Río Bernesga, León (X-2020) © SVM |
GERARDO DIEGO: “ROMANCE DEL DUERO”
(1) Río Duero,
río Duero, 1
nadie a
acompañarte baja;
nadie se
detiene a oír
tu eterna
estrofa de agua.
(2) Indiferente
o cobarde, 5
la ciudad
vuelve la espalda.
No quiere ver
en tu espejo
su muralla
desdentada.
(3) Tú, viejo
Duero, sonríes
entre tus
barbas de plata, 10
moliendo con
tus romances
las cosechas
mal logradas.
(4) Y entre los
santos de piedra
y los álamos de
magia
pasas llevando
en tus ondas 15
palabras de
amor, palabras.
(5) Quién
pudiera como tú,
a la vez quieto
y en marcha,
cantar siempre
el mismo verso
pero con
distinta agua. 20
(6) Río Duero,
río Duero,
nadie a estar
contigo baja,
ya nadie quiere
atender
tu eterna
estrofa olvidada,
(7) sino los
enamorados 25
que preguntan
por sus almas
y siembran en
tus espumas
palabras de
amor, palabras.
1.
ANÁLISIS
1.
Resumen
Gerardo Diego
(Santander, 1896 – Madrid, 1987) es uno de los más destacados poetas de la
Generación del 27. Como todos los miembros de este grupo, pasó por una etapa de
aprendizaje e iniciación clásica, otra de influencia profunda de las
vanguardias, a continuación, otra de neopopulismo más o menos tradicionalista
y, tras la guerra civil, cada uno de sus componentes buscó su camino y su voz
dentro o fuera de España, a causa del desgarrón de la guerra fratricida.
El poema que
comentamos, “Romance del Duero”, procede del libro Soria. Galería de estampas y efusiones (1923). Tendría otras
ediciones ampliadas; la última, de 1947. Recordemos que Gerardo Diego ejerció
la cátedra de Literatura del Instituto General y Técnico de Soria –hoy IES
“Antonio Machado”-- entre el otoño de 1920 y el verano de 1922, es decir, dos cursos
escolares. En consecuencia, su conocimiento de la geografía soriana es de
primera mano, amplio y profundo. Siendo él cántabro, el impacto de la ciudad,
los pueblos y el paisaje soriano fue muy hondo y de inmediato ejerció una
fuerte atracción en su sensibilidad poética. Es lo que le había ocurrido a
Antonio Machado casi dos décadas antes, aunque de un modo mucho más trágico,
pues la muerte de Leonor todo lo ensombreció.
El yo poético contempla y dialoga con el río Duero. El poema es el resultado de esa comunicación intima, afectiva e intensa. El yo poético proclama que el río canta o lleva una canción en sus aguas, pero pocos se detienen a escucharla. La ciudad le da la espalda, pero él lleva palabras de amor. El yo poético lamenta no poseer el don del río de cantar siempre la misma canción, pero con distinta agua, es decir, la letra. Todos parecen haber perdido por la melodía del río. ¿Todos? No, quedan los enamorados, que se acercan a él a buscar respuestas a sus sentimientos y lanzar sus lamentos o dichas de amor al agua, para que las lleve a su destinatario.
2.
Tema
El asunto de este poema se puede enunciar así: contemplación dialógica del yo poético con el río Duero a su paso por la ciudad de Soria, en el que muestra su admiración por la música que el río canta a lo largo de los siglos.
3.
Apartados temáticos
Este poema se
puede considerar de temática unitaria: se trata de una contemplación y de un
diálogo --casi monólogo-- entre el yo poético y el río Duero, con una línea
recurrente: el río posee una melodía propia que pocos desean ya escuchar. Sin
embargo, bien mirado, podemos apreciar distintas modulaciones de contenido, que
dan como resultado los siguientes apartados temáticos:
A) Las tres
primeras estrofas forman una sección de contenido: en la primera estrofa se
enuncia un hecho; el río discurre solo y nadie va a escuchar su canción. En la
segunda estrofa se aporta la causa: la indiferencia y cobardía de los
ciudadanos, que le han dado la espalda. La tercera estrofa establece la
consecuencia: el río entona su canción, sin desmayo y con una sonrisa, a la vez
que muele las cosechas; él sigue siendo leal al hombre.
B) La segunda
sección de contenido lo forma la estrofa 4, que delimita y precisa cómo pasa el
río cerca de la ciudad: próximo a edificios religiosos y rodeado por álamos.
Ahora también sabemos que el río transporta melodías amorosas.
