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Ourense (I-2021) © SVM |
FRANCISCO DE QUEVEDO: Pues
amarga la verdad
[1] Pues amarga la verdad, 1
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad 5
ha engendrado en mi pereza
la pobreza.
[2] ¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo 10
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.
[3] ¿Quién con su fiereza espanta, 15
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza? 20
La pobreza.
[4] ¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándolos las manos
los ablanda el corazón? 25
¿Quién gasta su opilación
con oro, y no con acero.
El dinero.
[5] ¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana? 30
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza. 35
[6] ¿Quién la montaña derriba
al valle, la hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba 40
vuelve en el mundo ligero?
El dinero.
1.
ANÁLISIS
1)
Resumen
Francisco
de Quevedo (Madrid, 1580 – Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1645) es el
máximo ejemplo del conceptismo barroco español. Este poema es un ejemplo de
ello en sus múltiples facetas, formales o del plano de la expresión, y de
significación o del plano del contenido. En otras palabras, nos sirve muy bien
para entender la mentalidad y los presupuestos estéticos barrocos.
El
yo lírico realiza una reflexión sobre el dinero y la pobreza. El poema
transcurre, pues, entre dos conceptos contrarios. La composición es muy
paralelística y se basa en el recurso de la interrogación retórica; es un modo
enfático de afirmar. De la pobreza habla en términos positivos y elogiosos; del
dinero se expresa con palabras negativas, críticas y descalificatorias. En la
primera estrofa el sujeto lírico justifica por qué ha compuesto el poema: desea
dar a conocer una verdad que, dentro, le “amarga”; sería estúpido guardarla
dentro; ha reunido el valor y la libertad suficiente para decir públicamente lo
que piensa justamente porque es pobre y, se entiende, no tiene nada que perder.
La
segunda estrofa (y el resto de las pares, la cuarta y la sexta) el yo lírico se
centra en el dinero, metonimia de la riqueza; analiza sus causas y
consecuencias. La posesión del dinero provoca que la gente cambie el sistema de
valores, tanto en los aspectos físicos, como en los morales: al feo lo hace
guapo y al necio prudente. El avariento, mal visto en la sociedad, recibe un
nuevo bautismo (como Jesucristo cuando fue bautizado por San Juan Bautista). El
dinero es milagroso, pues convierte lo inútil, las piedras, en algo codiciado,
el pan.
La
tercera estrofa se dedica a explicar la pobreza en tres dimensiones: nadie la
desea y es aborrecida como una lepra, incluso por los reyes poderosos. Aunque
nadie la regula, su “posesión” suele ayudar a ganar el cielo, pues garantiza la
humildad y la sabiduría suficiente para vivir con prudencia.
La
cuarta estrofa pone el foco en el dinero. El yo lírico primero denuncia que el
rico puede sobornar a los jueces y así obtener sentencias; el dinero actúa como
una medicina, pues “cura” el corazón del juez severo, ablandándoselo.
La
quinta estrofa vuelve, por última vez, a explicar ciertos efectos positivos de
la pobreza. Potencia la humildad y sencillez de la persona; aunque el pobre es
mal visto y mirado con sospecha, en realidad es muy cristiana. Sin embargo, el
pobre se ve rodeado del “desprecio y la tristeza” porque la sociedad reniega de
los pobres.
La
última estrofa insiste en el poder nefasto del dinero. Su posesión realiza
milagros; abate la montaña frente al valle, y la hermosa es destruida por el
feo. En un tono más sintético, afirma que el dinero hace posible lo imposible;
y, en fin, da la vuelta a la realidad de las cosas con rapidez; tal es su
poder. Como se puede apreciar, la visión
que ofrece es pesimista sobre el dinero y melancólica sobre la pobreza. Aquel
corrompe, esta abre las puertas de una vida mejor en el otro mundo.
