León (X-2020) © SVM |
ALFONSINA
STORNI- “Las golondrinas”
Las golondrinas
Las dulces mensajeras de la tristeza son… 1
son avecillas negras, negras como la noche.
¡Negras como el dolor!
¡Las dulces golondrinas que en invierno se van
y que dejan el nido abandonado y solo 5
para cruzar el mar!
Cada vez que las veo siento un frío sutil...
¡Oh! ¡Negras avecillas, inquietas avecillas
amantes de abril!
¡Oh! ¡Pobres golondrinas que se van a buscar 10
como los emigrantes, a las tierras extrañas,
la migaja de pan!
¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales, con las alas de luto
llegaos hasta mí! 15
Sostenedme en las alas... Sostenedme y cruzad
de un volido tan sólo, eterno y más eterno
la inmensidad del mar...
¿Sabéis cómo se viaja hasta el país del sol?...
¿Sabéis dónde se encuentra la eterna primavera, 20
la fuente del amor?...
¡Llevadme, golondrinas! ¡Llevadme! ¡No temáis!
Yo soy una bohemia, una pobre bohemia
¡Llevadme donde vais!
¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis, 25
que tengo el alma enferma porque no puedo irme
volando yo también?
¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales! ¡Con las alas de luto
llegaos hasta mí!
30
¡Venid! ¡Llevadme pronto a correr el albur!...
¡Qué lástima, pequeñas, que no tengáis las alas
tejidas en azul!
- ANÁLISIS
- Resumen
Alfonsina Storni (Sala Capriasca, Suiza,
1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es una excelente y original poeta que
vertió en sus poemarios con autenticidad y originalidad sus sentimientos
--especialmente el amoroso-- y pensamientos de carácter existencial, en un tono
tardorromántico, postmodernista y algo existencialista, sobre todo en sus
textos finales.
Este poema es un canto, alabanza o loa a
las golondrinas. El yo poético muestra cariño y admiración por estas aves
migratorias. Percibe en ellas algo de alegría y de dolor al mismo tiempo. Son
“negras como el dolor” (v. 3), pero a la vez son “dulces” (v. 4). En este
contraste reside parte de la percepción agridulce de estas aves. Alaba su
tenacidad y resistencia, pues recorren grandes distancias, incluyendo mares,
para buscar su alimento. Su ausencia entristece al yo poético, por eso les
reclama que vuelvan pronto y se acerquen a él, pues anuncian la llegada de la
primavera y sus connotaciones positivas y alegres. Desea volar con ellas y
llegar a lugares ignotos donde la felicidad nunca falte; ese lugar es “el país
del sol” donde se vive en una “eterna primavera”.
Apremia angustiosamente a las aves para que la lleven con ellas, muy lejos de su vida actual, donde se siente “enferma” de tanto esperar y desear una vida más plena. Repite su invocación a las golondrinas y su vehemente deseo de volar “al albur”, a donde sea con tal de dejar atrás su lugar, o su vida poco satisfactoria. Sin embargo, en los versos finales, admite que eso nunca podrá ser --lo que es una “lástima” (v. 32)-- porque su admirada ave es pequeña y frágil y sus alas tendrían que ser más fuertes y poderosas para llevarla, es decir, “tejidas en azul”. Todo fue como una ensoñación del yo poético contemplando o rememorando el vuelo rápido y veloz de esta elegante e inquietante ave. Las golondrinas se van en otoño y la vida sigue igual. Un deje de melancolía y tristeza cierra el poema.
2.
Tema
El tema del poema se puede enunciar así: loa emocionada a las golondrinas, a las que envidia por sus largos viajes y a las que pide que la lleven con ella al país de la felicidad inagotable, lo que parece desgraciadamente imposible.
3. Apartados temáticos
El poema presenta cuatro apartados
temáticos, de sentido ascendente. De este modo, tenemos:
-Primer apartado (cuatro primeras
estrofas, vv. 1-12): funciona como presentación emocionada y laudatoria de las
golondrinas. Se destaca su contradictoria belleza y sus largas migraciones para
poder alimentarse.
-Segundo apartado (estrofas 5-8, vv.
13-24): el yo poético llama a las golondrinas, en un tono algo desesperado,
para que se acerquen, lo recojan y se lo lleven. Les pregunta si saben dónde se
halla “la fuente del amor” (v. 21), es decir, la dicha sin fin.
