Ourense /(I-2021) © SVM |
1. No tires las cartas de amor
No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
--esta flecha de sombra--
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.
Comentario
Se trata de un poema dialógico, entre el sujeto lírico y un “tú” ausente, aunque presentido; se puede identificar con el propio lector. El tono admonitorio, como de advertencia, es visible ya en el primer verso, donde se da un consejo: “No tires las cartas de amor”. El aliento existencial también circula por el poema. Se advierte sobre los estragos del paso del tiempo, el declive del amor, el peso de los años y la desgana, incluso hacia la poesía; los verbos en tiempo futuro remachan la sentenciosidad del sentido general del poema. “Las cartas de amor que habrás guardado” serán el refugio final de la persona anciana y solitaria.
Como vemos, es un poema grave, meditativo y reivindicativo del sentimiento amoroso, pasado a letra escrita, como un refugio ante las adversidades de la propia vida. El verso libre imprime una cadencia más bien seria y de cierta concentración.
2. La libertad
Es la razón de nuestra vida,
dijimos, estudiantes soñadores.
La razón de los viejos, matizamos ahora,
su única y escéptica esperanza.
La libertad es un extraño viaje.
Son las plazas de toros con las sillas
sobre la arena en las primeras elecciones.
Es el peligro que, de madrugada,
nos acecha en el metro,
son los periódicos al fin de la jornada.
La libertad es hacer el amor en los parques.
Es el alba de un día de huelga general.
Es morir libre. Son las guerras médicas.
Las palabras República y Civil.
Un rey saliendo en tren hacia el exilio.
La libertad es una librería.
Ir indocumentado.
Las canciones prohibidas.
Una forma de amor, la libertad.
Comentario
El poema asedia el concepto de libertad. Primero desde una perspectiva temporal (joven / viejo); luego, desde la vía de los ejemplos. La libertad es…, y ofrece catorce situaciones, vivencias o acciones con las que identificar la libertad. Van desde una perspectiva puramente individual (“La libertad es hacer el amor en los parques”), a otra colectiva (“Es el alba de un día de huelga general”). Las alusiones históricas al exilio del rey Alfonso XIII, la guerra civil española, la dictadura franquista, etc. son visibles. En los versos finales el poema se hace algo más intimista; identifica la libertad con la posibilidad de “ir indocumentado”, o escuchar música no autorizada. Concluye, al fin, que la libertad es “una forma de amor”, es decir, de sentir la vida. El poema posee un tono conceptual, bien visible en los verbos en presente (sobre todo, el verbo “ser”), y las constantes elipsis. Sin embargo, al mismo tiempo, es un poema testimonial porque las explicaciones de la libertad remiten a la experiencia individual del sujeto lírico. Se buscan definiciones breves y certeras, imprimiendo cierto tono conceptista al conjunto, además de atemporal (lo que choca un tanto con los ejemplos bien concretos de la historia del siglo XX español). Aunque escrito en verso libre, es perceptible una asonancia en í-a; refuerza la musicalidad del conjunto textual.
3. Ser viejo
Entre las sombras de los gallos
y los perros de patios y corrales
de Sanaüja, se abre un agujero
que se llena con tiempo perdido y lluvia sucia
cuando los niños van hacia la muerte.
Ser viejo es una especie de posguerra.
Sentados a la mesa en la cocina,
limpiando las lentejas
en los anocheceres de brasero,
veo a los que me amaron.
Tan pobres que al final de aquella guerra
tuvieron que vender el miserable
viñedo y aquel frío caserón.
Ser viejo es que la guerra ha terminado.
Es saber dónde están los refugios, hoy inútiles.
Comentario
Ahora estamos ante un poema sombrío, existencial y pesimista. Se trata de una reflexión ante el paso del tiempo, la vejez y la muerte. Como en muchos poemas de Margarit, la reflexión general se sustenta en la experiencia individual, concreta, referida al sujeto lírico. Este habla de su infancia en el pueblo leridano de Sanaüja, en un ambiente de pobreza, en la posguerra española. Identifica la vejez con “una especie de posguerra”. En su propia vejez, rememora la de sus seres queridos, sus familiares; de algún modo, establece una relación emocional con ellos, pues los “ve” limpiando lentejas para el puchero del día siguiente. Relata una anécdota: eran tan pobres sus familiares que tuvieron que venderlo todo. Se cierra el poema con una reflexión general. La vejez es como el fin de una guerra, en la que se buscan refugios, que ahora ya son inútiles, pues la muerte siempre gana esa batalla. Estamos ante un hábil poema en el que establece una analogía persistente entre la vejez y el fin de una guerra. Todo es humilde, al final; ya no hay perspectiva de futuro. Los paralelismos de oraciones con verbo en infinitivo que definen la vejez (“Ser viejo es que la guerra ha terminado”) imprimen un tono sentencioso de marcada naturaleza pesimista. La moderada extensión del poema, y de los versos, concentran el sentido y adensan su significación.
4. Cosas en común
Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.
Comentario
Este es un poema evocador. Rememora un viaje en tren donde el sujeto lírico conoce a una muchacha; se enamoran y se enciende la llama de la pasión. Las consecuencias son agridulces (“cuchillo de luz”, “la cicatriz de la melancolía”, “los motivos del lobo”) y duraderas. Tanto, que, muchos años después, el sujeto lírico recuerda a esa mujer de la que se enamoró y no ha podido olvidar. En realidad, cada poema que ha escrito es una carta a esa “muchacha” que conoció en el tren Barcelona-París.
