28/10/2020

Antonio Machado: "A don Francisco Giner de los Ríos"; análisis y propuesta didáctica

 

Tui, Pontevedra (VIII-2020) © SVM


ANTONIO MACHADO - A don Francisco Giner de los Ríos

A DON FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS


Como se fue el maestro,                                 1

la luz de esta mañana

me dijo: Van tres días

que mi hermano Francisco no trabaja.

¿Murió?... Sólo sabemos                                  5

que se nos fue por una senda clara,

diciéndonos: Hacedme

un duelo de labores y esperanzas.

Sed buenos y no más, sed lo que he sido

entre vosotros: alma.                                    10

Vivid, la vida sigue,

los muertos mueren y las sombras pasan;

lleva quien deja y vive el que ha vivido.

¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!

 

Y hacia otra luz más pura                              15         

partió el hermano de la luz del alba,

del sol de los talleres,

el viejo alegre de la vida santa.

... ¡Oh, sí!, llevad, amigos,

su cuerpo a la montaña,                               20

a los azules montes

del ancho Guadarrama.

Allí hay barrancos hondos

de pinos verdes donde el viento canta.          

Su corazón repose                                        25

bajo una encina casta,

en tierra de tomillos, donde juegan

mariposas doradas...

 

Allí el maestro un día

soñaba un nuevo florecer de España.           30

 

Baeza, 21 de febrero de 1915

 

 

1. ANÁLISIS

1. Resumen

    “A don Francisco Giner de los Ríos” (poema CXXXIX de Campos de Castilla (1912), el primero de la sección “Elogios”) es un hermoso e intenso poema de Antonio Machado.  El sujeto lírico comienza intuyendo la ausencia de Francisco Giner de los Ríos (Ronda, Málaga, 1839 - Madrid, 1915), a quien llama “hermano”. Sin embargo, su muerte no es un abandono de la vida total, sino como una presencia de otro tipo distinto a la física. El sujeto lírico le cede la palabra a Giner y exhorta a sus amigos a ser buenos, a seguir trabajando con honradez y tenacidad, con un sentido transcendente de las cosas. La muerte no acaba con todo, pues se sigue vivo en la memoria y el corazón de los que siguen en este mundo. La segunda estrofa caracteriza a Giner como una persona íntegra y sabia, favorecedor del trabajo, ejemplo él mismo de vida sencilla y laboriosa. Exhorta a los amigos a que conduzcan el cadáver de su amigo a la Sierra de Guadarrama, en el norte de Madrid, para que lo inhumen bajo a los pies de una encina. El lugar no es gratuito, pues justamente allí Giner imaginaba una España nueva, próspera y feliz.

2. Temas del poema

    El poema es una elegía de Machado dirigida a Francisco Giner de los Ríos. Expresado de otro modo: homenaje sentido hacia un ser querido y admirado por su reciente fallecimiento; no ha muerto, pues sigue vivo en el recuerdo de muchas personas.

3. Apartados temáticos

    En el poema se observan tres secciones de contenido, que coinciden con el número de estrofas:

-Primera parte (vv. 1-14): narra breve y reticentemente el fallecimiento de Giner de los Ríos. Pronto le cede la palabra; el fallecido alienta a sus amigos a que continúen laborando, que se rijan por la bondad, que no se aflijan por su ausencia, pues, de algún modo, sigue vivo entre ellos, en su memoria. No es momento de que tañan las campanas por el dolor, sino de que suenen los yunques por la actividad de esas personas amigas del difunto que no se dejan amilanar por la tragedia y continúan con su afán transformador.

-Segunda parte (vv. 1-28): primero se narra el viaje del fallecido hacia la esfera de la luz y de la inmortalidad. Inmediatamente el sujeto lírico apremia a sus amigos a que trasladen el cadáver de Giner de los Ríos a la Sierra del Guadarrama; allí han de enterrarlo en un lugar muy concreto; se trata de un valle tranquilo, sereno y luminoso.

-Tercera parte (vv. 29-30): Explica la razón de la elección de ese lugar. Es el mismo que utilizaba el finado para soñar en una España florecida. Es justo que allí yazga el corazón soñador de una persona que se empeñó en la reconstrucción moral, educativa y material de una España maltrecha.

