29/10/2020

Delmira Agustini: "¡Poesía!"; análisis y propuesta didáctica

 

Lonia, Ourense (IV-2018) © SVM


DELMIRA AGUSTINI - ¡Poesía!

 

¡POESÍA!

 

[1] ¡Poesía inmortal, cantarte anhelo!          1

¡Mas mil esfuerzos he de hacer en vano!

¿Acaso puede al esplendente cielo

Subir altivo el infeliz gusano?

 

[2] Tú eres la sirena misteriosa                     5

Que atrae con su voz al navegante,

¡Eres la estrella blanca y luminosa!

¡El torrente espumoso y palpitante!

 

[3] Eres la brisa perfumada y suave

Que juguetea en el vergel florido,                10

¡Eres la inquieta y trinadora ave

Que en el verde naranjo cuelga el nido!

 

[4] Eres la onda de imperial grandeza

Que altiva rueda vomitando espuma,

¡Eres el cisne de sin par belleza                   15

que surca el lodo sin manchar su pluma!

 

[5] Eres la flor que al despuntar la aurora

Entreabre el cáliz de perfume lleno,

¡Una perla blanquísima que mora

Del mar del alma en el profundo seno!         20

 

[6] ¿Y yo quién soy, que en mi delirio anhelo

Alzar mi voz para ensalzar tus galas?

¡Un gusano que anhela ir hasta el cielo!

¡Que pretende volar sin tener alas!

 

 

  1. ANÁLISIS

1. Resumen

Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay, 1886 - 1914) es una de las voces líricas más relevantes de la poesía en lengua española en la primera mitad del siglo XX. En un ambiente de postromanticismo y de modernismo, supo encontrar un tono lírico propio, innovando en temas y en tonos de un modo sorprendente. En su poesía se percibe un intimismo apasionado, en una atmósfera de celebración del amor, pero bajo la sombra de la pérdida, de lo efímero y de la muerte.

El poema que ahora comentamos posee una naturaleza metapoética muy marcada. El yo lírico reflexiona sobre la naturaleza de la poesía y sus pretensiones literarias de acceder a ella, precisamente escribiendo poemas. En la primera estrofa ya advierte que la poesía es algo sublime, brillante y celestial; goza de inmortalidad serena y divina. El yo poético se presenta como un gusano que pretende llegar a ella, pero parece tarea improbable.

En la segunda estrofa identifica la poesía con una sirena bella que atrae al navegante, una estrella y un torrente vital. En la tercera estrofa asimila la poesía con una brisa reconfortante y con un ave que canta bellamente.

En la cuarta estrofa iguala la poesía a un ola enorme e imparable que arrolla cuanto se le pone por delante; también con un cisne bello que mantiene su belleza incluso en los lugares más asquerosos. La quinta estrofa resalta la belleza delicada de la poesía, asimilándola a una flor perfumada y a una perla perfecta escondida en el fondo del mar. La sexta y última estrofa vuelve el yo poético a mirarse a sí mismo. No se encuentra con capacidad para acceder al mundo poético, aunque lo ansía muy vivamente. Se ve como un gusano que pretende ascender al cielo poético, sin ni siquiera tener alas.

Vemos que el yo lírico establece la belleza y la inmortalidad celestial de la poesía. Inmediatamente se ve atraído y pretende acceder a él, pero lo ve arduo y poco probable, pues carece del talento necesario para crear poesía que viva en el reino poético. Lo lamenta muy de veras. Sin embargo,existe una paradoja: en el propio acto de escribir este hermoso poema, ya ha llegado el cielo poético.

 

2. Tema

El tema del poema es la celebración de la poesía como una experiencia espiritual, divina y excelsa. El yo poético intenta acceder a su cielo, pero lo ve improbable por falta de capacidad.

 

3. Apartados temáticos

El poema presenta tres apartados temáticos bien reconocible. Tenemos:

-Primera sección, que ocupa la primera estrofa (vv. 1-4). El yo poético declara que desea participar del mundo poético, pero es difícil porque este es sublime y celestial y él, por contra, solo es un simple gusano.

-Segunda sección, que ocupa desde la segunda a la quinta estrofa, ambas inclusive (vv. 5-20). Enumera las características positivas y esplendorosas de la poesía, a través de metáforas que se contraponen. La poesía es fresca, delicada, salvaje y, sobre todo, hermosa.

-Tercera sección, que ocupa la sexta y última estrofa (vv. 21-34). El yo poético vuelve a preguntarse si tendrá el talento suficiente, siendo alguien muy limitado, para acceder al mundo poético con su propia poesía.

Como se puede apreciar, el poema presenta una estructura circular perfecta. Comienza y acaba del mismo, cerrando así el sentido del poema.

 

4. Aspectos métricos y de rima

Este poema está compuesto por veinticuatro versos endecasílabos. En cada estrofa observamos la misma rima: ABAB, en consonante. Son, pues serventesios, una estrofa muy empleada en la tradición poética española desde el Renacimiento hasta nuestros días.

