24/05/2022

Antonio Machado: «Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido» (poema de «Campos de Castilla»); análisis y propuesta didáctica

 ANTONIO MACHADO - “Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido”



CXXXIII

LLANTO DE LAS VIRTUDES Y COPLAS POR LA MUERTE DE DON GUIDO


Al fin, una pulmonía                     1

mató a don Guido, y están

las campanas todo el día

doblando por él ¡din-dán!

Murió don Guido, un señor            5

de mozo muy jaranero,

muy galán y algo torero;

de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo

este señor de Sevilla;                  10

que era diestro

en manejar el caballo,

y un maestro

en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,          15

era su monomanía

pensar que pensar debía

en asentar la cabeza.

Y asentóla

de una manera española,            20

que fue casarse con una

doncella de gran fortuna;

y repintar sus blasones,

hablar de las tradiciones

de su casa,                                25

a escándalos y amoríos

poner tasa,

sordina a su desvaríos.

Gran pagano,

se hizo hermano                       30

de una santa cofradía;

el Jueves Santo salía,

llevando un cirio en la mano

— ¡aquel trueno!—,

vestido de nazareno.                 35

Hoy nos dice la campana

que han de llevarse mañana

al buen don Guido, muy serio,

camino del cementerio.

Buen don Guido, ya eres ido    40

y para siempre jamás...

Alguien dirá: ¿Qué dejaste?

Yo pregunto: ¿Qué llevaste

al mundo donde hoy estás?

¿Tu amor a los alamares         45

y a las sedas y a los oros,

y a la sangre de los toros

y al humo de los altares?

Buen don Guido y equipaje,  50

¡buen viaje!...

El acá

y el allá

caballero,

se ve en tu rastro marchito,   55

lo infinito:

cero, cero.

¡Oh las enjutas mejillas,

amarillas,

y los párpados de cera,         60

y la fina calavera

en la almohada del lecho!

¡Oh fin de una aristocracia!

La barba canosa y lacia

sobre el pecho;                    65

metido en tosco sayal,

las yertas manos en cruz,

¡tan formal!,

el caballero andaluz.



  1. ANÁLISIS

  1. Resumen

Antonio Machado es uno de los más excelsos poetas en lengua española. La profundidad y deslumbrante belleza de su poesía alcanza cotas muy altas. Este poema irónico, humorístico y sarcástico es una crítica a cierto tipo de “caballero andaluz” (como se afirma en el último verso). Don Guido es un hombre rico y acaba de morir. El yo poético recuerda su juventud disoluta, inmoral y depravada. Para arreglar su economía, se casa con una mujer rica. Cambia sus hábitos de diversión reprobables (mujeres, toros, alcohol y caballos) por sus frecuentes visitas a la iglesia y su adhesión a una cofradía religiosa. Como balance de la vida de don Guido no queda nada positivo, ni tampoco para el otro mundo puede llevar nada estimable. Ahora yace muerto, con rostro grave, pero no el yo poético no olvida la vida de farsa, disolución y cinismo de este “caballero andaluz”. 

2. Tema

El poema aborda dos temas principales:

-Crítica y sátira del “caballero andaluz”, disoluto e inmoral en su vida.

-Ridiculización sarcástica de la vida hipócrita de la vida holgada de un hombre adinerado que no hizo nada positivo en su vida.

3. Apartados temáticos

El poema presenta tres apartados temáticos. De este modo, tenemos:

-Primer apartado (vv. 1-4): el yo poético enuncia o presenta el asunto de su poema: la muerte de don Guido. 

-Segundo apartado (vv. 5-35): breve biografía de don Guido: jaranero, vividor, inmoral, pero luego reconvertido a una vida hipócrita y cínica.

-Tercer apartado (vv. 36-49): balance del yo poético sobre la vida de don Guido: nada hizo, nada se lleva; fue un elemento social parásito.

