Ribera del Bernesga, León (XI-2020) © SVM |
B. PÉREZ GALDÓS: DOÑA PERFECTA
- ANÁLISIS
Doña
Perfecta
(1876) es una densa y hermosa novela de Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran
Canaria, 1843 – Madrid, 1920), eximio escritor del realismo español. Galdós es
un escritor muy comprometido con la literatura, con el destino de su país y con
la mejora de una sociedad –la española de la segunda mitad del siglo XIX y
primeras décadas del XX—con bastantes defectos. Él pensaba que una actitud de
apertura mental e ideológica, favorecedora del progreso social y económica era
la mejor receta para avanzar hacia una nación más próspera y feliz. Esto
explica que fuera elegido como diputado a cortes en partidos de ideología
liberal-progresista. También criticó ásperamente la enorme influencia de la
Iglesia, inmovilista y retrógrada en sus posiciones sociales. La concordia
social y nacional habría de venir por una educación tolerante, atención
económica a los pobres y una huida de los fanatismos de cualquier tipo; es
decir, una posición liberal.
Estas ideas las desarrolló ampliamente en
los textos de su primera etapa como escritor (1870-1878), en la que escribió
varias "novelas de tesis". Además de la lógica ambición literaria,
Galdós --joven novelista de 33 años-- defiende una ideología progresista y
liberal, abierta a las nuevas ideas y al avance de las ciencias y la técnica
para lograr una democratización del bienestar y una modernización efectiva de
la sociedad española. Al mismo tiempo, censura acerbamente las posiciones
ultraconservadoras, inmovilistas y bastante fanatizadas en usos y costumbres
sociales, religiosos y políticos. Doña
Perfecta pasa por ser, con razón, la mejor novela de este período por su
calidad narrativa y su perfección formal.
En un marco urbano ruralizado, bajo el
nombre de Orbajosa, nos presenta una ciudad de interior, amodorrada, pobreta y
tremendamente inmovilista. Pepe Rey llega en tren a la ciudad para conocer y
luego casarse con su prima Rosario, pues la madre de ella, viuda, doña
Perfecta, y el padre de él, Juan, eran hermanos, y así lo habían convenido por
el bien de todos. Don Inocencio, clérigo y consejero espiritual de doña
Perfecta pronto percibe los aires liberales de José Rey; artero como es, lo
provoca en conversaciones para que desvele su pensamiento avanzado y
cientifista, lo que escandaliza a su tía y futura suegra y a todos los timoratos
de Orbajosa.
Sin embargo, los dos primos se enamoran de
veras y están dispuestos a casarse cuanto antes para acabar con las tensiones
crecientes en el ámbito familiar, pues doña Perfecta cree y sigue los consejos
del clérigo Inocencio, que de inocente tiene poco; la ironía de su nombre es
evidente, casi hasta la irritación. Remedios, sobrina del cura, tiene un hijo,
Jacinto, recién licenciado en derecho, que desea casar son Rosario, para lo que
maniobra y convence a su tío que obstaculice el matrimonio de Pepe y su prima.
Caballuco representa a la facción
conservadora y levantisca, que se rebela por las armas contra el gobierno
constitucional "de Madrid"; viene a ser el tonto útil, con algo de
soldado fanfarrón, de los conservadores. Defiende posiciones ideológicas y
religiosas, claro está, pero también económicas, pues busca su lucro so color
de los ideales tradicionalistas --para lo que no duda en traicionar al
gobernador de la provincia, a quien había prometido lealtad a cambio de un
cargo--. El narrador recoge titulares de los periódicos de Madrid sobre el
levantamiento en Orbajosa y los contrasta con su recepción escéptica entre los
habitantes de la ciudad. En el casino Pepe también se ve sometido a la presión
de los conservadores. Sólo encuentra apoyo en don Cayetano, un bibliófilo e
historiador local que, en cierto modo, le sirve de confidente. Visita la
catedral y lo critican por apreciarla sólo por su arte, no por su contenido
religioso; visita a las tres hermanas de Troya, pobres, pero joviales y también
le parece mal a doña Perfecta, pues además les había dejado unas monedas por
caridad.
El ejército llega a Orbajosa para reprimir
las revueltas conservadoras. Por casualidad, el coronel Pinzón, amigo antiguo
de Pepe Rey, se aloja en casa de doña Perfecta. Inmediatamente le brinda
protección física a su amigo, por lo que los enemigos han de reprimir su
envalentonamiento bravucón. Sin embargo, a Pepe le comunican que ha perdido su
trabajo en Madrid; no tarda en enterarse que han sido sus enemigos de Orbajosa
los que han movido sus hilos. Pepe abandona la casa de su tía y se va a un
hostal de la ciudad.
En este estado de cosas, entre fuertes
tensiones internas de orden emocional y existencial, Pepe y Rosario se declaran
su amor y deciden huir de noche de Orbajosa para casarse inmediatamente.
Remedios se entera del plan y convence a Caballuco, armado con trabuco, de
seguir a Pepe. Este accede al huerto de la casa de doña Perfecta, donde había
quedado con Rosario. Pero los otros lo siguen arteramente. Remedios avisa a
doña Perfecta, quien acaba de escuchar de boca de su hija que ama a Pepe y su
determinación de casarse con él. Doña Perfecta le ordena a Caballuco que
dispare a la sombra furtiva de Pepe, que muere.
El desenlace lo cuenta don Cayetano Polentinos
en cinco cartas que de abril a diciembre envía a un su amigo editor y librero,
para quien prepara su Linajes de Orbajosa:
primero se dijo que Pepe se había suicidado, pero luego se extendió la creencia
que había sido asesinado por Caballuco. La joven Rosario cayó en la locura y
acabó ingresada en un lejano manicomio cercano a Barcelona; doña Perfecta sigue
y se entregó a la religión y obras pías; don Inocencio fue víctima de una
depresión aguda de la que no pudo recuperarse y optó por irse a Roma; Caballuco
se impuso al ejército constitucional y ostenta el poder en Orbajosa; Jacinto
planea casarse con doña Perfecta aunque le lleve veinte años de diferencia,
pero en los preparativos de la matanza, el chico resbala y muere atravesado por
un cuchillo que su madre tenía en la mano.
La venganza del destino es cruel y todo
termina de la peor manera posible. Vencen los inmovilistas, pero el precio es
muy alto: frustración, dolor y amargura para el resto de sus días. La muerte
física de Pepe Rey y la psicológica de Rosario muestra que la autenticidad, la
visión aperturista hacia la vida y el futuro tiene pocas posibilidades de
crecer en esa sociedad de Orbajosa, atada a un pasado paralizante. En conjunto,
la novela es una reflexión pesimista y un tanto amarga sobre el panorama social
español del último cuarto del siglo XIX.
Los personajes están trazados con un
acierto y verosimilitud notables. Acaso resulten un poco esquemáticos, sobre
todo los que encarnan un modo de vida (Pepe y doña Perfecta, junto con su cohorte
formada por don Inocencio, Caballuco y Remedios), pero Rosario y Cayetano son
tipos muy bien trazados, y ajenos a un esquematismo ideológico. Que los
personajes que encarnan una ideología o un modo de vivir sean algo planos no
les resta profundidad ni afecta a la tensión narrativa porque la intriga
novelesca, por un lado, y la incertidumbre de si podrán mantener su modo de
vivir y pensar en sus circunstancias aportan la suspensión suficiente. Por otro
lado, hay que tener en cuenta que estos personajes más estereotipados están
vivamente dibujados, son verosímiles y creíbles para el lector. Poseen una
encarnadura propia que los aleja del estereotipo. Por ejemplo, Pepe Rey es el
joven ilustrado y progresista, pero en la novela es un individuo con sustancia
propia que nos lo hace cercano y consistente. Y lo mismo podríamos decir de los
demás.
La significatividad de los topónimos y
antropónimos de los personajes y lugares de las novelas de Galdós se ha
señalado muchas veces, y es del todo cierto. Galdós reserva para los personajes
más íntegros y de ideología progresista nombres de connotaciones positivas;
Pepe Rey es el caso más llamativo. Los inmovilistas tienen nombres que, por vía
irónica y sarcástica, revelan sus defectos morales: doña Perfecta, don Inocencio,
Remedios, Licurgo, etc.). Otras veces, parece que los animaliza, para resaltar
su brutalidad estupidizada: Caballuco Centauro, Vejarruco, etc.
El narrador, como muchas veces repetirá
Galdós, interviene en primera persona del plural, nombrando en esos casos su
"historia", es decir, la propia novela. En estas ocasiones, la
influencia cervantina es bien visible. El narrador adopta un foco variable y un
distanciamiento cambiante: a veces objetiva más y adopta una posición
omnisciente más distante. Otras, se acerca, selecciona la materia narrativa
ante los ojos del lector y presenta con humor, con ironía, con respeto, etc. la
materia narrativa. Se diría que, a medida que avanzan los capítulos, el
narrador se introduce más y más en la historia, posicionándose a favor de Pepe
Rey y Rosario y criticando la brutalidad e inmovilismo de doña Perfecta y sus
secuaces.
La invención de Orbajosa no es un hallazgo
menor en la novela. Galdós recrea la vida de la ciudad provinciana con mucho
acierto y verosimilitud: calles, plazas y edificios se "ven" en la
lectura. Buen conocedor de la geografía española, no tiene dificultades para
crear una toponimia irónica, muchas veces risible, pero bien reconocible por el
lector. El casino, la catedral, las casas solariegas con huerto, los barrios
apartados más humildes, las alquerías de los alrededores... Todo resulta
familiar para el lector, de ayer y de hoy. La novela se desarrolla en un tiempo
muy comprimido: sólo son unas semanas, desde la llegada de Pepe Rey a casa de
su tía hasta su muerte violenta. Lo que ocurre después, hasta finales de ese
año, lo relata Cayetano en varias cartas finales. Muchas cosas ocurridas antes
nos las cuenta el narrador en analepsis no demasiado largas y al principio de
la novela.
El tiempo de la escritura y de la acción
narrada coinciden: estamos hacia 1875, es decir, el inicio del último cuarto
del siglo XIX. La agitación social y política era muy grande (recordemos la
revolución de 1868). Precisamente en 1875 comienza el reinado de Alfonso XII y
los gobiernos de Cánovas del Castillo. Galdós nos deja un hermoso testimonio
artístico de las agitaciones socio-políticas vistas desde una perspectiva
literaria.
El estilo de Galdós es muy expresivo y vivo: describe con detalle y minuciosidad, narra con ligereza y utiliza los diálogos para que los personajes se expresen con largueza y nos dejen un retrato de su interior (este es un gran acierto artístico de Galdós). La variedad de registros, desde el coloquial hasta el culto del historiador local, pasando por el periodístico, el epistolar, etc. es otra nota distintiva. En general, en los diálogos Galdós reproduce el nivel coloquial de la lengua, lleno de frases hechas, locuciones de sabor popular, etc. Un ejemplo de todo lo dicho lo encontramos en el capítulo XI:
-¡Válgame
Dios!, si me lo llega a decir a mí, hay un escándalo en el Casino -exclamó el
recaudador de contribuciones-. ¿Por qué no le dijeron la cantidad de arrobas de
aceite que produjo Orbajosa el año pasado? ¿No sabe ese estúpido que en años
buenos Orbajosa da pan para toda España y aun para toda Europa? Verdad es que
ya llevamos no sé cuántos años de mala cosecha; pero eso no es ley. ¿Pues y la
cosecha del ajo? ¿A que no sabe ese señor que los ajos de Orbajosa dejaron
bizcos a los señores del jurado en la exposición de Londres?
Estos
y otros diálogos se oían en las salas del Casino por aquellos días. A pesar de
estas hablillas tan comunes en los pueblos pequeños, que por lo mismo que son
enanos suelen ser soberbios, Rey no dejó de encontrar amigos sinceros en la
docta corporación, pues ni todos eran maldicientes ni faltaban allí personas de
buen sentido. Pero tenía nuestro joven la desgracia, si desgracia puede
llamarse, de manifestar sus impresiones con inusitada franqueza, y esto le
atrajo algunas antipatías.
- PROPUESTA
DIDÁCTICA
2.1.
Comprensión lectora
1) ¿Cómo llega Pepe Rey a Orbajosa? ¿Cómo
son los paisajes que observa?
2) Explica cómo es Caballuco y los
sentimientos que Licurgo manifiesta por él.
3) ¿A quién se refiere la siguiente descripción del capítulo III? Explica cómo la veremos en práctica en los acontecimientos de la novela:
Frisaba
la edad de este excelente joven en los treinta y cuatro años. Era de complexión
fuerte y un tanto hercúlea, con rara perfección formado, y tan arrogante, que
si llevara uniforme militar ofrecería el más guerrero aspecto y talle que puede
imaginarse. Rubios el cabello y la barba, no tenía en su rostro la flemática
imperturbabilidad de los sajones, sino por el contrario, una viveza tal que sus
ojos parecían negros sin serlo. Su persona bien podía pasar por un hermoso y
acabado símbolo, y si fuera estatua, el escultor habría grabado en el pedestal
estas palabras: inteligencia, fuerza. Si no en caracteres visibles, llevábalas
él expresadas vagamente en la luz de su mirar, en el poderoso atractivo que era
don propio de su persona, y en las simpatías a que su trato cariñosamente
convidaba.
4) ¿Por qué la visita a la catedral es
motivo de fricción entre Pepe y su tía y el clérigo penitenciario don
Inocencio?
5) ¿Qué piensan de Pepe en el casino? ¿Por
qué?
6) ¿Qué notificación recibe Pepe Rey del
ministerio? ¿Cómo afecta a su estancia en Orbajosa?
7) ¿Por qué el ejército ha de acudir a
Orbajosa?
8) ¿A quién socorre con una limosna Pepe
Rey? ¿Por qué?
9) ¿De quién se enamora hondamente Pepe
Ray? ¿Es correspondido? ¿Tendrá consecuencias en el argumento?
10) ¿Cómo acaba la pareja enamorada? ¿Quién lo cuenta?
2.2.
Interpretación y pensamiento analítico
1) Explica los motivos iniciales y los
finales de la visita de Pepe Rey a Orbajosa.
2) ¿Podemos deducir la ideología política
de Galdós en esta novela? ¿Cómo? Precisa sus rasgos.
3) Un personaje afirma que doña Perfecta
es la única persona sin mote o apodo en Orbajosa, ¿qué significa eso respecto
de la gente del pueblo y de la mujer viuda?
4) Analiza el papel de Rosario en la
novela. Determina su final respecto de la educación que recibió.
5) Explica las características materiales
e ideológicas de la vida en Orbajosa para la mayoría de sus habitantes.
6) El final de la novela, ¿nos permiten
deducir que Galdós tenía una visión optimista o pesimista respecto del futuro
de España?
7) Explica la figura del narrador en esta novela. Determina si representa al novelista, Galdós, en todo momento.
2.3. Comentario de texto específico
Capítulo
XXII. Misterio
Después
de lo que hemos referido, duró mucho la conferencia; pero omitimos lo restante
por no ser indispensable para la buena inteligencia de esta relación.
Retiráronse al fin, quedando para lo último, como de costumbre, el Sr. D.
Inocencio. No habían tenido tiempo aún la señora y el canónigo de cambiar dos
palabras, cuando entró en el comedor una criada de edad y mucha confianza que
era el brazo derecho de doña Perfecta, y como esta la viera inquieta y turbada,
llenóse también de turbación, sospechando que algo malo en la casa ocurría.
-No
encuentro a la señorita por ninguna parte -dijo la criada respondiendo a las
preguntas de la señora.
-¡Jesús!...
¡Rosario!... ¿dónde está mi hija?
-¡Válgame
la Virgen del Socorro! -gritó el Penitenciario, tomando el sombrero y
disponiéndose a correr tras la señora.
-Buscadla
bien... Librada... Librada... Pero ¿no estaba contigo en su cuarto?
-Sí,
señora -repuso temblando la criada vieja-, pero el demonio me tentó y me quedé
dormida.
