30/10/2020

Gabriela Mistral: "Doña Primavera"; análisis y propuesta didáctica

 

León (IV-2020) © SVM


Gabriela Mistral - "Doña Primavera"

 

Doña Primavera                   1

viste que es primor,

viste en limonero

y en naranjo en flor.

 

Lleva por sandalias              5

unas anchas hojas,

y por caravanas

unas fucsias rojas.

 

Salid a encontrarla

por esos caminos.              10

¡Va loca de soles

y loca de trinos!

 

Doña Primavera

de aliento fecundo,

se ríe de todas                  15

las penas del mundo...

 

No cree al que le hable

de las vidas ruines.

¿Cómo va a toparlas

entre los jazmines?           20

 

¿Cómo va a encontralas

junto de las fuentes

de espejos dorados

y cantos ardientes?

 

De la tierra enferma         25

en las pardas grietas,

enciende rosales

de rojas piruetas.

 

Pone sus encajes,

prende sus verduras,        30

en la piedra triste

de las sepulturas...

 

Doña Primavera

de manos gloriosas,

haz que por la vida          35

derramemos rosas:          

 

Rosas de alegría,

rosas de perdón,

rosas de cariño,

y de exultación.                   40

                      Desolación (1922)

  1. ANÁLISIS
  1. Resumen

Gabriela Mistral (Vicuña, Chile, 1889 - Nueva York, EEUU, 1957) es una magnífica poeta que nos dejó un legado literario hondo y profundo en nuestra lengua española. La intensidad y fuerza de su poesía no ha perdido un ápice de actualidad a lo largo de los años. Sus textos se caracterizan por la emotividad, la atención a las personas humildes, la denuncia del sufrimiento, una total empatía con la naturaleza y la transparencia verbal.

El hermoso poema que comentamos, “Doña Primavera”, nos presenta una visión intimista y emocional de esta estación del año. Se abre el poema describiendo el aspecto externo, lo que viste y calza la primavera: naranjos y limoneros en flor, y hojas anchas a modo de calzado. La sigue una caravana de fucsias o pendientes de la reina, flor de intensos y vivos colores; coincide con las dos primeras estrofas.

En la tercera invita a los lectores a salir al encuentro de esa estación llena de música, por el canto de los pájaros, y de luz, por el sol más luminoso de esos días. La cuarta estrofa señala otra nota sensorial de esa estación: sus agradables fragancias, producidas por los aromas de plantas y flores. Y ahí comienza una caracterización psicológica: esa estación es alegre y desenfadada, pues “se ríe de todas / las penas del mundo”.

En la quinta estrofa se insiste y razona por qué en ella no hay penas; estas no pueden crecer entre jazmines, entre la belleza exquisita reflejada en “espejos dorados” y música apasionada; lo afirma a través de dos interrogaciones retóricas muy expresivas. La séptima y octavas estrofas muestran los milagros de la primavera: en los terrenos baldíos e improductivos hace que nazcan rosas; incluso alegra las sepulturas con sus verduras. Lleva alegría y vida a los lugares más insospechados.

Las dos últimas estrofas manifiestan el ruego del yo poético, expresado en un plural envolvente, a la primavera, para que seamos personas mejores, llenas de alegría y bondad, ofreciendo a los demás estos dones, como hace la primavera con el mundo.

2. Tema  

El tema del poema se puede enunciar así: descripción admirativa de la primavera, con la que se desea identificarse en sus aspectos más positivos de belleza, alegría y bondad. De otro modo expresado: contemplación asombrada de la primavera, a la que se ruega que nos haga mejores personas.

3. Apartados temáticos

El contenido del poema se modula en cuatro secciones temáticas. Así, encontramos:

-Primera parte  (vv. 1-8, dos primeras estrofas): Se describe la primavera en sus aspectos externos, cómo viste y calza. Todo evoca alegría, colores y olores vistosos y agradables.

-Segunda parte (vv. 9-12, tercera estrofa): invitación al lector implícito o receptor  a salir al encuentro de “doña Primavera” pues contagia su alegría y su locura de luz y música.

-Tercera parte (vv. 13-32, estrofas 4-8): se detallan los rasgos psicológicos de esta estación del año: alegre, bella y viva, rechaza la tristeza, la fealdad y la muerte, pues son incompatibles en su entorno.

-Cuarta parte (vv. 33-40): el yo poético ruega a la primavera que nos contamine de su esencia optimista, alegre y positiva, para que, como ella, las personas “derramemos” por el mundo “alegría, perdón, cariño y exultación” o contento.