C) La tercera
sección coincide con la estrofa 5: el poeta abre su corazón y muestra la sana
envidia que siente por el río. La razón: su canción siempre es nueva y la
misma. Esta paradoja encierra el secreto de su admiración por el río.
D) Las dos últimas estrofas (6 y 7) conforman la última sección de contenido. Es una repetición de la soledad del río, pero ahora se introduce un matiz importante: el río no siempre está solo, pues los enamorados acuden a su orilla a encontrar serenidad, comprensión y esperanza a sus desvelos amorosos.
4.
Análisis métrico, de la rima y
estrófico
La estructura estrófica del poema es extraordinariamente sencilla. Los versos son octosílabos, la rima es asonante en los versos pares y los impares quedan libres (8-, 8a, 8-, 8a, 8-, 8a, …). Estamos, pues, ante un romance, forma poética tradicional de la poesía española; por otro lado, el título del poema ya lo declara explícitamente. Se ha utilizado durante cientos de años por la poesía popular, colectiva, anónima y oral, y también por poetas individuales, a partir del siglo XVI, para expresar sentimientos, contar historias, preguntarse por el sentido de las cosas, adentrarse en el misterio, etc. Gerardo Diego se ha acogido muy felizmente y con acierto a una inmensa tradición poética de expresión del pensamiento y la emoción con sencillez formal, claridad expresiva y discurso fluido.
5.
Análisis de los recursos
estilísticos
El poema está
dominado por algunos procedimientos retóricos de gran importancia expresiva. El
primero es la repetición retórica, ya bien visible en el verso 1: “Río Duero,
río Duero”; se vuelve a repetir en el verso 21, y aun antes, sin repetición se
apela al río con una feliz apóstrofe y un epíteto embellecedor: “tú, viejo
Duero”. En esta misma línea de recursos de repetición apreciamos la anáfora de
“nadie” (vv. 2-3), acentuando la soledad del río cuando bordea la ciudad. El
otro recurso de este ámbito es a anadiplosis: “palabras de amor, palabras” (v.
16 y 28).
El segundo
recurso importante es la apóstrofe o invocación: se apela a algo o alguien
para, de algún modo, provocar una respuesta, o al menos expresar una emoción
fuerte por parte del yo poético. En este romance es muy visible en el primer
verso, repitiendo el nombre del río, después en el verso 9 (“Tú, viejo Duero”)
y en el 21, que repite el verso 1. La naturaleza apelativa del poema es más que
evidente. El yo poético le reclama su atención, pues después de todo está
expresando su admiración y entusiasmo hacia el río, poseedor de una canción
misteriosa y atractiva.
El tercer
recurso fundamental es la metáfora en torno al concepto de canción, poema y música,
que es la cantada por el río en su paso por la ciudad de Soria. El murmullo del
agua al pasar crea una melodía llena de enigmas y mensajes que sólo atentamente
se puede captar. Los términos reales son “estrofa de agua” (v. 4 y 24),
“moliendo con tus romances” (v. 11), “palabras de amor, palabras2 (v. 16),
“cantar siempre el mismo verso” (v. 19) y “palabras de amor, palabras” (v. 24).
El término imaginario es siempre el mismo: la canción que canta el Duero alude
a sentimientos de amor, esperanza e ilusión.
Otras metáforas
muy expresivas son “barbas de plata” (v. 10) para aludir a la espuma y a las
algas del río. También emplea “espejo” del río (v. 7) para significar el
reflejo de los objetos en la superficie del agua.
La estrofa 5
presenta una doble paradoja de bellísima factura: el río siempre está “a la vez
quieto y en marcha” y su melodía descansa en “cantar siempre el mismo verso /
pero con distinta agua” (vv. 19-20). En efecto, en la naturaleza misma del río
descansa esa aporía irresoluble de ser muy estable, siempre el mismo, pero
siempre el mismo, pues el agua se renueva sin cesar. Tal vez por eso, insinúa
el yo poético, solo los enamorados pueden entender su melodía y le devuelven
palabras de amor, es decir, mensajes positivos, esperanzados, con futuro.
También llama
la atención dos metonimias de la estrofa 2 para referirse a los edificios
religiosos que bordean el Duero a su paso por Soria (San Juan de Duero y San
Saturio, ambos en la margen izquierda): se refiere a ellos como “santos de
piedra” (v. 13). La misma operación realiza con la frondosa ribera cargada de
árboles y todo tipo de vegetación, recogida en la expresión “álamos de magia”
(v. 14). Ello en vivo contraste con los alcores cercanos, pelados y rojizos,
como Machado había cantado unos años antes.
La adjetivación
es rica y creadora de imágenes muy sugerentes. Por ejemplo, la muralla de la
ciudad está “desdentada” (v. 8); y “eterna” (v. 24) aplicado a la estrofa de
agua que entona el río Duero.
El conjunto de recursos que hemos explicado nos permite apreciar una pericia poética realmente extraordinaria. Gerardo Diego, con 26 años al componer ese poema, muestra un dominio poético excelente, un lenguaje preciso y sugerente y un conocimiento de la mejor poesía y formas estróficas españolas. Bajo una superficie de aparente sencillez, hemos podido apreciar un intenso y bello poema, muy elaborado en su forma expresiva, para transmitir la admiración del poeta por el río Duero.
6.
Contextualización
socio-histórica y autorial
Gerardo Diego
es uno de los poetas del destacado grupo de la Generación del 27.
Poeta-profesor, como casi todos ellos, exhibe una pericia técnica, un rigor
compositivo y un tratamiento riguroso de los temas poéticos realmente
importantes y significativos. Este grupo aspira a una poesía precisa, enraizada
en la tradición española y, al mismo tiempo, abierta a los nuevos vientos
vanguardistas europeos.
Este poema de nuestro poeta santanderino pertenece a su primera etapa de formación, más clasicista y académica, justo antes de que los vientos de las Vanguardias arrumbaran las formas y contenidos poéticos más repetidos o manidos. De ahí el uso del romance, de la contemplación y diálogo con la naturaleza, de expresión contenida del sentimiento, sea de la naturaleza que fuere.
7.
Interpretación
Bajo la sombra de una simple visión de un río, Gerardo Diego nos muestra su admiración por la naturaleza soriana. Al mismo tiempo, nos sugiere el misterio de la poesía: la canción del río Duero es en sí misma poesía, la sensibilidad de las personas que saben escucharla descubren un misterio fascinante y paradójico: la misma canción de amor, de eternidad, es cantada con “distinta agua”: cambia la forma, tal vez el sonido, pero permanece la belleza secreta íntima del río fluyendo a los pies de Soria.
8.
Valoración
Esto bello
poema nos ha permitido comprender parte de la belleza natural que presenta el
río Duero, como cualquier río, que sólo contemplándolo con atención, dialogando
con él y escuchando el fluir de su corriente podemos escuchar. Y la letra nos
habla de amor, de misterio, de esperanza, de ilusión y de futuro. Por eso los
enamorados la comprenden y le devuelven su mensaje con palabras que lanzan al
río.
La belleza que
esconden estos versos nos permite escuchar la música del río, compartir con él
y con el poeta su hermosa melodía y su mensaje transparente de amor. Gerardo
Diego nos da una hermosa lección de belleza poética al compartir con nosotros
su escucha contemplativa y transcribirla en un romance simplemente sublime.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
2.1. Comprensión lectora
1)
Resume el poema (100 palabras, aproximadamente).
2)
Señala su tema principal y los secundarios.
3)
Delimita los apartados temáticos, que no tienen por qué coincidir con las
estrofas.
4)
Analiza los aspectos métricos y de rima; deduce la estrofa empleada.
5)
¿Qué tono tiene el poema: positivo, optimista, esperanzado, o todo lo
contrario?
6)
Señala las imágenes más importantes que jalonan el poema, sobre todo referidas
a la música del río y a la invocación que de él hace el poeta.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1)
¿Qué elementos de la ciudad de Soria aparecen en el poema?
2)
Indica los tipos de emoción que expresa el yo poético.
3)
¿Qué importancia poética posee la naturaleza en el poema?
4)
¿Cómo se aprecia en el texto el valor del amor?
5)
Fíjate en las actividades que desarrolla el río: enumérales e indica si
interviene el hombre en su realización. ¿Es importante el río para la vida
cotidiana de la ciudad?
6)
En el poema se evidencia una paradoja sorprendente (estrofa 5): explícala.
7) Explica el sentido de la expresión “los enamorados, / que preguntan por sus almas” (vv. 25-26).
2.3. Fomento de la creatividad
1)
Compón un poema o texto en prosa que exprese la admiración por elemento
geográfico.
2)
Imagina y transcribe una conversación o plática entre el río Duero y Gerardo
Diego.
3)
Realiza una exposición sobre Gerardo Diego, su poesía y su tiempo, para ser presentada
ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres,
fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes de paisajes idóneos para contemplarlos y “dialogar” con ellos, siguiendo el ejemplo de Gerardo Diego.
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