Es un poema intimista (los verbos en primera persona del singular así lo atestiguan), anecdótico (recrea un encuentro casual) y elíptico (en la mayoría de las oraciones de la primera mitad del poema, el verbo está suprimido). Indirectamente, el texto presenta una reflexión metapoética, pues indaga en qué es realmente la poesía: una respuesta epistolar a un amor perdido hace mucho tiempo. Las metáforas crean imágenes sugerentes (“la voz del mar, que siempre te dirá dónde estoy”) y vívidas. Un cierto tono dialógico es perceptible, pues el sujeto lírico se dirige a la mujer amada, la que conoció en el tren. No se resigna a olvidarla y el poema es como una llamada, una carta, como él mismo afirma, para reafirmar su amor. Las “cosas en común” a que alude el título son los recuerdos de un amor y de unas lecturas poéticas que mantienen ese sentimiento.
5. Casa de misericordia
El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre: la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericordia.
El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos eran duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Como la poesía:
por más bello que sea, un buen poema
ha de ser siempre cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.
Comentario
Este es uno de los poemas más logrados de Margarit. Como en el primer poema comentado, presenta un movimiento de lo particular a lo general, de la anécdota a la esencia poética. Evoca a una familia en la inmediata posguerra; el padre ha sido fusilado, entendemos que por desafecto al régimen. La madre está sumida en la miseria, con sus hijos. Estamos en 1940, “Segundo año triunfal” del régimen franquista. Entrega a sus hijos a la casa de misericordia, instituciones de la época que acogían a niños huérfanos, o muy pobres, de modo que vivían en la miseria más lamentable. Esta evocación del sujeto lírico recuerda su propia infancia, aunque no su experiencia, pues, que sepamos, no pasó por esas instituciones, ni su familia era de extracción humilde.
“La verdadera caridad da miedo”: en este verso se comprime el sentido del poema. Dar a los demás, o dejar que te den, entraña riesgos importantes en un orden personal e íntimo. Igual que para una madre es doloroso entregar los hijos a beneficencia, así la poesía es dolorosa, “cruel”, si es verdadera y, casi necesariamente, bella. Porque remueve lo más hondo que llevamos dentro y supone un revulsivo no siempre agradable. El cierre del poema es amargo y duro. “No hay nada más”, afirma el sujeto lírico, que se siente como el niño abandonado en la casa de misericordia. Identifica la poesía con esa institución; es ahí donde van los niños huérfanos y pobres, igual que en la poesía se refugian los desesperados, parece querer decir.
El poema es sentencioso y concentrado (es una característica de la poesía de Margarit); a ello contribuye las frecuentes elipsis (sobre todo, del verbo, la oración corta y de significado directo y conciso). La suave asonancia en ia aporta una musicalidad muy marcada, contribuyendo a un sentido general triste, amargo y, sin embargo, algo esperanzado. Mientras haya poesía, al menos habrá un refugio (los ecos becquerianos son evidentes).
Contextualización
Joan Margarit (Sanaüja, Lérida, 1938 - Barcelona, 2021) es un interesante y original poeta en lengua española y catalana. Ejerció como arquitecto y profesor de arquitectura en la Universidad Politécnica de Barcelona. En castellano publicó Crónica (1975) y las ediciones bilingües, escritas por el propio autor, de Luz de lluvia (1986), Edad Roja (1995), Aguafuertes (1998), Estación de Francia (1999), Los motivos del lobo (2002), Joana (2002), El primer frío, poesía 1975-1995(2004) y Cálculo de estructuras (2005). Recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2019) y el Premio Cervantes (2019), entre otros galardones.
Su poesía recorre una trayectoria personal. Su poesía, como hemos podido ver, posee un tono existencialista, intimista y con un firme lazo con la realidad social es histórica. Su estilo es contenido, esencialista y reflexivo. En su poesía se distingue un tono de gravedad y melancolía permanente.
ACTIVIDADES DEL COMENTARIO DE TEXTO O EXÉGESIS TEXTUAL
1) Resume el texto recogiendo su contenido esencial (100 palabras aprox., equivalentes a 10 líneas); 2) Indica los temas tratados en breves enunciados sintéticos; 3) Señala los apartados temáticos o secciones de contenido; 4) Localiza el lugar y tiempo en el que transcurre la acción (no en poesía lírica); 5) Analiza la figura del narrador (no en poesía lírica, donde aparece un sujeto lírico), ni en teatro; 6) Describe los personajes (no en poesía lírica); 7) Analiza la métrica, la rima y señala la estrofa empleada (solo en poesía o teatro en verso); 8) Analiza cómo los recursos estilísticos crean significado (12, mínimo); 9) Contextualiza al autor y su obra según su entorno social, histórico, cultural y personal; 8) Interpreta y discierne la intención y sentido del texto; 9) Valora personalmente tu apreciación lectora; 10) Transforma el texto con un lenguaje y en un contexto actual manteniendo su esencia, o escribe un texto literario inspirado en el original (optativo).
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