01/11/2020

Gerardo Diego: "Romance del Duero"; análisis y propuesta didáctica


Río Bernesga, León (X-2020) © SVM


GERARDO DIEGO: “ROMANCE DEL DUERO”

 

(1) Río Duero, río Duero,                     1

nadie a acompañarte baja;

nadie se detiene a oír

tu eterna estrofa de agua.

 

(2) Indiferente o cobarde,                   5  

la ciudad vuelve la espalda.

No quiere ver en tu espejo

su muralla desdentada.

 

(3) Tú, viejo Duero, sonríes

entre tus barbas de plata,             10

moliendo con tus romances

las cosechas mal logradas.

 

(4) Y entre los santos de piedra

y los álamos de magia

pasas llevando en tus ondas          15

palabras de amor, palabras.

 

(5) Quién pudiera como tú,

a la vez quieto y en marcha,

cantar siempre el mismo verso

pero con distinta agua.               20

 

(6) Río Duero, río Duero,

nadie a estar contigo baja,

ya nadie quiere atender

tu eterna estrofa olvidada,

 

(7) sino los enamorados                  25

que preguntan por sus almas

y siembran en tus espumas

palabras de amor, palabras.

 

1.      ANÁLISIS

1.      Resumen

Gerardo Diego (Santander, 1896 – Madrid, 1987) es uno de los más destacados poetas de la Generación del 27. Como todos los miembros de este grupo, pasó por una etapa de aprendizaje e iniciación clásica, otra de influencia profunda de las vanguardias, a continuación, otra de neopopulismo más o menos tradicionalista y, tras la guerra civil, cada uno de sus componentes buscó su camino y su voz dentro o fuera de España, a causa del desgarrón de la guerra fratricida.

El poema que comentamos, “Romance del Duero”, procede del libro Soria. Galería de estampas y efusiones (1923). Tendría otras ediciones ampliadas; la última, de 1947. Recordemos que Gerardo Diego ejerció la cátedra de Literatura del Instituto General y Técnico de Soria –hoy IES “Antonio Machado”-- entre el otoño de 1920 y el verano de 1922, es decir, dos cursos escolares. En consecuencia, su conocimiento de la geografía soriana es de primera mano, amplio y profundo. Siendo él cántabro, el impacto de la ciudad, los pueblos y el paisaje soriano fue muy hondo y de inmediato ejerció una fuerte atracción en su sensibilidad poética. Es lo que le había ocurrido a Antonio Machado casi dos décadas antes, aunque de un modo mucho más trágico, pues la muerte de Leonor todo lo ensombreció.

El yo poético contempla y dialoga con el río Duero. El poema es el resultado de esa comunicación intima, afectiva e intensa. El yo poético proclama que el río canta o lleva una canción en sus aguas, pero pocos se detienen a escucharla. La ciudad le da la espalda, pero él lleva palabras de amor. El yo poético lamenta no poseer el don del río de cantar siempre la misma canción, pero con distinta agua, es decir, la letra. Todos parecen haber perdido por la melodía del río. ¿Todos? No, quedan los enamorados, que se acercan a él a buscar respuestas a sus sentimientos y lanzar sus lamentos o dichas de amor al agua, para que las lleve a su destinatario.

2.      Tema

El asunto de este poema se puede enunciar así: contemplación dialógica del yo poético con el río Duero a su paso por la ciudad de Soria, en el que muestra su admiración por la música que el río canta a lo largo de los siglos.

3.      Apartados temáticos

Este poema se puede considerar de temática unitaria: se trata de una contemplación y de un diálogo --casi monólogo-- entre el yo poético y el río Duero, con una línea recurrente: el río posee una melodía propia que pocos desean ya escuchar. Sin embargo, bien mirado, podemos apreciar distintas modulaciones de contenido, que dan como resultado los siguientes apartados temáticos:

A) Las tres primeras estrofas forman una sección de contenido: en la primera estrofa se enuncia un hecho; el río discurre solo y nadie va a escuchar su canción. En la segunda estrofa se aporta la causa: la indiferencia y cobardía de los ciudadanos, que le han dado la espalda. La tercera estrofa establece la consecuencia: el río entona su canción, sin desmayo y con una sonrisa, a la vez que muele las cosechas; él sigue siendo leal al hombre.

B) La segunda sección de contenido lo forma la estrofa 4, que delimita y precisa cómo pasa el río cerca de la ciudad: próximo a edificios religiosos y rodeado por álamos. Ahora también sabemos que el río transporta melodías amorosas.

C) La tercera sección coincide con la estrofa 5: el poeta abre su corazón y muestra la sana envidia que siente por el río. La razón: su canción siempre es nueva y la misma. Esta paradoja encierra el secreto de su admiración por el río.

D) Las dos últimas estrofas (6 y 7) conforman la última sección de contenido. Es una repetición de la soledad del río, pero ahora se introduce un matiz importante: el río no siempre está solo, pues los enamorados acuden a su orilla a encontrar serenidad, comprensión y esperanza a sus desvelos amorosos.

4.      Análisis métrico, de la rima y estrófico

La estructura estrófica del poema es extraordinariamente sencilla. Los versos son octosílabos, la rima es asonante en los versos pares y los impares quedan libres (8-, 8a, 8-, 8a, 8-, 8a, …). Estamos, pues, ante un romance, forma poética tradicional de la poesía española; por otro lado, el título del poema ya lo declara explícitamente. Se ha utilizado durante cientos de años por la poesía popular, colectiva, anónima y oral, y también por poetas individuales, a partir del siglo XVI, para expresar sentimientos, contar historias, preguntarse por el sentido de las cosas, adentrarse en el misterio, etc. Gerardo Diego se ha acogido muy felizmente y con acierto a una inmensa tradición poética de expresión del pensamiento y la emoción con sencillez formal, claridad expresiva y discurso fluido.

5.      Análisis de los recursos estilísticos

El poema está dominado por algunos procedimientos retóricos de gran importancia expresiva. El primero es la repetición retórica, ya bien visible en el verso 1: “Río Duero, río Duero”; se vuelve a repetir en el verso 21, y aun antes, sin repetición se apela al río con una feliz apóstrofe y un epíteto embellecedor: “tú, viejo Duero”. En esta misma línea de recursos de repetición apreciamos la anáfora de “nadie” (vv. 2-3), acentuando la soledad del río cuando bordea la ciudad. El otro recurso de este ámbito es a anadiplosis: “palabras de amor, palabras” (v. 16 y 28).

El segundo recurso importante es la apóstrofe o invocación: se apela a algo o alguien para, de algún modo, provocar una respuesta, o al menos expresar una emoción fuerte por parte del yo poético. En este romance es muy visible en el primer verso, repitiendo el nombre del río, después en el verso 9 (“Tú, viejo Duero”) y en el 21, que repite el verso 1. La naturaleza apelativa del poema es más que evidente. El yo poético le reclama su atención, pues después de todo está expresando su admiración y entusiasmo hacia el río, poseedor de una canción misteriosa y atractiva.

El tercer recurso fundamental es la metáfora en torno al concepto de canción, poema y música, que es la cantada por el río en su paso por la ciudad de Soria. El murmullo del agua al pasar crea una melodía llena de enigmas y mensajes que sólo atentamente se puede captar. Los términos reales son “estrofa de agua” (v. 4 y 24), “moliendo con tus romances” (v. 11), “palabras de amor, palabras2 (v. 16), “cantar siempre el mismo verso” (v. 19) y “palabras de amor, palabras” (v. 24). El término imaginario es siempre el mismo: la canción que canta el Duero alude a sentimientos de amor, esperanza e ilusión.

Otras metáforas muy expresivas son “barbas de plata” (v. 10) para aludir a la espuma y a las algas del río. También emplea “espejo” del río (v. 7) para significar el reflejo de los objetos en la superficie del agua.

La estrofa 5 presenta una doble paradoja de bellísima factura: el río siempre está “a la vez quieto y en marcha” y su melodía descansa en “cantar siempre el mismo verso / pero con distinta agua” (vv. 19-20). En efecto, en la naturaleza misma del río descansa esa aporía irresoluble de ser muy estable, siempre el mismo, pero siempre el mismo, pues el agua se renueva sin cesar. Tal vez por eso, insinúa el yo poético, solo los enamorados pueden entender su melodía y le devuelven palabras de amor, es decir, mensajes positivos, esperanzados, con futuro.

También llama la atención dos metonimias de la estrofa 2 para referirse a los edificios religiosos que bordean el Duero a su paso por Soria (San Juan de Duero y San Saturio, ambos en la margen izquierda): se refiere a ellos como “santos de piedra” (v. 13). La misma operación realiza con la frondosa ribera cargada de árboles y todo tipo de vegetación, recogida en la expresión “álamos de magia” (v. 14). Ello en vivo contraste con los alcores cercanos, pelados y rojizos, como Machado había cantado unos años antes.

La adjetivación es rica y creadora de imágenes muy sugerentes. Por ejemplo, la muralla de la ciudad está “desdentada” (v. 8); y “eterna” (v. 24) aplicado a la estrofa de agua que entona el río Duero.

El conjunto de recursos que hemos explicado nos permite apreciar una pericia poética realmente extraordinaria. Gerardo Diego, con 26 años al componer ese poema, muestra un dominio poético excelente, un lenguaje preciso y sugerente y un conocimiento de la mejor poesía y formas estróficas españolas. Bajo una superficie de aparente sencillez, hemos podido apreciar un intenso y bello poema, muy elaborado en su forma expresiva, para transmitir la admiración del poeta por el río Duero.

6.      Contextualización socio-histórica y autorial

Gerardo Diego es uno de los poetas del destacado grupo de la Generación del 27. Poeta-profesor, como casi todos ellos, exhibe una pericia técnica, un rigor compositivo y un tratamiento riguroso de los temas poéticos realmente importantes y significativos. Este grupo aspira a una poesía precisa, enraizada en la tradición española y, al mismo tiempo, abierta a los nuevos vientos vanguardistas europeos.

Este poema de nuestro poeta santanderino pertenece a su primera etapa de formación, más clasicista y académica, justo antes de que los vientos de las Vanguardias arrumbaran las formas y contenidos poéticos más repetidos o manidos. De ahí el uso del romance, de la contemplación y diálogo con la naturaleza, de expresión contenida del sentimiento, sea de la naturaleza que fuere.

7.      Interpretación

Bajo la sombra de una simple visión de un río, Gerardo Diego nos muestra su admiración por la naturaleza soriana. Al mismo tiempo, nos sugiere el misterio de la poesía: la canción del río Duero es en sí misma poesía, la sensibilidad de las personas que saben escucharla descubren un misterio fascinante y paradójico: la misma canción de amor, de eternidad, es cantada con “distinta agua”: cambia la forma, tal vez el sonido, pero permanece la belleza secreta íntima del río fluyendo a los pies de Soria.

8.      Valoración

Esto bello poema nos ha permitido comprender parte de la belleza natural que presenta el río Duero, como cualquier río, que sólo contemplándolo con atención, dialogando con él y escuchando el fluir de su corriente podemos escuchar. Y la letra nos habla de amor, de misterio, de esperanza, de ilusión y de futuro. Por eso los enamorados la comprenden y le devuelven su mensaje con palabras que lanzan al río.

La belleza que esconden estos versos nos permite escuchar la música del río, compartir con él y con el poeta su hermosa melodía y su mensaje transparente de amor. Gerardo Diego nos da una hermosa lección de belleza poética al compartir con nosotros su escucha contemplativa y transcribirla en un romance simplemente sublime.

 

2.      PROPUESTA DIDÁCTICA

2.1. Comprensión lectora

1) Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).

2) Señala su tema principal y los secundarios.

3) Delimita los apartados temáticos, que no tienen por qué coincidir con las estrofas.

4) Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.

5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo contrario?

6) Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas a la música del río y a la invocación que de él hace el poeta.

7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.

2.2. Interpretación y pensamiento analítico

1) ¿Qué elementos de la ciudad de Soria aparecen en el poema?

2) Indica los tipos de emoción que expresa el yo poético.

3) ¿Qué importancia poética posee la naturaleza en el poema?

4) ¿Cómo se aprecia en el texto el valor del amor?

5) Fíjate en las actividades que desarrolla el río: enumérales e indica si interviene el hombre en su realización. ¿Es importante el río para la vida cotidiana de la ciudad?

6) En el poema se evidencia una paradoja sorprendente (estrofa 5): explícala.

7) Explica el sentido de la expresión “los enamorados, / que preguntan por sus almas” (vv. 25-26).

2.3. Fomento de la creatividad

1) Compón un poema o texto en prosa que exprese la admiración por elemento geográfico.

2) Imagina y transcribe una conversación o plática entre el río Duero y Gerardo Diego.

3) Realiza una exposición sobre Gerardo Diego, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.

4) Aporta o crea imágenes de paisajes idóneos para contemplarlos y “dialogar” con ellos, siguiendo el ejemplo de Gerardo Diego.

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