4. Aspectos métricos y de la rima

    El poema está compuesto por veinte versos distribuidos en tres estrofas. Los versos son heptasílabos y endecasílabos, con una distribución irregular (7,7,7,11,7,11,7,11,11,7,7,11,11,11; 7,11,7,11,7,7,7,7,7,11,7,7,11,7; 7,11). En cuanto a la rima, observamos que riman los versos pares en á-a, quedando los impares libres; corresponde a la rima del romance. En conjunto, tenemos una silva romanceada, fórmula estrófica bastante empleada por Machado, cuya fuente más directa es Bécquer.

5. Comentario estilístico

    El poema se abre con una metáfora personificada: la luz (imagen de la eternidad pura) le dice al sujeto lírico que Giner de los Ríos (nombrado como “mi hermano Francisco”, donde descubrimos la afinidad espiritual que el sujeto lírico encuentra entre Giner de los Ríos y la luminosidad) que hace tres días que no se sabe nada de Giner de los Ríos. Esto se expresa a través de la metáfora “no trabaja” (v. 4), es decir, se insiste en la laboriosidad de Giner de los Ríos. Los encabalgamientos y los hipérbatos son constantes, de modo que no los vamos a comentar, por mor de la brevedad. Aportan expresividad emotiva e intensidad emocional a la significación del poema.

    El sujeto lírico se interroga sobre si su amigo murió. Lo pone en duda a través de la interrogación y de la suspensión consiguiente. Lo que sí conoce es que Giner de los Ríos emprendió un camino de purificación, expresado por la metáfora “senda clara” (v. 6). A partir del verso 7 el sujeto lírico cede la voz al propio Giner de los Ríos, quien pide a sus amigos que sigan trabajando con ilusión (expresado con la metáfora y metonimias “Hacedme / un duelo de labores y esperanzas”, vv. 7-8). En esta sección es muy apostrófico, expresado a través de los verbos en imperativo. El choque conceptual de “labores” y “esperanzas” crea una paradoja intensa. Solicita a sus amigos que busquen la bondad y que inspiren a los demás con sus conducta. La repetición de “sed” en el mismo enfatiza ese deseo. Ser “alma” (v. 10) es la metáfora elegida para significar la transcendencia de las personas. 

    El tercer verbo en modo imperativo dirigido a sus amigos es “vivid” (v. 11); el políptoton con “vida” indica a las claras el deseo de que los vivos continúen con su labor, pues la vida está para ser activos, no perdidos en los recuerdos. Esta certeza la expresa a través de una obviedad (“los muertos mueren”, v. 12) y una hermosa metáfora con metonimia (“las sombras pasan”). El paralelismo interno que forman las dos expresiones imprimen un tono de gravedad a la afirmación. El verso 13 es muy relevante y hermoso. Expresa dos paradojas, expresadas de modo elíptico, de gran hondura; “lleva quien deja” significa que el difunto se lleva con él el recuerdo y cariño de los vivos que lo apreciaron. “Vive el que ha vivido” alude a que la vida del fallecido continúa en la memoria de los vivos, pues les ha dejado una huella indeleble.

    El último verso de esta primera estrofa se cierra con un epifonema realmente sobrecogedor. A través de dos metonimias personificadas se exhorta a que las personas sigan trabajando y que cesen los lamentos por la muerte. Hasta aquí, la intervención de Giner de los Ríos, aunque el verso 14 puede entenderse como proferido por el sujeto lírico. La exclamación retórica del verso final imprime un carácter enérgico y resolutivo a la estrofa entera.

    La segunda estrofa expresa los sentimientos del sujeto lírico. Giner de los Ríos es una persona iluminada (así lo significa la metáfora “hermano de la luz del alba”, v. 16); con su muerte, ha emprendido un viaje hacia la purificación; es lo que expresa la metáfora comparativa “otra luz más pura” (v. 15). La presencia de “sol” (v. 17) inciden en la misma idea. Se recalca la llamada a la laboriosidad por parte del difunto (“talleres”, v. 17), pues es el camino del progreso. A continuación añade, en el verso 18, tres notas de carácter de Giner de los Ríos: era mayor, era de carácter risueño y llevaba una vida de santidad. Son tres rasgos positivos y encomiables, en los que apreciamos la admiración del sujeto lírico por el difunto.