4. Métrica y rima

El poema está compuesto por cuarenta versos hexasílabos (seis sílabas), distribuidos en diez estrofas de cuatro versos cada una; al cambiar la estrofa, cambia la rima. Los versos pares riman en asonante (coincidencia solo de las vocales desde la última vocal tónica de la última palabra de cada verso); los impares quedan libres. Cada estrofa forma por sí misma un romancillo. Posee una curiosidad métrica interesante: la rima de la primera y la última estrofa coincide en ó. Esto le proporciona una estructura métrica --y, en parte, temática-- circular y cerrada.  

5. Análisis estilístico

El poema es muy rico en el empleo de figuras retóricas de embellecimiento expresivo. Las dos primeras estrofas ofrecen una descripción física de la primavera --una suerte de prosopografía--, a base de metáforas y personificaciones. El primer verso, posición central del poema, está ocupado por el personaje y objeto poético: “Doña Primavera”; la fórmula de tratamiento y la mayúscula indican claramente la personificación y singularización de esta estación del año. Dos metáforas construidas con el “limonero” (v. 3) y el “naranjo en flor” (v. 4) expresan el colorido y el aroma de esta singular señora. La anáfora creada con “viste” (vv. 2 y 3) incide en la imagen de sus atuendos alegres y vistosos. En la segunda estrofa se profundiza en la prosopografía, al indicar que su calzado son “anchas hojas”, metáfora del mundo vegetal, exultante en primavera; detrás de ella la siguen “caravanas / de fucsias rojas” (vv. 7 y 8). Esta bella metáfora crea una imagen muy poderosa sobre el poder de atracción y de belleza que envuelve la primavera. El adjetivo “rojas” funciona como un epíteto embellecedor aplicado a la hermosa flor fucsia o pendiente de la reina.

La tercera estrofa se abre con una apóstrofe o invocación dirigida al lector implícito, esto es, a los lectores, para que acudan a contemplar la belleza primaveral; el encabalgamiento de los versos 9-10 refuerzan la idea de que vale la pena contemplar el prodigio de la primavera. Una exclamación retórica que contiene nada menos que cuatro metáforas hacen hincapié en la luminosidad y en la música primaveral, hasta el punto que la estación va “loca” (se repite dos veces, vv. 11 y 12), tal es su contento. La estrofa cuarta comienza como la primera, con el sujeto de la oración y objeto poético: “Doña Primavera”. Ahora resalta, con una bella sinestesia, su aroma: “aliento fecundo” (v. 14), vivificador. No tiene en cuenta las penas del mundo, metáfora de que su alegría y felicidad sobrepasa todas las angustias. Se cierra esa estrofa con una suspensión muy llamativa, expresando que nadie ni nada podrá detener su paseo dichoso entre las “penas del mundo” (v.16), metáfora de lo negativo y doloroso de nuestra vida cotidiana.

La quinta estrofa comunica su alegría, que no tolera la ruindad de los maliciosos, a los que no cree; es una metáfora de su fortaleza anímica, que nunca sucumbe. La interrogación retórica de los versos 19-20 da la razón de su ánimo: entre la belleza, la fragancia y la vistosidad de los jazmines (metáfora de la alegría ingenua) no puede crecer la maldad. La sexta estrofa repite anafóricamente la interrogación retórica, y nos remite metafóricamente entre “fuentes” (v. 22), “espejos” (v. 23) y “cantos” (v. 24) a un mundo de amor y dicha, aludidos con el adjetivo “ardientes” (v. 24).

La séptima estrofa cambia el tono y emplea principalmente la antítesis para transmitir la idea de la fecundidad primaveral, de su poder regenerador de la vida y de la belleza. Primero presenta un paisaje desolador y triste, a través de metáforas sinestésicas, de significación negativa, muy expresivas: “tierra enferma” (v. 25) y “pardas grietas” (v. 26). Ahí, la primavera “enciende”, metáfora de insuflar vida y amor, la belleza y la alegría, expresadas por una doble metáfora (“rosales” y “piruetas”), acompañadas de un epíteto, “rojas” (v. 28), que alude al color de la pasión y la intensidad emocional. El hipérbaton que forma la única oración de toda la estrofa significa el desorden alegre y espontáneo que los rosales introducen.

La octava estrofa comienza con un paralelismo que contiene dos metáforas; a través de “encajes” (v. 29) y “verduras” (v. 30) se insiste en la explosión vegetal que ocurre en la primavera. Establece un vivo contraste con “piedra triste” (v. 31) de los cementerios, metáfora de la muerte y el dolor. El adjetivo “triste” es una metáfora insistente de la amargura “de las sepulturas” (v. 32); la suspensión de esta estrofa nos comunica que el poder vivificador de la primavera podría seguir hasta allí donde la imaginación del lector pueda llegar.

