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Monbuey, Zamora (VIII-2020) © SVM |
Gonzalo
de Berceo: El clérigo ignorante (milagro X), de Milagros de Nuestra Señora
Era
un simple clérigo, pobre de
clerecía
dicié
cutiano missa de la Sancta
María;
non
sabié decir otra, diciéla cada
día,
más
la sabié por uso que por
sabiduría.
Fo
est missacantano al bispo
acusado,
que
era idïota, mal clérigo provado;
«Salve
Sancta Parens» sólo tenié usado,
non
sabié otra missa el torpe
embargado.
Fo
durament movido el obispo a
sanna,
dicié:
«Nunqua de preste oí atal
hazanna.»
Disso:
«Diçit al fijo de la mala
putanna
que
venga ante mí, no lo pare por
manna.»
Vino
ante el obispo el preste
peccador,
avié
con el grand miedo perdida la
color,
non
podíe de vergüenza catar
contra'l sennor,
nunqua
fo el mesquino en tan mala
sudor.
Díssoli
el obispo: «Preste, dime la
verdat,
si
es tal como dizen la tu
necïedat.»
Díssoli
el buen omne, «Sennor, por
caridat,
si
disiesse que non, dizría
falsedat».
Díssoli
el obispo: «Quando non as
cïencia
de
cantar otra missa nin as sen nin
potencia,
viédote
que non cantes, métote en
sentencia,
vivi
como merezes por otra
agudencia.»
Fo
el preste su vía triste e
dessarrado,
avié
muy grand vergüenza, el danno
muy granado;
tornó
en la Gloriosa, ploroso e quesado,
que
li diesse consejo ca era
aterrado.
La
madre pïadosa que nunqua
falleció
a
qui de corazón a piedes li
cadió,
el
ruego del su clérigo luego gelo
udió:
no
lo metió por plazo, luego li
acorrió.
La
Virgo glorïosa, madre sin
dicïón,
apareció'l
al obispo luego en visïon;
díxoli
fuertes dichos, un brabiello
sermón,
descubrióli
en ello todo su corazón.
Díxoli
brabamientre: «Don obispo
lozano,
¿contra
mí por qué fust tan fuert e tan
villano?
Yo
nunqua te tollí valía de un
grano,
e
tú ásme tollido a mí un
capellano.
El
que a mí cantava la missa cada
día,
tú
tovist que facié yerro de
eresía;
judguéstilo
por bestia e por cosa radía,
tollisteli
la orden de la capellanía.
Si
tú no li mandares decir la missa
mía
como
solié decirla, grand querella
avría,
e
tú serás finado hasta el
trenteno día,
¡Desend
verás qué vale la sanna de
María!»
Fo
con estas menazas el bispo
espantado,
mandó
envïar luego por el preste
vedado;
rogó'l
que'l perdonasse lo que avié
errado,
ca
fo él en su pleito durament
engannado.
Mandólo
que cantasse como solié cantar,
fuesse
de la Gloriosa siervo del su
altar;
si
algo li menguasse en vestir o
calzar,
él
gelo mandarié del suyo mismo
dar.
Tornó
el omne bueno en su capellanía,
sirvió
a la Gloriosa, madre Sancta
María;
finó
en su oficio de fin qual yo
querría,
fue
la alma a gloria a la dulz
cofradría.
Non
podriemos nos tanto escrivir nin
rezar,
aun
porque podiéssemos muchos annos
durar,
que
los diezmos miraclos podiéssemos
contar,
los
que por la Gloriosa denna Dios
demostrar.
Versión modernizada
(1) Era un simple clérigo, pobre de clerecía 1
Decía
a diario misa de Santa María;
no
sabía decir otra, la decía cada
día,
más
la sabía por uso que por
sabiduría.
(2)
Fue este misacantano ante el
obispo acusado, 5
que
era idiota, mal clérigo probado;
«Salve
Santa Madre», solo tenía usado,
no
sabía otra misa el torpe
embargado.
(3)
Fue duramente movido el obispo a
saña,
decía:
«Nunca de preste oí tal
hazaña.» 10
Dijo:
«Decid al hijo de la mala
prostituta
que
venga ante mí, no lo alargue con
maña.»
(4)
Vino ante el obispo el preste pecador,
Tenía
con él gran miedo perdida la
color,
non
podía de vergüenza catar contra
el señor, 15
nunca
fue el mezquino en tan mal
sudor.
(5)
Le dijo el obispo: «Preste, dime
la verdad,
si
es tal como dicen sobre tu
necedad.»