-Cuarto apartado (vv. 50-69 y final): despedida irónica y humorística de don Guido. Ha muerto con aspecto muy formal, pero su vida disoluta no se olvida fácilmente.

4. Aspectos métricos y de rima

Este poema está compuesto por sesenta y nueve versos octosílabos y tetrasílabos agrupados en una sola estrofa. La rima es consonante; los versos se agrupan formando cuartetas (abab), redondillas (abba), pareados (aa) y tercetas (aba); en efecto, son una sucesión de coplas, entendiendo por esta “Composición poética que consta solo de una cuarteta de romance, de una seguidilla, de una redondilla o de otras combinaciones breves, y que por lo común sirve de letra en las canciones populares” (DLE). Este tipo de estructura métrica es bastante frecuente en Campos de Castilla. 

5. Comentario estilístico

El tono irónico y sarcástico del poema es su primera característica compositiva de relevancia. Todo el contenido rezuma humor y sátira contra el “caballero andaluz”, un tipo social específico encarnado en este don Guido, que acaba de morir. La primera cuarteta anuncia la muerte de este personaje; la causa de su muerte, una pulmonía, ya ridiculiza la supuesta solemnidad del personaje. La onomatopeya “din-dán” (v. 4) refuerza este tono irónico.

Comienza a continuación una biografía satírica de don Guido, compendio de bastantes vicios: juerguista, conquistador y, de mayor, rezador. En su juventud se entregó al vicio de la carne en Sevilla y a asuntos poco productivos, como la equitación y el escanciado de la manzanilla. Al dilapidar su fortuna, optó por un matrimonio de conveniencia y, de paso, reformar sus costumbres. Moderó sus escándalos sociales (recogidos en la semi-metáfora de “desvaríos”) y dedicarse a enaltecer su pasado noble.

Inmediatamente, el yo poético critica su hipocresía religiosa; lo hace a través del oxímoron “pagano” / “hermano” (vv. 29-30); la paronomasia realza la antítesis de significación. Lo ridiculiza cuando nos lo pinta de procesional, cirio en mano y vestido de nazareno, habiendo sido un “trueno” (v. 34), metáfora de sus vicios.

La campana, personificada, nos avisa de que se enterrará pronto, inexorablemente. El yo poético hace balance de la vida de este disipado personaje; aquí el sarcasmo es feroz y firme. No deja nada en esta vida que sea digno de recordar; a la otra no lleva nada sustancial, salvo sus frivolidades con la ropa, los toros y la beatería ritual de la parte final de su vida. La antítesis dejar / llevar incide en su vacuidad.

El yo poético le desea, irónicamente, buen viaje. El “rastro” que deja en este mundo es “cero, cero” (v. 57). La repetición enfatiza la vaciedad de su existencia y su nula aportación al vivir colectivo. La descripción final del cadáver, que parecería elegíaca, es una broma cruel contra don Guido, resaltada a través de la exclamación retórica que ocupa los versos 57-60. Enumera algunas partes de su rostro: mejillas, párpados, calavera, para destacar, irónicamente, su frivolidad, aunque ahora parezca muy grave en su lecho de muerte. 

El yo poético lo toma como representante de una parte de un grupo social distinguido, “la aristocracia”, que se extingue con él. Sigue la descripción del cadáver de don Guido con la enumeración sarcástica de otras partes de su cuerpo: la barba, el pecho y las manos. Todo es muy “formal”, propio del “caballero andaluz” serio ante la muerte y un tarambana ante la vida.

Este hermoso y divertido poema es una seria reflexión sobre la nula aportación a la sociedad de un determinado grupo social, un porcentaje de los aristócratas que dilapidan, pero no aportan nada a la sociedad de la que obtienen sus beneficios. Entre bromas, ironías y sátiras, Machado llama la atención sobre la obligación que todos tenemos, en la medida de nuestras responsabilidades, de aportar a la sociedad elementos de progreso.

