31/10/2020

Dámaso Alonso: "La invasión de las siglas"; análisis y propuesta didáctica

 

Parque del Bernesga, León (X-2020) © SVM


DÁMASO ALONSO – La invasión de las siglas

 

La invasión de las siglas

(POEMILLA MUY INCOMPLETO)
A la memoria de Pedro Salinas, a quien
en 1948 oí por primera vez la troquelación
«siglo de siglas».

 

USA, URSS.                                                     1                

 

USA, URSS, OAS, UNESCO:

ONU, ONU, ONU

TWA, BEA, K.L.M., BOAC

¡RENFE, RENFE, RENFE!                                  5

 

FULASA, CARASA, RULASA,

CAMPSA, CUMPSA, KIMPSA;

FETASA, FITUSA, CARUSA,

¡RENFE, RENFE, RENFE!

 

¡S.O.S., S.O.S., S.O.S.,                                   10

¡S.O.S., S.O.S., S.O.S.!

 

Vosotros erais suaves formas:

INRI, de procedencia venerable,

S.P.Q.R., de nuestra nobleza heredada.

Vosotros nunca fuisteis invasión.                     15

Hable

al ritmo de las viejas normas

mi corazón,

porque este gris ejército esquelético

siempre avanza                                               20

(PETANZA, KUTANZA, FUTRANZA);

frenético

con férreos garfios (TRACA, TRUCA, TROCA)

me oprime,

me sofoca,                                                      25     

(siempre inventando, el maldito, para que yo rime:

ARAMA, URUMA, ALIME,

KINDO, KONDA, KUNDE).

Su gélida risa amarilla

brilla                                                               30

sombría, inédita, marciana.

Quiero gritar y la palabra se me hunde

en la pesadilla

de la mañana.

 

Legión de monstruos que me agobia,                 35

fríos andamiajes en tropel:

yo querría decir madre, amores, novia;

querría decir vino, pan, queso, miel.

¡Qué ansia de gritar

muero, amor, amar!                                          40

 

Y siempre avanza:

USA, URSS, OAS, UNESCO,

KAMPSA, KUMPSA, KIMPSA,

PETANZA, KUTANZA, FUTRANZA...

 

¡S.O.S., S.O.S., S.O.S.!                                      45

Oh, Dios, dime,

¿hasta que yo cese,

de esta balumba

que me oprime,

no descansaré?                                                  50

 

¡Oh dulce tumba:

una cruz y un R.I.P.!

 

                         Dámaso Alonso

 

  1. ANÁLISIS

Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas (Madrid, 1898 - 1990) es uno de los más destacados poetas de la Generación del 27. Fue eminentísimo profesor, historiador agudo de la literatura española, crítico original y teórico de mirada sabia. Al lado, cultivó la poesía con hondura, maestría y perfección. En cualquiera de los campos, ha aportado a la literatura española del siglo XX sustanciales títulos de honda repercusión.

  1. Resumen

El poema que ahora comentamos es una crítica a la invasión de siglas que inunda la vida moderna. Como muy bien recuerda Dámaso Alonso que dijo Pedro Salinas, el siglo XX ya fue el siglo de las siglas. El XXI va por el mismo camino, trufado de acrónimos y anglicismos sin medida. El poema presenta una forma de sátira ridiculizante e imitación burlesca de la enorme cantidad de siglas que nos invaden en tropel. Por ello, podemos afirmar que el poema deviene en una acerada parodia. La primera estrofa está formada por dos siglas, USA y URSS; se repetirán dos veces más. También se repetirá tres veces S.O.S, pero pidiendo auxilio para librarse de la invasión; y RENFE, casi imitando el ruido del tren al marchar por la vía. También se repite una vez, pero escrito con K y no con C CAMPSA, CUMPSA, CIMPSA; OAS y UNESCO se repiten una vez. ONU se repite tres veces seguidas, formando un verso. El yo poético las aprecia como “legión de monstruos” que todo lo invaden y devoran. Contrasta con estas las pocas siglas clásicas, serenas y firmes; solo son dos, INRI y S.P.Q.R. Le pregunta a Dios si no se librará de ellas hasta su muerte. Ahí le quedará el consuelo de que en su tumba aparezca un R.I.P., clásico y sereno, que hará de barrera ante las siniestras siglas modernas. En el poema se mezclan siglas y acrónimos; tiene efectos de lectura interesantes y que se deben tener en cuenta para su recta comprensión.