2)
Tema
El
tema del poema se puede enunciar así: análisis sobre los efectos de la pobreza
y la riqueza; aquella es positiva, aunque mal vista; este es negativo, pero
apreciado por todos. Se puede decir con otras palabras: sátira amarga contra el
excesivo poder del dinero y alabanza de la pobreza como camino para ser mejores
personas y ganar el cielo.
3)
Apartados temáticos
Como
es de esperar por la estructura estrófica empleada, la letrilla, se distinguen
muy bien dos secciones de contenido, aunque no en su distribución habitual:
- Las estrofas impares (1, 3 y 5) glosan los
distintos aspectos de la pobreza. Se la aprecia como una realidad positiva para
el hombre.
- Las estrofas pares (2, 4 y 6) conforman la
segunda sección temática; explican los aspectos negativos que el dinero ha introducido
en el mundo. Corrompe a las personas y trastorna el sistema de valores morales.
4) Análisis
métrico y de la rima
Quevedo
ha elegido la letrilla como forma estrófica. Está formada por una redondilla
abba, versos octosílabos y rima asonante), dos versos de enlace (el primero,
con la redondilla; el segundo, con el estribillo) y un estribillo. Este está
formado por un verso cuatrisílabo, aunque no es siempre el mismo; en las
estrofas impares es “la pobreza”; es las pares, “el dinero”; como se ve, cambia
la rima.
5) Comentario estilístico
“Pues
amarga la verdad” es un poema contra la excesiva influencia del dinero y la
demasiado escasa estima de la pobreza en la sociedad en la que se maneja el yo
lírico (más parecida a la nuestra de lo que se pudiera pensar en un primer
momento). El poema se construye en torno a los recursos de repetición: anáfora,
repetición retórica y paralelismo; por otro lado, la interrogación retórica es
el recurso clave. Fuera de la primera estrofa, compuesta con enunciados afirmativos,
las demás se forman con enunciados interrogativos, excepto el estribillo, que
forma una elipsis magnífica (de la oración completa que debería aparecer, solo
lo hace el atributo). Como alterna “la pobreza” con “el dinero”, se imprime una
dinámica muy hermosa y expresiva.
La
primera estrofa se abre con una personificación muy eficaz: la verdad “amarga”
(v. 1); nadie desea escucharla, pero ahí está el yo lírico, para manifestarla;
no la puede guardar dentro porque es “hiel” (v. 3), metáfora de algo ácido,
corrosivo y mortal. El yo lírico ya adelanta en los tres últimos versos de la
primera estrofa afirmando que es pobre (la oración es una pura anfibología; se
podría entender otra cosa, pues el sujeto de “ha engendrado” puede ser la
libertad o la pobreza). No oculta, entonces, la perspectiva desde la que
contempla el asunto poético que ahora aborda.
La
segunda estrofa (y las demás pares) tienen un tono satírico, irónico y crítico
muy marcado; no es de extrañar, pues se dedican a vituperar el dinero. En la estrofa
aparecen tres oraciones interrogativas; todas comienzan con el interrogativo
“Quién”; la anáfora insiste en el excesivo influjo del dinero. Considera al
dinero como milagroso, pues hace que el ciego sea elegante y el descerebrado
una persona juiciosa. Otros dos milagros que produce: hace renacer al
“avariento viejo” y transforma la realidad, de modo que lo que no vale nada
(“piedras”), pasa a ser algo valioso (“pan). La ironía es sarcástica y
demoledora. Al dotar al dinero de poderes sobrenaturales de índole religiosa
cristiana, Quevedo coquetea con cierta crítica a la Iglesia, pero se detiene en
la raya de lo tolerable para la autoridad eclesiástica barroca.
La
tercera estrofa pone el foco otra vez en la pobreza. Esta es vista por la gente
como algo negativo; todo el mundo huye de ella; incluso los poderosos la temen,
como un rey. Sin embargo, es buena, aunque no se rige por leyes. Sirve para
salvar el alma y garantizarse la vida eterna; eleva al hombre a un plano de
virtud superior, afirma el yo lírico; por tanto, debía ser admirada, pero
ocurre todo lo contrario, pues “con su fiereza espanta” (v. 15).
