Ourense (III-2021) © SVM |
Tomás de Iriarte - El elefante y otros animales
Prólogo: El elefante y otros animales
Ningún particular debe ofenderse de lo que se dice
en común
Allá, en tiempo de entonces 1
y en tierras muy remotas,
cuando hablaban los brutos
su cierta jerigonza,
notó el sabio elefante 5
que entre ellos era moda
incurrir en abusos
dignos de gran reforma.
Afeárselos quiere
y a este fin los convoca. 10
Hace una reverencia
a todos con la trompa
y empieza a persuadirlos
en una arenga docta
que para aquel intento 15
estudió de memoria.
Abominando estuvo,
por más de un cuarto de hora,
mil ridículas faltas,
mil costumbres viciosas: 20
la nociva pereza,
la afectada bambolla,
la arrogante ignorancia,
la envidia maliciosa.
Gustosos en
extremo 25
y abriendo tanta boca,
sus consejos oían
muchos de aquella tropa:
el cordero inocente,
la siempre fiel paloma, 30
el leal perdiguero,
la abeja artificiosa,
el caballo obediente,
la hormiga afanadora,
el hábil jilguerillo, 35
la simple mariposa.
Pero del
auditorio
otra porción no corta,
ofendida, no pudo
sufrir tanta parola. 40
El tigre, el rapaz lobo
contra el censor se enojan.
¡Qué de injurias vomita
la sierpe venenosa!
Murmuran por lo bajo, 45
zumbando en voces roncas,
el zángano, la avispa,
el tábano y la mosca.
Sálense del concurso,
por no escuchar sus glorias, 50
el cigarrón dañino,
la oruga y la langosta.
La garduña se encoge,
disimula la zorra,
y el insolente mono 55
hace de todo mofa.
Estaba el
elefante
viéndolo con pachorra,
y su razonamiento
concluyó en esta forma: 60
«A todos y a ninguno
mis advertencias tocan:
quien las siente, se culpa;
el que no, que las oiga».
Quien mis
fábulas lea, 65
sepa también que todas
hablan a mil naciones,
no sólo a la española.
Ni de estos tiempos hablan,
porque defectos notan 70
que hubo en el mundo siempre,
como los hay ahora.
Y, pues no vituperan
señaladas personas,
quien haga aplicaciones, 75
con su pan se lo coma.
- ANÁLISIS
- Resumen
El poeta presenta una situación concreta. Un grupo de animales se reúne en asamblea para tratar de corregir “abusos” que se observan en el comportamiento. El elefante, como personaje noble, ecuánime y sereno. Critica ásperamente la pereza, la bambolla (fatuidad), la ignorancia y la envidia. Los animales más nobles (cordero, paloma, perdiguero, abeja, caballo, hormiga, jilguerillo y mariposa) no se sienten aludidos, pues por su recto y leal proceder no tienen nada de qué arrepentirse o por qué molestarse. Por otro lado, existe un grupo de animales que se sienten aludidos y molestos (son el tigre, lobo, sierpe, zángano, avispa, tábano y mosca; cigarrón, oruga y langosta; garduña, zorra y mono) que reaccionan abandonando la reunión, mofándose --como el mono-- o sintiéndose molestos. El elefante observa pacientemente esta situación. Les comunica que habla genéricamente, sin concretar; quien se sienta aludido, advierte, acaso es porque realmente no lo está haciendo bien. Una línea en blanco señala que finaliza la fábula y comienza la moraleja de boca del yo lírico, o del poeta, pues ya no hay ficción lírica. Es una explicación de la fábula: aclara que se habla genéricamente, para todo tipo de público, en cualquier época. Nadie en particular tiene por qué darse por aludido, aunque si eso ocurre, será porque tiene defectos o vicios que debería corregir.
2.
Tema
El tema del poema se puede enunciar así: advertencia a los lectores para que no se den personalmente por aludidos en cuanto al contenido de las fábulas. Desliza también el pensamiento de que si alguien se siente insultado o aludido por sus textos, será porque hay razones para ello; es decir, en román paladino, “quien se pica, ajos come”. Recomienda espíritu deportivo y buen talante para no perder los papeles. Por otro lado, obsérvese el título que Iriarte le asigna, pues también es el tema: “Ningún particular debe ofenderse de lo que se dice en común”. La intención didáctico-moral es evidente; es lo esperable en este tipo de literatura, las fábulas.
