas inmediatamente posteriores a la guerra civil. El desenlace, entre lo grotesco y el absurdo, invita a una reflexión por parte del lector. Como casi siempre en Matute, este se pregunta: ¿cómo hubiera reaccionado yo en su lugar? El chico sólo buscaba amor, belleza, comunicación, pero encontró otra cosa más vulgar y ramplona.
    Las paradojas abundan en el relato: el chico más tranquilo y culto del pueblo, “el maestrín”, es quien reacciona con más virulencia. La chica inofensiva que parece entenderlo sólo busca un rato de solaz con "el maestrín", ese ingenuo y triste muchacho que busca el amor. Tampoco duda en delatarlo ante las autoridades para que sufra su castigo. Las emociones no enriquecen, sino que destruyen. La indiferencia de la gente y cierto desprecio hacia el protagonista muestran muy bien la envidia y el resentimiento social de una población embrutecida por falta de educación.
    A la luz del fuego que él provocó, al fin parece que logra ver la realidad (o solo es el narrador quien la aprecia y "el maestrín" sigue deslumbrado): la chica era una mujer más bien entrada en años, sus alaridos son como los de los cuervos, que gritan: “Piden agua, piden pan; / no les dan…”. Esas revelaciones le hacen caer en un estupor anonadado, y así lo encuentran los guardia civiles que lo detienen. Los elementos naturales funcionan de símbolos de una realidad profunda, casi siempre áspera y horrible: los chopos son imagen de la soledad; los cuervos, de la brutalidad hambrienta; el fuego, de la redención fracasada; etc.
    El juego de alusiones y elusiones es constante: los chopos, los cuervos o grajos, el cementerio, el río, son elementos naturales que asoman esporádicamente para dejarnos una señal interpretativa de lectura. Todos ellos señalan y simbolizan, vía metáfora y metonimia, un mundo aislado, sórdido y violento, con algún rasgo de solidaridad colectiva, pues todos ayudan a apagar el fuego de los carromatos. El narrador también juega un papel muy importante: selecciona los elementos de la realidad que nos llegan a nosotros y nos prepara para una lectura que nos descubre una sociedad áspera y asfixiante al mismo tiempo. Él mismo duda de su propia percepción, por ejemplo referido a la edad de la muchacha, a los efectos del fuego y a la interpretación que "el maestrín" hace de su acción desesperada. No es una figura inocente en absoluto y, en cierto modo, nos empuja a una lectura pesimista sobre las posibilidades de redención de Pedrerías. Por cierto, el nombre del pueblo también es símbolo de su realidad material y espiritual.
    Sin duda alguna, Matute es una de las grandes narradoras de la posguerra española. Su autenticidad, su maestría narrativa y la elección de temas vivos e hirientes para el lector son algunos de sus logros. El manejo de los recursos estilísticos es realmente virtuoso, sobre todo en estos cuentos cargados de poesía y verdad. Su lectura es un viaje literario, intelectual y moral de gran envergadura.
2. Propuesta didáctica
    A continuación presentamos un extracto del cuento “El incendio” para ser analizado y disfrutado en una clase. Todas las actividades pueden realizarse de modo oral o escrito, individual o en grupo.
           Él estaba en el centro del puente, impávido y blanco, como un álamo. Iban todos gritando, con los cubos. La campana del pueblo, allá, sonaba, sonaba. Estaban todos medio locos, menos él.
          Entonces la vio. Gritaba como un cuervo espantoso. Graznaba como un cuervo, como un grajo; desmelenados los cabellos horriblemente amarillos; la diadema de estrellas falsas con un pálido centelleo; el camisón arrugado, sucio, bajo la chaqueta; las piernas como de palo, como de astilla. Aullaba al fuego, despavorida. La luz alba era cruel, y le mostró sus años: sus terribles años de vagabunda reseca. Sus treinta, sus cuarenta o cien años (quién podría ya saberlo). La terrible vejez de los caminos en las mejillas hundidas, en el carmín desportillado, como los muros del cementerio. Allí estaba; sin sueños, sin senderos de sueño, junto a los chopos de la lejanía. Se acercó a ella y le dijo:
          —Para que no te fueras, lo hice…
2.1. Tareas de comprensión lectora, interpretación literaria e indagación estilística
a) Resume el contenido del fragmento en no más de cien palabras.
b) Caracteriza a los personajes según los datos que proporciona el narrador.
c) Delimita el lugar, el tiempo, el ambiente social y emocional donde ocurre la acción.
d) Reflexiona sobre la figura del narrador: ¿objetivo, externo, omnisciente total, neutral ideológicamente?
e) Existe una parte del texto donde faltan verbos en las oraciones: localízala e interprétala.
f) La comparación o símil es un recurso de gran fuerza porque crea imágenes impactantes: identifica las de este texto y proporciona una explicación.
g) Los contrastes, a través de antítesis y paradojas, enriquecen el texto. Te recordamos uno: “Estaban todos medio locos, menos él”; localiza el resto e interprétalos en el sentido del choque entre individuo, “el maestrín”, y sociedad, la de Pedrerías.
2.2. Tareas de interpretación y pensamiento analítico
a) ¿Qué descubre el chico cuando ve a la mujer ante el fuego? ¿Es lo mismo que ve el narrador? Fíjate en la respuesta explicativa que le da él a ella al final del fragmento.
b) ¿Cómo se aprecia en el texto: el hambre, la soledad, la miseria material, la solidaridad y el amor?
c) ¿Podemos creer “al maestrín” en su respuesta a ella sobre el origen del fuego?
d) ¿Para qué sirven los sueños en este relato? (Aparece la palabra al final, por dos veces).
2.3. Tareas de aprendizaje basado en proyectos
a) Accediendo al cuento completo, reinterpretarlo vía cómic, infografía, pequeña representación, transformación teatral; grabarlo en vídeo o exponer el resultado a la clase o a la comunidad educativa.
b) Partiendo de los datos del cuento y de otras fuentes de información, reconstruir la España de la época (entre 1930 y 1960, aproximadamente) en los aspectos sociales, culturales y educativos.
c) En el cuento aparecen “los cómicos”. Informarse sobre ese grupo social y presentar, con ayuda de carteles o infografías, su realidad, su vida, aspiraciones, época en que existieron, etc.
2.4. Fomento de la creatividad
a) Reinterpreta el final del cuento, o del texto que hemos comentado; imagina otro final u otra respuesta del protagonista.

b) Manteniendo la esencia del cuento, reescríbelo conforme a tu contexto social y cultural.

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