La cuarta estrofa es el turno del dinero, otra
vez. Ahora denuncia cómo con este se corrompen los jueces. Lo expresa con una
metáfora irónica. No es una sustancia medicinal, pero, untando el corazón con
él, el corazón del juez se ablanda. En la siguiente interrogación retórica
explica cómo atrae a la gente, como una medicina curativa. La opilación es el
estado fisiológico de obstrucción de las vías (estreñimiento, en román
paladino); se producía, sobre todo en las mujeres, cuando se mascaba arcilla
para que la piel estuviera blanca, signo de distinción social. La opilación se
combatía tomando agua ferruginosa, es decir con “acero”, sinónimo de “hierro”.
Pues muchos no combaten la opilación con el metal curativo, sino con oro. Este
importa más que recobrar la salud. El mejor medicamento, afirma el yo lírico
irónicamente es el oro; ni “ungüentos”, ni “acero”; el metal amarillo es quien
cura de veras.
La
quinta estrofa vuelve, por última vez, sobre la pobreza. Ahora vemos su efecto
benéfico: el hombre se hace humilde y sencillo, aunque los demás lo miren como
a un “hereje” (v. 32), es decir, un apestado. Además, cae sobre él el
“desprecio y la tristeza” (v. 34) de los demás; socialmente, la pobreza está
muy mal vista y acarrea la marginación del individuo.
La
última estrofa vuelve, por última vez también, sobre el dinero. Señala tres
consecuencias negativas de su excesivo poder: trastorna los valores naturales
(“la montaña derriba / al valle”, vv. 36-37), permite cumplir cualquier deseo,
aunque sea “imposible” (v. 39). Finalmente, a modo de resumen sintético, el
dinero “lo de abajo arriba / vuelve en el mundo ligero” (vv- 39-40). Su poder
es, sencillamente, inconmensurable; y ello gracias a la estupidez humana y al
desvío moral que sufre la sociedad, despreciando la virtud y fomentando la
codicia.
Hemos
visto que estamos ante un maravilloso poema en cuanto a su construcción; el
equilibrio entre los dos polos antitéticos (dinero y pobreza) es perfecto,
tanto desde el punto de vista temático, como desde el compositivo. El hecho de
que casi todo el poema esté compuesto a base de interrogaciones retóricas lo
dota de un poderoso mensaje connotativo. La ironía, la sátira y el sarcasmo
recorren todo el poema.
6) Contextualización
Francisco
de Quevedo y Villegas (Madrid, 1570 - Villanueva de los Infantes, Ciudad Real,
1645) es uno de los más grandes escritores de la literatura española y
universal. Su versatilidad es asombrosa, junto con enorme capacidad expresiva
sobre temas y formas muy distintas entre sí. Es el ejemplo más firme de la
literatura conceptista barroca: expresión reconcentrada, anfibología o doble
sentido en los enunciados,densidad significativa, juegos verbales y mentales
que exigen un notable esfuerzo del lector para descubrir el ingenio del
escritor, etc.
La
producción poética es de gran envergadura y calidad. Se calcula que compuso
sobre 875 poemas, bajo el molde de casi todos los subgéneros de su época:
poesía satírico-burlesca, amorosa, moral e inmoral, religiosos (donde se
incluyen sus célebres Salmos) y
fúnebres. Se incluyen poemas metafísicos
y filosóficos de carácter neoestoico. En vida circularon de forma manuscrita
muchos poemas. En forma impresa se recogieron póstumamente en dos obras: El Parnaso español (1648, al cuidado de
sus amigo José Antonio González de Salas) y Las
Tres Musas Últimas Castellanas (1670, al cuidado de su sobrino Pedro
Alderete).
