Parque del Bernesga, León (X-2020) © SVM |
VICENTE ALEIXANDRE – EL ESCUCHADOR
Mueve el viento. 1
Mueve el velo
quedo.
Mueve el aire.
Mueve el arce. 5
Vase.
Luz sin habla.
Voz callada.
Clara.
Sombra justa. 10
Suena muda.
Luna.
Y él la escucha.
Vicente Aleixandre, de
Retratos con nombre (1965)
- ANÁLISIS
Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898 – Madrid, 1984) es uno de los poetas que forman la Generación del 27. Su poesía evolucionó de una fase de juanrramoniana, depurada, a otra dominada por los postulados surrealistas; después de la guerra civil pasa por una etapa social o antropocéntrica, para desembocar en un período de poesía de madurez final; el poema que comentamos procede de un título de la fase de posguerra.
- Resumen
Este poema ofrece una clave interpretativa exacta en el título: “El escuchador”. El yo poético escucha o capta su entorno. Percibe cuatro elementos naturales: el viento, el aire, la luz, la sombra y la luna. De cada uno de estos elementos se ofrece una cualidad, o un estado. El viento mueve silenciosamente la aparente cortina (“velo”) que impide la visión clara. El aire, acaso identificable con el viento, menea un arce. Hay una luz, aparentemente nocturna y silenciosa, que aporta claridad; procede de la luna. Por eso mismo existe una sombra, exacta y como vibrante. En la última estrofa, comprendemos que hay un “él”, tal vez el yo poético, tal vez otra persona, que escucha, metonimia de observa o percibe, todas las acciones de los objetos antes enumerados.
- Tema
El tema del poema se puede enunciar
como la expresión de la percepción sensitiva de elementos naturales
aparentemente inertes, pero portadores de mensajes. Estamos ante una fotografía
como en tres dimensiones de un momento de percepción atenta por parte de una
persona.
- Apartados temáticos
El poema presenta cinco secciones de
contenido, correspondientes a las cinco estofas.
-En la primera estrofa (vv. 1-3) se
presenta el primer componente observado: el viento; la acción que realiza es
mover un velo sigilosamente.
-En la segunda estrofa (vv. 4-6) se
introduce el aire, que mueve un árbol, el arce; luego, se va.
-En la tercera estrofa (vv. 7-9) se
incorpora la luz, que expresa mensajes callada y nítidamente; el movimiento se
ha sustituido por la claridad.
-En la cuarta estrofa (vv. 10-12)
aparece la sombra, correlato de la luz; como esta, se expresa calladamente.
Conocemos que la fuente de luz es la luna, luego estamos en un ambiente
nocturno.
-La quinta y última estrofa (v. 13),
formada por un solo verso, introduce al escuchante, presentado por el pronombre
“él”. Acaso se puede identificar con el yo poético o con otra persona ajena.
- Aspectos métricos, rima y
estrofa
El poema está formado por versos tetrasílabos, excepto el último de cada estrofa, que es bisílabo. Estamos ante un poema en arte menor, de versos muy cortos (4-4-2-, repetido cuatro veces, más el verso final, que forma estrofa por sí mismo). La rima es muy peculiar: los tetrasílabos forman un pareado, y el bisílabo final de cada estrofa también rima con el anterior, de modo que cada estrofa es monorrima. Como se ve, está a medio camino entre el pareado y la tercerilla. Esta combinación es muy eufónica y dota al poema entero de un ritmo musical alegre y vivaz.
- Comentario estilístico
El recurso central del poema es la
personificación o prosopopeya, junto con la metáfora. Crean imágenes casi
yuxtapuestas, que se suceden sin solución de continuidad. Los recursos de
repetición (paralelismos, repetición y anáfora) también abundan, contribuyendo
al rimo musical. La primera imagen alude al viento, que mueve un “velo” en
silencio (“quedo” puede referirse también al verbo “quedar” conjugado en
primera persona, referido, entonces, al yo poético, que se mantiene allí,
estático). Comienza a crearse una atmósfera de misterio y suspensión. La
segunda estrofa gira en torno al “aire”, que mueve un árbol, el arce, y se va.
La antítesis respecto de “quedo” crea un choque de significado original y
sorprendente. En la tercera estrofa se mezcla la sensación visual con la
auditiva. “Luz sin habla” (v. 7) así lo enuncia. Sigue una paradoja que insiste
en el silencio elocuente: “voz callada” (v. 8), que además es “clara”.
