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GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER - “LOS SUSPIROS SON AIRE Y VAN AL AIRE” (RIMA XXVIII)
Los suspiros son aire y van al aire. 1
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
- ANÁLISIS
1) Resumen
Este breve poema, sentencioso y
dolorido, expresa el desengaño amoroso por la falta de un amor correspondido.
El yo poético lamenta que la amada lo ha olvidado; el amor que existía antes,
simplemente, ha desaparecido.
2) Tema
Lamento y reproche del yo poético a la mujer amada porque esta ya no le
corresponde.
3) Apartados temáticos
Un poema tan breve no es susceptible de ser dividido en apartados. Forma
una unidad de pensamiento y de dicción o expresión. Se trata de una breve
argumentación con dos analogías y de la correspondiente conclusión.
4) Análisis métrico y de la
rima
Los tres primeros versos son endecasílabos; el cuarto y último es
heptasílabo; es una combinación muy frecuente en la poesía becqueriana. Crean
una cadencia suave y musical. Riman los versos pares (en á) y los impares quedan libres; estamos, pues, ante una rima
romanceada.
5) Comentario estilístico
Estamos ante un poema muy reflexivo. Los verbos en presente de
indicativo indican el carácter atemporal y nada circunstancial del contenido.
El poema presenta dos enunciados afirmativos que devienen en dos analogías
respecto del tercer elemento, el más importante, el amor. El aire y las
lágrimas finalizan su vida en el propio aire y en el mar. El yo poético
inquiere sobre el destino del amor. La repetición retórica de “aire” en el
primer verso ya advierte de lo fugitivo e inasible de lo que vendrá después, el
amor, anticipado a través de algunos de sus efectos negativos.
Le pregunta retóricamente a una mujer, bien concreta, por cierto, por el
destino que sufrirá el amor que él le profesa. La respuesta implícita es clara:
al vacío, a la extinción definitiva e irrecuperable. El paralelismo perfecto de
los dos primeros versos imprimen más firmeza al pensamiento expresado. La
apóstrofe del verso 3 (“dime, mujer”) delata el estado de agitación y amargura
del yo poético. La interrogación retórica que cierra el poema, donde el verbo
en segunda persona, seguido del pronombre “tú” insisten en el apremio del poeta
por escuchar unas palabras de ella, cierran una certeza dolorosa: el amor se
extingue y se va sin retorno.
El poema contiene un tono dialógico evidente; el yo poético trata de
dialogar, casi implorando, con la mujer, pero esta se mantiene en silencio. Es
el lector quien ha de completar el sentido que el sujeto lírico dejó
suspendido: el amor muerto no vuelve. Estamos, pues, ante un diálogo frustrado
porque una de las partes no sabemos si escucha y sí sabemos que no desea
responder.
Crea una antítesis muy hermosa el choque conceptual de los dos elementos
naturales (“suspiros” y “lágrimas”, a su vez, metáforas o metonimias, pues
ambas coinciden aquí, del fin del amor) con el sustantivo abstracto “amor”. El
yo poético presenta primero los efectos del desamor; luego nos presenta
indirectamente el desgraciado destino del amor perdido: su extinción.
6) Contextualización
Bécquer es, sin duda, el gran poeta romántico español. Lo más paradójico
y llamativo es que inicia su producción poética cuando se apagaban los últimos
rescoldos románticos. Se le ha llamado poeta “tardorromántico” (junto con la
insigne Rosalía de Castro), y con mucha propiedad. En un momento en que el
realismo, con su observación minuciosa de la realidad, sobre todo la sórdida, y
el triunfo de los valores burgueses, Bécquer presenta una poesía subjetiva, lírica
y vibrante. Acaso por eso pasó sin pena ni gloria entre sus contemporáneos. Se
ha destacado como influencias destacadas en Bécquer la de la poesía popular
tradicional andaluza y la romántica alemana (especialmente, la del poeta H.
Heine). Ambos componentes son importantes y contribuyeron a la concentración
expresiva, la relativa sencillez compositiva y el sesgo intimista y dramático
de sus composiciones. Resumimos brevemente los rasgos de la poesía romántica,
bien verificables en este poema (se pueden encontrar más explicitados, en este
mismo blog, en otros análisis de otros poemas de Bécquer):
-Subjetividad: el yo prima por encima de toda otra consideración. La
contemplación del mundo y sus circunstancias gira en torno a la persona del
poeta, que se interesa sobre todo por expresar su individualidad, en general,
en choque con el mundo. Se aprecia muy bien en el empleo de los verbos en
primera persona.
