28/10/2020

José Ángel Valente: "Pájaro del olvido"; análisis y propuesta didáctica

 


"Pájaro del olvido" (2018) © SVM


JOSÉ ÁNGEL VALENTE – "Pájaro del olvido"

"Pájaro del olvido"


[1] Pájaro del olvido                                              1

jamás te tuve más cierto en mi memoria.

[2] Vuelvo ahora

desde no sé qué sombra

al día helado del otoño en esta                        5

ciudad no mía, pero al fin tan próxima,

donde el sol de noviembre tiene

la última dureza

de lo que ya debiera

morir.                                                           10

            ¿Y es éste el día

de mi resurrección?

[3] Las hojas arrastradas por el viento

apagan nuestros pasos.

[4] Llego y ni siquiera sé muy bien quién llega  15

ni por qué fue llamado a este convite

tantos años después.







1. ANÁLISIS

1) Resumen

    Este texto poético es de naturaleza evocadora y reflexiva; el sujeto lírico se dirige en un diálogo sin respuesta a un “pájaro del olvido”, que es metáfora de la memoria. Desde un presente lírico echa la vista atrás y se ve en un momento del año, el otoño, y en una ciudad que no es la suya, pero en la que se encuentra a gusto. No encuentra la plenitud que buscaba hurgando en ese recuerdo. Pasea por esa ciudad, acompañado de su memoria, pero no encuentra un sentido total a esa acción. De nuevo en el presente poético, confiesa su incertidumbre y su confusión interior, pues no se reconoce ni a sí mismo. Lo invitaron a una fiesta (“convite”) de la que no encuentra el sentido.

2) Temas del poema

    El poema aborda dos temas principales:

-Reflexión sobre el ambiguo papel de la memoria, que actúa como un pájaro escurridizo; nos lleva a momentos y lugares lejanos y no logramos comprender ni aquel pasado ni este presente.
-Diálogo con sus recuerdos para encontrar un sentido coherente y firme a su vida vivida, que parece que se escurre sin lograr asirla del todo.

3) Apartados temáticos

    El poema presenta una fuerte y sólida unidad interna. Existe un movimiento memorístico entre el pasado y el presente, pero dentro de una trabazón interna muy íntima; no permite hablar de secciones temáticas.

4) Rima y medida de los versos

    El poema está formado por diecisiete versos de medida variable; oscila del trisílabo (v. 10) al tetradecasílabo (v. 15). No existe una rima regular reconocible, aunque se percibe cierta asonancia en é-a. En consecuencia, estamos ante un poema en verso libre, propio de la poesía moderna, predominante desde el siglo XX en adelante.

5) Comentario estilístico

    El poema presenta una delicada y elaboradísima construcción de sentido, en correspondencia con la sintáctica y formal. La primera estrofa consiste en una invocación, apelación o apóstrofe al pájaro del olvido, metáfora de la memoria quebradiza y caprichosa. Lo invoca para decirle que lo ve cerca.
    En la segunda estrofa la memoria traslada al sujeto lírico a un día de otoño y a una ciudad; lo reconoce todo como familiar y se pregunta si es así como debe revivir. No se encuentra feliz, pues habla de “la última dureza” (v. 8), que lo debería conducir a la muerte. Es una metáfora de ciertos peligros vitales que el sujeto lírico prefiere obviar. Se traslada desde un presente poco agradable, definido “desde no sé qué sombra” (v. 4), metáfora de una vida fantasmal, como agónica.
    La tercera estrofa relata un paseo por esa ciudad, acompañado de su memoria (habla en plural: “nuestros pasos”, v. 14). El tiempo es desapacible y evoca tristeza. En la cuarta estrofa parece que alcanza una meta no definida (acaso sea la propia ciudad); declara que no sabe qué hace allí, con dudas sobre su propia identidad. Asiste a una celebración, pero ignora el motivo de por qué sus recuerdos lo retrotajeron años atrás, tantos años después; la paradoja es profunda y expresa un estado de confusión extrema, junto con una melancolía amarga.

6) Contextualización

    José Ángel Valente Docasar (Ourense, 1929 – Ginebra, Suiza, 2000) es un excelente poeta adscrito a la Generación del 50 o Generación del Medio Siglo. Aunque también transitó por la poesía de tono social y denuncia política propia de esos poetas en sus fases iniciales, recorrió un camino poético propio a través de la poesía de influencia mística de diferentes religiones y tendencias. Persigue e indaga sobre la expresión de lo inefable, el sentido de lo nombrado, la verdadera esencia de las cosas, el origen y proceso del acto creador, etc. Este tipo de poesía se ha etiquetado como “poesía del silencio” (la expresión de lo inefable, o la escucha de lo que no tiene sonido) y “poesía del conocimiento”, pues el acto poético es herramienta para explorar, conocer y saber cómo conocemos, en conexión con la hermenéutica.
    Estamos, pues, ante una poesía esencialista, indagatoria del ser, bastante conceptual y transcendental. Su lenguaje poético se caracteriza por la concentración expresiva y la claridad y precisión de significación. Sus poemarios de mayor relevancia son Breve son, Punto cero (1972; recoge toda su producción anterior), Mandorla (1982), No amanece el cantor (1992), etc.
    Valente dejó importantes libros de ensayos literarios, estéticos e interpretativos sobre autores y asuntos de su querencia. Son de especial significación Las palabras de la tribu (1971), La piedra y el centro (1982), etc. También tradujo poetas de otras lenguas y creó obras en las que se trabaja con la palabra y la imagen (fotografía, pintura, etc.) al alimón con pintores como A. Tàpies.

7) Interpretación y valoración

    El poema gira en torno a la metáfora contenida en su título: “pájaro del olvido”: parece que se refiere a la naturaleza inconstante y evanescente de los recuerdos. La memoria adquiere vida y lleva y trae a su propietario un poco a su capricho. Se ve muchos atrás en un momento y lugar reconocidos, pero no encuentra razón para regresar allí. 
    En conjunto, el poema muestra cierta desilusión existencial, una melancolía amarga que envuelve al sujeto lírico, sin ofrecerle mayor consuelo que el capricho del recuerdo. El poema es breve, de ahí que la significación se halle reconcentrada; en breves palabras se crean poderosas imágenes que transmiten una melancólica contemplación del pasado del sujeto lírico.


2. PROPUESTA DIDÁCTICA

    (Las siguientes actividades se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las circunstancias lo aconsejen).

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, atendiendo a las modulaciones de sentido.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: festivo, narrativo, ligero o denso?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a cómo la poesía se asentó en el yo poético.

7) Localiza y explica media docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) ¿Quiénes protagonizan el poema?

2) ¿Qué sentido tiene el “pájaro del olvido”?

3) Explica la significación de los verbos en primera persona del plural del presente de indicativo.

4) ¿A dónde lleva la memoria al sujeto lírico? ¿Está feliz por ello?

5) ¿Con qué celebración se encuentra en esa ciudad visitada en la memoria? ¿Qué reacción le produce?

2.3. Fomento de la creatividad

1) Elabora un poema o texto en prosa que exprese un recuerdo o un acto de memoria aparentemente inexplicable. Puedes imprimir un sentido metafórico, como ha realizado José Ángel Valente.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre la clase y el poeta José Ángel Valente a propósito de su poema y de su vida.

3) Realiza una exposición sobre José Ángel Valente, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes de un lugar y un tiempo donde te lleve la memoria, que sirvan de metáfora de una manera de ser feliz y auténtico, o todo lo contrario, siguiendo el ejemplo de José Ángel Valente.

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