Sus
obras en prosa también son muy abundantes. Según su contenido, se clasifican en
varios grupos. Primero, veremos las obras literarias.
Entre las obras
satírico-morales, sobresale Sueños y
discursos, donde critica oficios, personajes y tipos sociales de su época;
su estilo es mordaz, casi cínico, satírico y un punto escéptico. Toma el modelo
del escritor griego Luciano de Samósata.
Escribió dos
«fantasías morales», el Discurso de todos
los diablos y de La hora de todos.
Ambas son también sátiras lucianescas de característico tono tragicómico;
alcanza gran elegancia y virtuosismo. La diosa Fortuna da a cada uno lo que
merece; el desbarajuste es tal que es mejor volver al desorden previo. Su novela picaresca Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de
vagamundos y espejo de tacaños, apareció impresa en Zaragoza en 1626.
Alcanzó fama en su época por su estilo expresionista y su homor negro,
esperpéntico y corrosivo; la hipérbolización, cosificación y animalización de
los inmorales personajes es el procedimiento continuo de degradación de la
realidad.
Premática y aranceles, hechas por el fiel de las putas, Consejos para
guardar la mosca y gastar la prosa, Premática
del tiempo, Capitulaciones
matrimoniales y Capitulaciones de la
vida de la Corte son sátiras burlescas de los géneros
burocráticos-administrativos habituales en las secretarías del gobierno.
En Cartas del caballero de la Tenaza
(1625), en forma epistolar, cuenta las argucias y pretextos de un hidalgo
tacaño que evita que su enamorada le extraiga dinero.
El Libro de todas las cosas y otras muchas más.
Compuesto por el docto y experimentado en todas materias. El único maestro
malsabidillo. Dirigido a la curiosidad de los entremetidos, a la turbamulta de
los habladores, y a la sonsaca de las viejecitas.
Otro
título chocante es Gracias y desgracias
del ojo del culo. Se trata de una obra breve en el que describe detalladamente,
con humor negro, corrosivo y escatológico, las vicisitudes alegres y tristes
relacionadas con el ano y sus aledaños.
Quevedo
también escribió teatro. No existe un catálogo definitivo de sus obras,
pero destacan Cómo ha de ser el privado y un conjunto de entremeses, como La
polilla de Madrid, El marido pantasma,
El marión, El caballero de la Tenaza, El
niño y Peralvillo de Madrid, La
ropavejera y Los refranes del viejo
celoso.
Entre las obras no literarias, algunas son de naturaleza
política. Destaca España defendida… Argumenta
a favor de la calidad y virtudes de las letras españolas y de su cultura
humanista, además de la historia hispana, ya por entonces atacada a través de
la “leyenda negra”. En Política de Dios,
gobierno de Cristo defiende un gobierno regido por los principios
cristianos. Defiende la aparición del Apóstol y su patronazgo de España en Memorial por el patronato de Santiago.
Su defensa, agresiva y fuerte, de la política económica del valido Conde-Duque
de Olivares en El chitón de las
tarabillas (1630) es tan mordaz que se retiró al poco de publicarse. Su
antijudaísmo lo vertió por escrito en Execración
contra los judíos (1633); ahí desliza críticas al Conde-Duque, lo que luego
pagaría con su encarcelamiento en San Marcos de León. Critica la revuelta
catalana de 1640 en La rebelión de
Barcelona ni es por el güevo ni es por el fuero. La Vida de Marco Bruto, recrea la vida del hijo y homicida de Julio
César.
También compuso obras de contenido religioso y de consejos
de una vida cristiana. Son sus obras ascéticas, como Vida de Santo Tomás de Villanueva, Providencia de Dios (es un tratado contra los ateos, compuesto bajo
el principio de un cristianismo estoico), Vida
de San Pablo y La constancia y
paciencia del santo Job.
Entre las obras filosóficas sobresale por su densidad, su
estilo limpio y su estoicismo un tanto escéptico La cuna y la sepultura para el conocimiento propio y desengaño de las
cosas ajenas.
