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Ourense (XII-2020) © SVM |
FRANCISCO DE QUEVEDO - Memorial al rey Felipe IV
A S. M. EL REY DON FELIPE IV
MEMORIAL
Católica,
sacra y real majestad,
1
que Dios en
la tierra os hizo deidad:
un anciano
pobre, sencillo y honrado,
humilde os
invoca y os habla postrado.
Diré lo que
es justo, y le pido al cielo
5
que así me
suceda cual fuere mi celo.
Ministro
tenéis de sangre y valor,
que solo
pretende que reinéis, señor,
y que un
memorial de piedades lleno
queráis
despacharle con lealtad de bueno.
10
La Corte, que
es franca, paga en nuestros días
más pechos y
cargas que las behetrías.
Aun aquí
lloramos con tristes gemidos,
sin llegar
las quejas a vuestros oídos.
Mal oiréis,
señor, gemidos y queja
15
de las dos
Castillas, la Nueva y la Vieja.
Alargad los
ojos; que el Andalucía
sin zapatos
anda, si un tiempo lucía.
Si aquí viene
el oro y todo no vale,
¿qué será en
los pueblos de donde ello sale? 20
La arroba
menguada de zupia y de hez
paga nueve
reales, y el aceite diez.
Ocho los
borregos por cada cabeza,
y las demás
reses, a rata por pieza.
Hoy viven los
peces o mueren de risa, 25
que no hay
quien los pesque, por la grande sisa.
En cuanto
Dios cría, sin lo que se inventa,
de más que
ello vale se paga la renta.
A cien reyes
juntos nunca ha tributado
España las
sumas que a vuestro reinado.
30
Y el pueblo
doliente llega a recelar
no le echen
gabela sobre el respirar.
Aunque el
cielo frutos inmensos envía.
le infama de
estéril nuestra carestía.
El honrado,
pobre y buen caballero 35
si enferma no
alcanza a pan y carnero.
Perdieron su
esfuerzo pechos españoles,
porque se
sustentan de tronchos de coles.
Si el
despedazarlos acaso barrunta
que valdrá
dinero, lo admite la Junta.
40
Familias sin
pan y viudas sin tocas
esperan
hambrientas y mudas sus bocas.
Ved que los
pobretes, solos y escondidos,
callando os
invocan con mil alaridos.
Un ministro,
en paz, se come de gajes 45
más que en
guerra pueden gastar diez linajes.
Venden
ratoneras los extranjerillos,
y en España
compran horcas y cuchillos
y, porque con
logro prestan seis reales,
nos mandan y
rigen nuestros tribunales. 50
Honrad a
españoles chapados, macizos;
no así nos
prefieran los advenedizos.
Con los
medios juros que el vasallo aumenta,
el que es de
Ginebra barata la renta.
Más de mil
nos cuesta el daros quinientos; 55
lo demás nos
hurtan para los asientos.
Los que
tienen puestos, lo caro encarecen,
y los otros
plañen, revientan, perecen.
No es buena
grandeza hollar al menor;
que al
polluelo tierno Dios todo es tutor.
60
En vano el
agosto nos colma de espigas,
si más lo
almacenan logreros que hormigas.
Cebada que
sobra los años mejores
de nuevo la
encierran los revendedores.
El vulgo es
sin rienda ladrón homicida; 65
burla del
castigo; da coz a la vida.
"¿Qué
importa mil horcas", dice alguna vez,
"si es
muerte más fiera hambre y desnudez?"
Los ricos
repiten por mayores modos:
"¿Ya
todo se acaba? Pues hurtemos todos." 70
Perpetuos se
venden oficios, gobiernos,
que es dar a
los pueblos verdugos eternos.
Compran
vuestras villas el grande, el pequeño;
rabian los
vasallos de perderos dueño.
En vegas de
pasto realengo vendido,
75
ya todo
ganado se da por perdido.
Si a España
pisáis, apenas os muestra
tierra que
ella pueda deciros que es vuestra.
Así en mil
arbitrios se enriquece el rico,
y todo lo
paga el pobre y el chico.