-Intimismo: frente a la exterioridad y el grupo, al poeta le interesa su
interioridad y el modo de encajar su persona en una sociedad, en general,
hostil.
-Sentimentalidad: el mundo de las emociones es más interesante que el de
las observaciones o de las acciones. El poeta se centra principalmente en
escuchar, ordenar y transmitir poéticamente sus sentimientos.
-Empleo cómplice de la naturaleza: distintos elementos naturales sirven
para expresar un estado de ánimo, sea el que fuere. Aquí, hemos visto cómo un
ave, la golondrina, y una planta, la madreselva, sirven para expresar la
amargura del abandono amoroso.
-Cierta rebeldía y exaltación de la libertad: en este poema apenas se manifiesta en cuanto al fondo. En la forma, podemos apreciar cómo Bécquer combina versos y rimas de distinto ámbito, rompiendo con los moldes clásicos, para crear poemas brillantes y vibrantes.
7. Interpretación y
valoración
El poema “Los suspiros son aire y van al aire” es un preclaro ejemplo de
excelente poesía romántica: intimismo, subjetividad y sentimentalidad al
servicio de la belleza poética en grado sublime. El yo poético muestra su
amargura por el fracaso sentimental, y lo hace a través de muy bellas imágenes
naturales que se representan en la mente lectora con viveza y expresividad. El
diálogo frustrado y las analogías imprimen una originalidad expresiva muy
llamativas. En el mismo sentido trabaja la antítesis de los elementos naturales
respecto del abstracto amor.
La aparente sencillez compositiva esconde un cuidado e intenso trabajo
de elaboración literaria. El poeta levanta una arquitectura verbal en la que
vemos las vigas maestras, pero, al mismo, tiempo, percibimos el resto de los
elementos ornamentales y el edificio completo, auténtica perla literaria.
La poesía de Bécquer no ha perdido nada de actualidad, a pesar del siglo
y medio transcurrido desde su escritura porque posee tres raras y, por ello,
preciosas cualidades, propias de la buena literatura: la autenticidad, la
transparencia y la belleza formal.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Estas actividades se pueden realizar de modo oral o escrito, de forma
individual o en
grupo, en la clase o en casa, de modo tradicional o con ayuda de los medios TIC).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el contenido del poema, señala el tema y los apartados
temáticos.
2) Explica el sentido del último verso. Aunque es una oración
interrogativa, esconde otro sentido.
3) El poema, ¿es optimista o pesimista en el tratamiento del asunto
amoroso? Aporta razones.
4) ¿Cómo y por qué el poema posee un tono de diálogo, como
conversacional? Para ello, has de Localizar las marcas gramaticales donde vemos
al “yo” y al “tú”.
5) Señala el efecto en el significado del poema de algunos recursos retóricos especialmente significativos y referidos a la repetición.
2.2. Interpretación y
pensamiento analítico
1) Localiza los dos elementos naturales que anticipan, vía metafórica,
el fracaso amoroso que hace sufrir al yo poético.
2) El poeta, ¿se mueve por el rencor, el despecho, la amargura, o todo a
la vez, cuando pregunta a la dama sobre el destino del amor?
3) ¿Conoce el yo poético la respuesta que la mujer daría a la pregunta que aquel le hace? Entonces, ¿por qué insiste en su cuestión?
2.3. Fomento de la
creatividad
1) Buscar una música y unas imágenes adecuadas (de paisaje, por ejemplo)
para un recitado declamatorio, a modo de diaporama, ante el resto de la clase o
de la comunidad educativa.
2)Transformar en narración o en texto teatral el contenido del poema, de
forma libre.
3) Indagar sobre la vida de Bécquer y, en concreto, sus desafortunados
amoríos con Julia Espín y Casta Esteban y establecer hasta qué punto su vida
está recogida en el poema.
4) Su hermano Valeriano Bécquer fue un estimado pintor: buscar cuadros
de él, o de otros pintores románticos, cuyos paisajes encajen con la naturaleza
presentada en el poema.
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