Lonia, Ourense (IV-2018) © SVM |
DELMIRA AGUSTINI - ¡Poesía!
¡POESÍA!
[1] ¡Poesía inmortal,
cantarte anhelo! 1
¡Mas mil esfuerzos he de
hacer en vano!
¿Acaso puede al esplendente
cielo
Subir altivo el infeliz
gusano?
[2] Tú eres la sirena
misteriosa 5
Que atrae con su voz al
navegante,
¡Eres la estrella blanca y
luminosa!
¡El torrente espumoso y
palpitante!
[3] Eres la brisa perfumada
y suave
Que juguetea en el vergel
florido, 10
¡Eres la inquieta y
trinadora ave
Que en el verde naranjo
cuelga el nido!
[4] Eres la onda de
imperial grandeza
Que altiva rueda vomitando
espuma,
¡Eres el cisne de sin par
belleza 15
que surca el lodo sin
manchar su pluma!
[5] Eres la flor que al
despuntar la aurora
Entreabre el cáliz de
perfume lleno,
¡Una perla blanquísima que
mora
Del mar del alma en el
profundo seno! 20
[6] ¿Y yo quién soy, que en
mi delirio anhelo
Alzar mi voz para ensalzar
tus galas?
¡Un gusano que anhela ir
hasta el cielo!
¡Que pretende volar sin
tener alas!
- ANÁLISIS
1. Resumen
Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay,
1886 - 1914) es una de las voces líricas más relevantes de la poesía en lengua
española en la primera mitad del siglo XX. En un ambiente de postromanticismo y
de modernismo, supo encontrar un tono lírico propio, innovando en temas y en
tonos de un modo sorprendente. En su poesía se percibe un intimismo apasionado,
en una atmósfera de celebración del amor, pero bajo la sombra de la pérdida, de
lo efímero y de la muerte.
El poema que ahora comentamos posee una
naturaleza metapoética muy marcada. El yo lírico reflexiona sobre la naturaleza
de la poesía y sus pretensiones literarias de acceder a ella, precisamente
escribiendo poemas. En la primera estrofa ya advierte que la poesía es algo
sublime, brillante y celestial; goza de inmortalidad serena y divina. El yo
poético se presenta como un gusano que pretende llegar a ella, pero parece tarea
improbable.
En la segunda estrofa identifica la poesía
con una sirena bella que atrae al navegante, una estrella y un torrente vital.
En la tercera estrofa asimila la poesía con una brisa reconfortante y con un
ave que canta bellamente.
En la cuarta estrofa iguala la poesía a un
ola enorme e imparable que arrolla cuanto se le pone por delante; también con
un cisne bello que mantiene su belleza incluso en los lugares más asquerosos.
La quinta estrofa resalta la belleza delicada de la poesía, asimilándola a una
flor perfumada y a una perla perfecta escondida en el fondo del mar. La sexta y
última estrofa vuelve el yo poético a mirarse a sí mismo. No se encuentra con
capacidad para acceder al mundo poético, aunque lo ansía muy vivamente. Se ve
como un gusano que pretende ascender al cielo poético, sin ni siquiera tener
alas.
Vemos que el yo lírico establece la
belleza y la inmortalidad celestial de la poesía. Inmediatamente se ve atraído
y pretende acceder a él, pero lo ve arduo y poco probable, pues carece del
talento necesario para crear poesía que viva en el reino poético. Lo lamenta
muy de veras. Sin embargo,existe una paradoja: en el propio acto de escribir
este hermoso poema, ya ha llegado el cielo poético.
2.
Tema
El tema del poema es la celebración de la
poesía como una experiencia espiritual, divina y excelsa. El yo poético intenta
acceder a su cielo, pero lo ve improbable por falta de capacidad.
3.
Apartados temáticos
El poema presenta tres apartados temáticos
bien reconocible. Tenemos:
-Primera sección, que ocupa la primera
estrofa (vv. 1-4). El yo poético declara que desea participar del mundo
poético, pero es difícil porque este es sublime y celestial y él, por contra,
solo es un simple gusano.
