León (XI-2020) © SVM |
PEDRO
CALDERÓN DE LA BARCA: EL MÉDICO DE SU
HONRA
- ANÁLISIS
1) Resumen
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600 –
1681) es uno de nuestros primeros y más sublimes dramaturgos. La perfección de
la construcción dramática, el manejo virtuoso de los recursos estilísticos, el
grado de incitación a la reflexión sobre temas filosóficos, teológicos o
sociales, etc. son algunos de los asombrosos hallazgos que se repiten en sus
obras.
El
médico de su honra
(h. 1637) es una bellísima pieza, de construcción perfecta. Estamos ante una
tragedia de ambientación histórica, en concreto, en el turbulento reinado del
rey castellano Pedro I (reinado de 1350 – 1369). La trama es bastante densa:
camino de Sevilla, en la comitiva real se halla el infante Enrique, hermanastro
del rey don Pedro I (a quien, por cierto, asesinaría para acceder él mismo al
trono). El infante sufre una caída de caballo, por lo que lo llevan a una casa
cercana para recibir auxilio. Es el hogar de Gutierre, noble sevillano fiel al
rey don Pedro, y su esposa doña Mencía, de quien Enrique había estado
enamorado. Pronto comienzan los requiebros, pero ella lo rechaza con respeto y
miedo. El rey don Pedro sigue camino de Sevilla; Enrique seguirá sus pasos unos
días después.
Doña Leonor es una joven sevillana que se
siente despojada de su honor porque Gutierre le había prometido matrimonio,
pero luego la abandonó. Ante el rey don Pedro, Gutierre admite los hechos, pero
se justifica con que ella mantenía tratos secretos con un hombre. Arias,
sirviente del infante Enrique, confiesa que fue él quien entró en casa de
Leonor, pero para ver a otra dama. Arias y Gutierre traban pelea ante el
monarca, quien manda encarcelarlos a los dos. Es el momento que aprovecha
Enrique para visitar a Mencía y tratar de seducirla. Gutierre pacta su libertad
por unas horas con el carcelero y vuelve a su casa. Enrique se esconde, pero
Gutierre sospecha, al encontrar una daga propiedad de aquel. Aumentan sus
aprensiones de que su esposa lo engaña con el infante, por lo que su honor
estaría en entredicho. Es entonces cuando decide ser él mismo médico de su honra,
es decir, curador de su enfermedad social. El infante ha de huir de Sevilla al
sospechar don Pedro que aquel trataba de asesinarlo –lo cual, dicho sea de
paso, no era de extrañar, pues se llevaban mal y eso es lo que ocurrió en la
realidad unos años después--. Gutierre contrata a un cirujano o sangrador,
Ludovico, para que aplique, disimuladamente, sangrías exageradas y continuas a
su mujer Mencía, quien acaba muriendo al poco.
Las sospechas se extienden muy pronto por
toda Sevilla. Don Gutierre se defiende con ambiguas razones ante el rey don
Pedro, que lo exculpa a cambio de que se case con Leonor. Esta sabe muy bien lo
que ha pasado, pero asume todos los riesgos a pesar de que Gutierre le advierte
que es el mejor médico para su enfermedad de la honra. Leonor había rechazado
la mano de Arias y acepta casi temerariamente la de Gutierre; se muestra
enamorada de él y, aun conociendo su medicina sangrienta para la enfermedad de
la honra, piensa que con el matrimonio recupera la suya.
2) Tema
El tema principal de este drama es la
gestión de la honra en situaciones delicadas cuyo foco de inestabilidad es la
supuesta infidelidad de la prometida o esposa. La obra aborda el tema con una
profundidad y crudeza realmente asombrosas. Por momentos, parece que los personajes
se saben meros actores de un guiñol trágico en el que todos acaban
descalabrados; con todo, se ven compelidos a representar su papel hasta las
últimas consecuencias.
3) Interpretación
Los hombres, celosos, a veces hasta la
enajenación, fían su honor a la fidelidad de sus esposas. Gutierre es un caso
extremo, pero seguramente era la típica personalidad del noble de su época.
Manda asesinar a su esposa Mencía por sospechas de infidelidad; como las
pruebas no son contundentes, actúa artera y maliciosamente. En todo este
proceso podemos observar que no se habla de amor, sino de honor. El infante
Enrique, hombre impulsivo y violento, se obceca en amar, o sólo yacer, con
Mencía. Es el causante de todas las desgracias, pero no muestra ni cordura, ni
arrepentimiento. Arias, otro noble, tira de espada para defender su hombría
contra Gutierre, ante el mismo rey.
Así se las gastaban en la época en asuntos
de honra, la opinión o imagen que los demás se hacían de un individuo conforme
a su patrimonio, limpieza de sangre, nobleza hereditaria y conducta intachable
–campo en el que la sexualidad, sobre todo del elemento femenino, era
especialmente valorado--. La obsesión era general; por mantener la honra se
llegaba a crímenes horrendos sin que les temblara el pulso.