La cuarta estrofa también mezcla
percepciones visuales con auditivas, en un juego de sinestesias y paradojas muy
expresivo. La sombra es “justa” (v. 10), y “suena muda” (v. 11). Se aclara en
el bisílabo final de esta estrofa el origen de este juego de luces y sombras,
de voces y silencios: la luna. El último verso “Y él la escucha” (v. 11) es
bastante enigmático, pues el pronombre personal carece de referencia previa;
¿es el yo poético? ¿Acaso alude a otra persona misteriosa, sujeto observante?
No lo sabemos. El conjunto del poema crea un ámbito de misterio paradójico: se
habla sin emitir sonidos, se comunican sin intercambiar mensajes, las cosas se
mueven permaneciendo siempre en su sitio, etc.
Otro recurso muy llamativo por su abundancia en el poema es la elipsis: se eliden o suprimen partes de la oración (sustantivos, verbos, complementos, etc.), comprimiendo la significación hasta el límite. Por eso las palabras presentes en el poema significan más de lo que se podía prever. Se genera así una atmósfera de densidad, de presencia secreta de elementos y acciones que no se perciben, pero están.
- Contextualización
Vicente
Aleixandre (Sevilla, 1898 – Madrid, 1984) es un poeta que forma parte de la
Generación del 27. Presenta una trayectoria poética típica del grupo: etapa de
poesía pura, seguida de otra surrealista, a continuación otra de poesía más
existencial y social y, finalmente, un período de madurez final más personal e
intimista.
Su poesía se centra en la persona y sus vivencias: el amor, la entrega, la soledad, la contemplación de aspectos naturales y el sentido de la existencia del hombre. Las imágenes de Aleixandre tienden a la concreción sensitiva, muchas veces corporal. Son como asedios a la necesidad de amar y de compartir experiencias de la vida. Su tendencia al verso libre y a la creación de imágenes sorprendentes, extraídas del subconsciente más profundo son dos notas caracterizadoras de su poesía.
- Interpretación
y valoración
“El escuchador” es un poema muy hermoso porque en su
extraordinaria brevedad se recoge mucho significado. El yo poético observa a un
observador (que puede que sea él mismo). No sabemos si es un paisaje natural,
una estancia cerrada, etc., aunque la presencia del velo nos inclina a pensar
en la segunda opción, aunque pronto desmentida por un arce, árbol de buen
porte.
El poema resulta un tanto enigmático en sí mismo. Conciso y
apretado en su cara semántica, expresa el producto de una observación muy
sensitiva, centrada en la vista y en el oído. La presencia de la luna y las
constantes paradojas crean un ámbito de misterio solo entrevisto, de enigmas
que esperarn otra observación acaso más acuciosa.
- PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen)
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el
poema (100 palabras, aproximadamente).
2) Señala su
tema principal y los secundarios.
3) Delimita
los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza
los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono
tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala
las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a
elementos naturales y cómo impactan en el poeta.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) ¿Quién es
el sujeto observante en este poema?
2) Recoge
los elementos naturales del poema y explica qué connotan.
3) ¿Cuántos
verbos se emplean en el poema? ¿Pasan muchas cosas en él?
4) ¿Cómo se
aprecia en el texto la presencia de las sombras que encubren la auténtica
realidad de las cosas?
5) Las
abundantes paradojas, ¿qué nos quieren decir sobre las cosas del mundo, que
todo es claro y entendible o lo contario?
6) Todos los
objetos que se nombran son propios de la vida cotidiana o de la naturaleza,
excepto uno, referido a un astro. Localízalo e indica su significado
connotativo.
7) Explica el sentido del último verso “Y él la escucha” (v. 13).
2.3. Fomento de la creatividad
1) Compón un
poema o texto en prosa o verso que exprese el producto de una observación;
intenta utilizar paradojas como las del poema.
2) Imagina y
transcribe una conversación o plática entre el poeta y el observador.
3) Realiza
una exposición sobre Vicente Aleixandre, su poesía y su tiempo, para ser
presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o
pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes de actos
de observación y desliza misterios o paradojas sin explicarlos del todo,
siguiendo el ejemplo de Vicente Aleixandre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario