JUAN DEL ENZINA: Égloga representada la mesma noche de Antruejo
Égloga representada la mesma noche de Antruejo o Carnestollendas; adonde se introduzen los mesmos pastores de arriba, llamados BENEITO y BRAS, LLORIENTE y PEDRUELO. Y primero BENEITO entró en la sala adonde el Duque y Duquesa estavan, y tendido en el suelo, de gran reposo comenzó a cenar; y luego BRAS, que ya avía cenado, entró diziendo «¡Carnal, fuera!». Mas importunado de BENEITO, tornó otra vez a cenar con él. Y estando cenando y razonándose sobre la venida de Cuaresma, entraron LLORIENTE y PEDRUELO, y todos cuatro juntamente, comiendo y cantando con mucho plazer, dieron fin a su festejar.
BRAS.- ¡Carnal, fuera! ¡Carnal, fuera! 1
BENEITO.- Espera, espera,
que aún no estoy repantigado.
BRAS.- ¡Ya estoy ancho, Dios loado!
BENEITO.- Aún somera 5
tengo mi gorgomillera.
BRAS.- ¡Hideputa! ¡Quién pudiera
comer más!
BENEITO.- Siéntate, siéntate, Bras,
come un bocado siquiera. 10
BRAS.- No me cumpre, juro a mí.
Ya comí
tanto, que ya estoy tan ancho
que se me rehincha el pancho.
BENEITO.- Siéntati. 15
BRAS.- Pues me acusas, héme aquí.
¿Qué tienes de comer? Di.
BENEITO.- Buen tocino,
y aqueste barril con vino
del mejor que nunca vi. 20
BRAS.- Pues daca, daca, comamos
y bevamos.
Muera gata y muera harta.
Aparta, Beneito, aparta,
que quepamos 25
porque bien nos estendamos.
BENEITO.- Estiéndete, Bras, y hayamos
gran solaz,
oy, qu'es San Gorgomellaz,
que assí hazen nuestros amos. 30
BRAS.- Nuestros amos ya han cenado
bien chapado.
BENEITO.- Y aun hasta traque restraque.
BRAS.- Quien me diesse agora un baque,
¡mal pecado! 35
diésseme por rebentado.
BENEITO.- Calca, calca buen bocado.
BRAS.- No me cabe.
BENEITO.- ¡Hideputa! ¡Y cómo sabe
esto que está collorado! 40
Come, come, come, come,
no nos tome
la Cuaresma rellanados.
Harvemos estos bocados.
BRAS.- Aunque assome, 45
no temo que me desllome.
BENEITO.- Miafé, Bras, a mí espantóme
de tal suerte
que, aunque cenemos muy huerte,
júrote que ella nos dome. 50
BRAS.- ¿Adónde la viste estar?
BENEITO.- Vila andar
allá por essas aradas,
tras el Carnal a porradas
por le echar 55
de todo nuestro lugar.
Vieras, vieras assomar
por los cerros
tanta batalla de puerros
que no lo sé percontar. 60
Y assomó por otra parte
el estandarte
del ermandad y ortaliza,
diziendo a la longaniza:
«¡Guarte, guarte, 65
tiempo es ya de confessarte!»
Desmayaron de tal arte
los buñuelos,
que pegaron con sus duelos
las gentes de papillarte. 70
Fue la sardina delante,
rutilante,
y al tocino arremetió,
y un batricajo le dio
tan cascante, 75
que no sé quien no se espante.
Domóle tan perpujante
sus porfías,
que en estos cuarenta días
yo dudo qu'él se levante. 80
Vieras los ajos guerreros,
con morteros
huertemente encasquetados,
saltando por essos prados
muy ligeros 85
con lanças y majaderos;
los gallos por los oteros
muy corridos,
cansados, muertos, heridos
a poder de cañaveros. 90
Las cebollas enristraron
y assomaron
por ensomo de aquel teso;
los huevos, mandega y queso
no pararon, 95
que soncas llugo botaron
y al Carnal triste dexaron.
En revuelta
va huyendo a rienda suelta.
Hasta agora pelearon. 100
BRAS.- ¡O, cuán crudo pelear!
Gran pesar
me pone con su venida
la Cuaresma dolorida.
BENEITO.- Sin dudar 105
ya se viene a más andar;
no puede mucho tardar
que no venga.
BRAS.- Lloriente y el hi de Menga
veo por allí assomar. 110
BENEITO.- ¿Carean de cara acá?
BRAS.- Miafé, ¡ha!
BENEITO.- Dales muy huertes apitos,
que los aturries a gritos.
BRAS.- Bien será. 115
¡Andá, zagales, andá!
LLORIENTE.- ¿Queréis que vamos allá?