Le
dijo el buen hombre, «Señor, por
caridad,
si
dijese que no, diría
falsedad». 20
(6)
Le dijo el obispo: «Si no tienes
ciencia
de
cantar otra misa ni tienes mayor
sapiencia,
te
prohíbo que digas misa, te pongo
esta sentencia,
vive
de otra cosa, como mereces con
tu inteligencia.»
(7)
Siguió el cura su camino
triste y desnortado, 25
Tenía
mucha vergüenza, el daño muy
granado;
tornó
en la Gloriosa, lloroso y
aquejado,
que
le diese consejo porque estaba
aterrado.
(8)
La madre piadosa que nunca falló
a
quien de corazón a sus pies le cayó, 30
el
ruego de su clérigo luego se lo
oyó:
no
lo dejó para después, luego lo
socorrió.
(9)
La Virgen gloriosa, madre sin
comparación,
apareció
ante el obispo luego en visión;
Le
dijo palabras fuertes, y un bravo sermón, 35
Le
descubrió en ello todo su
corazón.
(10)
Le dijo bravamente: «Don obispo
lozano,
¿contra
mí por qué fuiste tan fuerte y
tan villano?
Yo
nunca te cogí valía de un grano,
y
tú me has cogido a mí un
capellano. 40
(11)
El que a mí cantaba la misa cada
día,
tú
pensaste que hacía error de
herejía;
Lo
juzgaste por bestia y por cosa
sin valía,
Le
quitaste el oficio de la capellanía.
(12)
Si tú no le mandares decir la
misa mía 45
como
solía decirla, gran disgusto
tendría,
y
tú morirás sin duda en el plazo
de treinta días,
¡Por
ahí verás qué vale el enfado de
María!»
(13)
Fue con estas amenazas el obispo
espantado,
mandó
enviar luego por el preste
vedado; 50
le
rogó que lo perdonase pues se
había equivocado,
porque
fue él en su pleito duramente
engañado.
(14)
Le mandó que cantase como solía
cantar,
que
fuese de la Gloriosa siervo de
su altar;
si
algo le faltase en vestir o
calzar, 55
él
se lo mandaría de lo suyo mismo
dar.
(15)
Tornó el buen hombre a su
capellanía,
sirvió
a la Gloriosa, madre Santa
María;
terminó
en su oficio del modo que yo
querría,
fue
su alma a la gloria y a la dulce
cofradía. 60
(16)
Nosotros no podríamos tanto
escribir ni rezar,
incluso
si pudiésemos muchos años durar,
ni
un décimo de los milagros
pudiésemos contar,
los
que por la Gloriosa del mismo
Dios demostrar.
Gonzalo de Berceo (Versión modernizada de Simón Valcárcel Martínez)
- ANÁLISIS
- Resumen
Gonzalo de Berceo nos regala aquí otro de sus “milagros”, cuentos de contenido religioso, con intención didáctica y moralizante, procedente de sus Milagros de Nuestra Señora (compuesta entre 1246 y 1252). El contenido de la historia es sencilla y lineal: un clérigo de pocas entendederas sólo sabía oficiar la misa de Santa María, la Virgen, de la cual era un fiel y constante devoto. Cuando el obispo del lugar se entera de que ese cura era algo ceporro, lo hace llamar a su presencia. Le recrimina su ignorancia, lo insulta gravemente y lo expulsa de la vida religiosa. El sacerdote corto implora ayuda a la Virgen, que inmediatamente actúa: se le presenta al obispo y le da un mes para que repare el atropello e injusticia que ha cometido en la persona de su devoto clérigo. El obispo, atemorizado, le pide perdón a aquel, lo repone en su oficio y le ofrece toda la ayuda material necesaria para que lleve una vida buena. El clérigo retomó su oficio hasta el final de sus días; después, se fue al cielo con los buenos cristianos, fin que también desearía para él el propio Berceo, bajo el disfraz del narrador. También nos advierte que los devotos de la Virgen siempre reciben su ayuda y protección. Este milagro no es más que una pequeña muestra de los infinitos que hace Dios ayudando a los buenos creyentes cristianos.
- Tema
Siendo un texto de contenido religioso, intención didáctica y afán moralizante, el tema lo podemos enunciar así: los buenos creyentes cristianos y devotos de la Virgen siempre reciben su protección y, al fin de sus días, gozarán de su presencia en el cielo por la eternidad.
- Apartados temáticos o secciones de
contenido
Berceo escribe para el
pueblo llano, analfabeto en casi su totalidad, de ahí que opte por un estilo
claro, sencillo y fácilmente entendible. Dispone la materia narrativa según un
orden cronológico y lógico secuenciado:
-Introducción: presentación
de los personajes y un conflicto (estrofas 1 y 2). El cura ceporro es pillado
en falta y el obispo lo llama a rendir cuentas.