-Segunda sección, que ocupa desde la
segunda a la quinta estrofa, ambas inclusive (vv. 5-20). Enumera las
características positivas y esplendorosas de la poesía, a través de metáforas
que se contraponen. La poesía es fresca, delicada, salvaje y, sobre todo,
hermosa.
-Tercera sección, que ocupa la sexta y
última estrofa (vv. 21-34). El yo poético vuelve a preguntarse si tendrá el
talento suficiente, siendo alguien muy limitado, para acceder al mundo poético
con su propia poesía.
Como se puede apreciar, el poema presenta
una estructura circular perfecta. Comienza y acaba del mismo, cerrando así el
sentido del poema.
4.
Aspectos métricos y de rima
Este poema está compuesto por veinticuatro
versos endecasílabos. En cada estrofa observamos la misma rima: ABAB, en
consonante. Son, pues serventesios, una estrofa muy empleada en la tradición
poética española desde el Renacimiento hasta nuestros días.
5.
Comentario estilístico
El poema se abre con una exclamación
retórica de gran profundidad. En la oración que contiene se establece el objeto
poético: la poesía inmortal, es decir, imperecedera; la apostrofa en las dos
primeras palabras del poema. Por otro lado, se declara la intención del yo
lírico de acceder al cielo poético a través de sus composiciones. Se ve, sin
embargo, muy limitado, como declara en el segundo verso, otra exclamación
retórica que contiene una hipérbole en la que manifiesta su lucha diaria para
escribir buena poesía, hasta ahora sin frutos, a su parecer. Se percibe a sí
mismo, así lo expresa metafóricamente, como un gusano desgraciado que no puede
subir al cielo poético. Lo enuncia a través de una interrogación retórica de
sentido peyorativo para él mismo.
En la segunda estrofa comienza un asedio
al concepto de la poesía. Trata de entender cuál es su naturaleza y su sentido.
Lo realiza a través de metáforas sucesivas. Identifica a la poesía con una
sirena atrayente, una estrella fulgente y un torrente de agua lleno de vida.
Obsérvese los paralelismos y la anáfora de “Eres”, junto con la adjetivación
sensitiva y sinestésica, como se aprecia en “espumoso y palpitante” (v. 8). La
bimembración que observamos ese mismo par de calificativos también aparece en
el verso previo y se repetirá con cierta frecuencia.
La tercera estrofa repite los
paralelismos, la exclamación retórica, las bimembraciones y las sinestesias.
Ahora identifica la poesía con la “brisa perfumada y suave” (v. 9) y con un ave
canora que anida en un naranjo. También apreciamos epítetos muy expresivos como
en “verde naranjo” (v. 12). En estas dos estrofas las metáforas aluden a la
armonía, la belleza y la delicadeza de la poesía.
En la cuarta estrofa se produce un cambio
intenso. Ahora se iguala la poesía a una ola del mar que arrolla todo a su paso
y con un cisne hermoso que no pierde su belleza incluso atravesando el fango.
Vemos que la poesía ha de compartir aspectos del mundo que son violentos o
sucios.
La quinta estrofa identifica la poesía
con una flor delicada y aromática y una perla que reposa en el fondo del mar.
Otra vez los paralelismos, la exclamación retórica, que ahora ocupa los versos
19 y 20, el epíteto (“perla blanquísima”, v. 19), etc. acompañan a las dos
metáforas establecidas. Una personificación en “Entreabre el cáliz de perfume
lleno” (v. 18) dota de alma sensible a la poesía, poseedora de una belleza
fresca y natural.
La sexta y última estrofa vuelve sobre sí
mismo. En los dos versos iniciales establece una interrogación retórica en la
que se ve como una persona enajenada que pretende unas metas inabordables para
él. Las dos exclamaciones retóricas finales, que funcionan de epifonema, se
vuelve a identificar con el gusano, ser condenado a vivir a ras de tierra;
precisamente, sin tener alas, pretende volar y alcanzar el cielo poético, en un
claro empeño quimérico. Es decir, sin tener el don de la poesía, pretende
escribirla para “ensalzar tus galas” (v. 22), es decir, componer poemas dignos
de vivir en el reino de la poesía.