80
Sin duda el
demonio, propicio y benino,
aquel que por
nombre llaman Peregrino,
al Conde le
dijo, favorable y plácido,
cuando su
excelencia oraba en San Plácido:
«Del rey los
vasallos compiten tu puesto; 85
destruye,
aniquila y acábalo presto.
Los de la
Corona mayores contrarios
serán la
disculpa para tus erarios:
que, si
acaban estos con la monarquía,
morirá
también quien te perseguía.
90
Mejor libra
en guerra el que es prisionero
que el que es
sentenciado por el juez severo.
La causa de
todo lo que ellos ganaron,
no la
mataron, sino la libraron.»
Esto dijo el
diablo al conde Guzmán,
95
y el Conde
prosigue como don Julián.
Consentir no
pueden las leyes reales
pechos más
injustos que los desiguales.
Ved tantas
miserias como se han contado
teniendo las
costas del papel sellado.
100
Si en algo he
excedido, merezco perdones:
duelos tan
del alma no afectan razones.
Servicios son
grandes las verdades ciertas;
las falsas
razones son flechas cubiertas.
Estímanse
lenguas que alaban el crimen,
105
honran al que
pierde y al que vence oprimen.
Las palabras
vuestras son la honra mayor,
y, aun si
fueran muchas, perdieran, señor.
Todos somos
hijos que Dios os encarga;
no es bien
que, cual bestias, nos mate la carga.
110
Si guerras se
alegan, y gastos terribles,
las justas
piedades son las invencibles.
No hay riesgo
que abone, y más en batalla,
trinchando
vasallos para sustentalla.
Demás que lo
errado de algunas quimeras
115
llamó a los
franceses a nuestras fronteras.
El quitarle
Mantua a quien la heredaba
comenzó la
guerra que nunca se acaba.
Azares,
anuncios, incendios, fracasos
es
pronosticar infelices casos. 120
Pero, ya que
hay gastos en Italia y Flandes,
cesen los de
casa superfluos y grandes.
Y no con la
sangre de mí y de mis hijos
abunden
estanques para regocijos.
Plazas de
madera costaron millones,
125
quitando a
los templos vigas y tablones.
Crecen los palacios
ciento en cada cerro,
y, al gran
San Isidro, ni ermita ni entierro.
Madrid a los
pobres pide mendigante,
y en gastos
perdidos es Roma triunfante. 130
Al labrador
triste le venden su arado
y os labran
de hierro un balcón sobrado.
Y con lo que
cuesta la tela de caza
pudieran
enviar socorro a una plaza.
Es lícito a
un rey holgarse y gastar,
135
pero es de
justicia medirse, y pagar.
Piedras
excusadas con tantas labores
os preparan
templos de eternos honores.
Nunca tales
gastos son migajas pocas,
porque se las
quitan muchos de sus bocas. 140
Ni es bien
que en mil piezas la púrpura sobre,
si todo se
tiñe con sangre del pobre.
Ni en
provecho os entran, ni son agradables,
grandezas que
lloran tantos miserables.
¿Qué honor,
qué edificios, qué fiesta, qué sala,
145
como un reino
alegre que os cante la gala?
Más adorna a
un rey su pueblo abundante.
que vestirse
al tope de fino diamante.
Si el rey es
cabeza del reino, mal pudo
lucir la
cabeza de un cuerpo desnudo.
150
Lleváranse
bien los gastos enormes;
lleváranse
mal si fueren disformes.
Muere la
milicia de hambre en la costa;
vive la
malicia de ayuda de costa.
Gana la
vitoria el valiente arriesgado;
155
brindan con
el premio al que está sentado.
El que por la
guerra pretende alabanza
con sangre
enemiga la escribe en su lanza.
Del mérito
propio sale el resplandor,
y no de la
tinta del adulador.
160
La fama, ella
misma, si es digna, se canta:
no busca en
ayuda algazara tanta.
Contra lo que
vemos quieren proponernos
que son
Paraíso los mismos Infiernos.
Las plumas
compradas a Dios jurarán
165
que el palo
es regalo y las piedras pan.
Vuestro es el
remedio: ponedle, señor.
Así Dios os
haga, de Grande, el Mayor.
Grande sois,
Filipo, a manera de hoyo;
ved esto que
digo, en razón lo apoyo:
170
Quien más
quita al hoyo, más grande le hace;
mirad quién
lo ordena, veréis a quien place.