    A partir del verso 19 el poema adquiere un tono de apremio y apóstrofe, dirigido a los amigos del sujeto lírico. Se abre con una suspensión, signo de una meditación previa que ahora se interrumpe al retomar el discurso poético. Sigue una exclamación retórica de afirmación enfática (“¡Oh, sí!”), como urgiendo a hacer algo importante. Y eso que se debe realizar es transportar al difunto a la Sierra de Guadarrama, querida y admirada por el sujeto lírico. Alude a ella a través de metonimias metaforizadas de hondo sentimiento. La primera es  “azules montes” (v. 21); aquí se crea una sinestesia muy emotiva, pues junta cielo y tierra en una sola percepción. La segunda es “ancho Guadarrama” (v. 22) y expresa de maravilla la inmensidad de esos parajes, donde la vista se pierde en el horizonte. En la misma línea de resalte de lo agreste de ese lugar aparece “barrancos hondos” (v. 23), “pinos verdes” (v. 24) y “donde el viento canta”. Son dos accidentes geográficos (montes y barrancos), un árbol (pino) y un fenómeno atmosférico (aire), que crean un perfecto locus amoenus, un lugar ideal por su armonía y soledad. 

    El foco se va concretando hacia un primer plano porque pronto aparecen tres nuevos elementos naturales (una encina, tomillos y mariposas), donde el cuerpo de Giner de los Ríos será sepultado. De los tres, dos están adjetivados (“encina casta”, v. 26, y “mariposas doradas” (vv. 26 y 28), en un tono muy positivo y elogioso; de la encina se destaca su virtud; de las mariposas, su belleza. Son metáforas aplicadas de modo indirecto al propio fallecido, pues poseía ambas cualidades. En ese lugar la vida es feliz, como nos indica la metáfora “donde juegan / las mariposas” (v. 29). Se cierra la estrofa con una suspensión, índice de que la enumeración podría seguir, o de que allí hay más misterios de lo que las apariencias muestran. 

    La última estrofa rompe la simetría de las dos anteriores (se componen de catorce versos cada una). Es muy breve, y nada más, pero nada menos, expresa la razón de por qué Giner de los Ríos debería descansar justo en ese lugar: allí mismo el pedagogo “soñaba” con que España volvería a renacer. Idealizaba su deseo de que nuestro país remontara el vuelo moral, educativo y moral para crear una sociedad próspera y feliz. El cierre es realmente emotivo, bello y profundo. Nos dice mucho de la razón de la admiración del sujeto lírico por Giner de los Ríos y nos comunica también el pensamiento de este: ideaba el mejor modo de elevar la vida material y espiritual de sus compatriotas.

    Como hemos podido comprobar, estamos ante un poema de una altísima y feliz elaboración poética. Transforma la anécdota en un sentimiento superior. Avanza un paso más allá de la elegía para entrar en el terreno de la reflexión existencial y filosófica, de naturaleza cívica. En el fondo, se trata de hacer de España un país más vivible y feliz, tarea a la que Giner entregó su vida. Bien merece, pues, el reposo “bajo una encina casta”, símbolo de eternidad y permanencia.

    El poema está firmado en Baeza, donde Machado residía por entonces, enseñando francés en lo que hoy sería su instituto de educación secundaria. En efecto, Giner de los Ríos había muerto en Madrid el 18 de febrero de 1915. En tres días, Machado compuso este maravilloso y sentido poema de homenaje a una persona que lo marcó profundamente y que es uno de los grandes pedagogos y pensadores españoles de finales del siglo XIX y principios del XX. 

6. Contextualización

    Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875 - Colliure, Francia, 1939) es uno de los más profundos y sublimes poetas en lengua española. Se casó con Leonor Izquierdo en 1909, profundamente enamorados a pesar de los casi veinte años de diferencia entre los cónyuges. Sin embargo, el fallecimiento fulminante de Leonor, por tuberculosis, en 1912, truncó esa felicidad. Machado cayó en una duradera y honda etapa de dolor y melancolía. Su muerte en el exilio por la Guerra Civil puso fin a una vida realmente sobrecogedora, llena de tribulaciones y desgracias, que Machado supo encajar con paciencia y sabiduría.  