Como hemos podido ver, son nueve
metáforas para asediar la naturaleza de la poesía: celestial, sublime, fresca,
arrebatadora y, sobre todo, muy hermosa. Obsérvese también el tono dialógico
del poema. El yo poético dialoga con la poesía, se dirige a ella, la interpela,
la admira y, subterráneamente, le ruega que le permita acceder a su cielo. El
yo poético se reserva para sí mismo la metáfora del gusano: ser humilde y
rastrero, pero tenaz y laborioso. ¿Llegará al cielo poético? No lo sabemos,
pero es probable, porque el propio gusano ha compuesto el hermoso poema que
acabamos de saborear.
6. Contextualización
Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay,
1886 - 1914) es una de las voces poéticas más relevantes de la poesía en lengua
española en la primera mitad del siglo XX. Recibió una educación esmerada, lo
que unido a su talento natural y a su vocación poética, dio como resultado una
de las voces líricas más originales y sugestivas de la poesía en lengua
española en los albores del siglo XX. En 1900 ya aparecieron sus primeras
colaboraciones en prensa, índice de su don natural en el manejo de la palabra.
Su vida, sin embargo, fue muy accidentada
y con un final trágico. Su matrimonio en 1913 con Enrique Job Reyes resultó un
fracaso al poco tiempo. En los pasos finales de su separación legal, en 1914,
él la mató y luego se suicidó. Apenas contaba con 27 años y ya había alcanzado
una gran madurez poética. Fue una terrible pérdida para la poesía en lengua
española.
Escribió y publicó tres poemarios en vida
(desde los 21 años hasta el año previo a su muerte; en una cadencia de uno cada
tres años, lo que es asombroso): El libro
blanco (1907), Cantos de la mañana
(1910) y Los cálices vacíos (1913).
Se recogieron en varios libros póstumos otros poemas, prosa y correspondencia
particular en el que se desvelan sus sentimientos más íntimos, teñidos de
erotismo y sexualidad. Desgraciadamente, esta faceta se ha impuesto sobre sus
otros méritos literarios, en claro perjuicio de su formidable calidad poética.
Agustini posee un mundo poético propio:
percibe el mundo y lo interioriza con extraordinaria sensibilidad, analiza sus
emociones, sus filias y fobias y las vierte en hermosos poemas que rezuman
sentimientos ahogados, ansias de felicidad y miedo a lo desconocido y
misterioso, aunque también la atraen poderosamente. Destacamos cuatro notas
compositivas de su poesía, que fue evolucionando de un tardorromanticismo
becqueriano a un modernismo avanzado, casi a las puertas de las vanguardias, lo
que se aprecia muy bien en su último libro Los
cálices vacíos:
-Mirada intimista hacia el mundo: todo lo
exterior lo contempla con mucho cuidado, atenta a los mínimos detalles; e
inmediatamente lo interioriza y vierte en su poesía su reacción emocional y
espiritual ante lo contemplado, sea una mera flor, a la gente pasar, el mar,
los usos sociales, como el carnaval, etc.
-Expresión plástica y visual: sus poemas
nos permiten crear imágenes en nuestra mente sobre lo que está escribiendo, sea
de tono más narrativo, o más lírico, no importa. Se imbrican en armonía los
aspectos externos del contenido y los elementos sentimentales, reflexivos o
espirituales que los acompañan.
-Preferencia por las formas poéticas
sencillas y la expresión transparente. Siguiendo la huella de Bécquer, de
Machado, de Juan Ramón Jiménez, algo mayores que ella, opta por una expresión
más natural, lejos de la sofisticación, más cercana a la poesía popular. Es
algo más que un capricho compositivo, pues se acerca más a una expresión
esencialista, honda, popular en el más genuino sentido de esta palabra (ella lo
expresó muy bien en el poema donde reflexiona sobre su herencia española y
germánica).
