Ourense (II-2021) © SVM |
… Y
yo me iré. Y se quedarán los pájaros 1
cantando;
y se
quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con
su pozo blanco.
Todas
las tardes, el cielo será azul y plácido; 5
y
tocarán, como esta tarde están tocando,
las
campanas del campanario.
Se
morirán aquellos que me amaron;
y el
pueblo se hará nuevo cada año;
y en
el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, 10
mi
espíritu errará nostáljico…
Y yo
me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde,
sin pozo blanco,
sin
cielo azul y plácido…
Y se
quedarán los pájaros cantando. 15
Publicado en «Corazón en
el viento», en Poemas agrestes
(1910-1911)
- ANÁLISIS
- Resumen
Este hermoso poema es una evocación
dolorida, por parte del yo lírico, del lugar donde vive. Se trata de una
premonición de su muerte. Imagina cómo quedará su pueblo y su casa tras su
desaparición. Para ello, se fija en una serie de elementos que le resultan
especialmente queridos: los pájaros, el huerto con su árbol y su pozo, las
tardes serenas, el campanario. Extiende después su mirada a las personas, para
descubrir que sus seres queridos también morirán; el pueblo entero se renovará
cada año. Imagina su espíritu vagando por su huerto, lleno de nostalgia, que es
la que ahora siente el yo lírico. En otro nuevo sesgo a su discurso, reconoce
que se quedará sin esos elementos amados: hogar, árbol, pozo y cielo. El hilo
de continuidad lo establecen los pájaros cantando; ahí siguen.
- Temas
El asunto central del poema es la
evocación de su propio espíritu y del lugar donde vive tras su futura muerte.
Se trata de una premonición dolorosa de su futuro, en soledad, frente a su casa
y su pueblo, que ahí seguirán, como si nada hubiera pasado, aunque la
renovación de los seres vivos es silenciosa, pero permanente.
- Apartados
temáticos
El poema presenta tres secciones de
contenido, las cuales coinciden con las estrofas que lo componen.
En la primera sección (vv. 1-7) enuncia el asunto poético y
describe minuciosamente el marco natural donde ha vivido hasta ahora; en el
futuro, seguirá igual.
En la segunda sección (vv. 8-11) el yo
lírico centra su visión premonitoria en los seres queridos y en su propio
espíritu, vagando en soledad por su huerto.
En la tercera y última sección (vv. 12-15)
se recogen los elementos temáticos antes expuestos. Posee un afán conclusivo y
recopilatorio. La repetición de la conjunción “Y” (vv. 12 y 15) expresa muy
bien la desazón final, teñida de impotencia, de un yo lírico que comprueba que
su muerte será dolorosa, pero la vida seguirá.
- Aspectos
métricos, de rima y estróficos
El poema consta de quince versos agrupados
en una única estrofa, lo que dota de un sentido unitario al texto. La medida de
los versos es variada; predomina el dodecasílabo, en arte mayor, que son la
gran mayoría; en arte menor, el verso más común es el heptasílabo
La
rima en á-o es asonante y solo en los
pares. Estamos, pues, ante una rima romanceada. Podemos decir que estamos ante
un poema en verso libre, aunque la rima es la del romance.
- Análisis
estilístico
Este poema es nostálgico, melancólico y
reflexivamente pesimista. El yo lírico anuncia su muerte, nombrada
eufemísticamente con la expresión “Y yo me iré” (vv. 1 y 12). La suspensión
(recurso expresado a través de los puntos suspensivos) inicial es importante
porque indica que el pensamiento viene de más atrás y que forma un conjunto, la
propia vida del yo lírico, abierto, incierto y accidentado.
El hecho de abandonar el mundo le provoca
dolor, porque aquel es hermoso; esta belleza se expresa a través de una
metáfora: “Y se quedarán los pájaros cantando” (vv. 2 y 15). Esta realidad, de
naturaleza más estética, se ve complementada por otras concretas y cotidianas:
el huerto, el árbol y el pozo, metáforas de los objetos y la realidad concreta,
entrañable y próxima. Es el contexto en el que vive el yo lírico y su
alejamiento forzoso, por la muerte, es doloroso. Los adjetivos cromáticos
añaden belleza y entrañabilidad a esos objetos: el árbol es “verde” y el pozo
es “blanco” (vv. 3 y 4). Son colores cálidos y agradables.
En el quinto verso, el yo lírico eleva su
vista y enumera otras realidades: la tarde, el cielo “azul y plácido” (v. 5) y
el tañido de las campanas. Son tres sensaciones (visuales y auditiva, la
última) placenteras y hermosas. De nuevo, son metáforas de la propia vida feliz
del yo lírico. La pérdida de estos tres elementos incrementan el dolor. El
octavo verso imprime una novedad, pues ahora el objeto recreado son las
personas amadas; aquí se alcanza la cima de la tristeza prevista para después
de la muerte.
Inmediatamente comienza en el verso 9 una
oposición complementaria. El pueblo permanece, aunque cada año “se hará nuevo”
(v. 9), merced a la repetición de las estaciones, creemos poder deducir. Acto
seguido, se introduce el único ente que vivirá eternamente: “el espíritu” (v.
11), que vagabundeará cargado de melancolía en su huerto (expresado por el
adjetivo metaforizado “nostáljico” (v. 11), escrito con jota, siguiendo los
peculiares criterios personales de Juan Ramón Jiménez en lo que atañe a la
ortografía. Vemos que este espacio físico es metonimia de la felicidad y la
dicha de vivir.
En el verso 12 comienza una repetición de
los elementos que enmarcan la vida del yo lírico. La repetición de todos ellos,
precedidos de la preposición “sin” expresan la ausencia dolorosa. Crea
estructuras paralelísticas de refuerzo de la significación; unidas al
polisíndeton aumentan la impresión de pérdida irreparable. Las dos suspensiones
(vv. 11 y 14) aumentan la incertidumbre del futuro y el dolor de la pérdida
entrevista. Aquí se produce un fenómeno de diseminación-recolección de los
elementos semánticos del poema; y todo bajo una estructura más o menos
paralelística.
El conjunto del poema presenta una enorme
emotividad contenida; el sentimiento de pena, nostalgia del futuro después de
la muerte y la sensación de pérdida irreparable recorren el poema. Otro
ingrediente importante es el de la soledad. Aunque el espíritu del yo lírico
vuelva, estará solo; incluso los objetos que lo acompañaron en vida, ya no
serán igual. Como vemos, estamos ante un poema pesimista y doloroso a causa de
la certeza de la muerte. Los “pájaros cantando” es una bella metáfora del
presente jubiloso, pero por eso más triste todavía, pues el yo lírico ya no los
podrá escuchar post mortem.
- Contextualización
autorial y socio-cultural
Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881 –
San Juan, Puerto Rico, 1958), premio Nobel de Literatura en 1956, es uno de los
más intensos y significativos poetas españoles del siglo XX. Como miembro de la
Generación del 14, aspira a una depuración verbal y conceptual de la poesía
para que adquiera una transcendencia y transparencia que, a su juicio, se había
perdido en las décadas anteriores, sobre todo a partir de ciertos excesos
románticos y modernistas.
Su producción poética se divide en una
etapa sensitiva (1898 – 1916), justamente bajo los efectos del
tardorromanticismo y del modernismo simbolista, sentimental, sensitiva y simbolista;
una etapa intelectual (1916 – 1936), dominada por una poesía más esencialista,
reconcentrada e intelectualizada; y, finalmente, una etapa “suficiente o
verdadera” (1936 – 1958), bajo el signo de una poesía metafísica,
autorreferencial e integradora de todos los aspectos humanos, incluyendo la
vida y la muerte.
El poema que hemos comentado se puede
situar en la etapa sensitiva porque presenta una concepción abierta y sensorial
de la naturaleza. El conjunto presenta un vago tono posromántico, simbolista y
alegórico. El conjunto de la realidad se pone al servicio del yo lírico; la
admira y la echa de menos, al mismo tiempo, pues se centra en la idea que la
muerte lo arrebata todo.
- Interpretación
Este hermoso poema posee unas resonancias
existenciales muy visibles. El yo lírico reconoce que la muerte se lo llevará.
Ante esa dura realidad, piensa cuál sería su reacción de ultratumba. Pues bien,
la respuesta es la nostalgia, referida al entorno natural, en los elementos más
nimios, y a las personas que ha amado. Todo lo perderá, lo que traerá nostalgia
y soledad.
Estos dos elementos le provocan dolor, a
duras penas contenido. Es muy interesante destacar la importancia de las
suspensiones: el poema se abre con una y casi se cierra con otra (en el
penúltimo verso). Todo es incertidumbre e interrogantes sobre nuestro pasado y
nuestro futuro. Y ante todo esto, la certeza de la belleza natural, muy bien
representada en los “pájaros cantando”. El mundo es un lugar hermoso, lleno de
detalles placenteros y cautivadores: el tañir de las campanas, un huerto, un
árbol, un pozo: la enumeración de estos elementos representa la conexión
simbólica profunda entre el yo lírico y el mundo.
El poema mantiene en todo momento un
hermoso equilibrio entre expresión y contenido. El empleo de la lengua aparenta
sencillez, pero se deja entrever una concienzuda selección léxica y una
ponderada construcción morfosintáctica. El conjunto resulta muy convincente
para el lector, que, sin notarlo, entre en la espiral reflexiva y nostálgica
del yo lírico.
- Valoración
Como suele ocurrir con la lectura de la
buena poesía, el texto expande su significación inicial para ofrecer al lector
un itinerario conceptual y estético nuevo y fascinante en sí mismo. Abordar la
situación emocional para la persona tras su muerte casi parece un ejercicio de
ciencia ficción. Sin embargo, es un modo de reafirmar la belleza del mundo y la
gran suerte de estar vivos, disfrutando de él, en las cosas más sencillas.
Juan Ramón Jiménez es un poeta muy
laborioso y exigente. Depura sus textos hasta límites casi intolerables para la
lengua. Bajo una capa de sencillez, se oculta una búsqueda minuciosa de la
palabra precisa para expresar emociones compartidas por todos nosotros. El
resultado es un artefacto verbal que parece que se abre en la mente del lector
como una fruta madura. El acto de lectura conlleva una exploración no solo
estética, sino existencial y verbal. He aquí el milagro de la poesía lograda,
esperando ser degustada por un lector atento.
- PROPUESTA DIDÁCTICA
(Estas actividades se pueden desarrollar y
realizar de modo oral o escrito, en el aula o en casa, de modo individual o en
grupo. Algunas de ellas, sobre todo las creativas, requieren material o
herramientas complementarias, como las TIC).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el poema
(aproximadamente, 100 palabras).
2) Señala su tema y sus
apartados temáticos. Para ello, contesta a la cuestión ¿de qué y cómo se
expresa el tema principal?
3) Establece la métrica, la
rima y la forma estrófica utilizada.
4) Existen tres sentidos que
conforman el cuadro conceptual del poema. Explícalos y establece su relevancia.
5) Localiza una docena de
recursos estilísticos y explica su eficacia significativa y estética.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) ¿Qué colores predominan
en el poema? ¿A qué objetos o realidades se atribuyen? Entonces, ¿qué efecto
lector crean?
2) El adjetivo “nostáljico”
(escrito así) tiene mucha importancia para la significación del poema. ¿Por qué
es así?
3) ¿Qué desea expresar aquí
la expresión “Se morirán aquellos que me amaron” (v. 8)? Entonces, la soledad
¿es algo temido por el poeta después de su muerte?
4) Indica los rasgos de la
poesía de Juan Ramón Jiménez, miembro de la Generación del 14, perceptibles en
este poema.
2.3. Fomento de la creatividad
1) Documéntate sobre el
poeta Juan Ramón Jiménez y realiza una exposición en la clase con ayuda de
medios TIC, creando un póster, etc.
2) La naturaleza despierta
admiración y un intenso grado de comunicación por parte del poeta. Expresa las
emociones que despierta en ti la contemplación de un paisaje o un elemento
natural (un árbol, un momento del día, etc.). Puedes hacerlo en papel, por
imagen –dibujo, fotografía--, con música, o todos los medios combinados a la
vez.
3) Escribe un relato basado
en la reflexión sobre un sentimiento(amor, odio, alegría, pena, nostalgia,
euforia, felicidad...; asócialo a un lugar, real o imaginario, común o raro,
solo o en compañía. Trata de expresar las emociones que te sugiere.
4) Se puede realizar un
recital poético o una declamación de poemas de Juan Ramón Jiménez, acompañado
de imágenes alusivas y música, ante la clase o la comunidad educativa. Ahí se
pondrá de manifiesto la enorme hondura expresiva de los poemas de nuestro poeta.
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