29/10/2020

César Vallejo: "Idilio muerto"; análisis y propuesta didáctica

 

León (I-2018) © SVM


CÉSAR VALLEJO: “Idilio muerto” (DE LOS HERALDOS NEGROS, 1918)

Idilio muerto                                                                   

 

Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita         1

de junco y capulí;

ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita

la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.                      

 

Dónde estarán sus manos que en actitud contrita                 5

planchaban en las tardes blancuras por venir;

ahora, en esta lluvia que me quita

las ganas de vivir.

 

Qué será de su falda de franela; de sus                             

afanes; de su andar;                                                          10

de su sabor a cañas de mayo del lugar.

 

Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,

y al fin dirá temblando: "¡Qué frío hay... Jesús!".

Y llorará en las tejas un pájaro salvaje.

 

 

  1. ANÁLISIS

1)   Resumen

Este poema es un recuerdo agridulce de una mujer. El yo poético rememora a Rita, una persona con la que mantiene una relación afectiva intensa y duradera. Frente a la situación de flojera y confusión del yo poético, inmerso en un ambiente sofisticado y artificioso, la imagen de Rita como una mujer joven, humilde, espontánea, trabajadora y dulce se impone sobre todo lo demás. La imagina planchando, vestida con ropas humildes, observando la calle desde su casa, sintiendo el frescor del ambiente, tanto que la obligará a retirarse a su interior. El emotivo recuerdo se cierra de modo sombrío porque Rita ya no está, pues acaso haya fallecido, lo que provoca el desconsuelo del yo poético.

2)   Apartados temáticos

El poema presenta tres apartados de contenido bien diferenciados:

-El primer apartado, que coincide con las dos primeras estrofas (vv. 1-8), presenta el tema, explica y enuncia las acciones y sus sujetos; que no son otros que la “andina y dulce Rita” y el yo poético. Este se acuerda de aquella, que está lejos de él. Se hallan en ambientes opuestos; ella, en un lugar tranquilo, acaso rural, sencillo; él, seguramente en una ciudad grande, de vida acelerada y artificiosa, lo que se da a entender a través de “Bizancio”.

-El segundo apartado viene ocupa la tercera estrofa y los dos primeros versos de la cuarta (vv. 9-13): se centra en la mujer, Rita; describe su modo de vestir y narra sus acciones cotidianas, además de su carácter, suave y cariñoso.

-El tercer apartado está constituido por el último verso del poema (v. 14): cambia el sujeto y el foco temáticos. Es un “pájaro salvaje”, imagen de la desolación del poeta que “llora” la ausencia de Rita. Probablemente, está muerta, o se ha olvidado del sujeto lírico definitivamente, lo que es lo mismo a efectos sentimentales.

3)    Tema

El tema de este poema se resuelve en una evocación amarga de una mujer amada, y acaso desaparecida, por parte del yo poético en un contexto de tristeza irreparable.

4)   Aspectos métricos y de la rima

El poema está compuesto por catorce versos tetradecasílabos (alejandrinos) y heptasílabos, distribuidos en cuatro estrofas. En cuanto a la rima, la  primera estrofa presenta la de un serventesio (AbAB); la segunda repite la rima (ABAb); en la tercera encontramos un terceto algo irregular (CdD); en la cuarta, y última, observamos un terceto (ECE). La medida de los versos no siempre es regular.

En arte mayor predomina el verso alejandrino, como ya se dijo, y en menor, el heptasílabo (casi siempre con la licencia poética de suma de sílaba por palabra aguda al final del verso). La estructura se aproxima mucho a la del soneto, sin serlo del todo. Sin embargo, el ritmo del poema, establecido por el tipo de verso, la rima y la distribución acentual, es maravilloso; la melodía creada en el poema suena a música intensa; es tan melódica, suave y dulce que inunda la experiencia lectora.

5)   Comentario estilístico

Conviene fijarse en el título del poema: “Idilio muerto”. En el título se encierra una antítesis, casi paradoja, que llama poderosamente la atención: el poema recrea un “idilio”, es decir, una relación amorosa intensa y perfecta, en un marco de armonía y felicidad, entre dos personas; pronto sabremos que son Rita y el yo poético (este la llama “mi”, v. 1). Pero al lado, aparece el adjetivo “muerto”: esa relación ha terminado, ya no existe más. Bajo esta sombría sensación es como afrontamos la lectura del poema.

El primer verso del poema nos presenta a uno de sus protagonistas, una mujer llamada Rita, de la que pronto sabremos un rasgo físico (es andina) y otro psicológico (es dulce). El sujeto lírico está lejos de ella y se pregunta por cómo irá su vida. Es una forma metonímica de expresar su nostalgia por su pérdida. Dos metáforas del mundo natural expresan la belleza tradicional de Rita: está hecha “de junco y capulí” (v. 2); la primera se refiere a la esbeltez y al talle; la segunda, a la frescura, el color y la armonía del conjunto.

La siguiente metáfora, “Bizancio” (v. 3), alude a la vida artificiosa y sofisticada en la que se ve inmerso el yo poético. Dos personificaciones (“me asfixia”, v. 3, y “dormita la sangre”, vv. 3-4) insisten en que ese tipo de vida ahoga y anula al sujeto lírico, en contraste o antítesis con la vida natural y rural de Rita. “Como flojo cognac” (v. 4) es un símil potente que incide en la vida desalentada del sujeto lírico lejos de Rita.

En esta primera estrofa, los verbos conjugados en tiempo futuro expresan incertidumbre o deseo de saber, pero no se refieren a hechos que sucederán en el futuro. Los verbos en presente de los dos últimos versos, referidos al yo poético, inciden en la realidad factual de las acciones a que se refieren (la vida insatisfactoria del yo poético, que se siente ahogado en un entorno artificial y hostil). La repetición de las bimenbraciones son hermosas y expresivas; “andina y dulce” (v. 1) crea una sinestesia expresiva; lo mismo podemos decir de “de junco y capulí” (v. 2). Contribuyen también a crear un ritmo musical suave y muy perceptible en la lectura.

Los recursos estilísticos de repetición añaden significación al poema. Por ejemplo, la segunda estrofa comienza con un pronombre interrogativo, exactamente como se abría la primera estrofa. Las metonimias adquieren relevancia en esta estrofa. Las “manos” (v. 5) de la mujer aluden a su laboriosidad en algunas tareas domésticas, como planchar “blancuras” (v. 6), metonimia de la ropa blanca. También es una metáfora de las ilusiones optimistas sobre el futuro compartido que está “por venir” (v. 6). También vamos conociendo rasgos del carácter de Rita: su “actitud contrita” (v. 5) alude a su humildad y sencillez de carácter. De nuevo, en la segunda parte de esta segunda estrofa el yo poético habla de sí mismo; se presenta como abatido y desalentado, pues no tiene “ganas de vivir” (v. 8). El causante es “esta lluvia” (v. 7), metáfora de la soledad, la tristeza y el fracaso. Los encabalgamientos abundan en estas dos primeras estrofas; sirven para crear una sensación de sentimientos e imágenes sucesivas que se superponen desordenadamente.

La tercera estrofa se abre con una anáfora de un paralelismo (“Qué será de…”, v. 9), lo que sirve para insistir en la ignorancia en que vive el yo poético respecto de la mujer. Esta estrofa es muy descriptiva, ya que ofrecen cuatro características de Rita: su humildad, pues viste “falda de franela”; su laboriosidad, pues está llena de “afanes”; de su elegancia natural, a la que se alude en “su andar” (v. 10); y, finalmente, su belleza o atractivo, pues ella sabe “a cañas de mayo del lugar” (v. 11); el efecto sinestésico es potente e inmediato.

Ahora ya podemos tener una imagen física y psicológica completa de Rita: una mujer elegante en su sencillez y humildad propias de la vida humilde de una persona rural. Las anáforas y los paralelismos, dentro de oraciones con elipsis, producen una sensación de acumulación de imágenes positivas, muy sinestésicas en sí mismas, de la mujer, Rita, que es la causa de los desvelos del yo poético.

La última estrofa comienza como las anteriores: evocando a Rita, pero ahora ya no describe, sino que narra acciones que podría estar haciendo; en este caso, algo tan sencillo como mirar desde la puerta de casa y temblar por el frío que hace. La viveza del recuerdo del sujeto lírico es tan intensa que incluso oye las palabras de Rita: “¡Qué frío hay… Jesús!” (v. 13). Ella habla coloquialmente, en un registro familiar. Solo es una oración exclamativa, con una suspensión y una apóstrofe en su interior, pero funciona toda ella como metáfora de su modo de ser y de pensar: sencilla, natural, sin doblez.

Dice mucho sobre su carácter espontáneo y transparente. Lo que ella siente es frío, parece que metáfora de algo negativo que sucede o podría suceder: el alejamiento definitivo de él, acaso premonición de su propia muerte, etc.; en realidad, no lo sabemos, pues el poema elude  este asunto. El último verso es una metáfora de interpretación más ambigua, aunque de contenido negativo y siniestro. El hecho de que un pájaro llore en el tejado de la casa de Rita, pero podría ser la del yo poético, u otra, parece señalar la presencia de la muerte. ¿De quién o de qué? Acaso de la mujer, acaso del amor que sintió por el yo poético… No lo sabemos, pero esta significación difusa crea una cierta analogía entre el contenido del poema y el ánimo lector tras su lectura.

El poema presenta un movimiento del optimismo al pesimismo, de lo risueño a lo lúgubre, de la alegría a la tristeza. Empieza aparentemente bien; acaba definitivamente mal.

6)   Contextualización

César Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 1892 - París, 1938) es uno de los poetas fundamentales de la poesía en lengua española en el siglo XX. Comenzó su andadura literaria con el poemario Los heraldos negros (Lima, 1919), del que procede el poema objeto de esta exégesis; se suele considerar un libro posmodernista, en la estela de Rubén Darío; desde el punto de vista formal es evidente, pero el contenido es mucho más oscuro, intimista y desgarrador que los temas normales del modernismo; también se observa una evolución formal más compleja y meditada.

Le siguió el poemario Trilce (Lima, 1922), texto de impronta vanguardista, es decir, experimental, innovador, rupturista y explorador de los recovecos del alma humana, con un lenguaje descoyuntado, caótico, impactante y nada convencional. Poemas humanos (París, 1939) es un libro póstumo en el que se recoge la poesía de los últimos años de vida de Vallejo; dentro de él merece especial mención el bloque de poemas agrupados bajo el título de España, aparta de mí este cáliz; se trata de un canto a la España republicana que agoniza en la guerra civil, desde un punto de vista entre político y humanitario.

Vallejo también compuso cuentos, obras teatrales y ensayos varios, que publicó accidentalmente a lo largo de su vida. En 1923 viajó a Europa y ya nunca más regresó a su patria (de hecho, sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse, París); su vida europea osciló entre España y Francia. La poesía de Vallejo posee una impronta religiosa inconfundible. Hablando del amor, de la vida cotidiana, de la vida y de la muerte, un cierto sentido trascendente, de fuente cristiana, circula por sus versos. Parece como si la sombra de Dios planeara por su vida entera, infiltrándose en sus rimas; el sentido es ambiguo, difuso e inquietante.

7)   Interpretación y valoración

“Idilio muerto” es un hermosísimo poema de naturaleza emocional y evocador, pero bajo un signo pesimista. Posee una intensa naturaleza nostálgica y triste, pues ese amor ya terminó irremediablemente. Se establece como un diálogo mudo entre el yo poético y Rita, la mujer amada, que concluye en el portazo de ella, del que no sabemos la causa última.

En el poema se aprecia un movimiento emocional de la esperanza a la desilusión, de la alegría a la pena, de la posibilidad del reencuentro a la separación definitiva. Por otro lado, existe un vivo contraste a lo largo del poema entre el mundo natural, primitivo, originario y auténtico, frente al artificial, artificioso, frío y falso. El primero es el mundo incaico y rural; el segundo está representado por Bizancio; ella vive allí, en la naturaleza; él, aquí, en la ciudad. El enigmático pájaro que llora en el tejado es un símbolo intrigante: ¿acaso es el propio poeta, que lamenta la pérdida de su amada, o solo el recuerdo de la muerte? Las interpretaciones legítimas son variadas y plausibles.

Este soneto, o casi soneto, posee una originalidad compositiva muy alta; desde la forma estrófica hasta el léxico, distinto, atrevido, chocante y contradictorio en sí mismo, contribuyen a una significación honda y fatalista. La originalidad formal es muy destacable y un hallazgo no menor de esta composición. El lenguaje natural, fresco, potente, y la disposición formal en serventesios y tercetos aportan una belleza y originalidad muy altas.

 

2. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema y cómo afectan al contenido.

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) ¿De quién habla el poeta?

2) El poeta, ¿qué sentimientos existenciales muestra?

3) Localiza la tensión temporal entre pasado, presente y futuro que aparece en el poema a través del uso de los tiempos verbales. ¿Qué sensación aportan?

4) ¿Cómo se aprecia en el texto la importancia del amor y la muerte?

5) Relaciona este poema con la biografía de César Vallejo ¿Qué relevancia posee en este sentido? ¿Tuvo una vida fácil y satisfactoria?

6) Observa detenidamente e interpreta el título “Idilio muerto”. ¿Qué expresan o a qué se refieren?

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese el estado interior de una persona que añora a otra, real o imaginaria. Puedes imprimir un sentido intimista, como ha realizado César Vallejo, o más externo y general.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y el poeta César Vallejo a propósito de su poema y de su vida.

3) Realiza una exposición sobre César Vallejo, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes que sirvan para expresar un estado espiritual o existencial, como el de la nostalgia; serán reflejo de  un sentimiento especialmente relevante para ti, siguiendo el ejemplo de César Vallejo.

5) ¿Existiría Rita en la realidad? Investiga este asunto y llega a conclusiones. Se puede crear una personalidad, o una imagen, más o menos acorde con el contenido del poema.

 


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