-Lirismo comunicativo subjetivo: Agustini
se centra en la recepción interior del mundo, en su asimilación y en cómo
determina su modo de vivir. La naturaleza, la sociedad, la historia mitificada
son elementos que la conmueven. En sus poemas, nos transmite con un gran deseo
de comunicación por qué ha observado y vivido de una determinada manera.
Agustini desea contarnos sus pliegues íntimos más recónditos con el fin de
entenderse y de ser entendida. Muchos de estos poemas están al borde de lo
dialógico, pues establecen un diálogo sutil entre el yo lírico y el mundo,
entre el emisor y el receptor, o entre aquel y algún protagonista de sus
versos.
7.
Interpretación y valoración
El poema “¡Poesía!” es de una gran belleza
y de impecable factura técnica. Se trata de un texto metapoético, pues el
sujeto lírico se pregunta qué es la poesía y qué papel ocupa él respecto de
ella. Concibe la poesía como una realidad celestial y eterna. La nota que más
destaca es la belleza espontánea, natural, recóndita.
Para nada identifica la poesía con la
hermosura artificiosa o amanerada. La auténtica poesía se asimila a un arroyo,
al cantar de un ave, a una brisa, etc.; algo sencillo, pero lleno de una
hermosura profunda nada fácil de hallar y de elaborar --siendo poeta, claro
está--. En este sentido, nos recuerda inmediatamente a la poesía de Bécquer,
que también discurre por el mismo camino. La poesía auténtica es sencilla y
fresca, pero da respuesta a cuestiones profundas. El yo poético no se ve con
fuerzas para acceder al cielo poético, pues no posee las aptitudes necesarias.
Sin embargo, en la meditada y feliz composición de este poema ya ha demostrado
que no es un gusano, sino una persona capaz de crear hermosos poemas dignos de
pervivir para siempre en la eternidad poética de la lengua española.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades
se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en
clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las
circunstancias lo aconsejen).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el poema (100 palabras,
aproximadamente).
2) Señala su tema principal y los
secundarios.
3) Delimita los apartados temáticos,
atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza los aspectos métricos y de
rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo,
optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala las imágenes más importantes que
jalonan el poema, sobre todo referidas a las percepciones sensoriales al mar, y
cómo impactan en el poeta y, después, en el lector.
7) Localiza y explica media docena de
recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y
pensamiento analítico
1) ¿Qué concepto es el que trata de
aclarar el yo poético? ¿Qué papel ocupa él en esa realidad de palabras?
2) ¿Se ve con fuerzas el yo poético para
acceder al cielo lírico? ¿Por qué?
3) Localiza las imágenes con las que se
explica qué es la poesía. ¿Qué sensación aportan?
4) El yo poético ¿dialoga con la poesía?
¿Dónde lo apreciamos?
5) Lo alto y lo bajo, ¿aparecen en el
poema? ¿Con qué sentido?
6) ¿Por qué en la última estrofa el yo
poético habla de “delirio”? ¿Tiene razón, si pensamos que acaba de escribir su
poema?
2.3. Fomento de la
creatividad
1) Elabora un poema o texto en prosa que
exprese la predilección por un arte creativo (literatura, música, pintura,
baile, escultura…) y las razones de tu atracción. Puedes imprimir un sentido
intimista y tu capacidad para desarrollarlo, como ha realizado Delmira
Agustini.
2) Imagina y transcribe una conversación o
plática entre la clase y la poeta Delmira Agustini a propósito de su poema y de
su vida.
3) Realiza una exposición sobre Delmira
Agustini, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la
comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña
exposición bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes
que sirvan para expresar la naturaleza de un arte creativo (música, literatura,
pintura, danza…); serán reflejo de tu atracción personal, siguiendo el ejemplo
de Delmira Agustini.
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