Porque lo
demás todo es cumplimiento
de gente
civil que vive del viento.
Y así de
estas honras no hagáis caudal;
175
mas honrad al
vuestro, que es lo principal.
Servicios son
grandes las verdades ciertas;
las falsas
lisonjas son flechas cubiertas.
Si en algo he
excedido, merezca perdones:
¡Dolor tan
del alma no afecta razones!
180
1.
ANÁLISIS
1)
Resumen
Francisco
de Quevedo (Madrid, 1580 – Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1645) es el
máximo ejemplo del conceptismo barroco español. Este poema es un ejemplo de
ello en sus múltiples facetas, formales o del plano de la expresión, y de
significación o del plano del contenido. En otras palabras, nos sirve muy bien
para entender la mentalidad y los presupuestos estéticos barrocos. Este poema
es de atribución dudosa, de modo que no es segura la autoría por parte de Quevedo.
Todo indica que sí salió de su pluma; y ello por dos razones: la primera es que
el tema de la mejora de la gobernanza de España lo trató Quevedo en varios
escritos; era un autor muy preocupado por el gobierno de la nación; este podría
ser uno más. La segunda razón es estilística: el tipo de composición, el léxico
empleado, las figuras retóricas usadas, etc. son propias de Quevedo.
El
yo lírico escribe un memorial dirigido al rey de España, en ese momento, Felipe
IV (monarca de 1621 a 1640). Un memorial es un “Papel o escrito en que se pide
una merced o gracia, alegando los méritos o motivos en que se funda la
solicitud” (DLE). Aquí, lo que pide
el yo lírico no es un beneficio personal, sino una política más justa,
compasiva y dirigida a asegurar la prosperidad de la nación, es decir, de los
súbditos. Como el poema es bastante largo, analizaremos su contenido dividendo
ya los apartados temáticos.
Primer
apartado (vv. 1-10): El yo lírico (o mejor será decir
“narrativo-argumentativo”) se presenta ante el rey de España. Le informa que ya
es una persona mayor, honrada y juiciosa; solo pretende fortalecer el bien
común, sin miras personales.
Segundo
apartado (vv. 11-44): los impuestos son excesivos; todo está
desproporcionadamente tasado, hasta el “respirar”. Todas las actividades
comerciales y económicas son gravadas con impuestos excesivos. A veces, vale
más el impuesto que el propio bien, como ocurre con los animales. Ello provoca
que la gente deje de trabajar, pues solo sirve para pagar impuestos; así ocurre
con los pescadores, por ejemplo. La gente pasa hambre, viste mal, lleva una
vida arrastrada; protestan como pueden, pero nadie los escucha.
Tercer
apartado (vv. 45-60): los funcionarios y ministros llevan un alto tren de vida,
a costa de los pobres. La Monarquía está endeudada hasta niveles alarmantes.
Tiene que pedir crédito a un interés alto. Vende rentas e impuestos muy caros;
los que los compran, a veces extranjeros, exprimen al pueblo para obtener su
beneficio.
Cuarto
apartado (vv. 61-80): los acaparadores acumulan los bienes primarios para
venderlos después a mayor precio. La Monarquía vende los pueblos de realengo a
poderosos y ricos, que los exprimen hasta el límite. Todos roban, ricos y
pobres; todos pierden la moralidad para entregarse al latrocinio.
Quinto
apartado (vv. 81-96): es la parte más fantástica. El diablo, disfrazado de
Peregrino, se aparece al conde-duque de Olivares, mientras el rey reza en la
iglesia de San Plácido. Le aconseja abusar de su cargo, enriquecerse todo lo
que pueda y no arrepentirse de nada. Total, el país está en descomposición.
Sexto
apartado (vv. 97-120): el yo escritor se disculpa por la crudeza de su relato,
pero es la verdad y debe contarla, para que, quien puede, el monarca, le ponga
remedio. Critica las guerras exteriores que azotan España, una en Italia y otra
en Francia. Han sido errores políticos. Cree que a veces se provocan como
pretexto para subir los impuestos.
