Ribera del Bernesga, León (III-2019) © SVM |
César Vallejo - "Piedra negra sobre una piedra blanca" (de Poemas humanos, París, 1939)
Me moriré en París con
aguacero, 1
un día del cual tengo ya el
recuerdo.
Me moriré en París -y no me
corro-
tal vez un jueves, como es
hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy,
jueves, que proso 5
estos versos, los húmeros
me he puesto
a la mala y, jamás como
hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme
solo.
César Vallejo ha muerto, le
pegaban
todos sin que él les haga
nada; 10
le daban duro con un palo y
duro
también con una soga; son
testigos
los días jueves y los
huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los
caminos…
- ANÁLISIS
1)
Resumen
El yo poético habla sobre sí mismo en el
trance de la muerte. Y lo hace de un modo concreto y minucioso. Se ve muriendo
en París, un día jueves, con lluvias, con dolor y soledad. Pero tan importante
como estos detalles son la explicación de las causas de su fallecimiento: los
demás, o mejor, “todos”, le pegaban, es decir, abusaban de él hasta destruirlo.
El yo poético ve o atisba su muerte
futura minuciosamente. Su defunción está rodeada de dolor, soledad, violencia y
tristeza, tras recorrer muchas rutas sin rumbo cierto. Estas visiones o
imágenes las repite, en general, dos o más veces a lo largo del poema. El yo
poético recibe nombre, César Vallejo, que es el poeta; la identificación del
sujeto lírico, ficcional, con el poeta real de carne y hueso queda asegurada,
borrándose la separación entre la la realidad y la imaginación. César Vallejo
desea insistir que habla de sí mismo.
2)
Apartados temáticos
El poema presenta dos apartados de
contenido bien diferenciados:
-El primer apartado, que coincide con las
dos primeras estrofas (vv. 1-8), presenta el tema, explica y enuncia las
acciones y sus sujetos; que no es otro que el yo poético morirá en un día
futuro, que será jueves (palabra que repite tres veces en esas dos primeras
estrofas; en la última se repite otra vez), en la ciudad de París, en soledad y
dolorido.
-El segundo apartado viene delimitado
ocupa la tercera y cuarta estrofas (vv. 9-14): explica por qué y cómo muere: a
causa de una gran golpiza, con un palo y una soga, que los demás le propinan. Y
pone como testigos de su óbito cinco elementos, que podrían ser más: los
jueves, los huesos, la soledad, la lluvia y los caminos.
3) Tema
El tema de este poema es una premonición
amarga y detallada de la muerte del yo poético producto del odio y la violencia
de los demás.
4)
Aspectos métricos y de la
rima
El poema está compuesto por catorce versos
endecasílabos, distribuidos en cuatro estrofas. La primera es un serventesio (ABAB); la segunda
es un cuarteto (ABBA); en la tercera encontramos un pareado y un verso suelto
(CCD); en la cuarta, y última, observamos un terceto (EDE), versos
endecasílabos, rima consonante); obsérvese que el verso suelto de la tercera
estrofa rima con el segundo de la última, creándose así una especie de tercetos
encadenados. La rima es consonante en todos los casos.
5)
Comentario estilístico
Antes de nada, conviene fijarse en el
título del poema: “Piedra negra sobre una piedra blanca”. La antítesis llama
poderosamente la atención, junto con la capacidad metafórica de “piedra”, que
alude a la muerte, lo frío e inane. Parece que en la tierra natal de Vallejo se
solía colocar una piedra negra sobre otras blancas en la tumba de un muerto.
Todo indica que estamos ante un contenido lúgubre, como en efecto el contenido
lo confirma inmediatamente.
El primer verbo del poema, como casi todos
los demás, aparece en primera persona del singular; es un modo de expresar que
el yo poético habla de sí mismo; el foco ficcional es él mismo. Nótese también
el tiempo futuro: se refiere a hechos que ocurrirán en el devenir. Habla de su
muerte, como repite a través de la anáfora y el paralelismo (“Me moriré en París…”, vv. 1 y 3). Muchas
imágenes van creando un relato concreto y detallado del momento de la muerte
del yo poético.
Habrá “aguacero” (v. 1), metáfora de
tristeza y abandono. Se crea una paradójica ironía entre esta metáfora, y las
que siguen, respecto de la ciudad de París, de aquella (dos primeras décadas
del siglo XX) considerada la capital de la cultura. El yo poético no se
avergüenza de morir en esas circunstancias y añade dos nuevas, de carácter
cronológico: será un jueves de otoño, lo que coincide con el día y la estación
del año del momento de la escritura (“como es hoy”, v. 4).
El segundo cuarteto repite dos veces el
día de la semana, “jueves”, casi en epanadiplosis y en repetición semántica del
contenido de lo que el yo poético hace ese día: componer su poema (“proso /
estos versos”, vv. 5-6). Nótese la paradoja de la expresión, pues la prosa es
incompatible con el verso, en general. Solo existe un verbo en tiempo futuro,
el primero (“será” v. 5); los demás, están en presente; hemos pasado de una
premonición del futuro a una certeza, la cual es explicada por el yo poético
con cierto detalle.
Sigue una metonimia impactante donde los
huesos “húmeros” (v. 6) duelen; representan a su persona entera. Aquí también
apreciamos la paronomasia entre “húmero” y “húmedo”; sirve para asociar el
cuerpo a la tristeza, la soledad y la muerte. La expresión del dolor se hace
una frase hecha coloquial fresca y, por tanto, más incisiva: “me he puesto a la
mala”, es decir, que no están en su correcta posición y función. Los dos
últimos versos de la segunda estrofa hablan de dos aspectos nuevos, el “camino”
(v. 8) y la soledad. El poeta concibe su vida como un arduo itinerario más bien
realizado sin compañía, lo que no le agrada, parece deducirse.
En el primer terceto los verbos aparecen
en tiempo pasado. La muerte del yo poético (ahora sí, identificado con nombre y
apellido, el del poeta, César Vallejo) se enuncia como una realidad pasada, es
decir, irreversible, consumada. Ahora se explica cómo murió: por la violencia
que “todos” practicaron contra él. “Pegaban” (v. 9) expresa muy bien la
brutalidad empleada contra el yo poético. Se ve realzada esa significación con
la antítesis “todos” / “nada” (v. 10) en las posiciones inicial y final de ese
verso. Los golpes eran propinados con un palo, repetida y fuertemente, como
indica la palabra “duro” (v. 11), adjetivo adverbializado, repetida dos veces.
El encabalgamiento que une los dos
tercetos expresan cierto ensañamiento en la golpiza contra César Vallejo; ahora
se une otro instrumento de los golpes: una soga. El yo poético trata de
convencer al lector de la verosimilitud de su relato, por eso pone como
testigos de esa golpiza los elementos espacio temporales y su propio cuerpo que
sufrieron la agresión: los jueves, los huesos, la soledad, la lluvia y los
caminos. Nótese que en esta enumeración reina más bien el caos. Todas las
palabras son metonímicas o metafóricas de un significado más hondo y expandido,
que se resumen en la muerte anímica y física del yo poético a causa de la
violencia de la sociedad contra él.
La paliza es más figurada que real: alude
a su incomprensión y aislamiento, además de la imposibilidad de integrarse en
el mundo, de ser aceptado como es. Esta enumeración final también es
sinestésica, pues se mezclan percepciones y sensaciones distintas y captadas
por distintos sentidos, en el caso de las palabras concretas (“huesos,
lluvia”); las abstractas son figuraciones mentales (“soledad”). Esas palabras
de la enumeración están personificadas (bello ejemplo de prosopopeya), pues
aparecen como observadores de la golpiza, aunque algunos son los causantes
(“días”, “lluvia”) y otros las consecuencias (“soledad”, “caminos”). Aparecen
todos mezclados en un aparente caos, metáfora de lo que ha devenido su vida. Se
cierra el poema con una suspensión muy expresiva, queriendo decir que la
enumeración podría continuar, pero es mejor dejarlo así. ¿Por qué? Tal vez
porque el protagonista, César Vallejo, ya está muerto, tal vez porque la lista
de “testigos” sería inabarcable, así como la amargura del yo poético.
Uno de los hallazgos más hermosos de este
poema es la ficcionalización dramática del propio poeta. El poeta real, César
Vallejo, crea a un ente de ficción literario, el yo poético, que toma al poeta
real como protagonista de su texto. Y aquel habla de este como alguien muerto
violentamente. Al principio del poema es una premonición o adivinanza del
futuro, pero el fin del poema lo presenta como un hecho consumado; es el camino
que va del presentamiento a la realidad irrevocable.
6)
Contextualización
César Vallejo (Santiago de Chuco, Perú,
1892 - París, 1938) es uno de los poetas fundamentales de la poesía en lengua
española en el siglo XX. Comenzó su andadura literaria con el poemario Los heraldos negros (Lima, 1919); se
suele considerar un libro posmodernista, en la estela de Rubén Darío; desde el
punto de vista formal es evidente, pero el contenido es mucho más oscuro,
intimista y desgarrador que los temas normales del modernismo. Le siguió el
poemario Trilce (Lima, 1922), texto
de impronta vanguardista, es decir, experimental, innovador, rupturista y explorador
de los recovecos del alma humana, con un lenguaje descoyuntado, caótico,
impactante y nada convencional. Poemas
humanos (París, 1939) es un libro póstumo en el que se recoge la poesía de
los últimos años de vida de Vallejo; dentro de él merece especial mención el
bloque de poemas agrupados bajo el título de España, aparta de mí este cáliz; se trata de un canto a la España
republicana que agoniza en la guerra civil, desde un punto de vista entre
político y humanitario.
Vallejo también compuso cuentos, obras
teatrales y ensayos varios, que publicó accidentalmente a lo largo de su vida.
En 1923 viajó a Europa y ya nunca más regresó a su patria (de hecho, sus restos
descansan en el cementerio de Montparnasse, París); su vida europea osciló
entre España y Francia. La poesía de Vallejo posee una impronta religiosa
inconfundible. Hablando del amor, de la vida cotidiana, de la vida y de la
muerte, un cierto sentido trascendente, de fuente cristiana, circula por sus
versos. Parece como si la sombra de Dios planeara por su vida entera,
infiltrándose en sus rimas; el sentido es ambiguo, difuso e inquietante.
7)
Interpretación y valoración
“Piedra negra sobre una piedra blanca” es
un hermosísimo poema de naturaleza existencial y religiosa de signo trágico.
Posee un carácter reflexivo e introspectivo muy fuerte, pues el poeta habla de
sí mismo. En concreto, visualiza su muerte con asombroso detalle: el día, la
estación, la climatología, etc. Lo cierto es que Vallejo murió en primavera y
en un viernes lluvioso, pero el presentimiento o adivinación de su muerte es
asombrosamente realista, aunque el poema parece un ejercicio de imaginación.
En el poema destaca un sentido pesimista
de la existencia y una valoración negativa del recorrido vital del yo poético,
o de César Vallejo, será mejor decir. El sufrimiento, el dolor físico y la
soledad son los elementos que planean sobre todo el poema. Nos indica que el
itinerario existencial de Vallejo fue difícil, rodeado de incomprensión y de
dificultades tanto materiales como emocionales.
Vallejo reflexiona sobre su vida y su
sentido, pero viéndose ya muerto. He aquí la paradoja fundamental de este
poema. Comienza como una adivinación de su futuro, pero termina con una
constatación del fin de su vida; no ha ocurrido, pero se da como próximo y
amargo, como efectivamente lo fue. El poeta se desdobla dos veces: en el yo
poético y en César Vallejo protagonista; ambos aparecen en el poema. El juego
temporal entre el presente, el pasado y el futuro es sutil y asombrosamente
original. Por otro lado, la significación de tristeza, pesadumbre y dolor
recorre todos los versos y nos hablan de una vida con pocos momentos de
felicidad y muchos de desolación.
Este soneto posee una originalidad compositiva muy alta; desde la forma estrófica hasta el léxico, distinto, atrevido, chocante y contradictorio en sí mismo, contribuyen a una significación honda y fatalista.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades se pueden
realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en
casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias
lo aconsejen).
2.1.
Comprensión lectora
1) Resume el poema (100
palabras, aproximadamente).
2) Señala su tema principal
y los secundarios.
3) Delimita los apartados
temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza los aspectos
métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono tiene el
poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala las imágenes más
importantes que jalonan el poema y cómo afectan al contenido.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2.
Interpretación y pensamiento analítico
1) ¿De quién habla el
poeta?
2) El poeta, ¿qué
sentimientos existenciales muestra?
3) Localiza la tensión
temporal entre pasado, presente y futuro que aparece en el poema a través del
uso de los tiempos verbales. ¿Qué sensación aportan?
4) ¿Cómo se aprecia en el
texto la importancia de la muerte?
5) Relaciona este poema con
la biografía de César Vallejo ¿Qué importancia posee en este sentido? ¿Tuvo una
vida fácil y satisfactoria?
6) Observa detenidamente e interpreta el título “Piedra negra sobre una piedra blanca”. ¿Qué expresan o a qué se refieren?
2.3.
Fomento de la creatividad
1) Elabora un poema o texto
en prosa que exprese el estado interior de una persona, real o imaginaria,
sobre la premonición de la muerte.
Puedes imprimir un sentido intimista, como ha realizado César Vallejo.
2) Imagina y transcribe una
conversación o plática entre la clase y el poeta César Vallejo a propósito de
su poema y de su vida.
3) Realiza una exposición
sobre César Vallejo, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o
la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña
exposición bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes que sirvan para
expresar un estado espiritual o existencial; serán reflejo de un sentimiento especialmente relevante para
ti, siguiendo el ejemplo de César Vallejo.
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