Las dos últimas estrofas contienen un ruego o súplica del yo poético a “Doña Primavera” (tercera vez que aparece, ahora casi deificada con la expresión “de manos gloriosas”, v. 34); le pide que las personas repartamos por el mundo, como ella, “rosas” (v. 36). Esa flor es metáfora de lo que se explica en bellas anáforas, paralelismos y elipsis de la última estrofa; se explica en la palabra final de cada verso de la última estrofa, firmemente enlazada con la anterior con una concatenación o anadiplosis de “rosas”. Los cuatro vocablos son: alegría, perdón, cariño y exultación (vv. 37, 38, 39 y 40, respectivamente). Son metonimias de felicidad, piedad o misericordia, amor y celebración alegre de la dicha de estar vivo. El cierre del poema es muy bello, emotivo e intenso. El yo poético nos descubre su emoción profunda y su identificación con la primavera, inspiradora de los más nobles sentimientos y actitudes del ser humano. La primavera nos invita a una ética de celebración de la dicha de la existencia bajo parámetros de amor, respeto y afecto.

Como hemos podido comprobar, la riqueza literaria del poema es sorprendente y altísima. Lo que parece una mera celebración primaveral adquiere una gran intensidad y densidad significativa con implicaciones éticas y existenciales de gran relieve. El texto alcanza un delicado equilibrio entre una ligereza festiva y un pensamiento más grave sobre la naturaleza, el hombre y la vida, además de las relaciones que se establecen entre ellos 

6. Contextualización

Gabriela Mistral (Vicuña, Chile, 1889 - Nueva York, EEUU, 1957) es una de las más grandes poetas iberoamericanas de todos los tiempos. En su poesía se combina emoción, contemplación y misterio a partes iguales. Mistral extiende su mirada hacia los niños y las personas desvalidas, de las que se conduele en su sufrimiento y su soledad. Como poeta, ni crea una torre de marfil, ni se entrega a denuncias de poesía social más o menos ideologizada. Antes al contrario, asume con gran lirismo el sufrimiento ajeno y lo transmite con gran hondura y perfección poética. Sus formas métricas se amoldan muy bien a su contenido: no busca la sofisticación, sino la intensidad y la autenticidad de fondo y de forma.

Sus poemarios más importantes son Desolación (1922), libro del que procede el poema que hemos comentado, Tala (1938) y Lagar (1954). En todos ellos, su voz se eleva potente, limpia y honda, expresando ideas y sentimientos de ternura, dolor y angustia ante la vida y sus avatares 

7. Interpretación y valoración

Este poema transmite dos mensajes muy claros: la celebración de la primavera, por su belleza, alegría y explosión de vida, por un lado; por el otro, la petición a la Primavera, con mayúscula, percibida como un ser vivo, una diosa, para que nosotros, los hombres, siguiendo su ejemplo, seamos  alegres, bondadosos, cariñosos y festivos. La estructura métrica es sencilla y transparente; sin embargo, el engranaje verbal es muy denso y hermoso porque las connotaciones expresivas, de naturaleza metafórica, nos adentran en un mundo natural y humano de belleza y amor que está ahí, delante de nosotros, pero que parece que esquivamos o rehuimos.

El texto exhibe una gran musicalidad, casi en acordancia con un mundo natural bello y armonioso, poseedor de una melodía secreta. Es por eso que podemos concluir que el conjunto desprende autenticidad, transparencia y belleza literaria. 

 

2. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: festivo, narrativo, ligero o denso?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema. Presta atención a las metáforas visuales y a los recursos de repetición relativos a la naturaleza y a la estación del año celebrada.

7) Localiza y explica media docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

 

1) Explica razonadamente en qué tiempo se desarrolla la acción poética.

2) ¿Está personificada y deificada la primavera? Razona la respuesta.

3) ¿Qué importancia poética posee la naturaleza en el poema? Argumenta tu respuesta.

4) La primavera, ¿es alegre o triste? ¿Poderosa o débil? 

5) Las dos últimas estrofas, ¿qué expresan? ¿Es la primavera un modelo de comportamiento?

6) ¿La primavera es vida? Razona la respuesta y localiza las alusiones a la muerte y a la esterilidad, por contraposición.

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que tome una estación del año, o un momento del día, para expresar un estado de ánimo, o un modo de vivir, o una petición de orden ético. Puedes imprimir un sentido real o imaginario, individual o colectivo, como ha realizado Gabriela Mistral.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y la poeta Gabriela Mistral a propósito de su poema y de su vida.

3) Realiza una exposición sobre Gabriela Mistral, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes que sirvan de metáfora sobre el modo de vivir o, de una manera de entender la vida y afrontar la existencia, resaltando algún elemento fundamental, siguiendo el ejemplo de Gabriela Mistral. Aquí el apoyo musical y pictórico pueden ser muy enriquecedores.

 


No hay comentarios: