04/11/2020

Jorge Manrique: "Coplas por la muerte de su padre"; análisis y propuesta didáctica

 

Nigrán, Pontevedra (VIII-2020) © SVM


 

JORGE MANRIQUE: COPLAS POR LA MUERTE DE SU PADRE

 

1.   ANÁLISIS

1.1. Acercamiento general a las “Coplas”

1)   Introducción al autor y la obra

Jorge Manrique (Paredes de Nava, Palencia, 1440 — Santa María del Campo Rus, Cuenca, 1479) es uno de los más altos poetas en lengua castellana. Se ubica en la fase cultural del Prerrenacimiento español: sin abandonar del todo el pensamiento y las formas culturales medievales, prefiguran ya el mundo renacentista, triunfante en Italia en esa misma época: antropocentrismo, humanismo, aprecio por la vida terrenal, búsqueda del equilibrio y la armonía como ideales artísticos y vitales, etc.

Además de algunas piezas menores que aquí no importan, nos fijaremos en su magnífica obra Coplas por la muerte de su padre (compuesta alrededor de 1476, fecha de la muerte de padre Rodrigo Manrique, maestre de facto de la Orden de Santiago. Nuestro poeta utiliza la forma poética de la elegía: se empleaba ya en la literatura medieval bajo el nombre de “plancto” (llanto) para expresar con solemnidad el dolor por las desgracias, como la muerte de un ser querido. No tiene una forma estrófica fija, sino que cada poeta elige la que mejor se acomoda a sus propósitos artísticos.

La composición manriqueña se compone de cuarenta estrofas (copla de pie quebrado, formando sextillas dobles: 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c, dos veces) en las que expresa su visión del mundo como algo efímero –vanidad de vanidades-; la vida terrena se puede menospreciar porque es breve y peligrosa, la de la fama, caprichosa, y la eterna, la verdaderamente importante por la que debemos preocuparnos. Utiliza mucho el tópico del Ubi sunt? para recordarnos que nada ni nadie queda en este mundo, nos recuerda que la fortuna con su rueda gira sin parar y que, ante la muerte, todos somos iguales. Presenta a Rodrigo Manrique como modelo de caballero cristiano que acepta serenamente la muerte, pero en vida fue un noble intrigante que luchó con la espada para defender su patrimonio, lo que era propio en su época.

Tradicionalmente se suelen distinguir tres secciones temáticas bien separadas:

-Coplas I-XIV: reflexión general, pesimista y filosófica, sobre la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte como punto final de la existencia humana.

-Coplas XV-XXIV: ejemplificación detallada y aleccionadora sobre los estragos de la muerte en nobles, príncipes y otros personajes, concretos y bien conocidos, de su época.

-Coplas XXV-XLV: glosa laudatoria de la figura de su padre Rodrigo Manrique y de su muerte ejemplar, aceptada con serena resignación cristiana.

2) Temas

Manrique vierte un pensamiento a medio camino entre lo medieval y lo renacentista:

+ La muerte grotesca y aterradora (como aparece en las “Danzas de la muerte”, literatura popular dramática de moda en sus días) deja paso a una figura más natural, sin rasgos desagradables.

+ Existen tres vidas: la humana, efímera, vana y peligrosa, pues se puede perder la importante, la tercera. La de la fama, ganada tras morir gracias a la nobleza u obras de las personas; es consolatoria, pero poco consistente. La tercera y más importante es la eterna, que se gana gracias a las virtudes cultivadas en vida. Garantiza la vida eterna celestial, divina, verdadero objetivo de todo buen cristiano.

+ La Fortuna todo lo revuelva y muta sin cesar, de modo que fiarse de la estabilidad de las cosas es un peligroso espejismo.

+ El tiempo huye (tempus fugit), la vida es efímera (vita brevis) y el hombre es un caminante o peregrino (homo viator) en este mundo hacia el destino mortal. Son tópicos clásicos que Manrique conoce bien y exhibe con contundencia y claridad.

+ La certeza inexorable de la muerte la expresa con el tópico más querido por el poeta: Ubi sunt? (¿Dónde están?), que él romancea con las expresivas fórmulas ¿Qué se hizo…?, ¿Dó está…?, ¿Dónde fueron…?

3) Comentario estilístico

Las notas estilísticas, glosadas muy certeramente por los estudiosos a lo largo de los siglos, son:

       Contención de contenido: la obra acota muy bien su significación y delimita un campo conceptual concreto y familiar al lector: todos hemos de morir, pobres y ricos, nobles y plebeyos.

       Claridad expresiva: Manrique emplea un lenguaje natural, nada alambicado; huye de oscurantismos conceptuales (de moda en cierta poesía del cancionero, vigente en sus días) para ganar eficacia comunicativa.

       El ritmo, marcado por el tipo de estrofa, es sereno, solemne, repetitivo, repiqueante. Recuerda mucho el tono funeral de canciones y sermones de su época.

       La elección estilística de Manrique tiende a la expresividad directa y transparente: símiles, metáforas, paralelismos, antítesis, bimembraciones, etc. forman una suerte de alegoría que envuelve todas las coplas: la vida es breve, la muerte acecha y hay que estar preparados, como en efecto lo hizo Rodrigo Manrique, que acepta con conformidad y esperanza la llegada de la muerte, pues la vida eterna pronto comenzaría para él. Vemos que las imágenes creadas operan eficazmente en la mente lectora.

       El didactismo es bien patente: los verbos en modo imperativo o subjuntivo advierten, exhortan o llaman la atención sobre el núcleo temático central: la muerte nos acecha. El tono admonitorio recorre el poema y advierten al lector para que no se engañe en su pensamiento vital.

       Movimiento conceptual de lo general a lo particular, de lo abstracto a lo concreto; primero expone una filosofía y una visión del mundo válida para todos; luego la ejemplifica con figuras de su tiempo; finalmente, se particulariza en la figura de su padre Rodrigo Manrique.

       Equilibrio antitético, como dos líneas paralelas, que recorren toda la composición: vida / muerte; salvación / condena; tierra / cielo; temporal /eterno; infierno / cielo; placer / dolor; pasado / presente; se podrían aducir algunas más, pero no afectarían al contenido general.

 

1.2.              Comentario de un texto de las Coplas

XII

 

  Pero digo  que acompañen        1

e lleguen fasta la fuessa

con su dueño:

por esso non nos engañen,

pues se va la vida apriessa         5

como sueño,

e los deleites d'acá

son, en que nos deleitamos,

temporales,

e los tormentos d'allá,               10

que por ellos esperamos,

eternales.

 

XIII

  Los plazeres e dulçores

desta vida trabajada

que tenemos,                           15 

non son sino corredores,

e la muerte, la çelada

en que caemos.

  Non mirando a nuestro daño,

corremos a rienda suelta           20

sin parar;

desque vemos el engaño

y queremos dar la vuelta

no hay lugar.                            25

 

Estas dos estrofas plantean muy bien el núcleo del pensamiento de nuestro poeta Jorge Manrique: la vida acaba en la muerte  mucho antes de lo que creemos y la  irresponsable actitud del hombre persiguiendo bienes terrenales lo acercan  a una condena infernal.

En la primera estrofa de nuestro comentario, el yo poético nos advierte que, si nos acercamos a la tumba (“fuessa”) de un fallecido, podemos comprobar in situ que allí queda no sólo el difunto, sino sus afanes, sus bienes y posesiones, etc. La vida es “como un sueño” (doscientos años antes del gran drama de Calderón de la Barca, podemos comprobar que el tema ya tenía su vigencia literaria), por lo que no conviene tomarla muy en serio, pues ni siquiera tenemos certeza de en qué consiste. En la segunda sextilla establece una típica antítesis desarrollada  paralelísticamente: “deleites” que son “temporales” se oponen a “tormentos”  que son “eternales”. La elección del buen cristiano debe estar clara y no dejarse arrastrar por el señuelo del placer, pues no es duradero y nos conduce a los infiernos.

En la estrofa XIII se desarrollan dos metáforas de atmósfera bélica: los “plazeres e dulçores” de la vida, es decir, cierto sentimiento de triunfo o victoria, son pasillos que nos conducen a la trampa, la “celada”, en la que nuestro mortal enemigo, se entiende que el diablo, nos gana la batalla. La segunda sextilla es una explicación de la primera, en términos más genéricos y aleccionadores: el “daño” que nos hacemos dejándonos arrastrar por los placeres mundanos sólo son un engaño. Cuando lo comprendemos, “no hay lugar” para abandonarlo y dar la vuelta. Es como un ejército conducido por un corredor estrecho a un lugar donde los enemigos lo masacran sin posibilidad de defenderse.

La claridad del lenguaje, la propiedad y llaneza del lenguaje, tanto en los términos abstractos como concretos, saltan a la vista: “fuessa”, “celada” (en cualquiera de sus dos significaciones, según el DLE: “1. f. Emboscada de gente armada en paraje oculto, acechando al enemigo para asaltarlo descuidado o desprevenido. 2. f. Engaño o fraude dispuesto con artificio o disimulo.”), etc. son vocablos bien conocidos por sus contemporáneos.

El lenguaje abstracto también es transparente y directo: “daño”,  “engaño”,  “plaçeres”, “tormentos”, etc. son términos familiares que se podrían oír, por ejemplo, en cualquier sermón de un oficio religioso.

Las sextillas (8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c,  repetida) imprimen un ritmo de lectura solemne, grave y severo; el  corte del verso quebrado obliga a una breve pausa, no sólo de lectura, sino de pensamiento; contribuye así a la contención y al ritmo fúnebre de lectura, muy de acuerdo con el contenido.

Estas dos estrofas resumen muy bien el contenido del conjunto: advertencia al lector sobre la brevedad de la vida y la conveniencia de saber evitar las trampas que nos llevarían a una condena eterna. Estamos en el primer apartado de las Coplas, es decir, las que exponen de modo genérico la visión de la vida de nuestro poeta, que no es otra que la predicada por la Iglesia en su momento, añadiendo algunas gotas de estoicismo precavido y cierta amargura de noble que comprueba, con estupor, que, al final, todos somos iguales en el trance de la muerte.

 

2.   PROPUESTA DIDÁCTICA

2.1. Actividades de comprensión lectora sobre el texto

1)    Resume el contenido de las dos estrofas.

2)    Señala el tema y los apartados temáticos. Indica razonadamente en qué sección temática de la obra se hallan.

3)    Realiza un análisis métrico y estrófico e indica también tipo de rima usada.

4)    Localiza y explica sobre seis recursos estilísticos y cómo actúan en el poema.

5)    Explica los tópicos que aparecen en estas estrofas y señala el resto de los usados por el poeta.

2.2.              Actividades de interpretación y valoración, ABP y aprendizaje de pensamiento

1)   Sobre el tema del texto: escribe un texto argumentativo aportando tu opinión personal razonadamente (130 palabras).

2)   Realizar un cartel o póster en el que visualicen las antítesis de la visión de la vida de Jorge Manrique.

3)   Recitar parte de la obra con música de fondo a tono con el contenido e imágenes del mismo tipo.

4)   Rodrigo Manrique murió de cáncer, con el rostro desfigurado por la enfermedad. Jorge Manrique murió a los 39 años en el campo de batalla. Ambos pasaron con creces la media de vida en la media, no más allá de los 30 años, menos para las mujeres. ¿No había motivos para abrazar una visión amarga y escéptica de la vida? Razona sobre la cuestión.

 


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