-Desarrollo o nudo: se
despliegan los pormenores y vicisitudes de la historia (estrofas 3 – 12). El
clérigo ignaro no sabe qué hacer, le reza a la Virgen pidiendo ayuda y esta se
la presta apretando al obispo, que solicita la presencia de aquel.
-Conclusión o desenlace: Se alcanza una solución al problema; el clérigo retorna a su capellanía y allí siguió hasta su muerte. La estrofa final (14) forma una unidad temática propia: Berceo, disfrazado de narrador, habla en primera persona del plural y en presente. Nos da un consejo, a nosotros, lectores: si somos piadosos y devotos de la Virgen, alcanzaremos la gloria eterna y la protección virginal, pues los milagros de Dios son infinitos.
- Personajes
Aunque la historia es corta, no deja de estar poblada por curiosos personajes con fuerte sabor local: el clérigo lerdo, el obispo soberbio, la impetuosa Virgen María y, allá al fondo, Dios. Son personajes planos, pero no simples. El clérigo es de pocas luces, pero devoto, piadoso y obediente con la superioridad; el obispo es colérico y soberbio, aunque luego se arrepiente; la Virgen es celosa de sus devotos y resolutiva en sus decisiones. Más al fondo, Dios gobierna los cielos y la tierra con mano diestra y bondadosa.
- Narrador
El milagro lo cuenta un narrador en tercera persona omnisciente, externo y objetivo hasta la penúltima estrofa. En la última pasa a ser más bien testigo y se incluye, junto con los lectores u oyentes, en un “nosotros” generalizante que abarca a las personas. En esa última estrofa ya no es objetivo, sino subjetivo y parcial. Se ve conmovido por la historia y quiere que nosotros, lectores, nos sintamos igual, de ahí su advertencia de que caminemos por la senda de la piedad y la devoción cristiana.
- Lugar y tiempo
Como es lo esperable en los
milagros (al fin y al cabo, de difusión en toda la Cristiandad), no aparece una
localización geográfica concreta y singular. Lo mismo ocurre con el tiempo,
pues carece de especificación suficiente. El lector u oyente medieval había de
entender que un lugar no tan lejano y en momento bastante cercano ocurrieron
los hechos que se narran.
Es un modo de darle validez atemporal y a la vez cierta cercanía: ocurrió este milagro, y puede volver a pasar en cualquier momento porque la gracia divina es imprevisible y contundente en sus manifestaciones. Como se trata de potenciar la fe, se desliza el mensaje de: si ya ha ocurrido en otras ocasiones, ¿por qué no ahora mismo entre nosotros?
- Análisis métrico, de la rima y de la
estrofa empleadas
Gonzalo de Berceo es el más eximio representante del “mester de clerecía”, lo que significa que aplica sus características formales de modo claro, consciente y orgullosamente. Por eso emplea la estrofa de la cuaderna vía (o tetrástrofo monorrimo); recordemos que se trata de cuatro versos tetradecasílabos o alejandrinos (por haber sido empleada por primera vez en español para componer la Vida de Alexandre) que riman todos entre sí en consonante (en esquema, 14 A, 14A, 14A, 14A).
- Recursos estilísticos
Nuestro narrador riojano
utiliza los tres procedimientos narrativos para armar su milagro: narración
(estrofa 13), descripción (estrofa 1) y diálogo (estrofas 10, 11 y 12),
disponiendo de ellos según el momento de la narración.
Berceo se mueve por una
intención moralizante y didáctica de naturaleza religiosa. Por tanto, emplea
los recursos más idóneos para indoctrinar a unos oyentes (seguramente, en
lectura en voz alta y colectiva) faltos de tiempo, recursos, letras y cultivo para
realizar una lectura personal y sosegada. De ahí que los recursos más comunes
son:
-Hipérbole: la última
estrofa forma toda ella una exageración cuando afirma que ni viviendo
muchísimos años se podrían contar ni una décima parte de los milagros divinos.
-Paralelismo: “ni escribir
ni rezar” (v. 61): este recurso de repetición --de una estructura—enfatizan el
contenido semántico del sintagma u oración correspondiente.
-Repetición retórica (a
veces, mezclada con la derivación o políptoton): “no sabía decir otra, la decía
cada día (v.3). Estamos ante el típico procedimiento de insistencia en un
contenido específico en el que el autor desea llamar la atención al lector. Lo
mismo ocurre con el verbo saber en
las dos primeras estrofas.