 

5. Comentario estilístico

El poema se abre con una exclamación retórica de gran profundidad. En la oración que contiene se establece el objeto poético: la poesía inmortal, es decir, imperecedera; la apostrofa en las dos primeras palabras del poema. Por otro lado, se declara la intención del yo lírico de acceder al cielo poético a través de sus composiciones. Se ve, sin embargo, muy limitado, como declara en el segundo verso, otra exclamación retórica que contiene una hipérbole en la que manifiesta su lucha diaria para escribir buena poesía, hasta ahora sin frutos, a su parecer. Se percibe a sí mismo, así lo expresa metafóricamente, como un gusano desgraciado que no puede subir al cielo poético. Lo enuncia a través de una interrogación retórica de sentido peyorativo para él mismo.

En la segunda estrofa comienza un asedio al concepto de la poesía. Trata de entender cuál es su naturaleza y su sentido. Lo realiza a través de metáforas sucesivas. Identifica a la poesía con una sirena atrayente, una estrella fulgente y un torrente de agua lleno de vida. Obsérvese los paralelismos y la anáfora de “Eres”, junto con la adjetivación sensitiva y sinestésica, como se aprecia en “espumoso y palpitante” (v. 8). La bimembración que observamos ese mismo par de calificativos también aparece en el verso previo y se repetirá con cierta frecuencia.

La tercera estrofa repite los paralelismos, la exclamación retórica, las bimembraciones y las sinestesias. Ahora identifica la poesía con la “brisa perfumada y suave” (v. 9) y con un ave canora que anida en un naranjo. También apreciamos epítetos muy expresivos como en “verde naranjo” (v. 12). En estas dos estrofas las metáforas aluden a la armonía, la belleza y la delicadeza de la poesía.

En la cuarta estrofa se produce un cambio intenso. Ahora se iguala la poesía a una ola del mar que arrolla todo a su paso y con un cisne hermoso que no pierde su belleza incluso atravesando el fango. Vemos que la poesía ha de compartir aspectos del mundo que son violentos o sucios.

La quinta estrofa identifica la poesía con una flor delicada y aromática y una perla que reposa en el fondo del mar. Otra vez los paralelismos, la exclamación retórica, que ahora ocupa los versos 19 y 20, el epíteto (“perla blanquísima”, v. 19), etc. acompañan a las dos metáforas establecidas. Una personificación en “Entreabre el cáliz de perfume lleno” (v. 18) dota de alma sensible a la poesía, poseedora de una belleza fresca y natural.

La sexta y última estrofa vuelve sobre sí mismo. En los dos versos iniciales establece una interrogación retórica en la que se ve como una persona enajenada que pretende unas metas inabordables para él. Las dos exclamaciones retóricas finales, que funcionan de epifonema, se vuelve a identificar con el gusano, ser condenado a vivir a ras de tierra; precisamente, sin tener alas, pretende volar y alcanzar el cielo poético, en un claro empeño quimérico. Es decir, sin tener el don de la poesía, pretende escribirla para “ensalzar tus galas” (v. 22), es decir, componer poemas dignos de vivir en el reino de la poesía.

Como hemos podido ver, son nueve metáforas para asediar la naturaleza de la poesía: celestial, sublime, fresca, arrebatadora y, sobre todo, muy hermosa. Obsérvese también el tono dialógico del poema. El yo poético dialoga con la poesía, se dirige a ella, la interpela, la admira y, subterráneamente, le ruega que le permita acceder a su cielo. El yo poético se reserva para sí mismo la metáfora del gusano: ser humilde y rastrero, pero tenaz y laborioso. ¿Llegará al cielo poético? No lo sabemos, pero es probable, porque el propio gusano ha compuesto el hermoso poema que acabamos de saborear.

 

6. Contextualización

Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay, 1886 - 1914) es una de las voces poéticas más relevantes de la poesía en lengua española en la primera mitad del siglo XX. Recibió una educación esmerada, lo que unido a su talento natural y a su vocación poética, dio como resultado una de las voces líricas más originales y sugestivas de la poesía en lengua española en los albores del siglo XX. En 1900 ya aparecieron sus primeras colaboraciones en prensa, índice de su don natural en el manejo de la palabra.

Su vida, sin embargo, fue muy accidentada y con un final trágico. Su matrimonio en 1913 con Enrique Job Reyes resultó un fracaso al poco tiempo. En los pasos finales de su separación legal, en 1914, él la mató y luego se suicidó. Apenas contaba con 27 años y ya había alcanzado una gran madurez poética. Fue una terrible pérdida para la poesía en lengua española.