  1. Tema

El tema del poema se puede enunciar así: protesta airada contra la invasión de siglas en el mundo comercial, político, social, etc., lo que resulta irritante.

  1. Apartados temáticos

El poema se presenta muy compacto en su significación; todo el sentido está como comprimido y ordenado lógicamente. No obstante, se pueden distinguir cuatro apartados temáticos:

-El primer apartado (cuatro primeras estrofas, vv. 1-11) está compuesto por siglas; primero, las políticas; luego, las comerciales; finalmente, la que pide socorro, que es lo que hace el yo poético, harto de tanta sigla.

-El segundo apartado (quinta estrofa, vv. 12-34) expresa la añoranza por las siglas clásicas, de uso noble y tradicional, llenas de sentido y emoción. Solo trae a colación dos, INRI y S.P.Q.R. La primera alude a la crucifixión de Jesucristo; la segunda, al Imperio Romano. En la última parte de esa estrofa se critica nuevamente la frialdad y el extrañamiento que provocan las nuevas siglas.

-El tercer apartado (sexta y séptima estrofas, vv. 35-44) expresa el agobio del yo poético, que no puede ni hablar, ni pronunciar las palabras sencillas y elementales que recogen la esencia de la vida. En la séptima estrofa constata que la invasión de la “legión de monstruos” avanza. Nos comunica una nueva ristra chirriante de siglas.

-El cuarto y último apartado (estrofas octava y novena, vv. 45-52) comienza pidiendo ayuda y acogiéndose al amparo divino para librarse de esa “balumba”. La última estrofa, muy sintética, expresa el deseo del yo poético de librarse, aunque sea muerto, del “gris ejército esquelético” (v. 19). Como un conjuro protector, solo desea en su tumba una cruz y un “R.I.P.”, sencillamente.

  1. Aspectos métricos y de rima

El poema está compuesto por 52 versos de medida irregular. El más pequeño es bisílabo (“brilla”, v. 30). El más largo es el verso 26, de dieciséis sílabas. En medio, aparecen versos de todo tipo, trasmitiendo la imagen de caos y batiburrillo generado por tanta sigla. No se aprecia una rima regular, aunque aparecen pareados (vv. 39-40), alguna tercerilla y a veces una asonancia en los versos pares, lo que nos permite hablar de rima romanceada (vv. 35-40 y 45-50). También se dejan ver tiradas monorrimas tan irritantes como las siglas que recrea onomatopéyicamente (vv. 6-8 y 43-44). El conjunto lo podemos etiquetar como un poema en verso libre.

  1. Comentario estilístico

El poema es una sátira y parodia, es decir, una crítica ridiculizante y humorística de la excesiva tendencia al empleo de siglas para nombrar cualquier cosa: organismos, empresas, países, etc., en el siglo XX, el momento de su escritura. La verdad es que el final de ese siglo y lo que llevamos del XXI esa corriente se ha agudizado mucho más, pues ahora se nombran nombres de enfermedades, aparatos de todo tipo, sobre todo electrónicos, etc. En fin, la invasión se ha recrudecido.

El hecho de que subtitule su poema como “poemilla muy incompleto” es un modo irónico (hay muchas más siglas que el autor omite por la gracia de la brevedad) y una captatio benevolentiae humorística dirigida al lector avisado. La intencionalidad crítica de todo el poema está sometida a una férrea e inteligente planificación, como a continuación trataremos de mostrar. La primera estrofa está constituida por solo dos siglas, correspondientes a los dos países más poderosos del mundo tras la Segunda Guerra Mundial: USA y URSS. La segunda estrofa comienza por repetir esas siglas y añade otras el ámbito político internacional. En el verso tres repite tres veces ONU, como para recalcar su importancia. El verso cuatro se dedica a marcas comerciales (de aviación). Y el verso cinco repite tres veces, entre exclamaciones, RENFE, creando una onomatopeya divertida con el ruido del tren al circular por las vías. La sensación de acumulación agobiante se crea con la figura del asíndeton. No hay ni una sola conjunción copulativa en todo el poema que conecte siglas.

La tercera estrofa ridiculiza nombres de empresas cuya sigla termina en “-SA”. Con referente real solo apreciamos CAMPSA; las demás parecen inventadas, aunque verosímiles. Se cierra esta estrofa tercera con la onomatopeya de RENFE ya conocida. La estrofa cuarta es muy original y curiosa. Repite en sus dos versos la sigla S.O.S. nada menos que seis veces, y en un enunciado exclamativo. Adivinamos que es el poeta quien pide socorro ante tanta sigla.