-Maldito
sea tu sueño... Jesús mío... ¿qué es esto? Rosario, Rosario... Librada.
Subieron,
bajaron, tornaron a bajar y a subir, llevando luz y registrando todas las
piezas. Por último, oyóse la voz del Penitenciario en la escalera:
-Aquí
está, aquí está -decía con júbilo-. Ya pareció.
Un
instante después la madre y la hija
-¿Qué
es esto? ¿Dónde estabas? -preguntó con terrible enojo la dama.
-Pues
señora... bajé a buscar la ropa que está en el cuarto de la calle... y me quedé
dormida.
-Todas
duermen aquí esta noche. Me parece que alguno no dormirá en mi casa mañana.
Rosario, puedes retirarte.
Comprendiendo
que era indispensable proceder con prontitud y energía, la señora y el canónigo
emprendieron sin tardanza sus investigaciones. Preguntas, amenazas, ruegos,
promesas fueron empleadas con habilidad suma para inquirir la verdad de lo
acontecido. No resultó ni sombra de culpabilidad en la criada anciana; pero
Librada confesó de plano entre lloros y suspiros todas sus bellaquerías que
sintetizamos del modo siguiente: Poco después de alojarse en la casa, el Sr.
Pinzón empezó a hacer cocos a la señorita Rosario. Dio dinero a Librada, según
ésta dice, para tenerla por mensajera de recados y amorosas esquelas.
La
señorita no se mostró enojada sino antes bien gozosa, y pasaron algunos días de
esta manera. Por último, la sirvienta declara que aquella noche Rosario y el
Sr. Pinzón habían concertado verse y hablarse en la ventana de la habitación de
este último, que da a la huerta. Confiaron su pensamiento a la Librada, quien
ofreció protegerlo mediante una cantidad que se le entregara en el acto. Según
lo convenido, el Pinzón debía salir de la casa a la hora de costumbre y volver
ocultamente a las nueve, y entrar en su cuarto, del cual y de la casa saldría
también clandestinamente más tarde, para volver sin tapujos a la hora avanzada
de costumbre. De este modo no podría sospecharse de él.
La Librada aguardó al Pinzón, el cual entró muy envuelto en su capote sin hablar palabra. Metióse en su cuarto a punto que la señorita bajaba a la huerta. La Librada, mientras duró la entrevista, que no presenció, estuvo apostada en la galería, para avisar a Pinzón cualquier peligro que ocurriese; y al cabo de una hora salió como antes, muy bien cubierto con su capote y sin hablar una palabra.
a)
Comprensión lectora
1) Resume el contenido del texto, señala
su tema y los apartados temáticos --o secciones de contenido-- que se pueden
observar.
2) Analiza los personajes que intervienen.
3) ¿En qué lugar ocurren los hechos
narrados? ¿En qué momento del día?
4) Localiza un ejemplo de descripción,
otro de narración y otro de diálogo.
5) Localiza y explica el uso de recursos estilísticos en este fragmento.
b) Interpretación
1) Analiza la figura del narrador en este
fragmento. Razona si narra con ironía y burla o con distancia objetiva.
2) ¿Cómo apreciamos las clases sociales y
su vida en este texto?
3) Rosario, ¿es un personaje determinante
en el fragmento y la novela? Aporta razones.
4) Explica la principal preocupación de doña Perfecta respecto de su hija a la luz de este fragmento.
2.4. Fomento de la creatividad
1) Realiza una exposición, creando un
cartel o una presentación con medios TIC, sobre la vida y la obra de Pérez
Galdós.
2) Compara Orbajosa con tu localidad.
Indica semejanzas y diferencias y valora dónde es la vida más agradable.
3) Pasa a un soporte plástico --dibujo,
pintura, viñeta, etc.-- la ciudad y los personajes principales de esta obra.
4) ¿Qué harías tú en la posición de Pepe
Rey, o de Rosario? Escribe un relato según tus propios criterios.
5) Realiza un trabajo de investigación
histórica sobre la vida en España en la década de 1870, momento en el que se
desarrolla Doña Perfecta.
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