Escribió y publicó tres poemarios en vida (desde los 21 años hasta el año previo a su muerte; en una cadencia de uno cada tres años, lo que es asombroso): El libro blanco (1907), Cantos de la mañana (1910) y Los cálices vacíos (1913). Se recogieron en varios libros póstumos otros poemas, prosa y correspondencia particular en el que se desvelan sus sentimientos más íntimos, teñidos de erotismo y sexualidad. Desgraciadamente, esta faceta se ha impuesto sobre sus otros méritos literarios, en claro perjuicio de su formidable calidad poética. Agustini  posee un mundo poético propio: percibe el mundo y lo interioriza con extraordinaria sensibilidad, analiza sus emociones, sus filias y fobias y las vierte en hermosos poemas que rezuman sentimientos ahogados, ansias de felicidad y miedo a lo desconocido y misterioso, aunque también la atraen poderosamente. Destacamos cuatro notas compositivas de su poesía, que fue evolucionando de un tardorromanticismo becqueriano a un modernismo avanzado, casi a las puertas de las vanguardias, lo que se aprecia muy bien en su último libro Los cálices vacíos:

-Mirada intimista hacia el mundo: todo lo exterior lo contempla con mucho cuidado, atenta a los mínimos detalles; e inmediatamente lo interioriza y vierte en su poesía su reacción emocional y espiritual ante lo contemplado, sea una mera flor, a la gente pasar, el mar, los usos sociales, como el carnaval, etc.

-Expresión plástica y visual: sus poemas nos permiten crear imágenes en nuestra mente sobre lo que está escribiendo, sea de tono más narrativo, o más lírico, no importa. Se imbrican en armonía los aspectos externos del contenido y los elementos sentimentales, reflexivos o espirituales que los acompañan.

-Preferencia por las formas poéticas sencillas y la expresión transparente. Siguiendo la huella de Bécquer, de Machado, de Juan Ramón Jiménez, algo mayores que ella, opta por una expresión más natural, lejos de la sofisticación, más cercana a la poesía popular. Es algo más que un capricho compositivo, pues se acerca más a una expresión esencialista, honda, popular en el más genuino sentido de esta palabra (ella lo expresó muy bien en el poema donde reflexiona sobre su herencia española y germánica).

-Lirismo comunicativo subjetivo: Agustini se centra en la recepción interior del mundo, en su asimilación y en cómo determina su modo de vivir. La naturaleza, la sociedad, la historia mitificada son elementos que la conmueven. En sus poemas, nos transmite con un gran deseo de comunicación por qué ha observado y vivido de una determinada manera. Agustini desea contarnos sus pliegues íntimos más recónditos con el fin de entenderse y de ser entendida. Muchos de estos poemas están al borde de lo dialógico, pues establecen un diálogo sutil entre el yo lírico y el mundo, entre el emisor y el receptor, o entre aquel y algún protagonista de sus versos.

 

7. Interpretación y valoración

El poema “¡Poesía!” es de una gran belleza y de impecable factura técnica. Se trata de un texto metapoético, pues el sujeto lírico se pregunta qué es la poesía y qué papel ocupa él respecto de ella. Concibe la poesía como una realidad celestial y eterna. La nota que más destaca es la belleza espontánea, natural, recóndita.

Para nada identifica la poesía con la hermosura artificiosa o amanerada. La auténtica poesía se asimila a un arroyo, al cantar de un ave, a una brisa, etc.; algo sencillo, pero lleno de una hermosura profunda nada fácil de hallar y de elaborar --siendo poeta, claro está--. En este sentido, nos recuerda inmediatamente a la poesía de Bécquer, que también discurre por el mismo camino. La poesía auténtica es sencilla y fresca, pero da respuesta a cuestiones profundas. El yo poético no se ve con fuerzas para acceder al cielo poético, pues no posee las aptitudes necesarias. Sin embargo, en la meditada y feliz composición de este poema ya ha demostrado que no es un gusano, sino una persona capaz de crear hermosos poemas dignos de pervivir para siempre en la eternidad poética de la lengua española.

 

2. PROPUESTA DIDÁCTICA

(Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a las percepciones sensoriales al mar, y cómo impactan en el poeta y, después, en el lector.

7) Localiza y explica media docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

 

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) ¿Qué concepto es el que trata de aclarar el yo poético? ¿Qué papel ocupa él en esa realidad de palabras?

2) ¿Se ve con fuerzas el yo poético para acceder al cielo lírico? ¿Por qué?

3) Localiza las imágenes con las que se explica qué es la poesía. ¿Qué sensación aportan?

4) El yo poético ¿dialoga con la poesía? ¿Dónde lo apreciamos?

5) Lo alto y lo bajo, ¿aparecen en el poema? ¿Con qué sentido?

6) ¿Por qué en la última estrofa el yo poético habla de “delirio”? ¿Tiene razón, si pensamos que acaba de escribir su poema?

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese la predilección por un arte creativo (literatura, música, pintura, baile, escultura…) y las razones de tu atracción. Puedes imprimir un sentido intimista y tu capacidad para desarrollarlo, como ha realizado Delmira Agustini.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y la poeta Delmira Agustini a propósito de su poema y de su vida.

3) Realiza una exposición sobre Delmira Agustini, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes que sirvan para expresar la naturaleza de un arte creativo (música, literatura, pintura, danza…); serán reflejo de tu atracción personal, siguiendo el ejemplo de Delmira Agustini.

 

 


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