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ALFONSINA STORNI - "La caricia perdida"
La caricia perdida
Se me va de los dedos la caricia sin causa, 1
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita, 5
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar, 10
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos, 15
en el viento fundida, ¿me reconocerás?
De Languidez (1920)
- ANÁLISIS
- Resumen
Alfonsina Storni (Sala Capriasca, Suiza,
1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es una excelente y original poeta que
vertió en sus poemarios con autenticidad y originalidad sus sentimientos
--especialmente el amoroso-- y pensamientos de carácter existencial, en un tono
tardorromántico, postmodernista y algo existencialista, sobre todo en sus
textos finales.
El poema se centra en algo tan sencillo y, a la vez, tan trascendente como es la caricia. En la primera estrofa el yo poético anuncia que una caricia sale de sus dedos flotando y vagando por el aire, sin destino ni rumbo ciertos; menos, sin un destinatario humano. La segunda estrofa es importante porque desvela que la caricia es símbolo del amor (o de su sed) que siente el yo poético, pero sin ser amado. Nadie se acerca a él y la caricia “rodará” por los caminos; se percibe cierta frustración por este aislamiento del yo poético. La estrofa estrofa es una ensoñación donde la caricia encuentra un ser y lo ama de veras. Se trata de un “viajero”, es decir, un amante furtivo y de camino, que acaso no comprenda lo que le está pasando. En la cuarta estrofa, la final, el yo poético interpela al hermoso viajero para preguntarle si podrá reconocer quién es él, que ama intensa y hondamente, pero sin una corporeidad reconocible, pues está como “fundida” en el aire, en el viento.
2.
Tema
El tema del poema se puede enunciar así: la sed de amor del yo poético vaga por el aire, en forma de caricia, sin encontrar un ser amado. Expresado de otro modo: expresión angustiada de la necesidad de amor, aunque sea efímero.
3. Apartados temáticos
El poema presenta una estructura
tripartita bien reconocible. Tenemos:
-La primera estrofa (vv. 1-4) forman un
primer apartado. Posee un tono declarativo; el yo poético anuncia que una caricia
sale de su ser y vaga en el aire; es dudoso que alguien la recoja.
-La segunda estrofa (vv. 5-8) constituye
el segundo apartado temático. En él se explica que el yo poético está solo, sin
nadie que lo acompañe, de ahí que sus caricias no encuentren destinatario.
Muestran la frustración que lo rodea.
-La tercera y cuarta estrofas (vv. 9-16) conforman el último apartado. El yo poético plantea una hipótesis: acaso encuentre a alguien a quien amar, es decir, un destinatario de su caricia. En ese caso, duda si sería reconocida su caricia, es decir, su intenso deseo de amar.
4.
Aspectos métricos y de rima
Este poema está compuesto por dieciséis versos agrupados en cuatro estrofas de cuatro versos cada una. Los versos son tetradecasílabos o alejandrinos (catorce sílabas; arte mayor, por tanto, con su cesura o pausa intermedia y la correspondiente división en dos hemistiquios de cada uno de los versos). La rima asonante (coinciden solo las vocales desde la última vocal tónica de la última palabra de cada verso) queda establecida así: -A-A; riman los versos pares (2, 4, 6, etc.) y los impares quedan libres. La rima es la del romance; como el número de sílabas no coincide con las normales para esta estrofa (que son ocho), podemos decir que estamos ante un poema de rima romanceada.
5.
Comentario estilístico
Este poema posee una
particular estructura estilística porque todo él gira en torno a la metonimia y
el símbolo de la caricia como acto de amor, o necesidad de amor. En el primer
verso ya aparece la palabra “caricia”, que se repite otras dos veces, en los
versos 3 y 4, formando aquí una hermoso paralelismo y anáfora. La caricia está
personificada, adquiere vida propia, como se ve en “se me va de los dedos” (v.
1). Otro paralelismo y su correspondiente anáfora especialmente significativos
aparece en los dos primeros versos con la expresión “se me va de los dedos”.
Parece que el acto sensitivo adquiere vida propia y puja por salir del yo
poético buscando un destinatario, que no aparece o es confuso, como se deja ver
en la suspensión del verso 2. La caricia “vaga” (v. 3) en el viento, como
extraviada, de ahí que el yo poético la adjetive de “perdida” (v. 4). Su
destino incierto queda perfectamente claro con la interrogación retórica que
cierra la primera estrofa; es un modo de afirmar que, probablemente, nadie la
recogerá.
La segunda estrofa posee un
carácter más reflexivo y, al mismo tiempo, soñador. El yo poético reconoce que
busca el amor, sin reparar mucho quién pueda ser la persona elegida, pues pudo
ser “el primero que acertara a llegar” (v. 6). La anáfora y paralelismo de sus
dos primeros versos insisten en la posibilidad de ese amor y además recalcan el
carácter intimista de sus sentimientos, pues es un amor “con piedad infinita”
(v. 5). Sin embargo, las esperanzas se esfuman, según reconoce el yo poético en
una oración muy breve y contundente: “Nadie llega” (v. 7). Una antítesis
establecida entre “solos” y “floridos” expresan muy bien el contraste entre el
ansia de amor y la soledad. El sujeto del último verso de esta segunda estrofa
repite el del último de la primera; esta insistencia por repetición se refuerza
con la reiteración con suspensión del verbo
“rodará” (v.8). Expresan la desesperación del yo poético en su búsqueda
frustrada del amor.