-Tercer apartado (estrofas 9-10, vv.
25-30): insistencia angustiosa dirigiéndose a la golondrinas para que se la
lleven. Ahora aporta argumentos personales para justificar su deseo de volar,
al declarar que solo es una “pobre bohemia” que tiene “el alma enferma”.
-Cuarto y último apartado (estrofa undécima y última, vv.31-33): estamos ante el cierre conclusivo de la expresión del anhelo de volar con las golondrinas. Todo es solo un ensueño, una quimera, porque no es posible volar transportado por aves tan pequeñas. Para eso se necesitarían alas de otro color, azul y no negro, y también más grandes y poderosas; como no es realizable, el poema se cierra en un tono de amarga melancolía.
4.
Aspectos métricos y de rima
Este poema está compuesto por treinta y tres versos agrupados en once estrofas. Cada estrofa está formada, por tanto, por tres versos; los dos primeros de cada una de ellas es tetradecasílabo o alejandrino (catorce sílabas), en tanto que el tercer verso es heptasílabo, justo la mitad de la extensión de los otros dos; la rima es en vocal aguda, lo que aumenta su musicalidad intensa y su vehemencia. En este sentido, esta bella y musical estrofa que Storni ha inventado, recuerda mucho a la copla de pie quebrado (las sextinas dobles utilizadas, por ejemplo, por Jorge Manrique en el siglo XV para componer las Coplas por la muerte de su padre).
5.
Comentario estilístico
El poema oscila entre la contemplación de
las golondrinas, la indagación en los anhelos íntimos y la expresión de las
frustraciones o penas personales. El estado de ánimo del yo poético es negativo
y pesimista. Lo vemos bien cuando, en el primer verso, dice que las
golondrinas, son “dulces mensajeras de la tristeza”; eso es lo que lleva el yo
poético en su interior: tristeza. Forma una hermosa paradoja con el sujeto, a
su vez formulado en una expresión sinestésica muy expresiva: “dulces
mensajeras”. El color predominante de esa ve, el negro, palabra que se repite
tres veces en la primera estrofa, insiste en la idea de lo negativo. Por si
quedaba alguna duda, la exclamación retórica que ocupa el verso quebrado, el
último de la estrofa, lo explicita casi con exaltación: “¡Negras como el dolor!”;
el símil señala el foco temático interior: dolor, malestar, angustia del yo
poético. El color negro evoca emociones negativas y dolorosas. Hasta ahora se
ha escamoteado, a través de la elipsis, el nombre del animal observado, la
golondrina.
La segunda estrofa se abre precisamente
con esa palabra, acompañada del mismo adjetivo sinestésico del primer verso del
poema: “dulces golondrinas” (v.3). De ellas destaca su naturaleza migratoria.
En invierno se van y cruzan el mar, es decir, emprenden un largo viaje. El yo
poético quiere destacar su fortaleza para emprender una considerable travesía.
En la tercera estrofa el yo poético se deja ver por primera vez, a través de
los verbos en primera persona, “veo” y “siento” (v. 7 y 8); no por casualidad,
el primero expresa su acción exterior, ver o percibir; la segunda, su
movimiento emocional interior, sentir.
La tercera estrofa posee un tono
confesional. El yo poético explica que ver las golondrinas le provocan frío,
metáfora de malestar. La suspensión del final del verso refuerza la idea de
desazón. Dos exclamaciones consecutivas (v. 8) indican cierta agitación en el
estado de ánimo del yo poético, en la que se insiste con con el paralelismo y
la repetición de “avecillas”. El encabalgamiento abrupto de los versos 8-9
insisten en una idea de malestar.
La cuarta estrofa se abre con la
repetición de la exclamación interjectiva “¡Oh!” (v. 10). En esta estrofa
observamos la identificación emocional del yo poético con las aves, al
adjetivarlas de “pobres”. Las compara con los emigrantes, como era la propia
Alfonsina. La metonimia de “migaja de pan” (v. 12) por el sustento insiste en
los aspectos sentimentales de la emigración.
La quinta estrofa rompe con todo lo
anterior. Ahora se interpela a estos animales y se le pide que se acerquen al
yo poético. Son cuatro oraciones exclamativas con los verbos en imperativo, que
se repiten dos veces; son “llegaos” y “venid”; también se repite dos veces
“golondrina” (v. 13). El paralelismo de ese verso insiste esa significación de
urgencia por juntarse con las aves. No explica por qué las necesita, pero el
hecho de que diga que tienen “alas de luto” nos da a entender sentimientos
negativos y lúgubres.
La sexta estrofa explica para qué las
necesita: para volar con ellas muy lejos, atravesando el mar, por muy inmenso
que sea. El sentido no está cerrado (dos suspensiones, en los versos 16 y 18,
así lo confirman). La repetición del adjetivo “eterno” aplicado a “volido” es
hiperbólico y nos hace ver la necesidad del yo poético de marchar muy lejos de
donde está. De nuevo dos suspensiones dejan el sentido abierto e incompleto,
buscando la complicidad lectora y expresando también cierta confusión
espiritual del yo poético.
La séptima estrofa es de carácter
interrogativo. Dos oraciones interrogativas, en disposición paralelística así
lo confirman. Ahora nos enteramos a dónde desea volar el yo poético. Lo hace a
través de tres metáforas hermosas: “el país del sol” (v. 19), “la eterna
primavera” (v. 20) y “la fuente del amor” (v. 21). Las tres aluden a la
felicidad sin fin. De nuevo dos suspensiones transmiten un sentimiento de
angustia y confusión de la poeta.
La octava estrofa coincide en parte con
la sexta y luego lo hará con la décima. Invoca o apostrofa a las golondrinas
para que la lleven con ellas. Se repite tres veces la oración exclamativa
“¡Llevadme!”, al principio y al final de la estrofa, lo que aumenta su
importancia significativa. Entre el apremio y la súplica, el yo poético desea
volar muy lejos a alas de las aves. Trata de disolver sus dudas recordándoles
que solo es “una bohemia, una pobre bohemia” (v. 23), metáfora de persona
desprendida, soñadora y socialmente descolocada.
La novena estrofa posee un tono
interrogativo, como la séptima, de modo que van alternando las estrofas
interrogativas y la exclamativas. En realidad, esta estrofa enuncia, a través
de una honda y sentida metáfora, el origen de los males del yo poético: padece
una enfermedad del ánimo, o del “alma” (v. 26), de tristeza y melancolía porque
no puede irse volando a ese lugar donde mana el amor.
La décima estrofa es muy similar a la
octava y a la sexta, en forma oracional y en contenido. Apremia a las
golondrinas a que se acerquen a él para que lo recojan y así volar juntos. El
paralelismo, con dos apóstrofes en oración exclamativa, del verso 28 así lo
confirma. Lo contrario es casi como morir, como insinúa la metáfora “alas de
luto” (v. 29). La repetición de los dos verbos de la estrofa, “llegaos” (vv. 28
y 30) y “venid” (vv. 28 y 29) expresan vivamente la necesidad que el yo poético
tiene de esos animales, pues su postración existencial es grande.
La undécima y última estrofa comienza una
vez más con el verbo en forma imperativa “venid” (v. 31), insistiendo en su
angustia existencial. Tres oraciones exclamativas nos siguen transmitiendo un
estado espiritual de agitación espiritual. La suspensión, al lado de la palabra
“albur” (v. 31) aumenta la significación de incertidumbre y pérdida de rumbo.
En la última oración del poema el yo poético reconoce que todo sus sueños de
volar lejos quedarán en nada, en fracaso y frustración porque las golondrinas
no podrán llevarlo. Eso solo sería posible si tuvieran las alas “tejidas de
azul” (v.33), pero nunca serán posibles, porque son negras, como antes había
advertido en varias ocasiones. Ahora adquiere pleno sentido la expresión “!Qué
lástima…!” (v. 32), pues es el reconocimiento implícito del yo poético de que
su ensueño, no por vivamente deseado, es imposible.
El tono exclamativo del poema y el inteligente empleo de los recursos estilísticos contribuyen a la transmisión de una frustración existencial muy honda en el yo poético, y de una agitación de fondo muy violenta y penosa.
6. Contextualización
Como ya afirmamos, Alfonsina Storni (Sala
Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es uno de los más
sugestivas y originales poetas de las primeras décadas del siglo XX en el
ámbito hispanoamericano. Estamos ante una voz original que expresa sus deseos y
temores más profundos de forma clara y dramática. Por la época en que desarrolló
su poesía, se puede apreciar su carácter de pionero en la reivindicación de la
mujer, su desenvuelta expresión, nada acomplejada, de su naturaleza y sus
rasgos de carácter. Sus tormentas emocionales las traslada de modo directo,
subjetivizadas y asumidas sin complejos. En este sentido, recuerda mucho a los
mejores poetas románticos españoles, Bécquer y Rosalía de Castro, y también al
modernista Rubén Darío. Diríamos que es la evolución poética natural de los
poetas citados.
Algunos de sus poemarios más importantes son: Ocre (1925), Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).
7.
Interpretación y valoración
Este poema nos presenta la contemplación
emocionada de unas aves singulares, las golondrinas, y la expresión de un
vehemente deseo de huida a otro lugar, de búsqueda de la felicidad y el amor,
hasta ahora vedados, al parecer, al yo poético, trasunto de Alfonsina Storni.
La admiración por estas aves se entremezcla con su anhelo de acceso a un mundo
más armónico y pleno. El poema es muy triste porque acaba con el reconocimiento
de que la huida no es posible, de que ese lugar no existe, de que el viaje no
es posible.
La sabia combinación de una bella
descripción de la golondrina con la expresión muy vehemente de su necesidad de
felicidad y amor dan lugar a un hermosísimo poema lleno de sentimiento
melancólico y exaltado, pero al fin también de serena aceptación del destino.
La alternancia de estrofas descriptivas, con otras exclamativas e imperativas y
las interrogativas aportan variedad y frescura. La estrofa empleada nos indica
la gran originalidad expresiva y la pericia técnica de la poeta argentina. En
fin, estamos ante un hondo y sentido poema cuya lectura dejos ecos de nostalgia
dolorida en el lector, reflejo de los sufrimientos sentimentales y
existenciales de Alfonsina Storni. Sencillez, originalidad y claridad enfática
crean un texto poético magnífico y perdurable.
2. PROPUESTA DIDÁCTICA
(Las siguientes actividades
se pueden realizar de modo individual o en grupo; de manera oral o escrita; en
clase o en casa; utilizando medios tradicionales o recursos TIC, según las
circunstancias lo aconsejen).
2.1. Comprensión lectora
1) Resume el poema (100 palabras,
aproximadamente).
2) Señala su tema principal y los
secundarios.
3) Delimita los apartados temáticos,
atendiendo a las modulaciones de sentido.
4) Analiza los aspectos métricos y de
rima; deduce la estrofa empleada.
5) ¿Qué tono tiene el poema: positivo,
optimista, esperanzado, o todo lo contrario?
6) Señala las imágenes más importantes que
jalonan el poema, sobre todo referidas a los elementos de la naturaleza, y cómo
impactan en el poeta.
7) Localiza y explica una docena de recursos estilísticos y cómo crean significado.
2.2. Interpretación y pensamiento analítico
1) ¿Qué elemento natural, referido a un
ave, nuclea el sentido del poema?
2) El poeta, ¿qué sentimientos desarrolla
ante la contemplación de las incansables voladoras?
3) Localiza las percepciones cromáticas.
¿Qué sensación aportan?
4) ¿Cómo se aprecia en texto la
importancia del viaje? ¿De qué es metáfora?
5) ¿Qué momentos del año, meses o
estaciones, aparecen en el poema? ¿Por qué será así?
6) ¿Cuáles son las tres metáforas que aluden a un mundo feliz lleno de felicidad inacabable? ¿Qué podemos deducir del estado de ánimo de la poeta?
2.3. Fomento de la
creatividad
1) Elabora un poema o texto en prosa que
exprese la contemplación de un animal especialmente significativo. Puedes imprimir un sentido intimista, como ha
realizado Alfonsina Storni.
2) Imagina y transcribe una conversación o
plática entre la clase y la poeta Alfonsina Storni a propósito de su poema y de
su vida.
3) Realiza una exposición sobre Alfonsina
Storni, su poesía y su tiempo, para ser presentada ante la clase o la comunidad
escolar, con ayuda de medios TIC o pósteres, fotografías, pequeña exposición
bibliográfica, etc.
4) Aporta o crea imágenes
de animales, lugares o edificios, que sirvan de metáfora de un sentimiento
especialmente relevante para ti, siguiendo el ejemplo de Alfonsina Storni.
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