La estrofa quinta presenta enunciados y oraciones con un empleo natural de la lengua. Expresa su añoranza por dos siglas latinas, INRI y S.P.Q.R., a las que califica de “suaves formas” (la sinestesia es muy original y expresiva). Le inspiran confianza y familiaridad (”nunca fuisteis invasión”, les dice (v.15). La aversión que siente por las siglas modernas la expresa muy bien en la métafora “gris ejército esquelético” (v. 18); son como un ejército de zombis que amenazan con aniquilar todo lo que encuentren a su paso. Introduce, a través de una atrevida metáfora, una imagen metálica y siniestra al identificar las siglas con “férreos garfios” (v. 23) que lo asfixian, lo que expresa con un paralelismo con anáfora muy intenso: “me oprime, / me sofoca” (vv. 24-25). Pero el ejército de siglas no para de avanzar (repite ese verbo en varias ocasiones, para crear sensación de agobio e inevitabilidad). Y lo peor: no paran de surgir nuevas siglas, lo que obliga al poeta (el guiño humorístico es evidente) a inventar nuevas rimas.

Desde el verso 16 hasta el 28 solo hay una oración, muy larga, que serpentea con encabalgamientos e hipérbatos de un verso a otro: se crea así una sensación de angustia irrespirable muy expresiva. Varias sinestesias y algunas metáforas cromáticas dan el tono de cómo es el ejército: “gélida risa amarilla” (v. 29) indica lo siniestro e inquietante de estas siglas; brilla de modo sombrío (la antítesis es bien llamativa), como si fueran marcianos. Todo ello deviene, pues, en una “pesadilla” (v. 33) en la que el yo poético quiere gritar, ya en pánico, pero no le salen las palabras; hasta ahí llega su angustia.

A continuación, se crea otra imagen horripilante al identificar las siglas con una “legión de monstruos” (v. 35), metálicos, fríos y agobiantes (las películas de dibujos animados y de ficción futurista actuales no lo hacen mejor). Al yo poético se le vienen a su cabeza palabras nobles, hermosas, naturales: “madre, amores, / (…) vino, pan” (vv. 37-38). Funcionan metonímicamente al referirse a sentimientos intensos y realidades concretas de grato recuerdo. Se cierra esta estrofa quinta con una exclamación retórica que es un grito de liberación. Y lo que quiere exclamar lo expresa con un verbo conjugado, un sustantivo y un infinitivo (“muero, amor, amar”) (v. 40); crea una aliteración muy hermosa y una metáfora con los propios términos, pues expresan el ansia de vivir con naturalidad y autenticidad, lejos de las siglas.

La séptima estrofa repite la pesadilla: vuelven las siglas, ya repetidas, pues aparecieron en las primeras estrofas, a veces con ligeras variantes (como las acabadas en “-PSA”, que ahora comienzan con “K” y antes lo hacían con “C”. Se cierra con una suspensión (expresada a través del signo de los puntos suspensivos), que es un modo de advertir que esto podría seguir eternamente.

La octava estrofa con una petición de socorro, a través del irónico S.O.S. repetido tres veces, y en una oración exclamativa. A continuación, el yo poético se dirige a Dios y lo apostrofa preguntándole si toda esa “balumba” (la hipérbole crea una imagen muy viva) no acabará hasta que él muera. Es tal la opresión (ha utilizado “que me oprime” un poco antes, v. 49), que en realidad le hace desear la muerte, para librarse de ese ejército horripilante. En la tumba, que califica sinestésicamente de “dulce”, se ve descansar en paz con solo dos cosas: el símbolo de la cruz y, en ella, escrito, un “R.I.P.”. Irónicamente, lo acompañará una sigla, esta sí, noble, vieja y tranquilizadora, que será su escudo protector contra el “ejército esquelético” y la “legión de monstruos” de las nuevas siglas.

 El análisis del poema nos confirma que, entre bromas y veras, el poeta rechaza la invasión de siglas que inundan el mundo. Descubrimos un cuidadoso proceso antes de composición y un constante trabajo lingüístico y poético en su construcción. La sátira feroz contra tanta sigla propia de papanatas nos deja ver un hartazgo por ciertos gestos de la modernidad ridículos y rechazables. El poema, divertido, chispeante, humorístico y tremendamente original, es un prodigio compositivo lleno de belleza y significación. Su lectura nos provoca una sonrisa melancólica, acaso más triste de lo que podamos admitir.