La tercera y cuarta
estrofas forman una unidad de significación y sintáctica, pues son cinco
oraciones subordinadas condicionales que han de esperar al último verso para
ver la proposición principal, que es una oración interrogativa, casi retórica.
El yo poético se imagina a sí mismo amando, es decir, realizando todo el
contenido envuelto en la palabra “caricia”; estas acciones son un suspiro, una
leve opresión en los dedos, un sí es no es de estar presente y ausente, y,
finalmente, un beso. Él mismo parece que vive lo que solo es una imaginación,
tal es su deseo amar. Se dirige al “viajero” (v. 15), metáfora del ser amado,
que lo imagina de ojos azules, un poco aéreo, casi inasible, como él mismo. Le
pregunta si lo reconocerá, pero la interrogación cierra el poema y quedamos sin
respuesta. El poema posee, pues, un final abierto, un tanto angustioso y más
bien negativo. La anáfora de la conjunción “si” en los versos 10, 11, 13 y 14
abundan en el dramatismo de que todo es una hipótesis de difícil realización.
La apóstrofe dirigida al viajero, en tono exclamativo (“oh, viajero”, v. 15),
declaran el estado anímico de agitación y desesperanza por parte del yo
poético, pues todo quedará en una “ilusión” (v. 14).
El tono melancólico y sereno del poema esconde una intensa zozobra y malestar interno. El yo poético persigue su felicidad, cifrada en el amor, metonimizada en una caricia, pero no logra encontrarlo. El transparente e inteligente en el sentido de que su lectura impacta en el lector con un mensaje claro y desesperado: el yo poético busca el amor, lo necesita, casi lo suplica, porque es la razón de su existir. Com no lo alcanza, se desliza una honda frustración existencial y espiritual del yo poético, y de una amarga agitación de fondo.
6. Contextualización
Como ya afirmamos, Alfonsina Storni (Sala
Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es uno de los más
sugestivas y originales poetas de las primeras décadas del siglo XX en el
ámbito hispanoamericano. Estamos ante una voz original que expresa sus deseos y
temores más profundos de forma clara y dramática. Por la época en que
desarrolló su poesía, se puede apreciar su carácter de pionero en la
reivindicación de la mujer, su desenvuelta expresión, nada acomplejada, de su
naturaleza y sus rasgos de carácter. Sus tormentas emocionales las traslada de
modo directo, subjetivizadas y asumidas sin complejos. En este sentido,
recuerda mucho a los mejores poetas románticos españoles, Bécquer y Rosalía de
Castro, y también al modernista Rubén Darío. Diríamos que es la evolución
poética natural de los poetas citados.
Algunos de sus poemarios más importantes son: Ocre (1925), Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).
7.
Interpretación y valoración
Este poema es un grito desesperado de
búsqueda del amor por parte del yo poético, es decir, de Alfonsina Storni.
Expresa con sinceridad y hasta crudeza verbal sus ansias de amor, que
contrastan duramente con el miedo al fracaso, a la soledad, a que nadie pare a
escuchar su gemido. El tono cadencioso, un poco repetitivo, señala cierta
angustia existencial a causa de la soledad de la poeta. Solo pide compartir una
caricia, pero incluso eso se le niega, pues esa acaba perdida. Las imágenes
naturales son de gran belleza y viveza y colaboran eficazmente en la
significación global del poema.
En fin, estamos ante un hondo y bastante dramático poema cuya lectura dejos ecos de nostalgia dolorida en el lector, reflejo de los sufrimientos sentimentales y existenciales de Alfonsina Storni. Sencillez, originalidad y claridad enfática crean un texto poético magnífico y perdurable.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades se pueden
realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en
casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias
lo aconsejen).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el poema (100 palabras,
aproximadamente).
2) Señala su tema principal y los
secundarios.
3) Delimita los apartados temáticos,
atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza los aspectos métricos y de
rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo,
optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala las imágenes más importantes que
jalonan el poema, sobre todo referidas a las percepciones sensoriales, y cómo
impactan en el poeta.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) ¿Qué palabra es la que más se repite en
el poema y sirve para nuclear el sentido del poema?
2) La poeta, ¿qué sentimientos
existenciales y espirituales muestra?
3) Localiza las imágenes naturales con las
que se explica el sentido de la caricia. ¿Qué sensación aportan?
4) ¿Cómo se aprecia en el texto la
importancia del “viajero”? ¿De qué es metáfora?
5) ¿Aparece el amor en este poema? ¿Qué
importancia posee?
6) Observa detenidamente las dos últimas estrofas. Plantea una hipótesis difícilmente real. ¿Qué podemos deducir del estado de ánimo de la poeta?
2.3.
Fomento de la creatividad
1) Elabora un poema o texto en prosa que
exprese el estado interior de una persona, real o imaginaria a través de una
acción sensitiva, como la caricia.
Puedes imprimir un sentido intimista, como ha realizado Alfonsina
Storni.
2) Imagina y transcribe una conversación o
plática entre la clase y la poeta Alfonsina Storni a propósito de su poema y de
su vida.
3) Realiza una exposición sobre Alfonsina
Storni, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad
escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición
bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes que sirvan para
expresar un estado espiritual o existencial a través de un acto sensitivo (por
ejemplo: una mirada, un sonido, un aroma, un gusto, o una impresión táctil);
serán reflejo de un sentimiento
especialmente relevante para ti, siguiendo el ejemplo de Alfonsina Storni.
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