-Comparación o símil: “más la
sabía por uso que por sabiduría” (v. 4). Con este tipo de herramienta explicita
con más colorido y viveza el contenido.
-Perífrasis o circunloquio,
junto con la sinonimia: si nos fijamos en las palabras utilizadas por Berceo
para nombrar al clérigo lerdo, tenemos: clérigo,
misacantano, torpe embargado, preste, buen hombre, mezquino, cura, capellano y el que a mí cantaba. Todos estos
vocablos aportan variedad, colorido y amenidad.
-Ironía: la “hazaña” (v.
10) del cura lerdo de no saber más que un tipo de misa quiere indicar,
justamente, lo contrario, su ignorancia supina.
-Bimembración: “triste y
desnortado” (v. 25). Esta figura, muy empleada, sirve para aportar expresividad
y viveza a la narración.
-Epíteto caracterizador,
aplicado a los personajes que intervienen: al sacerdote se le llama “preste
pecador”, al obispo se le califica de “obispo lozano” y, finalmente, a la
Virgen, de “Madre Santa María”. Como se ve, insisten en las características definitorias
de cada personaje.
-Interrogación retórica:
¿contra mí por qué fuiste tan fuerte y tan villano?” (v. 38). Este modo de
afirmar aporta variedad lectora y expresividad muy llamativa.
-El vocativo, la invocación
o la apóstrofe también abundan en el cuento. El obispo lozano cuando riñe y
castiga al clérigo lerdo, este cuando reza a la Virgen, esta cuando regaña al
obispo. Las expresiones son coloquiales, populares y de gran viveza: “Preste,
dime la verdad” (v. 17); “señor, por caridad” (v. 19).
-Metáfora y metonimia:
aunque no de un modo abrumador, aparecen de vez en cuando para dotar al texto
de más profundidad significativa. “Fue su alma a la gloria y a la dulce
cofradía” (v. 60) es un ejemplo expresivo que nos indica el destino del alma
devota: la felicidad eterna, en compañía de las personas (“almas”) que supieron
vivir conforme a los dictados cristianos.
-Antítesis: “yo” / “tú”
(vv. 39 y 40). Estos contrastes aportan viveza expresiva e impacto lector. Como
además aparecen en posición inicial del verso, forman una anáfora llamativa que
aportan dramatismo y expectación narrativa.
Esta serie de recursos, a veces repetidos, no agotan la nómina. El muestrario aquí expuesto nos da una idea cabal de la destreza literaria y la habilidad narrativa de Berceo, de cómo sabe captar la atención de los lectores con una expresión llana, fluida, viva, colorista y hábilmente intrigante. Si consideramos que este cuento fue compuesto hace casi 700 años, podemos comprender por qué Berceo es uno de nuestros clásicos más cercanos, familiares y admirables.
- Contextualización
Gonzalo de Berceo (Berceo,
La Rioja, hacia 1198 – antes de 1264) es el máximo representante en las letras
españolas medievales del mester de clerecía. Dotado de una rara habilidad para
contar historias religiosas con intención didáctica y finalidad moral, cada uno
de sus “milagros” constituyen verdaderos relatos novelescos llenos de vida,
color y verdad.
Ateniéndose a las reglas de su mester, muestra su orgullo de escribir “a sílabas contadas, ca es gran maestría”. La elección de la temática religiosa e histórica tampoco es casual: se trata de enseñar al pueblo ignaro rudimentos de la religión cristiana y ciertos pasajes o personajes de la historia universal. Para ello, Berceo comprende muy bien y tiene muy presente a quién se dirige: “amigos y señores”, según la fórmula que emplea a menudo para interpelar a los oyentes o lectores.
- Interpretación
“El clérigo ignorante” es
uno de los veinticinco relatos de los Milagros
de Nuestra Señora, ese soberbio ejemplo de literatura medieval española. El
relato en sí mismo emana una enorme ingenuidad positiva. No hay afeites
retóricos, no existe un deseo autorial de abrumar al oyente o lector con una
sabiduría (religiosa, literaria, histórica, etc.) que no viene al caso. Berceo
quiere contar una historia admirable y milagrosa para que escarmentemos en
cabeza ajena y enderecemos nuestros pasos según la ética cristiana.
El “milagro” que hemos
leído, como narración, es una pequeña joya literaria: en 64 versos se crea un
relato denso, creíble, muy bien ambientado, con personajes estupendamente
caracterizados y con un desarrollo y un desenlace atractivos y, al menos para
el público del siglo XIII, gratificante. La sencillez compositiva no tiene nada
que ver con la pobreza. Antes al contrario, se percibe el esfuerzo de nuestro
fraile por ser claro y transparente, didáctico y moralizador. No tiene nada que
ocultar a sus paisanos; todos vamos en el mismo barco y al final de nuestros
días se nos juzgará en la misma balanza: seamos buenos y la vida eterna será
nuestro premio.