BRAS.- Miafé, sí.
BENEITO.- Aballá, aballá, vení,
que para todos avrá. 120
LLORIENTE.- Pedruelo, daca, aballemos.
Tomaremos
un rato de gasajado;
que toste, toste priado
bolveremos 125
porque nos desenhademos.
PEDRUELO.- Vamos presto, no tardemos,
que yo llevo
un tarro de leche nuevo
para que la sopetemos. 130
LLORIENTE.- Gañanes, buena pro haga.
PEDRUELO.- Ha, Dios praga.
¡Cómo coméis a remanso!
BRAS.- Queremos tomar descanso,
pues nos vaga, 135
que después todo se paga.
LLORIENTE.- Gran lazeria nos amaga,
soncas, cras.
BENEITO.- Diles que se sienten, Bras.
BRAS.- Gentezilla es que bien traga. 140
Sentaivos aquí, garçones
papillones,
aguzá los passapanes.
LLORIENTE.- Sí, que no somos gañanes
comilones, 145
ni tanpoco beverrones.
BRAS.- Hidesputas, mamillones,
no dexáis
cabra que no la mamáis.
PEDRUELO.- ¡Si habrassen los çurrones! 150
BENEITO.- ¿Qué traes en el çurrón?
di, garçón.
PEDRUELO.- Trayo un buen tarro de leche
para que nos aproveche.
BRAS.- ¡Ha, mamón! 155
De las cabras es de Antón.
PEDRUELO.- ¡Soncas, yo no soy ladrón!
Muy mal habras.
Aun yo sí que tengo cabras,
maguer que tantas no son. 160
BENEITO.- Daca acá, Pedruelo, daca,
saca, saca.
Comamos a muerde y sorve,
y uno a otro no se estorve.
BRAS.- Si es de vaca, 165
es perdañosa y vellaca.
BENEITO.- Bien sabe, si no es muy fraca,
la vacuna.
PEDRUELO.- Yo os la daré cabretuna,
y avéis de sorver a estaca. 170
Sorve, sorve tú primero,
Bras cabrero.
¡Cómo sorves descortés!
BRAS.- Sorva Beneito después,
qu'es vaquero, 175
y dis Lloriente ovegero.
PEDRUELO.- Yo quiero ser el postrero
por sorver
huertemente a mi prazer,
pues que yo traxe el apero. 180
LLORIENTE.- Beneito, pues sos umano,
sorve llano.
PEDRUELO.- ¡Hideputa! ¡Y cómo sorves!
BENEITO.- Calla, calla, no me estorves
a mi mano, 185
no me habres tan temprano.
LLORIENTE.- Daca acá, Beneito hermano,
sorveré,
que llugo se lo daré
a Pedruelo bueno y sano. 190
(Fin.)
BENEITO.- Límpiate primero el moco.
Sorve poco,
que quede para Pedruelo.
LLORIENTE.- Calla tú, que yo, moçuelo,
no soy loco, 195
que muy cortésmente emboco.
PEDRUELO.- Mira cómo yo le toco
sin sollar,
y miafé, sus, a cantar,
y verás cómo le froco. 200
(Villancico.)
Oy comamos y bevamos,
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.
Por onra de Sant Antruejo
parémonos oy bien anchos, 205
embutemos estos panchos,
recalquemos el pellejo,
que costumbre es de concejo
que todos oy nos hartemos,
que mañana ayunaremos. 210
Onremos a tan buen santo
por que en hambre nos acorra;
comamos a calca porra,
que mañana ay gran quebranto.
Comamos, bevamos tanto 215
hasta que nos rebentemos,
que mañana ayunaremos.
Beve, Bras; más tú, Beneito.
Beva Pedruelo y Lloriente.
Beve tú primeramente, 220
quitarnos has desse preito.
En bever bien me deleito;
daca, daca, beveremos,
que mañana ayunaremos.
(Fin.)
Tomemos oy gasajado, 225
que mañana vien la muerte;
bevamos, comamos huerte,
vámonos carra el ganado.
No perderemos bocado,
que comiendo nos iremos, 230
y mañana ayunaremos.
ANÁLISIS
Resumen
Como es normal en las égloglas de Juan del Enzina, comienza la obra con un resumen del argumento. Es útil para nuestro propósito aquí, por eso lo seguimos en parte. Dos pastores, llamados Beneito y Bras, protagonizan la primera parte. Comienza la obra con Beneito, en una sala de interior, rematando un pequeño banquete la noche de Carnestolenda, es decir, el día previo al miércoles de ceniza, momento en que comienza la cuaresma, período de cuarenta días en que no se come carne. Llega su amigo Bras, otro pastor que ya había cenado. Afirma que se acaban las comilonas de carne. Entre bromas y veras, los dos pastores se animan a seguir comiendo hasta no poder más. Total, va a seguir una larga temporada de ayuno.
Beneito le relata a Bras la batalla entre Cuaresma y su ejército de vegetales y pescado contra el de don Carnal y sus huestes de carne. Tras este encarnizado y simbólico combate, Cuaresma gana. A tal tiempo, aparecen otros dos pastores amigos, Lloriente y Pedruelo. Charlan de la llegada de la Cuaresma. Los recién llegados reconocen que beben leche directamente de las cabras, para quitar el hambre. Pedruelo lleva un tarro lleno de leche. Entre los cuatro se conciertan y se lo van pasando de uno a otro, festejando la bebida de ese preciado líquido. Finalizan su encuentro cantando todos juntos un villancico en el que anuncian que llega la cuaresma y, por tanto, lo mejor es comer y beber todo lo que se pueda porque vendrán días de mucha escasez.
2) Temas
Los temas más importantes de esta pieza son:
-La llegada de la cuaresma nos invita a comer y beber hasta hartarnos, pues vendrán días de penitencia.
-Hay que tomarse la vida con alegría y buen humor para sobrellevar las miserias cotidianas.
-Los pastores llevan una vida esforzada; en su simplicidad, disfrutan de los placeres a su alcance sin tino.
3) Personajes
Estamos ante una égloga convencional. Los cuatro pastores, Bras Beneito, Pedruelo y Lloriente cumplen con el prototipo de personaje: rústicos, zafios, con un lenguaje rural plagado de vulgarismos y arcaísmos. No se distinguen unos de otros por rasgos personales. Los cuatro son simplotes, elementales y primitivos. Llegada la noche de Antruejo, comen hasta no poder más, pues la dieta comienza al día siguiente.
Es interesante comprender que el relato que hace Beneito de la batalla de don Carnal contra doña Cuaresma no es propio de los conocimientos ni del modo de expresión de un pastor. Enzina transfiere su saber literario (el eco, por ejemplo, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita, con su Libro de buen amor es muy visible) a un pastor que relata a un compañero una batalla burlesca, pero fuera de sus alcances. Este detalle nos permite comprender cómo los pastores son figuras literarias algo artificiales, estereotipadas.
4) Estructura
Esta “egloga” no está separada en actos ni escenas. Se trata de una estructura unitaria y fluida que avanza sin cesar. La aparición de los distintos personajes y sus propias intervenciones , junto con el resumen-acotación inicial, nos advierten del cambio de lugar y tiempo en que se desarrolla la acción.
Su brevedad (231 versos) tampoco permite una separación en bloques de contenido bien separados. El contenido fluye en un continuo de estructura única, si bien es cierto que se puede apreciar una introducción, un desarrollo y un cierre, pero sin cortes.
5) Rasgos estilísticos
Estamos ante una obra dramática en verso (estructura y molde que cien años después Lope de Vega llevaría a su máxima perfección con su Arte nuevo de hacer comedias). El tipo de estrofa va cambiando, pero predomina la que aparece en la apertura de la pieza, con la intervención de los pastores: versos octosílabos (alguno es quebrado y consta de cuatro sílabas) con rima aabbccadd, etc. Como vemos, son pareados salteados con un verso repetido de otro anterior.
El modo de hablar de los personajes es convencional. Son figuras populares y hablan en un registro coloquial, algo avulgarado, rural y un poco arcaizante; es un modo de caracterizarlos. Ya sabemos que en esa época los autores dramáticos utilizaban el dialecto inventado del “sayagués” para ponerlo en boca de rudos campesinos, noblotes pero ignaros. En este caso, Enzina emplea masivamente este dialecto literario, a nuestro entender de dudosa eficacia literaria.
El sayagués es un dialecto literario caracterizado por la rusticidad y la sencillez expresiva. Abundan los vulgarismos, las oraciones breves y mal concertadas, los apelativos affectivos y despectivos, etc. El léxico es avulgarado y campesino. Las deformaciones de las palabras es constante, pero no tanto que el lector o espectador no pueda entenderlas. Están ahí, al límite de lo inteligible en una primera lectura.
6) Contextualización
Juan de Fermoselle, como al parecer era su nombre original, más conocido como Juan del Enzina (algún lugar de Salamanca, 12 de julio de 1468 - León, 1529), fue un excelente poeta, músico y autor teatral del Renacimiento español, en la época de los Reyes Católicos. Su destreza y maestría literaria y musical fue reconocida en su época. Junto con Lope Naharro, se le considera precursor del teatro español.
Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca; recibió clases del gran humanista Antonio de Nebrija; su educación musical, de primera calidad, también la recibió como miembro de la capilla de la Catedral de Salamanca. Vivió en Italia unos años, en la década de 1480, donde conoció de primera mano la cultura humanista y renacentista. En 1492 logró la estabilidad económica, pues se incorporó como miembro de la corte del segundo duque de Alba, Fadrique Álvarez de Toledo. En 1492 estrenó dos églogas en el palacio de su señor en Alba de Tormes; fue el comienzo de su carrera dramática.
Accedió al cargo de arcediano de Málaga, aunque no vivió en esa ciudad, al parecer. De 1496 a 1519 vivió en Roma bajo la protección papal, con frecuentes viajes a España. Le concedieron el cargo de prior de la catedral de León en 1519. Hizo en viaje de peregrinación, ese mismo año, a Jerusalén. Murió en León en 1529. Sus restos fueron trasladados a la catedral de Salamanca en 1534.
Juan del Enzina dejó una abundante producción artística en tres campos: teatro, poesía y música. En teatro compuso catorce piezas; sobresalen sus obras Auto del repelón, Égloga de Plácida y Vitoriano, Égloga de Cristino y Febea y Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio.
Su producción poética se recogió en el típico Cancionero (Salamanca, 1496, con muchas ediciones posteriores). Producto de su peregrinación a Tierra Santa es Tribagia o Vía sacra de Hierusalem (Roma, 1521); se trata de una especie de libro de viaje, con observaciones sobre el entorno, escrita en verso.
Creó setenta y dos composiciones musicales de gran calidad, según los gustos de la época (cantatas, villancicos, canciones, vegadas, etc.),
Un prestigioso y antiguo instituto de educación secundaria de la ciudad de León lleva su nombre; a la entrada se puede ver un busto del artista de mucho gusto y calidad.
7) Interpretación valorativa
Esta pieza teatral es interesante por varios motivos. El primero, porque nos permite conocer los gustos literarios (teatrales, más específicamente) en los albores del Renacimiento español. El segundo motivo es que la obra, breve, dada su naturaleza festiva y humorística, ofrece un retrato literaturizado de parte de la sociedad española del momento. El tercero procede de la intención artística del autor y del tipo de público al que va dirigido. Enzina crea un pequeño artefacto dramático para entretener a su protector, el duque de Alba, y a los miembros de la nobleza de ese entorno.
La capacidad dramática de Enzina es muy alta, pues crea una pieza breve, chispeatnte, alegre, vivaz, con una intención lúdica y literaria al mismo tiempo. Realiza un retrato social de los campesinos castellanos y leoneses, pero literaturizado; en cierto modo, deformado, pues les hace hablar de un modo artificioso. Sin embargo, los usos y costumbres poseen un fondo de verdad inquietante e interesante al mismo tiempo.
La representación no dura más de quince o veinte minutos. La pieza posee un ritmo sostenido, una intriga esperable, pero entretenida y una estructuración fluida y continua que aseguran la atención del oyente o espectador.
2.2. PROPUESTA DIDÁCTICA
2.1. Comprensión lectora (referida al texto en conjunto)
1) ¿Por qué los campesinos comen a dos carrillos?
2) ¿Podemos encontrar rasgos propios de cada pastor?
3) ¿Qué importancia tiene la llegada de la Cuaresma a efectos de la vida práctica?
4) ¿Qué simboliza o alegoriza la batalla de doña Cuaresma contra don Carnal?
5) ¿Qué comparten los pastores?
6) ¿Cómo se cierra la égloga?
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
¿Es natural el modo de hablar de los pastores? ¿Hablarían así en la época de la composición (finales del siglo XV-principios del s. XVI?
2) Explica el tipo de sociedad que aparece en la obra, desde el punto de vista socio-económico, cultural-educativo, moral, etc.
3) ¿Por qué comen hasta no poder más los cuatro pastores?
4) El cierre de la égloga con un villancico cantado por los cuatro pastores, ¿qué nos indica sobre la intención de la obra?
5) Analizando el contenido del villancico, ¿a qué invita al lector/espectador?
2.4. Fomento de la creatividad
1) Crea una obra dramática, o de otro género literario, en el que se aprecie la celebración de un acontecimiento importante para la sociedad, al estilo de Juan del Enzina.
Elabora un cartel o una presentación con TIC sobre Juan del Enzina, explicando cómo su biografía influyó en su obra; exponlo ante tus compañeros o la comunidad educativa.
3) Documéntate sobre la vida en España a finales del siglo XV y principios del XVI antes y aclara cómo se aprecia en Égloga de la noche de Antruejo.
4) Crea un final nuevo para la pieza dramática, que te parezca más actual, lógica o coherente con el contenido.
5) Imagina una entrevista de la clase con Juan del Enzina. ¿Qué preguntas le harías?
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