6. Contextualización

Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875 - Colliure, Francia, 1939) es uno de los más profundos y sublimes poetas en lengua española. Se casó con Leonor Izquierdo en 1909, profundamente enamorados a pesar de los casi veinte años de diferencia entre los cónyuges. Sin embargo, el fallecimiento fulminante de Leonor, por tuberculosis, en 1912, truncó esa felicidad. Machado cayó en una duradera y honda etapa de dolor y melancolía. Su muerte en el exilio por la Guerra Civil puso fin a una vida realmente sobrecogedora, llena de tribulaciones y desgracias, que Machado supo encajar con paciencia y sabiduría.  
Su poesía, delicada, grave, armónica y dotada de una hermosura sobrecogedora, figura entre los frutos más granados de la poesía española. Citaremos, de entre sus obras, su primer libro de poesía, Soledades (1903), el bellísimo y profundo Campos de Castilla (1912); es, en nuestra opinión, uno de los libros más hermosos de creación poética en cualquier lengua, momento y lugar. Las siguientes composiciones poéticas se fueron sumando a las distintas ediciones de Poesías completas (1928, la primera edición). Machado también escribió teatro poético al alimón con su hermano Manuel (por ejemplo, la primera pieza compuesta: Desdichas de la fortuna, o Julianillo Valcárcel, 1926). En los últimos años de su vida, Machado se entregó a la prosa poética, filosófica y reflexiva, utilizando dos heterónimos, Abel Martín y Juan de Mairena. Los dos títulos más importantes son Juan de Mairena (1936) y el póstumo Los complementarios (1957). 

7. Interpretación y valoración

Si nos fijamos en el título, encontramos la clave de lectura de este divertido y amargo poema. “Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido” ya anuncia el tono elegíaco del contenido; pero las “virtudes” de don Guido no son tales, sino un conjunto de feos vicios. Las “coplas”, son, en efecto, el conjunto de las estrofas menores que conforman el poema.

La ironía aparece en el título de un modo explícito. El sarcasmo se verbaliza a lo largo del poema: no son cualidades positivas las que ostenta este caballerete, sino negativas. En el fondo del poema late una reflexión seria y amarga sobre el tipo de vida de ciertos miembros de la aristocracia española. La hipocresía y la irresponsabilidad son sus notas más llamativas. Machado critica casi violentamente la falta de colaboración de estos individuos para el avance social y cultural del país.

El contenido también posee un ingrediente humorístico de primer orden. La ridiculización de don Guido, grotesca y despiadada, hace que el lector esboza una sonrisa, aunque amarga. El poema es divertido, humorístico y chispeante, pero con un fondo de reflexión ética de primer orden.

2. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).


2.1. Comprensión lectora 

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente). 

2) Señala su tema principal y los secundarios. 

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido. 

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada. 

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario? 

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a los elementos de la naturaleza, y cómo impactan en el poeta. 

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado. 

2.2. Interpretación y pensamiento analítico 

1) ¿Quién es don Guido y a qué grupo social representa? 

2) El poeta, ¿aprueba o desaprueba la vida de don Guido? ¿Por qué? 

3) ¿Por qué aparece un fuerte contraste entre la vida de juventud de don Guido y la de adulto y mayor? 

4) ¿Cómo se aprecia en el texto el humor, la ironía y el sarcasmo?

5) ¿Es importante el asunto de la aportación del individuo a la vida en común? ¿Dónde lo apreciamos? 

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese con humor, ironía y sarcasmo un hecho social bien conocido por todos.  Puedes imprimir un sentido reflexivo y crítico como ha realizado Antonio Machado.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y el poeta Antonio Machado a propósito de su poema y de su vida. 

3) Realiza una exposición sobre Antonio Machado, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc. 

4) Aporta o crea imágenes de un hecho social relevante, pero visto con ironía y sarcasmo. Haz que intervenga la reflexión, siguiendo el ejemplo de Antonio Machado.




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