Con este mensaje de fondo se presenta ante sus lectores; no juega con las cartas marcadas. Les cuenta una historia con gracia, amenidad, belleza y dramatismo. Y les advierte que, detrás de las palabras bonitas, hay un mensaje más denso al que interesa atender.
- Valoración
“El clérigo ignorante” es
un ejemplo perfecto para entender las pautas de composición narrativa de la
literatura medieval. Ocio y negocio (religioso, se entiende) se maridan
perfectamente para dar lugar a un cuento o “milagro” fresco, llamativo,
colorista y vivaz: la vida de la Edad Media se nos representa ante nosotros tal
cual era. Listos y tontos, pobres y ricos, hombres y mujeres, ancianos y niños
desfilan por las narraciones de Berceo como si estuvieran ante nuestros ojos.
Aquí radica precisamente la
médula de la belleza de este relato: frescura, verosimilitud cotidiana, vida
esforzada de todos los días, esto es lo que vemos y entendemos en su “milagro”.
Berceo es un inconmensurable hacedor de historias que acerca al lector como si
recién acabaran de suceder, en el mismo pueblo del lector. La cercanía
--literaria y afectiva-- que logra crear es asombrosa. ¿Quién no conoce a un
cura medio lerdo? ¿Y a un obispo ensoberbecido y duro? Pues la Virgen sabe dar
a cada uno lo suyo porque, después de todo, si falla la justicia divina,
entonces sí que estamos acabados de verdad. El suave mensaje de optimismo, el
hálito que insufla fe, firmeza ética y resistencia ante las calamidades es el
mensaje que planea en la lectura, o así la hemos percibido.
- PROPUESTA DIDÁCTICA
(Estas actividades se pueden desarrollar y realizar de modo oral o escrito, en el aula o en casa, de modo individual o en grupo. Algunas de ellas, sobre todo las creativas, requieren material o herramientas complementarias, como las TIC).
2.1. Comprensión lectora
1)
Resume el milagro (100 palabras, aproximadamente).
2)
Señala su tema principal y los secundarios.
3)
Delimita los apartados temáticos o secciones de contenido.
4)
Analiza los personajes y establece su relevancia argumental.
5)
Explica los aspectos de lugar y tiempo en los que se desenvuelve la acción
narrada.
6)
Explica por qué este texto es un cuento medieval, del tipo conocido como
“milagro”.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1)
¿Qué rasgos propios del cuento aparecen en este texto?
2)
¿Se puede decir que la fe es positiva para las personas? Razona la respuesta.
3)
¿Qué importancia posee la honradez en este cuento?
4)
¿Cómo se aprecia en el texto la soberbia y la destemplanza?
5)
En el cuento aparece la Virgen María como un personaje, obrando un milagro. ¿Te
parece verosímil desde el punto de vista racional y literario? Razona la
respuesta.
6)
¿Qué importancia posee la fe cristiana en esta leyenda?
7) En la conclusión se dice
que “Nosotros no podríamos tanto escribir ni rezar, / incluso si pudiésemos
muchos años durar, / ni un décimo de los milagros pudiésemos contar, / los que
por la Gloriosa del mismo Dios demostrar”. Explica minuciosamente las causas y
consecuencias de esta reacción de los protagonistas.
8) Compara el modo de recibir o “leer” la literatura en la Edad Media y hoy. Señala las diferencias y similitudes e indica las ventajas e inconvenientes de cada uno.
2.3. Fomento de la creatividad
1)
Escribe un cuento, en prosa o en verso, con un contenido más o menos inspirado
en “El clérigo ignorante”.
2)
¿Es razonable creer en milagros e intervenciones divinas como lo hacían los
hombres de la Edad Media? Razona tu respuesta e imagina cómo pueden afectar a
las personas.
3)
Realiza una exposición sobre Gonzalo de Berceo, sus obras y su tiempo, para ser
presentada ante la clase o la comunidad escolar, con ayuda de medios TIC o
pósteres, fotografías, pequeña exposición bibliográfica, etc.
4)
Aporta o crea imágenes de la vida medieval (lugares, ambientes, etc.), en los
que se pudo desarrollar esta leyenda.
5) Recita el poema, de forma dramatizada, en grupos, ante la clase, acompañada la declamación de música e imágenes apropiadas.
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