  1. Contextualización

Dámaso Alonso es un hondo y magnífico poeta, miembro de la Generación del 27. Su primer poemario, Poemas puros, poemillas de la ciudad (1924) se considera un ejemplo del influjo de Juan Ramón Jiménez y su concepto de “poesía pura” en la joven poesía española a partir de 1920. Otro título de gran transcendencia e influjo porque se considera que inició la poesía social de posguerra, también conocida como “poesía desarraigada” es Hijos de la ira (1944); su poesía adquiere un aire desgarrado y un tono de denuncia social bien visibles, bajo el influjo de la filosofía existencialista. Su último libro de poesía, Duda y amor sobre el Ser Supremo (1985) se mueve en la dirección de la preocupación religiosa, la comunicación con la Divinidad, etc.

Sus aportaciones como filólogo son de primera magnitud. Por ejemplo, su Estudios y ensayos gongorinos (1955) resultaron decisivos para la reconsideración de Luis de Góngora como uno de los grandes poetas culteranos barrocos. Fundó y aclimató en España la corriente crítica de la Estilística, con su fundamental libro Poesía española: ensayo de métodos y límites estilísticos (1950). Su profunda sensibilidad e inteligencia estéticas arrojaron luz y abrieron amplios senderos para el estudio de la obra literaria entendida como un artefacto único y singular que emplea el lenguaje de un modo y con una intención estética, alejado del uso ordinario. Como presidente de la Real Academia de la Lengua, Dámaso Alonso trabajó firmemente para mantener la unidad del español y crear una constante colaboración con el resto de las academias de la lengua del mundo hispano.

Su poesía es producto de la depuración, la esencialización y de una cierta idea estética sobre el empleo del lenguaje. La contención expresiva, sin embargo, no está reñida con la expresión de sentimientos e ideas de viva actualidad en su momento. En sus poemas aparecen imágenes de hondo impacto que inciden en emociones, situaciones o sentimientos que conmueven al lector, impelido a la reflexión serena bajo criterios estéticos y éticos de envergadura, donde la creencia en Dios (y la protesta contra Él) suele ser un elemento relevante.

  1. Interpretación y valoración

“La invasión de las siglas” es un divertido y bello poema en el que se rechaza el empleo indiscriminado de las siglas para nombrar cualquier cosa para las que pudieran existir palabras patrimoniales exactas y apropiadas.

Las imágenes generadas muestran una repulsión por las siglas, que avanzan como zombis, sin poder detenerlos. Entre bromas, nostalgias, ironías y sátiras --en fin, los ingredientes de la buena parodia--, Dámaso Alonso nos ha entregado una hermosa poesía que ridiculiza tendencias sociales un tanto risibles.

La capacidad inventiva de siglas que suenan como feos palabros es uno de los aspectos más llamativos y originales del poema. Los juegos de repetición y el contraste entre lo clásico y lo moderno aportan una ironía chispeante y graciosa que hace de la lectura del poema un acto lúdico y reflexivo, a la vez, de lo más original; es uno de los secretos de la buena poesía.

 

  1. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a elementos naturales y cómo impactan en el poeta.

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) ¿Qué piensa el poeta de la moda de las siglas? Aporta razones.

2) Indica los tipos de emoción que expresa el yo poético (y que contrastan entre sí).

3) Agrupa las siglas según se refieran al mundo político, al empresarial, al de la realidad cotidiana, etc. ¿Cuáles son las más abundantes? ¿Por qué será así?

4) ¿A quién le pide ayuda el yo poético, finalmente?

5) ¿Cómo apreciamos la ironía en el subtítulo y en la estrofa final del poema?

6) Hay tres siglas (vv. 20 y 23) que son sustantivos comunes. Localízalos y explica su significado en el sentido irónico del poema.

7) ¿Cuáles son las cuatro siglas de significado positivo? Explica su importancia en su sentido global del poema.

2.3. Fomento de la creatividad

1) Compón un poema o texto en prosa que exprese el rechazo de una moda o tendencia social que te parezca ridícula o contraproducente. Utiliza un tono de humor, ironía, sarcasmo y sátira. 

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre el ejército de siglas negativas y las positivas. Imagina el desenlace del choque.

3) Realiza una exposición sobre Dámaso Alonso, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes de paisajes o fenómenos naturales (como el volcán) que sirvan para entender un mundo agobiante, tecnologizado, apabullante y no siempre comprensible como el que nos presenta el poema a través del abuso de las siglas, siguiendo el ejemplo de Dámaso Alonso.

 

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