05/11/2020

Gustavo Adolfo Bécquer: "¿De dónde vengo?..." (Rima LVI); análisis y propuesta didáctica

 

León (XI-2020) © SVM


GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER - “¿De dónde vengo?...” (Rima LXVI)


¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero   1
de los senderos busca; 
las huellas de unos pies ensangrentados 
sobre la roca dura; 
los despojos de un alma hecha jirones              5
en las zarzas agudas, 
te dirán el camino 
que conduce a mi cuna. 

¿Adónde voy? El más sombrío y triste 
de los páramos cruza,                                     10
valle de eternas nieves y de eternas 
melancólicas brumas; 
en donde esté una piedra solitaria 
sin inscripción alguna, 
donde habite el olvido,                                   15
allí estará mi tumba.

 

  1. ANÁLISIS DEL POEMA

1)    Resumen

Estamos ante uno de los poemas más bellos, estremecedores y profundos de la poesía de Bécquer (Sevilla, 1836 – Madrid, 1870). Romántico tardío, Bécquer supo dar forma literaria a emociones eternas y comunes a todos los humanos; imprime a sus poemas tal fuerza plástica que hace que “veamos” lo que nos quiere transmitir; al acabar la lectura, queda como una fotografía del contenido en nuestro cerebro, aún conmovido por la belleza verbal de estos diamantes poéticos.

El primer aspecto que llama la atención es el diálogo, casi monólogo, que el yo poético establece con el lector. Las dos interrogaciones, casi retóricas, que abren las dos estrofas enmarcan el tema de modo rotundo y preciso: el poeta reflexiona sobre su origen y su destino, su pasado y su futuro; él lo expresa con dos metonimias muy visuales: “cuna” y “tumba” (ambas son la última palabra de cada estrofa, con toda su densa y destacada significación); es un modo de buscar sentido al presente, a la vida entera y al hecho de vivir.

El imperativo singular (“busca” en la primera estrofa, y “cruza” en la segunda) de los verbos señalan muy bien ese tono dialógico como apagado que envuelve todo el poema; el interlocutor, que somos nosotros, lectores, escucha la respuesta a preguntas que él mismo se ha hecho en bastantes ocasiones. El efecto es que el lector se zambulle en el poema gracias a un difuso lazo de confidencialidad que establece con el yo poético.

2)    Comentario estilístico

La primera estrofa orbita alrededor de los campos semánticos del dolor, principalmente del alma (“hecha jirones”, nos dice de ella, es decir, despedazada); las causas, las prefiere omitir, aunque las podemos imaginar: desengaños, fracasos y reveses provocados por las “zarzas agudas” de la vida son sus causantes. Conociendo la vida de Bécquer, bien lo podemos entender: vida sentimental turbulenta entre infidelidades, pobreza económica y ausencia de reconocimiento de su valía artística son las marcas que “el más horrible y áspero” de los caminos dejó en su vida.

La segunda estrofa se centra en la soledad, el abandono y la muerte. “Páramos”, “valle”, “piedra”, “olvido” y “tumba” son los sustantivos que aportan más significación; todos ellos transmiten desolación y muerte. La metáfora personificada del penúltimo verso transmite una poderosa imagen de extinción estremecida: “donde habite el olvido” (recordemos que otro poeta sevillano de la Generación del 27, Luis Cernuda, lo tomó como título y asunto de otro célebre poema).

La adjetivación es, sencillamente, prodigiosa. Los adjetivos imprimen un poder sensorial, especialmente visual, a los sustantivos que acompañan que hace que sobren más explicaciones. El camino es “horrible y áspero”; los pies, “ensangrentados”; la roca, “dura”; y las zarzas, “agudas”. Son los objetos (elementos naturales todos ellos) que, con sus calificativos correspondientes, transmiten sufrimiento a duras penas contenido. Se refieren a la vista, al tacto y al efecto emocional, subjetivo, del propio yo poético. En la segunda estrofa, el tono se intensifica y los adjetivos son algo más conceptuales: el páramo es “sombrío” y “triste”; las nieves y las brumas, “eternas” y “melancólicas”; la piedra, “solitaria”. Ahora, la imagen que envuelve toda la estrofa nos trasmite soledad, desolación y fin último.

La construcción del poema descansa en el acertado manejo de elementos naturales. En la primera estrofa, el lector ha de andar un “sendero” entre rocas y zarzas. En la segunda, ha de cruzar un “páramo” y un “valle” sombríos, brumosos y solitarios. El manejo de la naturaleza para expresar el estado de ánimo es propio de los creadores románticos, pero Bécquer lo hace con tal naturalidad y acierto (imposible no pensar en el imponente Moncayo, Veruela, Monte de la Ánimas, Noviercas, etc.) que fusiona su intimidad doliente con la naturaleza, en este caso, hostil y dura.

El paralelismo entre las dos estrofas (con los correspondientes bimembraciones de adjetivos, hipérbatos y encabalgamientos) es de una asombrosa perfección. Imprimen una musicalidad casi diríamos que fúnebre. Por lo demás, la construcción métrica y de rima se ajusta a los moldes más queridos de Bécquer: combinación de versos endecasílabos y heptasílabos con rima asonante romanceada. El esquema: 11 -, 7 a, 11 -, 7 a, 11 - , 7 a, 7 -, 7 a. La rima en u-a, con esa extraña combinación de una vocal cerrada velar con la central abierta, es decir, opuestas entre sí, evoca muy bien el contenido triste y doliente del poema.

3)    Valoración interpretativa

En conclusión, estamos ante un hermoso y estremecedor poema que nos permite “ver” el recorrido existencial del poeta a través de una naturaleza abrupta y desolada. Como siempre en Bécquer: sencillez, transparencia y autenticidad nos regalan una joya literaria atemporal y profunda.

 

  1. PROPUESTA DIDÁCTICA

2.1.               Actividades de análisis y comprensión

a)    Resumir el contenido, señalar el tema y los apartados temáticos.

b)    Escribir en una columna los sustantivos, en otra los adjetivos y en otra el sentimiento que evocan.

c)    Razonar sobre el tono existencial del poema.

d)    Señalar el efecto en el significado del poema de algunos recursos retóricos especialmente significativos.

e)    Localizar las marcas gramaticales donde vemos al “yo” y al “tú” que casi dialogan en el poema.

2.2.               Actividades de creación e interpretación

a)    Buscar una música y unas imágenes adecuadas (de paisaje, por ejemplo) para un recitado declamatorio, a modo de diaporama.

b)    Transformar en relato el contenido del poema, de forma libre.

c)    Indagar sobre la vida de Bécquer y, en concreto, su desafortunado matrimonio con Casta Esteban y establecer hasta qué punto su vida está recogida en el poema.

d)    Su hermano Valeriano era pintor: buscar cuadros de él, o de otros pintores románticos, cuyos paisajes encajen con la naturaleza presentada en el poema.

 

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