    Su poesía, delicada, grave, armónica y dotada de una hermosura sobrecogedora, figura entre los frutos más granados de la poesía española. Citaremos, de entre sus obras, su primer libro de poesía, Soledades (1903), el bellísimo y profundo Campos de Castilla (1912); es, en nuestra opinión, uno de los libros más hermosos de creación poética en cualquier lengua, momento y lugar. Las siguientes composiciones poéticas se fueron sumando a las distintas ediciones de Poesías completas (1928, la primera edición). Machado también escribió teatro poético al alimón con su hermano Manuel (por ejemplo, la primera pieza compuesta: Desdichas de la fortuna, o Julianillo Valcárcel, 1926). En los últimos años de su vida, Machado se entregó a la prosa poética, filosófica y reflexiva, utilizando dos heterónimos, Abel Martín y Juan de Mairena. Los dos títulos más importantes son Juan de Mairena (1936) y el póstumo Los complementarios (1957). 

7. Interpretación y valoración

    Este excelso poema posee una belleza inigualable. Lo que parece un recuerdo a una persona se transforma en una elegía hondísima, trascendiendo rápidamente a un plano moral y emocional, junto con otro cívico. Machado emplea su increíble talento creativo a la memoria de una persona que ejerció un gran influjo sobre su persona: Francisco Giner de los Ríos, uno de los españoles más preclaros y brillantes de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.

    El influjo benéfico de Giner de los Ríos no se perderá, como tampoco lo hace la encina de la Sierra de Guadarrama. Machado desliza, en su recuerdo, el programa moral e intelectual de Giner de los Ríos: trabajo, perseverancia, bondad y alegría. Al lado, el amor a la naturaleza; en este caso, a la humilde y áspera sierra que separa las dos Castillas. Nuestro poeta pone sordina a su emoción y dolor por la muerte de Giner de los Ríos, pues no desea un desbordamiento emocional. Antes bien, contiene su tristeza recordándonos a nosotros, lectores, la lección moral que ha dejado el fallecido. 

    Este bellísimo poema, auténtico prodigio creativo, es de una aparente sencillez compositiva que, en su interior, esconde un diamante poético por su acierto expresivo, su sencillez expresiva y su asombrosa armonía entre expresión y contenido. Su lectura conmueve los cimientos del lector, atónito ante tanta belleza literaria, asombrado por la corriente afectiva que circula entre autor y lectores, yo poético y persona observada. Y, al fondo, como siempre en Machado: “palabra en el tiempo”, esencialidad de los sentimientos más auténticos perdurando más allá de nuestras vidas.


2. PROPUESTA DIDÁCTICA

    (Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen)

2.1. Comprensión lectora 

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente). 

2) Señala su tema principal y los secundarios. 

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido. 

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada. 

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario? 

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a los elementos de la naturaleza, y cómo impactan en el poeta. 

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado. 

2.2. Interpretación y pensamiento analítico 

1) ¿Qué sentimientos  nuclea el sentido del poema? 

2) El poeta, ¿a quién recuerda? ¿Por qué? 

3) ¿Quién habla en el poema? ¿Qué ideas expresa? ¿Es posible, físicamente considerado ese diálogo?

4) ¿Cómo se aprecia en texto la importancia de la amistad? ¿Por qué será así?

5) La bondad, ¿dónde aparece? ¿Es un elemento importante del pensamiento del difunto? 

6) ¿Qué significación se encierra en “¡oh, sí!” (v. 19)? ¿Qué podemos deducir del estado de ánimo de la poeta? 

7) Los yunques y las campanas poseen una significación especial en este poema. Explícalo.

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese la muerte de un ser querido que ha influido mucho en tu vida.  Puedes imprimir un sentido intimista, como ha realizado Antonio Machado.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y el poeta Antonio Machado a propósito de su poema y de su vida. 

3) Realiza una exposición sobre Antonio Machado, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc. 

4)  Realiza una exposición sobre Francisco Giner de los Ríos, su pensamiento y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc. 

5) Aporta o crea imágenes de lugares o edificios, que sirvan de metáfora de un sentimiento especialmente relevante para ti, con intervención de la memoria, siguiendo el ejemplo de Antonio Machado.




 

 


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