Escribió varios volúmenes de crítica literaria, dirigidos a
vituperar el estilo culterano y al propio Luis de Góngora, por quien sentía
mucha antipatía. El título más célebre es La
aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día. La culta latiniparla es un libro
burlesco y satírico, con “consejos” para dominar el estilo gongorino.
Asimismo,
dejó un jugoso epistolario y muchas traducciones del latín (Propercio y Séneca,
a quienes admiraba) y del griego (criticadas por flojas).
7) Interpretación y valoración
El
poema “Pues amarga la verdad” es un extraordinario ejercicio de ingenio
conceptista. Quevedo aborda la excesiva influencia del dinero en la sociedad,
así como el menosprecio que sufre la pobreza. Son como sinónimos de soberbia y
humildad, engreimiento y sencillez, hipocresía y autenticidad, etc. Pero
también de privilegio frente a exclusión, lo que es más dramático
Podemos
percibir que este poema ha surgido tras un periodo de reflexión personal, acaso
con experiencias negativas sufridas en sus carnes. Lo cierto es que en la época
barroca, como hoy, la sociedad concede una enorme importancia a la posesión y
acumulación de riqueza. Quevedo denuncia este estado de cosas, contrario a la
moral cristiana, a la que él alude en varias ocasiones.
La
construcción del poema es original y muy hermosa. Las estrofas, con sus
recursos sabiamente dispuestos, crean un efecto lector muy vivo. La
interrogación retórica y los recursos de repetición insisten machaconamente en
un estado de cosas censurable. El poema posee una carga moral importante,
entremezclada con la sátira y la ironía.
Con
la lectura, el lector se siente abrumado y sorprendido ante tanto despliegue de
agudeza poética y finura conceptual. Qué duda cabe, estamos ante uno de los
sonetos morales sobre la distribución de la riqueza más brillantes de la poesía
española.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
2.1. Comprensión lectora
1)
Resume el poema.
2)
Expresa su tema y sus apartados temáticos.
3)
Estudia la medida de los versos y la rima, indica las estrofas y la composición
estrófica empleada por Quevedo.
4)
Explica los recursos estilísticos más interesantes que nos permitan comprender
el poema. Es interesante enumerar el número de metáforas aplicadas a la riqueza
y la avaricia, frente a la pobreza y humildad.
2.2. Interpretación y
pensamiento analítico
1)
Indica los rasgos propios de la literatura barroca conceptista visibles en el
poema.
2)
¿Por qué la sociedad está equivocada en la valoración de la riqueza? ¿Se habla
solo de una vida o de más, en este poema?
3)
¿Cómo podemos inferir, por la estructura de la composición, que la balanza va
de un extremo a otros, sin posibilidad de un justo medio?
4) La
visión de la escala de valores preponderante en esa sociedad española barroca,
que se desprende de la lectura, ¿es optimista o pesimista? Aporta razones.
5)
¿Cuál es la “verdad” que le “amarga” (v. 1) al yo lírico y desea hacerla
pública cuanto antes? .
6)
¿Por qué suprime tantas palabras y partes de la oración en el estribillo?
2.3. Fomento de la
creatividad
1)
Explica o recrea en un texto creativo, en prosa o en verso, el contenido del
poema. Se trata de recoger una reflexión sobre la importancia de la riqueza y
la pobreza en nuestra sociedad.
2)
Imagina una entrevista de tu clase con Francisco de Quevedo. ¿Qué preguntas
harías?
3)
Redacta un diálogo teatral más o menos fiel al contenido del poema. Tendrá dos
personajes, el yo lírico y alguien con un pensamiento contrario, si es que es
posible en este paradójico poema.
4)
Prepara una exposición o presentación ante la clase o la comunidad educativa,
con un cartel, o con medios TIC, sobre Francisco de Quevedo y su tiempo
barroco.
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