3. Apartados temáticos
El poema presenta una estructura
tripartita bien reconocible. Tenemos:
-La primera parte (vv. 1-24) presenta a
los personajes en su contexto y el conflicto que han de resolver.
-La segunda parte (vv. 25-36) se centra en
la reacción de los animales más nobles y “buenos” a las críticas del elefante
sobre el mal comportamiento de algunos.
-La tercera parte (vv. 37-56) focaliza la
reacción de los animales “malos” o dañinos, o muy egoístas. Protestan,
abandonan la reunión o ridiculizan al elefante.
-La cuarta parte (vv. 57-64) se centra en
la reacción del elefante ponente. Con paciencia y tranquilidad, advierte a los
asistentes que no él no individualiza, sino que se dirige a todos. Quien se
sienta aludido, por algo será, desliza.
-La quinta y última parte (vv. 65-76) ya no está en el orden de la ficción previo. El yo lírico habla directamente y se dirige a su auditorio, no al del elefante. Se aplica la analogía de los animales a la conducta humana y, de nuevo, advierte que él no critica a nadie en concreto, pues habla genéricamente; ahora bien, quien se dé por aludido, será mejor que se pregunte por qué.
4.
Aspectos métricos y de rima
Este poema está compuesto por setenta y seis versos agrupados en dos secciones, separadas por un espacio en blanco. La medida de los versos y la rima se mantiene en ambos apartados. Los versos son octosílabos (ocho sílabas; arte menor, por tanto). La rima es asonante en ó-a, en los versos pares; los impares quedan libres. Se trata, pues de un romance; es una estrofa tradicional castellana, de pervivencia oral, anónima y colectiva.
5.
Comentario estilístico
El poema es de una elaboración cuidada, pero orientada a la
claridad y la sencillez. No vamos a encontrar grandes conceptos desarrollados,
ni sutiles aplicaciones retóricas. La intención educativa no es compatible con
esas manifestaciones. La personificación o prosopopeya sistemática de los
animales es el recurso clave. De vez en cuando aparecen rasgos de humor, como
en el arranque del poema: “Allá, en tiempo de entonces” (v. 1) y los versos
sucesivos. Se trata de generar distensión, esto es, la creación de un tono
amable y distendido; por tanto, agradable para el lector. La adjetivación es
muy intencionada, expresiva y ligeramente irónica. La arenga del elefante es
“docta” (v. 14); es un claro sarcasmo. Las palabras “mil( VV. 19 y 20) y “la”
(vv. 21-24) crean una anáfora intencionada, recalcando los vicios de algunos
animales; en este sentido opera el paralelismo de los mismos versos señalados.
Del verso 29 al verso 36 se sucede una magnífica enumeración de los
animales nobles leales que escuchan la
arenga; todos con su correspondiente adjetivo (casi siempre, epíteto)y formando
paralelismos cadenciosos. La supresión del sintagma verbal de cada elemento
enumerado (cada animal) crea un inmediato efecto de acumulación. Es como si los
viéramos apretujados en su asamblea.
Los animales que se muestran contrarios a las enseñanzas del
elefante aparecen enumerados, pero dentro de oraciones completas. El tigre y el
lobo “contra el censor se enojan” (v. 42).La “sierpe venenosa” (v. 44) no hace
compañía con nadie y va sola. Sin embargo, los insectos sí aparecen enumerados:
zángano, avispa, tábano y mosca, que “Murmuran por lo bajo (v. 44). El efecto
lector es magnífico; está muy próximo a la aliteración.
La ironía aparece otra vez en las “glorias” (v. 50) --en realidad,
sus fealdades-- que no quieren escuchar ciertos animales: cigarrón, oruga y
langosta. Los versos aplicados a la garduña y a la zorra (vv. 53-54) forman un
perfecto quiasmo; aporta frescura y variedad. El cierre del discurso del
elefante es algo humorístico y sentencioso. Comienza con una paradoja: “A todos
y a ninguno / mis advertencias toca” (vv. 61-62). El paralelismo final, con sus
elipsis y sus antítesis, refuerzan (vv. 63-63) el tono epigramático y
sentencioso del conjunto, además de su componente didáctico.
El yo lírico aparece en la sección final de la fábula. En cierto
modo, repite lo dicho por elefante, solo que amplificado: no se habla a nadie
en concreto, ni siquiera a la nación “española” (v. 68), sino a un público
general. Siempre hubo defectos y se deben corregir. Si alguien se ofende, “con
su pan se lo coma” (v. 76); este cierre con una expresión coloquial muestra muy
bien el tono como familiar entre el yo lírico y sus lectores.
Vemos, pues, que se trata de una historia protagonizada por animales en las que se contiene una enseñanza moral. Esta, en concreto, funciona como prólogo al conjunto de las fábulas de Iriarte; también como advertencia de personalizar la lectura; el poeta y el yo lírico se desentienden de las consecuencias que alguien pueda sufrir por ser mala persona.
6.
Contextualización
Tomás de Iriarte (Tenerife, 1750 - Madrid,
1791) es, junto con Samaniego, el más importante fabulista neoclásico español.
No limitó su talento a la poesía didáctica, sino que compuso varias obras
teatrales de mérito, como Hacer que
hacemos (1770), El señorito malcriado
(1788), etc. Tradujo atinadamente el Arte
poética de Horacio y compuso piezas musicales, pues su talento musical era
elevado. Su poema didáctico La música
(1779), en cinco cantos compuestos por silvas, obtuvo gran resonancia en España
y fuera de ella.
Como fabulista, Iriarte se consagró con la importante obra Fábulas literarias (1782). Se atiene al gusto de la época de recoger la tradición grecolatina, seguir sus postulados y realizar una literatura didáctica, clara, sencilla y que sirviera para la mejora de la educación ciudadana.
7.
Interpretación y valoración
Este poema inicial, a modo de prólogo, que
antecede a las fábulas, tiene una gran importancia porque es una declaración de
intenciones del autor. Iriarte explicita su propósito reformador; es cierto que
sin molestar a nadie en concreto, pues él se dirige al público general. Y si
alguien se molesta, será porque tiene motivos para ello.
El prólogo está compuesto bajo las mismas
pautas del resto de los animales: antropomorfización de los animales, moraleja
final, un poco de humor, algo de sátira y un tono amable. La facilidad
expresiva es muy elevada. El dominio del verso y la capacidad para crear una
historia sencilla, muy bien contextualizada en el mundo animal hacen de la
lectura una experiencia agradable, como ya lo fue hace más de doscientos años,
cuando se compusieron. En efecto, las fábulas de Iriarte han resistido muy bien
el paso del tiempo. Bajo una aparente sencillez, que esconde una cuidadosa
elaboración, Iriarte nos ha dejado una poesía, bajo la fórmula de la fábula, de
primer orden.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades se pueden
realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en
casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias
lo aconsejen).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el poema (100 palabras,
aproximadamente).
2) Señala su tema principal y los
secundarios.
3) Delimita los apartados temáticos,
atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza los aspectos métricos y de
rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo,
optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala las imágenes más importantes que
jalonan el poema, sobre todo referidas a las percepciones sensoriales, y cómo
impactan en el poeta.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) Haz un recuento de los animales que
aparecen. ¿Conocía bien el mundo animal el fabulista Iriarte?
2) El poeta, ¿desea solo divertir a sus
lectores?
3) Localiza los adjetivos que se asignan a
los animales. ¿Son epítetos?
4) ¿Con qué tipo de hombre podemos
identificar al elefante? ¿De qué es imagen, entonces?
5) ¿Tiene miedo Iriarte de las posibles
críticas? ¿Podemos decir que intenta “aplicar la venda antes de la herida”?
6) ¿Dónde aparece la moraleja? A juzgar
por su claridad, ¿se puede afirmar que el poema posee intención didáctica?
2.3.
Fomento de la creatividad
1) Elabora un poema o texto en prosa que
exprese una situación social criticable. Utiliza animales antropomorfizados u
otra fórmula de tu creación, para dotarlo de un sentido didáctico. Puedes
imprimir un tono aleccionador y algo humorístico, como ha realizado Tomás de
Iriarte.
2) Imagina y transcribe una conversación o
plática entre la clase y el poeta Tomás de Iriarte a propósito de su poema y de
su vida.
3) Realiza una exposición sobre Tomás de
Iriarte, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la
comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña
exposición bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes que sirvan para
expresar una situación social rechazable porque uno o varios vicios estén muy
extendidos. La ironía suele ser muy expresiva para mostrar con humor este tipo
de situaciones, siguiendo el ejemplo de Tomás de Iriarte.
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