En el ámbito femenino, la situación era
aún más trágica. Mencía intuye, casi asume con resignación pasiva, que acabará
mal. Pero no es culpa, sino de un irresponsable impulsivo, el infante Enrique,
y de un marido cruel y obsesivo, Gutierre. Leonor, sin embargo, es activa y
resolutiva: pretende recuperar su honra destrozada a manos de Gutierre. Al fin,
lo logra, a cambio de asumir un matrimonio, como mínimo peligroso. Su antiguo
prometido es "médico de su honra", esto es, matará a cualquiera para
mantener su honor, y ya lo demostró una vez. Este se lo advierte a Leonor antes
del nuevo compromiso, y la mujer lo asume como mal menor. Realmente, el papel
de la mujer en la sociedad barroca era de una iniquidad desproporcionada.
Calderón de la Barca deja que las mujeres
hablen en el drama muy libremente. Y lo hacen para lamentar su condición, su
situación y su desesperación ante una sociedad que las trataba con una
severidad y violencia escalofriantes.
Pero Calderón huye de maniqueísmos. Por
eso Coquín, el gracioso, criado de Gutierre, habla libremente y desliza
comentarios críticos sobre una nobleza desquiciada y unos valores que sólo se
sostienen en opiniones ajenas y venganzas propias. Jacinta, sirvienta esclava,
no duda en traicionar a su ama Mencía, dejando paso franco a la casa al
infante, bajo la promesa de lograr la libertad por don Enrique. La sensación de
ahogo, de sumisión a maridos y prometidos u hombres –por parte de ellas--, y a
los valores de la honra por encima de cualquier otra consideración --por parte
de ellos--, priva de libertad a las personas, que viven sujetas a unas
conductas forzadas, artificiosas y peligrosas para sus vidas.
En este drama, quien paga los platos rotos
son las mujeres: no muere ningún hombre. Sin embargo, Mencía es asesinada y Leonor
acepta un matrimonio, como mínimo, incierto. Aquí Calderón nos desliza el
mensaje que este tipo de sociedad, enferma, necesita revisar sus valores para
mantener la cordura.
4) Construcción
dramática
La construcción del drama, como era de
esperar en Calderón, es perfecta. El avance de la acción sigue un proceso
lógico, lleno de pequeñas sorpresas, que conducen a un clímax dramático muy
cerca del final. Su resolución, muy inteligente, deja al espectador suspendido.
¿Ocurrió lo inevitable o lo mejor que podía pasar? Seguramente, ni lo uno ni lo
otro. La acción discurre en casa de Gutierre, en el palacio real y en la
prisión; sólo tres lugares para desarrollar una densa tragedia. La acción dura
muy poco, unos días; pero por las intervenciones de los personajes nos
enteramos que muchas de las situaciones procedían de muy atrás; algunas son
heridas aún abiertas.
5) Personajes
Los personajes son sólidos, densos y muy
bien dibujados. Apenas han intervenido en alguna ocasión, el espectador puede
realizar sus presuposiciones sobre ante quién se haya. Claro que la maestría de
Calderón provoca que muchas veces sean erróneas las previsiones del espectador:
Gutierre es tan desalmado que, en efecto y al fin, manda asesinar a su mujer;
Leonor acepta un tanto peligrosamente un matrimonio peliagudo; el rey don
Pedro, muy resolutivo y hasta cruel en vida, se mantiene neutral y trata de
amortiguar los daños; sólo reacciona con violencia ante el supuesto compló de
su hermanastro Enrique para asesinarlo.
6) Rasgos
estilísticos
El virtuosismo de Calderón en el manejo
del lenguaje literario es bien conocido. Todos los recursos estéticos están
utilizados con acierto y sabiduría. El lector queda suspendido y atónito ante
tan diestro y acertado manejo del lenguaje. Estamos ante una obra de arte
literario de categoría superior porque aborda con una belleza sublime un tema
peliagudo y polémico: ¿puede un individuo tomar sus propias decisiones tocantes
a su honra, incluso acabando con la vida de los demás, sin parar mientes en las
leyes humanas y divinas? Calderón plantea el asunto con valentía y un suave
escepticismo perceptible al fondo.
2.
PROPUESTA DIDÁCTICA
2.1.
Comprensión lectora
1) ¿Qué provoca que el infante Enrique se
vea con Mencía inesperadamente?
2) ¿Cómo reacciona Gutierre y Mencía ante
la visita inesperada del infante Enrique?
3) El rey don Pedro, ¿muestra afecto o
comprensión hacia su hermanastro? ¿Cómo lo percibimos?
4) Leonor pide audiencia ante el rey, en
Sevilla. ¿Qué reclama? ¿Quién es el responsable de su deshonra? ¿Por qué?
5) ¿Por qué se pelean ante el rey Arias y
Gutierre? ¿Cómo acaba el conflicto?
6) Enrique, sabiendo que Gutierre está en
prisión, ¿qué decide? ¿Es lógica su actitud?
7) ¿Qué objeto será prueba de la actitud
turbia de Enrique? ¿Por qué?