Séptimo
apartado (vv. 121-152): critica ásperamente el tren de vida disparatado de la
casa real, encabezada por el propio rey. Gasta mucho en fiestas, en
construcciones sin sentido, muchas de ellas efímeras, en adornos de todo tipo.
Y todo va a costa del pobre, que no tiene ni un buen arado para sus tierras. Ni
san Isidro tiene un buen templo en Madrid, pues el dinero se ha gastado en
fastos reales un tanto inútiles y excusables.
Octavo
apartado (vv. 153-166): el ejército está abatido y pobre, pues no les pagan ni
les dan repuestos. Los aduladores, entre ellos escritores, se empeñan en decir
que todo va bien, pero la realidad es justo la contraria: España está en ruina
y debacle total.
Noveno
apartado (vv. 167-180 y final): se dirige directamente al rey Felipe IV y le
pide que ponga remedio, pues él puede. Le solicita que se apiade de los pobres,
que no preste oído a los aduladores y que actúe con rectitud. Así ganará más
gloria eterna. Cierra su poema justificando su rudeza: “Si en algo he excedido,
merezca perdones: / ¡Dolor tan del alma no afecta razones!”. Ha escrito este
memorial porque le duele España y desea que su patria sea próspera y
justa.
2)
Tema
El
tema del poema se puede enunciar así: análisis crítico sobre la penosa e
injusta situación política y económica de España en la primera mitad del siglo
XVII, al tiempo que se solicita remedio por parte del rey, pues es el único que
puede hacerlo.
3)
Apartados temáticos
Los
nueve apartados temáticos ya han sido señalados en el resumen. como se puede
apreciar, estamos ante un texto expositivo-argumentativo en el que el autor
denuncia la situación calamitosa de España y exige una solución a la casa real.
4) Análisis
métrico y de la rima
Para
esta composición, Quevedo ha elegido el pareado con versos dodecasílabos. Es
una estrofa tradicional castellana empleada desde tiempos inmemoriales. Se
acomoda muy bien al contenido. Le permite exponer, o desarrollar una idea, o un
argumento conclusivo, en cada uno de ellos. Para una visión más general,
utiliza grupos de pareados, formando secciones de contenido, como ya hemos
aclarado.
5) Comentario estilístico
“Católica,
sacra y real majestad” es un poema argumentativo denso y significativo. Al ser
un memorial, exige una exposición clara y ordenada, en orden a aumentar la
capacidad persuasiva de los razonamientos, y de mover al receptor, el rey, a
actuar en una determinada dirección política.
El
poema es muy rico en recursos estilísticos. Sería muy extenso explicar aquí
cada uno de ellos. Baste decir que metáforas, metonimias, elipsis, símiles,
antítesis y paradojas se suceden continuamente. La ironía, el sarcasmo y las
alusiones también abundan por doquier. En cuanto a los recursos de repetición
(anáforas, paralelismos, anadiplosis, repeticiones retóricas, etc.), también
son abundantes, aunque en menor medida. La apóstrofe es un recurso central: el
yo argumentativo apela muchas veces al rey para que ponga remedio a los males
de España y enderece el rumbo social, económico y político del país.
6) Contextualización
Francisco
de Quevedo y Villegas (Madrid, 1570 - Villanueva de los Infantes, Ciudad Real,
1645) es uno de los más grandes escritores de la literatura española y
universal. Su versatilidad es asombrosa, junto con enorme capacidad expresiva
sobre temas y formas muy distintas entre sí. Es el ejemplo más firme de la
literatura conceptista barroca: expresión reconcentrada, anfibología o doble
sentido en los enunciados,densidad significativa, juegos verbales y mentales
que exigen un notable esfuerzo del lector para descubrir el ingenio del
escritor, etc.
La
producción poética es de gran envergadura y calidad. Se calcula que compuso
sobre 875 poemas, bajo el molde de casi todos los subgéneros de su época:
poesía satírico-burlesca, amorosa, moral e inmoral, religiosos (donde se
incluyen sus célebres Salmos) y
fúnebres. Se incluyen poemas metafísicos
y filosóficos de carácter neoestoico. En vida circularon de forma manuscrita
muchos poemas. En forma impresa se recogieron póstumamente en dos obras: El Parnaso español (1648, al cuidado de
sus amigo José Antonio González de Salas) y Las
Tres Musas Últimas Castellanas (1670, al cuidado de su sobrino Pedro
Alderete).
Sus
obras en prosa también son muy abundantes. Según su contenido, se clasifican en
varios grupos. Primero, veremos las obras literarias.
Entre las obras
satírico-morales, sobresale Sueños y
discursos, donde critica oficios, personajes y tipos sociales de su época;
su estilo es mordaz, casi cínico, satírico y un punto escéptico. Toma el modelo
del escritor griego Luciano de Samósata.
Escribió dos
«fantasías morales», el Discurso de todos
los diablos y de La hora de todos.
Ambas son también sátiras lucianescas de característico tono tragicómico;
alcanza gran elegancia y virtuosismo. La diosa Fortuna da a cada uno lo que
merece; el desbarajuste es tal que es mejor volver al desorden previo. Su novela picaresca Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de
vagamundos y espejo de tacaños, apareció impresa en Zaragoza en 1626.
Alcanzó fama en su época por su estilo expresionista y su homor negro,
esperpéntico y corrosivo; la hipérbolización, cosificación y animalización de
los inmorales personajes es el procedimiento continuo de degradación de la
realidad.
Premática y aranceles, hechas por el fiel de las putas, Consejos para
guardar la mosca y gastar la prosa, Premática
del tiempo, Capitulaciones
matrimoniales y Capitulaciones de la
vida de la Corte son sátiras burlescas de los géneros
burocráticos-administrativos habituales en las secretarías del gobierno.
En Cartas del caballero de la Tenaza
(1625), en forma epistolar, cuenta las argucias y pretextos de un hidalgo
tacaño que evita que su enamorada le extraiga dinero.
El Libro de todas las cosas y otras muchas más.
Compuesto por el docto y experimentado en todas materias. El único maestro
malsabidillo. Dirigido a la curiosidad de los entremetidos, a la turbamulta de
los habladores, y a la sonsaca de las viejecitas.
Otro
título chocante es Gracias y desgracias
del ojo del culo. Se trata de una obra breve en el que describe
detalladamente, con humor negro, corrosivo y escatológico, las vicisitudes
alegres y tristes relacionadas con el ano y sus aledaños.
Quevedo
también escribió teatro. No existe un catálogo definitivo de sus obras,
pero destacan Cómo ha de ser el privado y un conjunto de entremeses, como La
polilla de Madrid, El marido pantasma,
El marión, El caballero de la Tenaza, El
niño y Peralvillo de Madrid, La
ropavejera y Los refranes del viejo
celoso.
Entre las obras no literarias, algunas son de naturaleza
política. Destaca España defendida… Argumenta
a favor de la calidad y virtudes de las letras españolas y de su cultura
humanista, además de la historia hispana, ya por entonces atacada a través de
la “leyenda negra”. En Política de Dios,
gobierno de Cristo defiende un gobierno regido por los principios
cristianos. Defiende la aparición del Apóstol y su patronazgo de España en Memorial por el patronato de Santiago.
Su defensa, agresiva y fuerte, de la política económica del valido Conde-Duque
de Olivares en El chitón de las
tarabillas (1630) es tan mordaz que se retiró al poco de publicarse. Su
antijudaísmo lo vertió por escrito en Execración
contra los judíos (1633); ahí desliza críticas al Conde-Duque, lo que luego
pagaría con su encarcelamiento en San Marcos de León (1639-1643). Critica la
revuelta catalana de 1640 en La rebelión
de Barcelona ni es por el güevo ni es por el fuero. La Vida de Marco Bruto, recrea la vida del hijo y homicida de Julio
César.
También compuso obras de contenido religioso y de consejos
de una vida cristiana. Son sus obras ascéticas, como Vida de Santo Tomás de Villanueva, Providencia de Dios (es un tratado contra los ateos, compuesto bajo
el principio de un cristianismo estoico), Vida
de San Pablo y La constancia y
paciencia del santo Job.
Entre las obras filosóficas sobresale por su densidad, su
estilo limpio y su estoicismo un tanto escéptico La cuna y la sepultura para el conocimiento propio y desengaño de las
cosas ajenas.
Escribió varios volúmenes de crítica literaria, dirigidos a
vituperar el estilo culterano y al propio Luis de Góngora, por quien sentía
mucha antipatía. El título más célebre es La
aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día. La culta latiniparla es un libro
burlesco y satírico, con “consejos” para dominar el estilo gongorino.
Asimismo,
dejó un jugoso epistolario y muchas traducciones del latín (Propercio y Séneca,
a quienes admiraba) y del griego (criticadas por flojas).
7) Interpretación y
valoración
El
poema “Católica, sacra y real majestad” es un extraordinario ejercicio de
pensamiento argumentativo y persuasivo, bajo el patrón del ingenio conceptista.
Quevedo (si es que es su autor, parece que sí) aborda la penosa situación de
España en su momento. Describe al monarca el hambre, el frío y el abuso en la
recaudación de impuestos que sufre el pueblo llano día tras día, y sin
esperanza de mejora. Critica violentamente los dispendios de la casa real y los
aduladores que la acompañan. Solicita una urgente solución, para enderezar el
rumbo del país. Y no lo hace por interés personal, sino movido por el amor a su
patria. Estamos ante uno de los primeros ejemplos de poesía cívica y patriótica
de la poesía española.
El
poema es valiente, claro y directo. No recurre al circunloquio ni al disimulo.
Es lo más importante para nuestra lectura contemporánea. Se sospecha que la
composición de este poema fue el motivo de su encarcelamiento, sin juicio
alguno, en el hospital de San Marcos, en León, durante cuatro años, como
señalamos en la contextualización.
Con
la lectura, el lector se siente abrumado y sorprendido ante tanto despliegue de
valentía política, franqueza y valor para exponer al rey absoluto su
pensamiento más franco y directo. La composición, literariamente es perfecta y
estimable. Por su contenido, es original y atrevida.
Este
poema es una joya de la literatura española, y un ejemplo de cómo el artista ha
de comprometerse, también, y sin descuidar el arte, con la realidad que nos
rodea, llena de lacras y graves injusticias. No creemos que otras literaturas
equiparables a la nuestra tengan un texto tan hermoso por su valor social,
cultural y artístico. Qué duda cabe, estamos ante uno de los poemas
cívico-morales sobre la necesidad de un gobierno justo más brillantes de la
poesía española, y aún de la universal, nos atrevemos a decir.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
2.1. Comprensión lectora
1)
Resume el poema.
2)
Expresa su tema y sus apartados temáticos.
3)
Estudia la medida de los versos y la rima, indica las estrofas y la composición
estrófica empleada por Quevedo.
4)
Explica los recursos estilísticos más interesantes que nos permitan comprender
el poema. Es interesante explicar alguna metáfora o símil en el que denuncia el
abuso del gobierno con un sistema de impuestos exagerado y abusador.
2.2. Interpretación y
pensamiento analítico
1)
Indica los rasgos propios de la literatura barroca conceptista visibles en el
poema.
2)
¿Por qué el autor protesta tan agriamente? ¿A quién le pide soluciones?
3)
¿Qué ha movido al poeta-ensayista a escribir este memorial?
4) La
visión de la escala de valores preponderante en esa sociedad española barroca,
que se desprende de la lectura, ¿es optimista o pesimista? Aporta razones.
5)
¿Cuál es el personaje histórico que más critica? ¿Por qué?
6)
¿Teme represalias el autor por su atrevimiento al escribir este poema?
2.3. Fomento de la
creatividad
1)
Explica o recrea en un texto creativo, en prosa o en verso, el contenido del
poema. Se trata de recoger una reflexión sobre la situación socio-económica de
la población en nuestra sociedad y apuntar algunas soluciones a las personas
que pueden adoptarlas.
2)
Imagina una entrevista de tu clase con Francisco de Quevedo. ¿Qué preguntas
harías?
3)
Redacta un diálogo teatral más o menos fiel al contenido del poema. Tendrá dos
personajes, el yo lírico y alguien con un pensamiento contrario, si es que es
posible en este paradójico poema. Puedes introducir a alguna autoridad
relevante, con poder sobre la sociedad.
4)
Prepara una exposición o presentación ante la clase o la comunidad educativa,
con un cartel, o con medios TIC, sobre Francisco de Quevedo y su tiempo
barroco.
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