8) Ludovico, ¿por qué es importante en la
obra?
9) El rey, conoce lo que ha hecho
Gutierre, pero ¿qué postura toma? ¿Es justa? ¿Hubiera actuado igual de ser una
mujer la responsable?
10) ¿Qué le advierte Gutierre a Leonor al concertar el matrimonio? ¿Cómo reacciona la mujer?
2.2.
Interpretación y pensamiento analítico
1) A la luz de los datos que aparecen en la
honra, explica qué es, sus causas, sus consecuencias y valora su sentido.
2) La posición de la mujer en esa sociedad
es muy complicada. Explícala y valórala.
3) Describe la separación en estamentos
sociales por poder y riqueza y compara con nuestros días.
4) ¿Por qué Leonor persigue un matrimonio peligroso e incierto? Actuaríamos hoy igual?
2.3.
Comentario de texto específico
(Vanse las CRIADAS y sale don ENRIQUE.)
ENRIQUE:
Sola se quedó. No duden
mis sentidos tanta dicha,
y
ya que a esto me dispuse,
pues
la ventura me falta,
tiempo
y lugar me aseguren.
¡Hermosísima
Mencía!
MENCÍA: ¡Válgame Dios! (Despierta.)
ENRIQUE:
No te asustes.
MENCÍA:
¿Qué es esto?
ENRIQUE:
Un atrevimiento,
a
quien es bien que disculpen
tantos
años de esperanza.
MENCÍA:
Pues, señor, vos...
ENRIQUE:
No te turbes.
MENCÍA:
...de esta suerte...
ENRIQUE:
No te alteres.
MENCÍA:
¿...entrasteis...
ENRIQUE:
No te disgustes.
MENCÍA:
...en mi casa sin temer que
así
a una mujer destruye,
y
que así ofende a un vasallo
tan
generoso e ilustre?
ENRIQUE:
Esto es tomar tu consejo.
Tú
me aconsejas que escuche
disculpas
de aquella dama,
y
vengo a que te disculpes
conmigo
de mis agravios.
MENCÍA:
Es verdad, la culpa tuve;
pero
si he de disculparme,
tu
alteza, señor, no dude
que
es en orden a mi honor.
ENRIQUE:
¿Que ignoro, acaso, presumes
el
respeto que les debo
a
tu sangre y tus costumbres?
El
achaque de la caza
que
en estos campos dispuse,
no
fue fatigar la caza,
estorbando
que saluden
a
la venida del día, sino a ti,
garza,
que subes tan remontada,
que
tocas por las campañas azules
de
los palacios del sol
los
dorados balaústres.
MENCÍA:
Muy bien, señor, vuestra alteza
a las garzas atribuye esta lucha;
pues
la garza de tal instinto presume,
que
volando hasta los cielos,
rayo
de pluma sin lumbre,
ave
de fuego con alma,
con
instinto alada nube,
pardo
cometa sin fuego,
quiere
que su intento burlen
azores
reales; y aun dicen
que
cuando de todos huye,
conoce
el que ha de matarla;
y
así, antes que con él luche,
el
temor hace que tiemble,
se
estremezca, y se espeluce.
Así
yo, viendo a tu alteza
quedé
muda, absorta estuve,
conocí
el riesgo, y temblé;
tuve
miedo, y horror tuve;
porque
mi temor no ignore,
porque
me espanto no dude,
que
es quien me ha de dar la muerte.
ENRIQUE:
Ya llegué a hablarte, ya tuve
ocasión;
no he de perdella.
MENCÍA:
¿Cómo esto los cielos sufren?
Daré
voces.
ENRIQUE:
A ti misma
te
infamas.
MENCÍA:
¿Cómo no acuden
a
darme favor las fieras?
ENRIQUE:
Porque de enojarme huyen.
(vv. 1074 – 1143)
a)
Comprensión lectora
1) Resume el texto (100 palabras).
2) Explica el carácter de los personajes,
física y psicológicamente.
3) ¿Qué intención guarda Enrique? ¿Y
Mencía?
4) Cuando ella dice que dará voces, ¿qué
le replica él?
5) ¿Qué opina de su situación social Enrique?
b)
Interpretación
1) ¿Por qué Enrique se empeña en estar con
Mencía siendo esta una mujer casada?
2) ¿Cómo se aprecia el asunto de la honra
en este pasaje?
3) La situación de la mujer en esa época,
¿cómo se puede caracterizar?
4) Ahora comprendemos que el accidente de la caída del caballo del principio, ¿fue real o simulado?
2.4.
Fomento de la creatividad
1) La lectura dramatizada o la puesta en
escena, de parte o toda la obra, es una actividad de gran potencial creativo.
2) Realiza una presentación, en papel o
con medios digitales, de Calderón de la Barca y su obra.
3) ¿Cómo podríamos reaccionar hoy ante una
situación como la planteada por Calderón en El
médico de su honra?
4) Escribe una carta a una de las mujeres
del drama y explícale cómo ha cambiado la situación y aconséjale cómo actuar.
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